CAPÍTULO 11
— ¿Qué hacen aquí? —Takeru los interrumpió, haciendo que ambos chicos lo miraron confundidos y en alerta por qué no conocían a esa persona.— No importa, vayanse el lugar donde se encuentran es peligroso, —Dijo mientras soltaba un suspiro pesado al verlos reaccionar y apunto de atacarle. — solo váyanse de aquí, no los delataré porque la verdad no me importa. —Dijo sin importancia mientras se encogía en sus hombros.
— ¿Acaso confiaremos en ti? —dijo Akiko parando se firmemente.
Los mira unos segundos y les sonríe. Se larga de ahí, así dejándoles solos nuevamente. Si tan solo él podría encontrar ese tipo de amor para llenar su vacío. Ni su hermano le demostraba cariño. Solo. Así se encontraba. Pero, ¿qué podía hacer? la única persona que amo fue asesinada sólo por ser diferente. Su hermano no sabía ni pizca de él. Nadie sabía sus secretos y no era momento de que lo supieran.
Pero... ¿Porque sintió que aquellas personas serían la salvación de su tormento? Realmente quería ayudarles y no solo por él. Más que nada lo hacía por Black.
Haría hasta el más fuerte sacrificio por él, una y otra vez. Y lo ha demostrado desde su infancia.
Akiko y Haruki se miraron y se encogieron entre sus hombros sin comprender nada, caminaban por ese inmenso pasillo de ese castillo sin poder encontrar a su amigo. Akiko estaba nerviosa, aquel lugar era como un laberinto, había muchas puertas. Se encontraban confundidos hasta que se detuvieron se detuvieron.
— Sería mejor revisar todas estas puertas. —dijo Haruki, su acompañante asintió. Entraron a una de esas puertas. La habitación estaba oscura y vacía.
— Estoy preocupada, —Akiko empezó a hablar mientras miraba a su alrededor, al parecer estaban en la habitación de alguien.— no sabemos lo que llegará a pasar o que puede pasarnos, —Siguió hablando mientras acariciaba unos libros sobre una mesa negra. — sabes, quiero disculparme por meterlos en este lío, si no hubieran sido mis amigos ustedes... —Haruki le cubrió la boca con su mano y no dejó que diga ni una palabra más, la mira a los ojos, baja su mano lentamente.
— No digas eso, —Haruki le miró con preocupación y amor, el brillo en sus ojos expresaban muchas emociones.
— si fuimos tus amigos es por que te volviste importante y cuando algo es importante no dejamos que nada le pase, tú estás haciendo lo mismo con nosotros debemos agradecerte. —Haruki acarició la mejilla de Akiko mientras hablaba. — Tan solo date cuenta lo especial que te has vuelto para mi Akiko. Ha de ser muy pronto mi amor y por ello no me correspondes pero te esperaría hasta la otra vida si me dices ahora. Realmente me quedaría esperando cada primavera solo para que tus ojos me miren con amor.
Mientras ellos se quedaban ahí hablando, Dojun y Sabrina decidieron buscar a los demás, estaban preocupados por ellos porque al parecer no resultaría fácil encontrar a Black. Eso creían ya que los chicos estaban tardando. Sabrina miraba las puertas, se distrajo con una pintura de una bella señora y un niño quien era Black en su plena niñez, al mirar al frente Dojun ya no estaba, camina más rápido para buscarle, miraba hacia sus lados. Un golpe le hizo mirar al frente, había chocado con una persona. Su ceño se frunció al mirarle.
— ¡Tú! —Le empieza a golpear su pecho suavemente con unos puños y llorando continúa hablando— Estúpido, estúpido, estupido. —Repetía aquella palabra, se sentía triste, preocupada y molesta.
— Sabrina, detente por favor… — Él la detiene tomando sus muñecas, luego la acorrala contra la pared sin soltarla ni ser torpe, más bien era cuidadoso, se le acerca más a ella y le mira directamente a los ojos. Además ver esos ojos era lo que más extrañaba en esos momentos.— Calmate y escuchame por favor, —Black soltó un suspiro.— quiero que me perdones —Su voz era más suave tenía un nudo en la garganta— yo hice esto por tu bien y por los demás, siento haberte dejado, cuando nuestra primera regla fue no alejarnos del otro. —Luego apoyó su cabeza en el hombro de Sabrina.
— Eres un tonto. —Murmuró Sabrina— Si te hubieras quedado, entre todos habríamos luchado, —Levantó más la voz— nuestros amigos están aquí por ti, tienes que irte con nosotros. —Sabrina se puso más nerviosa al ver que él no respondía.
Lo abraza fuertemente, él recibe su abrazo cálidamente, ese abrazo expresaba su amor, al parecer no deseaban separarse. Lentamente se alejan sus rostros, estaban cerca y sus ojos se cruzaban, en unos segundos sus labios se habían juntado, era un largo y tierno beso, un beso que se necesitaba en esos instantes, intensificaron más el movimiento de sus labios pero el aire les faltó así que los separaron. Miraron sus pechos y vieron sus collares iluminarse cuando estos rozaron por el beso que se dieron. Estaban rojos. Pues ese había sido el primer beso de Black. Sabrina acarició su rostro y noto los ojos rojos de su contrario. Le abrazó nuevamente.
— Busquemos a los demás —Se separó de él— y... estemos juntos. —Le toma de la mano, le sonríe lo cual Black repitió después. Así ambos avanzaron. Tenían un sentimiento de seguridad pensando que ahora todo estaría bien.
¿En serio ya todo saldrá bien?
...
Takeru se sorprendió al ver aquellos collares brillar y a Black besarse con esa linda chica.
— Eres un idiota… —Murmuró cubriendo su rostro. — Un hechizo de amor, no entiendo tus motivos pero no tengo nada más que ofrecer que mi apoyo. Te es fácil romper las promesas ¿Verdad Black?
Vio a los chicos alejarse y caminando en silencio se dirigió a su habitación encerrándose con seguro y cubriendo su cabeza con las manos. la falta de aire se hizo más pesada y él mismo podía jurar que sentía caerse a una piscina y ahogarse sin ayuda alguna. Lanzó todo lo que había a simple vista dejándolas caer al suelo y finalmente terminó de rodillas, dejando que su mente viaje al pasado.
“— Quiero estar hasta el final a tu lado. He visto los horrores que mi padre ha ocasionado, tú y yo seremos diferentes.
— Solo tu y yo. ¿Lo prometes? —Dijo la versión pequeña de Takeru mientras abrazaba a Black.
— No me destruyas, no me hieras. No hagas lo mismo que muchos me han hecho en esta corta vida.
— Ojala seas tu quien no me olvide cuando mañana te ayude a escapar. --- La dulce voz de Takeru junto a su inocencia en ese tiempo creía que esa promesa era un juntos para siempre. Se había aferrado a esa promesa, había conocido más amores y todos fueron arrebatados a muerte.”
— No debería amarte, ya muchas veces he comprobado que amar es muerte, que las promesas se rompen y que tu acabas de romper tu promesa y que si te amo puedo perderte. y no lo soportaría. —Se abrazó a sí mismo y se recostó en el frío suelo tratando de ignorar sus pensamientos.
Mientras tanto Yamato se encontraba frente de Maicol indicando dicho hechizo y sonriéndole.
— ¿Qué ganaremos con esto? ¿Qué ganaré yo, Yamato? –-Le reclamo, y miro a otro lado.
— Poder y tal vez un poco de diversión, deja tu orgullo y cumple lo que te dije. —Finalmente logró convencerlo. — Adelante, amigo mío, adelante por más poder, vamos que todo este reino será nuestro. Vamos por la corona y vamos por la diversión.
De su mano salió fuego y formó una corona de fuego haciéndola desaparecer dejando con la boca abierta a su cómplice y saliendo de esa habitación de inmediato. No había nada que perder, no para él. Se acomodó bien su chaqueta y por un segundo sintió la mirada de alguien detrás suyo. Al mirar atrás solo el silencio lo acompañaba, camino hasta su habitación restando importancia al asunto.
Aquel hombre con algunas canas, arrugas en su frente y piel morena, se ajustaba la corbata de su traje. Se dio media vuelta y salió de su gran habitación, al llegar a un gran salón algunos hombres encapuchados y máscaras de oro le esperaban, a su izquierda estaba otro señor con su esposa.
— Tenerlos aquí es muy inusual, no se ha visto este tipo de reuniones desde hace largos años, casi dos siglos si no me equivoco o desde…
— Majestad, el Rey de Selene y la reina de Crystals tardaran en llegar. Tengo informe sobre Urania, alguien atacó su reino y robó cantidad de cosas, en thirio encontramos dragones dañados severamente y ni hablar de porque tiene la presencia de los kidemones aquí. —Alzo la voz el director de la institucion de Thirio.
La puerta fue abierta con mucha fuerza por un hechizo, la reina de Streghe hizo presencia con su cabellera rubia y pocas arrugas en su rostro. — Esto es señal de que el ese maldito clan destructor regresó. Y usted majestad esta en su puto reino tranquilo sin saber lo que esta sucediendo en el exterior. Le exijo que preparemos tropas y que los kidemones novatos ya tengan sus espadas luminosas para un ataque. —Dijo brava y haciendo puños en sus manos.
El rey de Akai Tsuki suspiro y cayó rendido a su sillón blanco.
— Tengo entendido que solo provocaremos muertes si atacamos sin tener un plan previo, es mejor que los kidemones expliquen la situación. —Habló aquella mujer de cabello castaño y piel casi morena y amarillenta. La esposa del director se acercó al rey junto con su pareja para transmitir su tranquilidad. Un poder que pocos ya poseían.
— El rastreador de magia a estado emitiendo señales de emergencia, al norte del bosque, aquel bosque que esta abandonado aun queda las ruinas del castillo negro y de ahi proviene. En Urania también había estas señales pero hay una barrera que impide que nuestras armas tengan utilidad. tendríamos que entrar con nuestra magia natural pero sigue siendo un riesgo. El clan cold blood parece estar más que preparado para cualquier ataque nuestro. —Habló uno de los encapuchados.
— Que sugieren, ¿que arme tropas entonces? —El rey gruñó y cubrió su rostro tratando de pensar en algo. — Necesitamos información de lo que estan haciendo, algún dato de alguien que esté cerca de ahí o un infiltrado pero todos estamos en riesgo.
La puerta fue abierta y una bella mujer de cabello rojo entró y detrás suyo una mujer muy pequeña volaba, al estar dentro la de cabello rojo susurro algo inaudible para todos los presentes. La pequeña hada se transformó casi de la misma altura que su compañera y sus alas fueron ocultadas, su cabello rubio era lo más lindo al igual que sus ojos verdes.
— Nuestra presencia es algo tardía pero queremos un informe de la situación.
La reina de Crystals estaba presente y mientras escuchaba la situacion sintio sus manos temblar a gran intensidad. miro a su alrededor y sintio ganas de vomitar. Todos entendían la situación. nadie queria repetir lo que paso hace años.
La noche verde.
Aquella guerra que consumió muchas vidas, donde cada reino parecia dividido y eso perjudicó ya que entre cada uno había sangre y pérdidas. El clan Cold Blood era muy grande y estaba dividido por cada reino haciendo desastres y derramando sangre hasta del ser más pequeño, había causado bastantes pesadillas. Y sus ataques eran sorpresivos y por las noches. Una guerra que duró siete noches.
— No debemos permitir esto. quiero que informen a Selene que proteja a Urania. Los demás están dispuestos a cualquier ataque sorpresivo. No sabemos qué tan grande es el enemigo ni sus planes. Thirio, entrenen a los estudiantes por sí es ahí donde comenzará una guerra. No los asusten, ni hablen del asunto. Niños pequeños y mujeres más jóvenes serán evacuadas a Pagogi, ahí hay un refugio. — Habló el rey antes de retirarse dejando un silencio muy helado en aquella gran sala.
…
— Podríamos olvidar el asunto y luego irnos. — propuso Maicol, mientras su jefe sonreía.
— Podríamos… pero no es algo que yo desee. —Le jalo del brazo para tenerlo cerca suyo. — Recuerdo que ya te avise que yo deseo más que nadie que todo lo que ves y el suelo que pisas esté a mi nombre, ver que todos se arrodillen y me digan Majestad.
— Eres un egoísta Satsujin. —Un quejido se le escapó cuando su cabello fue jalado con brusquedad.
— Te falta aspiración, querido. —Lo libero se levantó de su cómoda cama. — Así morirás más antes de que tenga la corona. ¿Qué triste no?
— Al menos espero que me traiciones y seas tu quien me mate. — Dijo entre dientes cruzando sus brazos.
— En tus sueños, mi objetivo es otro. Mi fiel compañero cuando tenga un trono. Ese título te queda mejor. —Se acercó a él y apoyó su mano en la cintura del contrario. — Le demostraré a Dojun que soy mucho mejor que él, que mi pareja se quedo a mi lado y que él estará solo y devastado; no tendrá ningun consuelo, sufrirá, agonizara y en su momento débil lo destruiré a él y su maldita hija.
— Estás muy lleno de odio… Espero que no pierdas a tu hijo por esto.
— Veras que volverá arrodillado ante mi. Nadie puede dejarme. ¡Escuchaste, Maicol, nadie se atreverá a dejarme! — Le gritó en la cara antes de separarse y salir de aquella habitación.
Su seguridad está siendo controlada por la maldad y todo el ego en su corazón, un pensamiento vacío y nada de razonamiento. Totalmente consumido y herido, preparado para herir y perderlo todo sin darse cuenta. Satsujin estaba consumiendo todo a su paso y lo que escupía arriba pronto le caería en la cara.
Nota de autor/ra:
Buenas, tardes, noches o días.
Jskdje Me he olvidado de subir el capítulo y si no me decían ni me acordaba. Mil disculpas...
Besos, hasta la próxima.
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