➳[ 025 ]
Min Yoongi, un hombre capaz, fuerte, valiente y con una gran vida por delante, había sido sobajado, humillado y desvalorizado durante su estadía en el mundo de los humanos, pero, él supo controlar cada una de las situaciones a las que se enfrentaba, jamás agachaba su cabeza, ni siquiera cuando le tiraban odio o palabras que dolían como la mierda. No, él era el hombre que todos querían ser, sin miedo a nada, pero...¿Quién iba a decir que se iba a convertír en la nueva muerte y que estuviera asustado, nervioso e inseguro, sólo por estar a unos minutos de conocer a sus suegros y sus cuñados? Exacto, nadie la imaginaba así.
—Tranquilo amor, ellos te van a amar, puedo asegurartelo— Yoongi mordió su labio inferior y se miró nuevamente en el espejo.
—No lo creo, después de todo, fuiste castigado por haberte enrollado conmigo cuando aún vivía, ¿Ya lo olvidaste?— Jimin negó, sentándose en la orilla de la cama y mirándolo a través del espejo.
—Lo sé, no has empezado de una buena manera con mis padres. Tienes razón, quizás no le agrades— Yoongi se giró y lo miró ofendido.
—¡Jimin!
—Está bien, está bien, sólo estoy bromeando. Prometo que les caerás bien, de lo contrario, me trozo un cuerno— Sonrió y se levantó para caminar hasta él y sentarse a horcadas de Jimin, quien no dudo en poner sus manos en sus muslos y apretar ligeramente.
—Pero, me gustan tus cuernos, no creo que sea necesario hacerlo, pondré todo de mi parte para agradarles— Sonrió, besando rápidamente sus labios.
—Además, con que ellos te conozcan es suficiente, después de todo, te vas a casar conmigo, no con ellos— Yoongi rió y asintió. —Bien, ya tenemos que irnos, ¿Listo?— Yoongi asintió, se levantó, soltó un suspiro. —Tranquilo, mamá te adorará.
—Eso espero.
Salieron de la habitación de Yoongi, caminaron por algunos pasillos, hasta llegar a la sala de recibidor de almas, dónde Yoongi leía su expediente de vida y los condenaba, ya sea al cielo o al infierno. Al llegar a ese lugar, caminaron a las puertas del Inframundo, dónde su padre ya debería de estar esperándolo, pues quiso adelantarse para hablar de manera personal con el padre de Jimin, quien resultó ser un amigo suyo.
—Venga, relájate— Yoongi asintió sin mirarlo.
—Que difícil.
Un mozo abrió la puerta, dejando que Yoongi y Jimin entrarán, antes de cerrarla y quedándose a resguardar su trono y ambas puertas. Normalmente las almas solian escapar del Inframundo o incluso, algunos del paraíso, ya que se negaban a creer que habian muerto y ya no volverian a su vida de siempre, les era muy difícil encontrar sus almas y volverlas a meter a su sintió, por lo que, a las almas que solían tratar de escapar, eran llevadas a las celdas del sufrimiento, dónde no descansaban en paz y no veían la luz. Quedándose en el limbo.
Mientras tanto, Yoongi apretaba con un poco de fuerza la mano de Jimin, quien podia entender a su querido, ya qué, habia pasado lo mismo con el padre de él, incluso pensó que lo iba a matar por haberse acostado con su hijo.
La pareja se detuvo frente a una enorme puerta de madera, siendo bastante grande, alta y con sólo verla, pesada. La puerta no lucia vieja, al contrario, parecía nueva y con mucha elegancia, cosa que hizo relajar un poco a Yoongi. Un poco.
Las puertas se abrieron poco a poco, dejando ver una hermosa decoración, y en medio, una mesa gigante, la cuál, estaba siendo ocupada por algunas personas, entre ellas, los padres de Jimin y el padre de Yoongi. Todas las miradas se posaron en ellos, quienes venían de la mano. Yoongi apretó con fuerza la mano de su prometido y Jimin le regreso un leve apretón, dándole apoyo.
—¡Mi pequeño!— Jaebeom, el padre de Yoongi, se levantó y camino hasta su hijo, dejando un beso rápido en su frente. —Los estábamos esperando.
—Cierto, por favor, adelante y tomen asiento— Yoongi miró al hombre que encabezaba la mesa y miró a Jimin. Demonios, al parecer la familia de Jimin tenía buenos genes, porque parecerte casi a tu propio hijo era una cosa, realmente increíble.
—Vamos— Yoongi asintió y camino junto a Jimin a la mesa, ambos se sentaron a lado del otro, mientras que Jaebeom, regreso a su lugar, donde estaba antes de levantarse.
-Se los dije, mi precioso pequeño, es muy hermoso y suele ser muy orgulloso— Las mejillas de Yoongi se pusieron de un rojo tomate.
—Eso ni que discutir, suegro, su hijo es muy orgulloso, con decirle que ayer, cuando le dije que el traje de novio lo iba a elegir yo, obviamente se lo dije de broma, él me tiró casi una biblia encima de las razones por las cuales, no iba a hacerlo— Todos soltaron una carcajada, bueno, al menos sólo los más veteranos.
—Es un gusto conocerte, cielo. Park Hyuna, la madre de Asmodeo— Yoongi hizo una inclinación con la cabeza, siendo amable.
—Mucho gusto Señora, realmente es un honor estar hoy aquí, conociendo a la familia de mi próximo esposo y bueno...— Yoongi tomo la mano de Jimin, mientras ambos se miraban a los ojos y Yoongi sonreía, decidido. —Próximo padre de nuestros demonios— Toda la mesa quedó en silencio. Jimin, abrió los ojos sorprendido, sus labios entre abiertos y una chispa de felicidad empezando a recorrer por sus venas.
—¿Q-Qué?— Aún absorto en la noticia.
—Vamos a ser padres— Sonrió y Jimin estalló en gritos de felicidad.
—¡Sí, voy a ser papá! ¡Mamá, ¿¡Escuchaste eso!? ¡Voy a ser papá y ustedes serán abuelos!— Los padres de Jimin sonrieron felices, mientras que Jaebeom, aún procesaba la información, al igual que los hermanos de Park.
—Yoongi, ¿Es verdad eso?— Yoongi miró apenado a su padre y asintió.
—Lo siento papá, debí mantener un cuidado específico, pero... creo, que nuestro bebé ya estaba abordo cuando yo morí— Jimin detuvo su festejo y al igual que los demás presentes, se asombraron.
—No puedo creerlo.
—Tengo tres semanas, supongo que... estuve embarazado antes de morir— Sonrió tenue.
—Cielo, estoy muy feliz por tí y por la familia que vas a formar con tu esposo, no tienes porqué sentirte avergonzado de nada. Tienes todo mi apoyo.
Yoongi sonrió a su padre.
La cena paso tranquila, entre peleas tontas entres los hermanos de Jimin y algunas que lo incluían a él, Yoongi congenio muy bien con sus hermanos, al igual con Hoseok, quien se disculpo por haberlo hecho pasar un mal momento en su primera vista con él.
Todos estaban muy felices, cenando, charlando y platicando sobre la boda. La madre de Jimin, se ofreció a ayudar a Yoongi con la decoración del salón del Inframundo, como también, sobre el traje que llevaría ese día.
Todo fue prácticamente, perfecto. El cuerno de Jimin, había sido salvado.
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