Calima deslumbrante
Era el 15 de agosto a las doce y media del día
Era un día caluroso más de lo normal el mero hecho de caminar de un lado a otro me dejaba más cansada de lo normal pero aun así no podía darme la vuelta y volver a mi casa tenía que ir a verme con Marcy en el parque. A pesar de ser fin de semana no había mucha gente en la calle, por no decir que no había nadie.
Al llegar al parque pude ver a Marcy a lo lejos así que me acerqué a ella para darle un abrazo.
-¿Qué haces? -Dije con mi tono habitual tratando de entablar una conversación.
-Nada.
-Que calor, ¿verdad?
-¿Si?
-Pero a mi no me disgusta el verano.
-Yo lo odio.
Me extrañé unos segundos ante su comentario, pero no le di muchas vueltas, tomo asiento en el columpio que estaba alado. Fije mi mirada en un gato que se acerco a Marcy y esta no dudo en acariciarlo, pero al cabo de unos segundos este salió corriendo y Marcy tras de el.
-Oye espera. -Le grite, pero pareció no oírme. -Marcy. -Volví a gritar, pero esta vez más fuerte con la esperanza de que me escuchara, mira al otro lado de la vía viendo un camión que venía a toda velocidad. -¡Marcy!
Grite a todo pulmón al ver como a Marcy en el suelo, inmóvil cubierta de su propia sangre, las calles que parecían vacías ahora estaban llenas de gente todas reuniéndose alrededor de la escena y el gato al otro lado de la calle lamiendo su pata. Me fui acercando hasta su cuerpo abarzandola con la esperanza de que despertara.
Mi cabeza comenzó a dar vueltas y yo solo estaba mirando tu cuerpo, preguntándome el porqué de tu sonrisa si acababas de morir, el olor de la sangre me comenzó a marear y al final termine desmayándome.
Con el tictac del reloj me desperto de golpe con una ligera capa de sudor cubriendo mi cuerpo, miré mi teléfono fijando me en la fecha y la hora.
15 de agosto a las doce y media del día.
-Fue un sueño, si eso fue un sueño. -Suspire aliviada. -Entonces tengo que ir con Marcy. -Dije feliz ya que ella en realidad no había muerto y todo fue una simple pesadilla.
¿No es así?
Volví a tomar el mismo recorrido hasta que volví a llegar al mismo parque, Marcy estaba en el mismo lugar, las calles estaban vacías otra vez y el mismo gato acercándose. Todo parecía exactamente igual.
-¿Qué pasa? -Logre oír a Marcy sacándome de mi trance
-Regresemos a casa. -Dije tomando su mano para sacarnos de ahí.
-¿Que?
-De momento, vayámonos de aquí.
-¿Qué estas hacien-
No la deje terminar ya que me apresure en jalar de su mano para comenzar a irnos lo más rápido posible, al cabo de unos minutos ya estábamos lo suficientemente lejos. Marcy no iba a morir no lo iba a permitir.
-Suéltame.
-No quiero. -Dije sin voltear atrás
-Te dije que me sueltes. -Marcy logro zafarse de mi agarre mientras me empujaba, caí al suelo algo adolorida levante la mirada viendo el mismo gato no muy lejos de mi, un escalofrió recorrido mi cuerpo mientras volteaba mi mirada. -Marcy. -Volví a gritar viendo como varias vigas de metal caían encima suyo.
Traté de correr hacía ella para salvarla, pero ya era tarde las vigas habían atravesado su cuerpo y yo no pude hacer nada.
Mire al gato por ultima vez antes de volver a desmayarme y despertar en mi cama.
Sin perder tiempo me levante y corrí hacía el parque de nuevo.
Tenía que salvarla, tenía que hacerlo.
Esta vez no me moleste en hablarle solo tome de su mano y salí corriendo para llevarla a un lugar seguro.
-¡Pero ¿Qué te pasa?!
No le respondí solo seguía corriendo, no iba a parar, ni la iba a soltar, no esta vez, cambié de recorrido al anterior para que no pasara lo mismo, mirada a todos lados fijándome que no hubiera algo capaz de causar un accidente y así parecía. Comenzamos a subir unas escaleras con eso solo quedaba una cuadra para poder llegar a casa, sanos y salvos.
-Suéltame.
-Tu sígueme por favor. -Dije ya con la respiración entre cortada intentando recuperar aire para seguir subiendo las escaleras.
-Anne, estas rara.
Al subir por completo me detuve de golpe al ver al gato de nuevo, sin querer solté la mano de Marcy quien no tardo en caer hacía atrás por las gradas, pero aun así Marcy estabas sonriendo como si nada.
¿Por qué?
¿Por qué lo estabas haciendo?
Deja de hacerme esto.
-No, otra vez no. -Dije destrozada viendo de nuevo el cuerpo inerte de Marcy en el suelo.
He perdido el conocimiento incontables veces en este burlón calor, este maldito ciclo se ha repetido por décadas me di cuenta de eso hace mucho tiempo, y en algún punto yo debo de cansarme, aunque intentara de todo nunca lograba salvar a Marcy y aunque lograra salvarla un día al siguiente terminaba muriendo y el ciclo se repetía, no importaba el camino que tomara, los cuidados que tuviera nada parecía cambiar.
En este cliché de la historia tan solo debe existir un final, más allá de este verano que se repite, ha de existir.
Volví a despertar en mi cama como si nada, pero esta vez sería diferente.
-Estoy cansada. -Me dije a mi misma comenzando a caminar, no recuerdo cuantas veces he tomado el mismo camino, solo quería que esto acabara, pero parecía no tener fin.
-¿Qué haces? -Me pregunto Marcy mientras miraba como se acercaba el gato hacía nosotras
-Nada.
-Que calor, ¿verdad?
-¿Si?
-Pero a mí no me disgusta el verano
-Yo creo que lo odio. -Dije recordando todas las veces en las que vi a Marcy morir de distintas formas, formas en las que ni siquiera me imaginaba, intentaba salvarla una, y otra, y otra, y otra vez, pero nada parecía funcionar.
El gato volvió a escapar de tu regazo, pero esta vez quien lo persiguió fui yo. -Tengo que ir.
-¿Qué? -Logre oír a Marcy mientras me alejaba. -Anne espera, detente.
Ignore su llamado mientras perseguía al gato, poco me importaba si el camión me atropellaba ahora solo quería que esto terminara de una vez, solo quería que Marcy dejara de morir.
-Anne. -La logre oír gritar.
-Toma eso. -Dije mirando fijamente al gato antes de que el camión chocara contra mí. Mire a Marcy con una sonrisa, aunque ella solo estaba llorando a más no poder. Al cabo de unos segundos todo se volvió negro.
El tictac del reloj me despertó de mi cama de nuevo, me levante mientras tomaba mi teléfono para ver la hora.
16 de Agosto pasando de las 12.
El 16 de agosto pasando de las 12, una chica despertó en su cama con su rostro cubierto de lágrimas y se dijo así misma.
-He vuelto a fallar. -Murmuro mientras acariciaba un gato.
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