CAPÍTULO 8
El silencio estaba tan presente que la brisa se oía y entraba por la ventana. Haruki podía sentir palpitar sus latidos hasta sus oídos dejándolo estático unos segundos. Ambos tenían mucho que decir pero eran muy diferentes las palabras que tenían en mente. El joven apretando con un poco de fuerza su brazo por el notorio nerviosismo fue interrumpido antes de decir algo más. Sabrina estaba ahí cerca de ambos en pocos segundos. Su mirada solo estaba fija en Akiko dejando de lado al contrario, ella le tomó del brazo y se la llevó lejos de su compañero, aquel agarre hizo más presión.
Akiko podía sentir y notar las actitudes de Sabrina que guiaban a un solo camino. El camino de los celos, no había conocido por mucho tiempo a Sabrina y la idea que le gustara ya sea ella misma o Haruki no parecía para nada cercano a la actitud que demostraba Sabrina.
— Lo siento mucho Sabrina. —Dijo algo confundida liberándose del agarre de la chica y sintiendo su corazón latir con fuerza. La vampira pudo sentir los agitados latidos y el correr de la sangre. Mordió sus labios y se giro para mirarla con un poco de pena por su atrevimiento, pero dolía, aun si ella no estaba muy consciente de aquello de enamorarse. Sentía un peso en su pecho.
— Hey... no es tu culpa, ni yo misma sé lo que siento, no sabías que Haruki me gustaba o me atrae de cierta manera. —Acomodo sus manos en sus bolsillos. — Además eres mi amiga no podría molestarme. Bueno no contigo. Eres especial de cierta manera.
— ¿Segura? —Posó sus manos sobre los hombros de la más alta, preocupada al verla bajar la mirada.
— Déjame sola Akiko. —Se abraza así misma mirando a la oscuridad por la ventana.
Sin nada mas que decir Akiko se retira y solo se encierra en su habitación, cubre su rostro dejando escapar un fuerte suspiro. No había estado mucho tiempo ahí y por primera vez en toda su estadía en ese mundo solo quería regresar a casa nuevamente. Regresar, ver a su madre, sonreírle con el correo y leer juntas las nuevas cartas que su padre siempre enviaba. Solo quería volver a verla y contarle todo, ser escuchada y que solo un abrazo de sus padres borren todo lo malo en pequeños segundos.
El golpe de la puerta de su habitación la hizo reaccionar. Giro su cuerpo y abrió la puerta lo suficiente para que solo mitad de su cuerpo se llegara a ver.
— Akiko...
Haruki, maldita suerte la tuya Akiko, tienes bonitas visitas.
Ahí estaba aquel chico atento, lindo, respetuoso o tierno hasta cierto punto. "Como de fantasía" era el pensar de la chica al tenerlo frente a ella. Pero, no estaba lista y aún más lejano se hizo la idea de corresponderle ahora al saber que a Sabrina le atraía aquel chico de ojos cafés.
— No me siento lista, no puedo, no sé... —Unas punzadas en sus manos al igual que su cabeza se hizo presente. — Dame más tiempo...
El joven frunció su rostro y antes de poder preguntar algo vio como Akiko cerraba sus ojos, antes de caer al suelo él no lo permitió; tomándola entre sus brazos, la cargó y la llevó a la cama de la chica. Preocupado solo llego a dejar una pequeña caricia en su mejilla y salió corriendo a llamar a los demás un poco desesperado por dejarse ganar por el pánico. Ella no despertaba y la preocupación era solo una de las muchas emociones que venían a cada segundo.
...
Una llama se apagó en aquel castillo por el viento, Maicol fiel lacayo de Satsujin nuevamente lo prendía para que el ambiente siga cálido. El no deseaba nada pero si su amo deseaba algo él también desearía junto con el y daría todo para conseguir aquello pero no para sí mismo.
— ¡Maicol! —Grito— Escucha con atención y deja me mirar el puto fuego.
— Dígame y hare todo por usted. —Esa siempre es su respuesta ante todo. Sin importar que orden sea. Sin levantar la mirada.
— Te vas a transformar en animal, persona o lo que desees. —Tomo el mentón de su lacayo aquel hombre despiadado, solo para que lo viese a los ojos. — Traerás a mi hijo para que obedezca como se debe, no permitas que se niegue el me va servir de mucho con mi plan. Si ha de negarse amenaza con herir a esos otros chiquillos que tiene de compañía. —Soltó su mentón con una sonrisa. — Me conoces, no me importaría quitar más vidas si llegan a estorbar.
— ¿Está seguro? Eso lastimaría mucho a su hijo. —Dijo acercándose más a él.— Es su hijo, piénselo un poco.
— Ya cállate y obedece. —Apuntó el pecho de Maicol con su varita.— Si no quieres busco un reemplazo que si haga cosas por mi.— El hombre retrocedió y se alejó de su mayor con una presión en su pecho. Aquellas palabras habían dolido pero por gran parte ya estaba acostumbrado cada día a ese pequeño dolorcito en ese lugar.
— Lo haré, no es necesario nadie más. —Se giró y salió por la ventana tomando forma de un pequeño cuervo. — Solo me preocupa que luego tu salgas lastimado. —Pensó pero jamás se lo diría.
Ya no eran los jóvenes de antes, pero aun así antes, mucho antes del desierto, Maicol juraba que había aunque sea un pequeño; sin importar que sea poco, un poco de amor de parte de Satsujin hacia el. Ahora estaba tan vacío. Y el solo estaba roto, pero aun así trabajaban juntos.
Haruki se encontraba apoyado en la pared, mientras Black leía algunos libros para descubrir qué le pasaba a su compañera. Golpeó la mesa al encontrar la respuesta asustando a las chicas y sus demás compañeros que corrieron donde su amiga al enterarse lo sucedido.
— Encontré la respuesta. —Hablo levantando un libro.— Está en hibernación mágica, esto sucede con híbridos o seres que no llegaron a convivir en su lugar de origen.
— ¿Dice cuanto dura? —Pregunto preocupado el hermano de Sabrina.— ¿Estás seguro que ya no tienes nada de bebida en el cerebro?
— Chicos no es el momento, se los pido. —Suplico Haruki quien se acercó a la chica que está recostada en la cama, tomó la palma de su mano y dejó caricias sobre esta.— Yo estaré aquí para ella, estará bien, Yo he de cuidarla y protegerla.
Nadie dijo nada y solo sintieron que era mejor no decir nada. Eli bufo y miro hacia otro lado. Angelica se había dado cuenta pero prefirió no comentar nada sobre eso ya que ninguno parecía darse cuenta. Black cerró el libro y mordió sus labios al darse la vuelta para guardar sus cosas en su mochila se juró ver a Sabrina limpiar una lágrima. Quiso acercarse para consolarla pero eligió no meterse.
— Estaba pensando en algo. —Comentó Angelica para romper el silencio.— Mayormente uno dura así en esta etapa por unos días ¿no?
— Según encontré dura al menos cinco días a lo mucho pero eso no es de preocuparse, su cuerpo esta solamente activando hormonas y genes que ella ya poseía solo estaban inconscientes. —Explico Black mientras abrazaba su mochila.
La puerta toco con fuerza asustando a los demás, una extraña presión sintió en su pecho el hechicero, dejando en el suelo su mochila. Un mal presentimiento. Al abrir la puerta frente suyo estaba Maicol. Su rostro se volvió pálido y por unos segundos sus piernas temblaron.
— Lárgate. —Murmuro con la voz un poco temblorosa.
— Black, tu padre me ha enviado
— No me interesa nada referido a el. —Mintió apunto de cerrar la puerta pero un fuerte brazo lo detuvo.
— Te extraña, quiere que nuevamente vuelvas a casa...
Casi se cree esas palabras, incluso se sintió feliz por un fugaz momento.
— Mientes. —Mascullo. —Dile que nos deje en paz y que no quiero saber nada de ese hombre. Lo odio
— No lo odias es tu padre y lo sabes, escucha, se que ha sido cruel contigo pero en el fondo se que te quiere...
— ¡Cállate! —Grito aferrándose de la puerta.
— Interesante. —Murmuro y se transformo en un pequeño roedor solo para llegar a la puerta de Akiko. Black sintió que su corazón saldría de su pecho. Corrió y lo saco de ahí apenas el pequeño roedor estuvo fuera de la casa nuevamente Maicol volvió a su apariencia normal.— Sus poderes ya saldrán a la luz.
— Déjenme en paz, por favor solo pido que nos dejen en paz. -Insistió.
— Si no aceptas o no regresas con tu padre tus amigos serán los primeros en pagar. —Ni siquiera miro a los ojos al chico al decirle eso. — Sabes de lo que es capaz tu padre.
Black asintió.
— Dentro de tres ven a casa, sabes que no es tu padre quien te espera ahí. Pero aun ahí tienes gente que te quiere. Te estoy poniendo entre la espada y la pared pero sabes que no tengo mas opciones chiquillo. —Le dio una corta sonrisa antes de desaparecer transformado en cuervo. Dejando al chico confundido y con un pequeño mareo por el estrés.
...
Eli salió de la habitación de Akiko y Angelica le siguió al verle estresado.
— ¿Todo bien?
— ¿Acaso debería contártelo? —Respondió su pregunta con otra soltando un suspiro.
— Tampoco es de mi interés si no quieres.
Ninguno dijo nada pero aun así mantenían la mirada fija con el otro.
Sabrina se había quedado sola en la habitación con Haruki. Veía como los ojos de su compañero brillaban al ver a la chica, hizo presión en sus brazos hasta llegar a herirse un poco.
— Haruki... —El chico levanto la mirada hacia Sabrina y solo la vio inclinarse hasta su rostro.— Es lindo como te preocupas por ella, es tierno.
— Gracias, creo.
—¿Por qué ella y porque yo no? —Pregunto mirando los ojos del contrario. — Yo puedo ser para ti.
Antes de que llegara a besar al chico este se hizo para atrás negando varias veces.
— Alto ahí Sabrina, yo no di mi primer beso y realmente si deseo que sea especial o al menos con alguien que me guste un montón. —Mordió sus labios nervioso. — No quiero herirte querida amiga pero no eres tu mi persona especial. Realmente lo siento, perdóname por hacerte esto.
— Entiendo. —Fue lo último que dijo antes de retirarse de la habitación.
...
Akiko caminaba por un desierto oscuro, era de noche, al meno eso quería creer, pero podía ver un eclipse formarse en medio de esta oscuridad. Esto la hipnotizo unos segundos. A lo lejos ve a su madre sentada mirando el cielo. El paisaje fue cambiando de manera drástica a un simple jardín en el día.
Se acercó a ella pero al tocarla desapareció en forma de pétalos que él viento se llevaba. Akiko empezaba a soltar lágrimas, corriendo para encontrar a alguien, ni ella misma sabia lo que buscaba, sintió una mano agarrándola y solo escucho «te amo» pero esas palabras solo provocaron mas lagrimas, veía como esa persona desaparecía en fuego, solo veía brillos verdes alrededor de ella confundiéndola de manera muy dolorosa. Después apretó sus ojos.
Despertó y tenia lágrimas en sus mejillas, a su lado veía a Haruki, echado en sus abdomen y apoyándose un poco en la cama. Se seco las lágrimas y empezó a acariciar su espalda para que despierte.
— Akiko despertaste. —Dijo sorprendido, se levantó y llamó a los demás, los demás llegaron a la habitación y con una sonrisa se acercaron para abrazarla.
— ¿Qué pasó?
— Estuviste dormida por tres días. —Haruki fue el primero en hablar y romper el abrazo.
— Mira el lado bueno. Tienes tus poderes y en cualquier momento podrás usarlos y aprenderás a controlarlos. Dudo que sea difícil. -Sabrina había hablado demasiado rápido como para que la chica llegara a asimilar todo de golpe.
No llego a decir ni una palabra mas, tenían que asistir a clases y solo se fueron sin volver a tocar el tema. Parecía un día normal pero ella no había prestado nada de atención a las clases al llegar Sabrina fue la primera en entrar a la cabaña. Abrió sus ojos al ver a Black con un bolso.
— No me jodas Black. -Dijo molesta.— Después de todo si vas ha irte... ¿No deberías ir con tu padre! Eres un idiota, no te importa nada después de todo lo que pasamos
Empujo al chico y él solo mantuvo la cabeza agachada sosteniendo un collar de una piedra morada. No se atrevió ni a dirigir la palabra a las demás y salió en silencio del lugar.
Nota de Autor/ra:
Capitulo corto otra veeez.
Culpemos a la universidad y no a mi procrastinación.
No tengo mucho que decir esta vez mas que se me antojo chocolate. Gracias por su apoyo muchos besos. Adoro actualizar me da una emoción. Error que vean avisen plis.
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