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ᴅᴜᴇʟᴏ ғɪɴᴀʟ

ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ |𝟸𝟺|

ᴇɴ ᴍᴇᴍᴏʀɪᴀ ᴅᴇ; ʟᴇᴇ ᴛᴀᴇᴍɪɴ

Apreté los dientes fuertemente al escuchar las palabras de Jimin. No entendía porqué las desgracias me perseguían tan arduamente incluso cuando creía que al fin había escapado de ellas.

Miré a Tara y a mi hijo que estaba en sus brazos, dejandoles ver a través de mis ojos que todo iba a estar bien, que pasara lo que pasara ellos iban a estar bien. Tomé la mano de ella suavemente y la acaricié.

— Vulevo en un momento, termina de comer y descansa un rato — dije con una sonrisa disimulada pues mi disgusto era más fuerte — Llama a mi madre si necesitas algo.

Ella asintió y me miró con los ojos llenos de preocupación, no tragandose por completo mi tono calmado porque estaba seguro de que mi aspecto facial decía todo lo contrario.

Me puse en pie y salí de la habitación, acelere mis pasos cuando llegué al pasillo para dar a la salida, Jimin me perseguía y decía algunas cosas que no tenían sentido para mí. Ni siquiera sabía quién era nuestro problema, pero podía apostar a que se trataba de alguien a quien no quería ver ni en mi lecho de muerte.

Llegué al patio, todos ya se habían levantado de la mesa y estaban a la espera. Sólo avancé unos cuantos pasos más cuando lo vi, a Lee Taemin arriba de su caballo color blanco y cubierto de una capa negra, detrás de él tenía a todos los soldados con los que yo alguna vez había trabajado, personas con las que me rodee en algún momento.

Me sentí incluso más furioso porque después de lo que había hecho, de que él era la razón principal por la cual yo había pasado meses lejos de Tara, aún así se atrevía a venir aquí.

— Jungkook... — dijo Jimin a mi lado, puso su mano en mi hombro y me pidió silenciosamente que calmara mi enojo — Piénsalo bien...

— Silencio, Jimin — respondí. No me apetecía actuar con calma, no quería la paz y si podía elegir violentar su cuerpo, lo haría.

— ¡¿Dónde está?! — gritó Taemin sin bajar de su caballo, sin acercarse más.

— ¡Aquí solo gritó yo! — respondí furioso, ignorando por completo a Jimin que murmuraba a mi lado que era mejor calmarme.

— ¡Se que tienes a Tara aquí! — miré de reojo a mi madre y mi padre, ambos se movían lentamente hasta el interior de la casa, cosa que agradecía pues con Taemin no se sabía nunca — Y te ordeno que la traigas ahora.

— ¿Por qué vienes aquí a buscar algo que no es tuyo? — di unos pasos más cerca de él, sin titubear.

No sentía miedo al acercarme a él, nunca lo había tenido, aunque antes mi condición podía darme un poco más de seguridad y hacer que me confiara, no temía hacerlo siendo simplemente yo. Además, confiaba en el resto de mi familia, ellos permanecían callados pero atentos.

— Es mi esposa, cabrón — dijo entre dientes. Se removió en el caballo y bajó — Me pertenece, por la ley.

— ¿La ley que tu creaste? — me burle. Taemin se acercó unos pasos más a mi hasta que ambos estuvimos lo suficientemente cerca como para oler el aroma el uno del otro.

— Deja de jugar y dame a Tara y por supuesto, al bebé — amargamente me reí, fingiendo que en realidad quería golpear su rostro hasta que fuera irreconocible, hasta que pidiera piedad o hasta que muriera — Sabes que no puedes alejarla de mi...

— ¿O qué? — pregunté con burla — ¿Vas a mandar a todos ellos a que acaben conmigo? — señalé al resto de soldados con los que había venido — ¿No puedes resolver las cosas tu solo?

— Tú tienes a toda esta gente aquí. Sabes que no es lo mío perder — respondió con arrogancia — Deja que venga conmigo, su esposo, y todo se resuelve tranquilo. No querrás someter a tu gente en una pelea que perderán por una simple mujer.

Estuve tentado a estrellar mi puño en su cara por la manera en la que se había dirigido a Tara pero no lo hice. Iba responder a lo que había dicho cuando alguien más se adelantó.

— Tara no es una simple mujer... — escuché la voz de Minhyuk resonar a mi espalda. Alguien que como el resto de mi familia siempre había estado ahí, crecimos juntos — Es la mujer de mi jefe.

Taemin empezó a reír y aplaudir. Empezaba a creer que perdía mi tiempo y que debía matarlo de una vez.

— ¡Escúchenlo muchachos! Los aldeanos deciden asistir a su jefe de juguete — aplaudió más fuerte, llevando mi presión arterial a un límite histórico — Patético. Dame a la mujer, mi hijo y me largo, para que así ustedes puedan seguir jugando a la familia feliz.

— Vete, Taemin.

— Dame a Tara — apretó los dientes y se acercó de manera amenazadora a mi — Esa mujer tiene deudas conmigo, así que dámela. Es una zorra, mató a mi familia.

— Una vez más lo digo, vete.

— Damela, una vez que nazca mi hijo podré deshacerme de ella, entonces talvez te invite a su funeral.

— Es mi hijo, no tuyo — su cara cambió abruptamente — Así es Taemin, en el cuerpo de ese bebé corre mi sangre.

— Me acosté con ella...

— ¿Cuantas veces? — me burlé. Me sentía mal hablando de Tara bajo estas condiciones pero no podía pararlo — ¿Una vez? Porque conmigo lo hizo muchas veces, en diferentes posiciones. Antes de estar casada contigo y después de eso. No tienes nada que pelear aquí. ¡LARGATE!

Se abalanzó sobre mi y me cogió del cuello.

— Eres un maldito traidor, mi familia te dio posada cuando estabas en la mierda entera.

— ¿Yo? — pregunté enojado — Solo fuiste tras Tara cuando descubriste que me gustaba, imbécil. Nunca la has querido como yo.

— Te voy a matar...

— ¡TAEMIN! — un grito a mi espalda. Era Tara. ¿Qué hacía levantada? ¿Qué hacía afuera?

— Tara... — gruñi furioso.

— Ahí estas, pequeña zorra — Taemin me soltó y hizo amago de caminar hacia ella pero lo detuve. Lo tomé del brazo fuertemente, deseaba golpearlo también pero no quería alterar a Tara, ni armar una pelea.— Es mejor que muevas tu trasero al carruaje, Tara y cierra los ojos, que va a llover sangre — dijo eso y me miró.

Dijo eso y luego lo vi sacar una pequeña daga de su pantalón con intenciones de clavarla en mi abdomen. Fue rápido así que use mis manos para cubrirme y evitar un poco el daño pero cuando intenté apartarlo, Taemin caía de rodillas frente a mi. Abrí los ojos como plato y me di cuenta de que tenia una flecha clavada en su cuello y un chorro de sangre salía de su boca.

Ciertamente llovía sangre.

Miré a los lados, todos estaban tan sorprendidos como yo. No entendía, nadie tenía un arco en sus manos. Entonces, de las sombras de los árboles salió la única persona que no espera que hiciera algo así.

Taesun. Sostenía el arco en sus manos y se acercaba lentamente a mi.

Dejé caer a Taemin, muerto, inseguro de lo que había pasado. Estaba pasmado sin poder creer que Taesun se había atrevido a hacer algo como eso, a defender a su hermana.

La paga a la maldad es muerte — murmuró cuando estuvo lo suficientemente cerca del cuerpo. Dejó caer el arco y luego se alejó de nuevo, hacia donde estaba Tara — Lo siento — dijo pacíficamente y luego hizo una pequeña reverencia — Se acabó, Tara. Se feliz — Tara no hablo, e aún boquiabierta por lo que pasaba.

Se volvió a alejar y tomó el caballo en el que había venido Taemin.

— Tomen el cuerpo y vamos a casa — Aún perplejos los soldados hicieron lo que ella pidió. Talvez  porque estaban aturdidos o porque sabían bien que ella también era una Lee y que de no hacerlo esa chica iba a acabar con ellos.

Recogieron a Taemin del suelo y lo subieron con dificultad a un caballo, después empezaron a alejarse.

Volteé a ver a Tara y ella al fin reaccionaba. Cayó al suelo de rodillas y dejó salir un grito lastimero luego empezó a llover.



Esperé pacientemente a que Tara despertara de su siesta. Se desmayó, la trajimos dentro y cuando despertó no hablo, entonces mamá sugirió que era bueno darle un calmante, eso hizo que durmiera lo que quedaba de la tarde y después casi toda la noche.

Después de lo sucedido todos acordamos no mencionarlo nunca más, no recordar ese feo capítulo de nuestra vida, entonces podíamos estar tranquilos y cada quien ir a su propia casa y descansar. Apostaba que todos estaban dormidos o haciendo otras cosas pero no debían preocuparse por nada, por ahora.

Mi hijo yacía a la par de su madre, igual dormía plácidamente envuelto en tantas mantas como fuera posible dado que hacía mucho frío. Se había despertado un par de veces por motivos de hambre y a como pude hice que el pecho de su mamá acabara en su boca. Fue toda una travesía.

Tara empezó a removerse hasta que sus ojos se abrieron por completo y me sonrió.

— Dormí mucho — dijo risueña. Se percató de que el bebé estaba al lado de ella y se giró para arrullarlo en sus brazos — También ha dormido mucho.

— Dudo mucho que tenga otra preocupación más que dormir y succionar tus pechos todo el día — dije con una sonrisa. Me recosté en la cama justo al lado de ella y acaricié su cabello — Estoy empezando a ponerme celoso.

— ¿De tu hijo? — preguntó con burla.

— Sí. Ahora tu prioridad es él, me sentiré bendecido su dejas tocarte una que otra noche — ella bufo.

— Se lo que estas haciendo y no funciona — dijo a modo de regaño — Quieres distraerme para no hablar de lo que pasó antes, pero yo necesito que lo hagamos.

Suspiré profundamente. Sabia que ella no iba a olvidarlo fácilmente.

— No hay mucho de qué hablar.

— Quiero ver a Suni — dijo ella, no pidiendo hacerlo, era más que nada una orden.

— Lo pensaré.

— No vas a evitarlo.

— Tara, no me hagas enojar... — empezaba a ponerme tenso. Esta mujer no aprendía nunca.

— Pues no lo hagas, es algo que solo me concierne a mi...

— Se consciente por una vez en tu vida y entiende que ahora no solo importas tu, hay un bebé que depende de ti también y no voy a permitir que te dejes engañar por un buen acto de tu hermana cuando casi siempre fue mala contigo — dije rápidamente alzando la voz conforme decía más palabras — No vas a ir a ningún lado y si tengo que atarte de pies y manos lo haré. No pienso arriesgar tu vida, no voy a permitir que te lastimes.

Ella me miró con los ojos llenos de lágrima.

— Perdón... no quería hablarte así, pero entiéndeme Tara, no quiero que te arriesgues a nada — dije más calmado — ¿Lo entiendes?

— Sí. Sólo que... Suni es la única familia que me queda ahora...

— Yo soy tu familia, tu eres mi familia. No necesitas a nadie más, yo completare todo lo que haga falta, seré relleno si me lo pides. Me tienes a mi — le di un beso sobre su cabello y la acaricié.

— Está bien — dije suspirando.

El bebé empezó a quejarse suavemente.

— Creo que tiene hambre — dijo Tara — Solo lleva tres días fuera de mi vientre pero consume como si llevara más que eso.

— Yo creo que le gustan tus pechos y no lo juzgo — dije de broma. Le ayudé a recoger su cabello para que pudiera amamantar al bebé correctamente — Ya te dije, estoy celoso.

— Sabes que mi cuerpo aprecia mucho cada una de tus caricias así que cuando esté recuperada del todo puedes venir y tomarlo si es lo que deseas — dijo ella sin mirarme. Estaba centrada en el bebé.

— ¿No puedo ahora?

— Sí, puedes, pero no vas a hacerlo.

— ¿Por qué? — habían muchas razones por las cuales no iba a hacerlo, sin embargo quería jugar un poco con ella.

— Porque me duele... ahí abajo... — dijo bajito — me reí — No es chistoso. La cabeza de tu hijo ha pasado por un orificio tan pequeño como ese.

— Sí, se lo que se siente.

— ¡Jungkook! Tu no has dado a luz. – dijo riendo.

— No, me refiero a que se lo que se siente entrar y salir de ese orificio. Lo mejor que me ha pasado.

— Eres asqueroso — dijo en tono plano.

— Solo decía...

— Mejor duérmete — despegó al bebé de su pecho y lo recostó nuevamente a un lado de ella — Míralo, es igual a ti — dijo con adoración total.

— Te amo — le besé la mejía y me pegué a ella aún más — Vamos a dormir, lo necesitamos.

Ella se abrazó a mi y empezó a acariciar mi cabello suavemente con sus delicadas manos. No estaba seguro de cómo era el cielo o de si existía algo como la paz eterna, pero estaba confiado en que sentir sus caricias eran un pedazo de eso. Sentir su cuerpo pegado al mío no tenía precio, poder olerla y saber que a partir de esta noche todo lo que nos esperaba en el futuro era igual o mejor a esto.

Que habrían más noches entre ella, su cuerpo y yo, que habrían más oportunidades para hacerla mía, para hacer que recordara a quien pertenecía, que habrían más noches para hacer más bebes y sobre todo, más noches para amarla perdidamente.





Holaaaaa! Espero y aún recuerden la historia😁 Perdón por andar tanto tiempo perdida pero es que estaba ocupada:)

Bueno, nos leemos en la próxima 💗

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