El chasquido húmedo que provocaban sus labios, era escuchado por toda su habitación, siendo este el único, por el momento.

Yoongi posó una mano en su nuca, para atraerlo más a él, sin estar completamente conciente de que era lo que estaba a punto de hacer. Mientras que Jimin, estaba más que facinado por besar a aquel humano. Él venía del infierno, pero lo hacía sentir en el paraíso.

Las prendas de ropa estaban esparcidas por la habitación, dejándolos completamente desnudos y a la vista del otro.

Yoongi jadeo al sentir las llemas de los dedos del demonio, recorrer con tranquilidad y delicadeza su muslo, el cual, estaba enredado en su cadera, sintiendo ligeramente el choque entre sus miembro. Haciéndolo sentir más exitado.

Jimin sentía que podría vivir de esta manera por siempre en la tierra, ya qué, en el infierno, estaba prohibido tener sexo con alguien de rango bajo, claramente, él era uno de los hijos del diablo y por ende, tenía más rango y era más respetado, junto a sus hermanos, quienes también tenían prohibido aquel contacto físico. Él estaba conciente de que el chico que estaba a abajo de él y que estaba a punto de penetrar, era un humano y no un demonio de rango como él, lo que hacía un poco, las cosas difíciles.

Quería parar, pero ya no podría. Habían llegado demasiado lejos.

—Ji-Jimin— jadeo al sentir como los labios de él, empezaban un camino por su mandíbula hasta su cuello y abdomen. Yoongi mordió su labio inferior al sentir como uno de sus pezones era chupado por el demonio. Era realmente exitante y satisfactorio. —Ah— un gruñido salió desde su garganta al sentir como su pezón había sido mordido ligeramente, haciéndolo sangrar.

Mientras que el demonio, absorbía aquel líquido vital del humano, aumentando su poder con cada gota de sangre que derramaba su pecho. Cuándo decidió dejar de robar aquel líquido, se levantó un poco y miró al rostro a Yoongi.

—Jimin... hazlo— Yoongi acaricio las mejillas de él, para después, desplazar sus manos hacia su nuca y volver a besarlo.

Jimin bajo una de sus manos, mientras, compartía un beso con el humano; tomó su miembro y lo alineó a su entrada, para después, entrar de una sola estocada, sacándole un grito al humano, mientras que su espalda se arqueo y sus manos tomaron con fuerza la sábana que estaba debajo de ellos.

—Ah— Yoongi sintió un ardor, pero no era un ardor común, sino qué, era como si algo dentro de él, estuviera ardiendo en llamas, eran exitantes y dolorosas al mismo tiempo, sentía que se quemaba en vida, pero también, que estaba siendo arrastrado al mismísimo infierno. —¡Ahhh!— gritos salían desde el fondo de su garganta. Jimin había empezado a moverse, creando un placentero vaivén, del cual, estaba disfrutando demasiado. Pero Yoongi, se estaba quemando.

De pronto, las cosas que estaban en la habitación del humano, empezaron a temblar como si estuviera pasando un temblor, pero los únicos que se movían con violencia e incluso, dos jarrones cayeron al piso, rompiéndose al instante; eran las cosas que estaban en ese cuarto, y no ellos.

—El infierno te está dando la bienvenida, precioso— Jimin tomó sus caderas y empezó a darle las estocadas más fuertes, sientiendo su orgasmo estar a punto de llegar. —Estás siendo una mala persona— rió despacio, para después, soltar un gemido.

Yoongi estaba lloriqueando ante el ardor que sentía por dentro y el placer que estaba recibiendo y el claro orgasmo que estaba a punto de estallar.

—Estas siendo corrompido, completamente.

Yoongi jadeo, abrió su boca, tratando de obtener un poco de aire, pero no podía respirar muy bien. Es como, si estuviera muriendo... poco a poco.

—Estas pudriendote por dentro.

Jimin aumento sus embestidas, haciendo gritar a Yoongi con fuerza, para al final, ambos llegar a su preciado orgasmo y liberarse.

—Estas atado a mí, desde este momento. Y sólo la muerte, podrá juntarnos para toda la vida. No tienes elección.