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ɪɴᴛᴇʀʟᴜᴅɪᴏ; ғɪɴᴀʟ

ᴛᴀʀᴀ |𝟷𝟾|

     ᴜɴ ʙᴇsᴏ ᴀʟ ᴀɪʀᴇ

Me quedé junto a Taemin hasta la madrugada, hasta que su mente estuvo consciente de nuevo y pudo volver a la vida. No permanecí junto a él porque me importaba su estado o su vida, lo hice por el capricho de no salir fuera de casa y soportar preguntas de mal gusto para mi. Quería que todo lo malo corriera hacia mi madre.

Mientras estuve junto a él tomé tiempo para meditar en lo que había pasado. ¿Fue tan malo haber dicho eso? Revelar la identidad de mi hermana. No, había sido justo y por más que trataba de sentirme culpable simplemente no lo lograba. Jamás iba a sentir que la memoria de los demás corría sobre la mía. Jamás iba a aceptar que era mi culpa.

Pensando en mi yo del pasado me di cuenta de lo mucho que había cambiado en tan poco tiempo. Una persona podía cambiar progresivamente luego de años de dolor, a mi me había tomado apenas unos meses. La Tara de antes Jamás hubiera castigado de manera tan cruel a cualquiera que la hubiera dañado. La Tara de antes jamás iba a ensuciar sus manos en alguien más y eso se debía a que poco me importaba lo que pensaban de mi. Se metieron con mi vida, con el amor de ella y destruyeron cada pieza que yo había construido, entonces, un castigo severo era lo menos que merecían.

Nadie iba a poder entender las razones que me llevaban a traer a todos al fuego mío, jamás iban a razonar de la manera en la que yo lo hacía o al menos actuar con tanta dureza como yo. Tenía en cometido, proteger a quien en mi crecía a toda costa.

El tiempo corría rápido y lastimosamente, sin excusa alguna, había dejado que corriera sin actuar, por ende, con ocho meses de embarazo a punto de dar a luz en cualquier momento, me daba cuenta de que me equivoqué en la manera en la que había actuado. Dejé pasar mucho tiempo.

— Estás aquí... — dijo Taemin con voz pastosa una vez que abrió los ojos — Me duele la cabeza.

Lo miré sin inmutar algún movimiento o al menos de hacer el intento de ayudar a su cabeza a que estuviera más cómoda.

— Te golpeaste contra el piso — dije suavemente ignorando por completo su cara arrugada producto del dolor, talvez — Te has hecho una fisura pequeña.

— Eso es lo de menos ahora — dijo él. Hizo el intento de sentarse y lo logró con mucha dificultad dado que también se había golpeado el cuerpo — ¿Tú madre?

— No lo sé. He hecho de buena esposa y he estado aquí contigo todo el tiempo — me encogí de hombros restando importancia, dispuesta a dejarle solo y regresar a mi habitación. Estar embarazada no ayudaba mucho a mantener mi ánimo elevado. Casi siempre necesitaba dormir — El médico ha dejado medicina para ti, tómala.

— Tenemos que hablar Tara — me cogió la mano con mucha fuerza, demasiada para alguien con todo el cuerpo golpeado — Ahora.

— No tengo nada que decir — me solté de su agarre bruscamente y me puse de pie de la incómoda silla en la que estaba, por supuesto, cuidando de que mi vestido estuviera lo suficientemente esparcido como para que no viera mi abultado vientre — Habla con mi madre.

— ¿Tú lo sabias? — preguntó herido. No me importó, yo no le debía nada.

— Sí. Lo escuché por casualidad — dije con tranquilidad — Tu padre lo confirmó también.

— ¿Hablaste con él de esto? — arrugó la cara por el esfuerzo que estaba haciendo.

— Obvio que sí. ¿Cómo crees que logré hacer que tú no asesinaras a Jungkook? — iba a sembrar la espina, luego iba a huir como una buena zorra — Tú padre siempre ha sido un hombre taimado y malo.

— Cállate — apretó la mandíbula con enojo — Ten un poco de respeto por su memoria.

— Que en paz descanse tu padre — hice una mueca de solemnidad con burla absoluta — Pero dudo mucho que conozca el cielo, honestamente.

— Eres una zorra igual que tu madre — escupió con asco. No me sorprendió ni me ofendió — Solo que tu eres un poco más inteligente.

— Tienes razón. Todo es tu culpa — cerré la capa que llevaba bien sobre mis hombros — Pero creo que estas apuntando a la persona equivocada esta vez. Piensa un poco. ¿Por qué yo querría hacer que toda la aldea se entere de que tú padre fue un desvergonzado infiel?

— Tara... — gruñó enojado.

— Mi madre era la única que sacaría provecho. Anunciar una hija más mientras se lee un testamento, eso es muy su estilo — hice mi mejor cara de persona inocente para lograr mi cometido — Además, te recuerdo que ella siempre ha sido fiel amiga de lo que brilla, del poder, de tu familia — el me miró con rostro indescifrable — Me culpas a mi y te enojas conmigo pero, es mi madre quien lleva el bastón.

— ¡La mataré! — advirtió. Sabia que Taemin era de los que cumplían su palabra, por ende, era cuestión de horas en que todo pasara.

— Que sea pronto sí. Estás a nada de quedarte ciego — recordé la condición de la que padecía, enfermedad que era causada por mi y nadie lo sabía. Ni siquiera Leeseo, de hacerlo, ya hubiera saltado en mi contra — Buenas noches o lo que queda de ella.

Salí de su habitación directo hasta la mía. No me interesaba lo que podía llegar a pasar en las horas próximas. Ya había hecho mi trabajo. Era muy probable que la sed de venganza o el enojo de Taemin lo llevara a hacer cualquier cosa para satisfacerse a sí mismo, no me interesaba siempre y cuando mi madre acabara muerta.

Nunca había conocido de alguien que anhelaba la muerte de alguien de su familia, pero mi madre en específico no merecía ni siquiera el voto de la duda para comprobar si podía redimirse. No merecía ni un solo poco de esperanza en cuanto a su futura vida porque esperaba que dejara de existir. Quería verla acabada, sola y triste, que sintiera lo que yo había sentido al verme acorralada por sus propias acciones.

Me encerré en mi habitación y me quité la ropa, dispuesta a dormir lo que me faltaba de la madrugada y recuperar fuerzas porque el embarazo me drenaba. Me alegraba saber que el bebé crecía con normalidad porque a pesar de no saber su estado o escuchar sus latidos, podía sentir que se movía en mi interior. Todo estaba bien.

Me acosté desnuda sin olvidar cerrar la puerta con seguro por si algún intruso intentaba colarse en mi habitación. Apagué las luces y me dispuse a cerrar los ojos y nuevamente, como era de costumbre desde hace unos meses, lo primero que vi fue la cara de Jungkook quien una vez más venía a visitarme en mis sueños ya que físicamente no lo hacía.


Me desperté asustada dado que alguien, irrespetuosamente, azotaba mi puerta como si su vida dependiera de ello. Mis ojos pesaban y me dolía la cabeza, sabía que era por la falta de sueño y el cansancio estaba jugando su parte conmigo. Desesperada y con mucho dolor de cabeza me apuré a tomar algo para cubrirme y poder abrir la puerta para enfrentar a quien fuera que había perturbado mi sueño.

Con mucha pereza moví mi cuerpo hasta la puerta y la abrí, era Leeseo con cara asustada, su respiración alterada y los ojos muy abiertos.

— ¿Qué pasa? — pregunté restregando mis ojos con mucha fuerza oara hacer que funcionaran correctamente puesto que ellos querían seguir cerrados — ¿Alguien ha muerto? — volví a preguntar dado que ella permanecía en silencio a pesar de hacer el intento de hablar.

— ¡Es su madre! — dijo alterando la voz — Taemin la ha castigado — ni siquiera me moví, ya lo esperaba y no me sorprendió el proceder de Taemin. Era tan predecible. En lugar de salir corriendo para socorrer a mi madre y hacer de buena hija, todo lo que pude hacer fue sonreír de lado. Olvidé el dolor de cabeza y el sueño para concentrarme en lo que Leeseo le decía — Va a matarla...

— No lo hará — dije segura de lo que pasaría. Ya sabía lo taimado que era mi esposo, pero era un gallina para ciertas cosas y matar a una mujer después de un secreto tan grande, le iba a dejar mal parado y él jamás quería perder su honor — Desafortunadamente solo va a castigarle...

— Se que odia a su madre pero debería hacer algo — dijo ella apurada con la voz implorando por mi madre como si fuera la suya — La tiene en el calabozo.

— ¿Tan rápido se ha recuperado mi esposo? — pregunté como si eso me enorgullecia — Es sorprendente.

— Haga algo... — arrugó la cara a causa de su súplica, que era en vano, por supuesto. No iba a mover ni un solo dedo ñara acudir a la ayuda de mi madre.

— ¿Qué haré? Mi madre se equivocó, no tengo por qué cargar con su cruz — me alejé de la puerta dispuesta a buscar algo de ropa y en efecto, ir al calabozo, pero no como juez de mi madre, más bien como parte de audiencia.

— A veces me sigo sorprendiendo por lo mala que es usted... — sus palabras fueron completamente de reproches hacia mi, no surtian efecto porque aparentemente yo tenía un caparazón que ne impedía ver las cosas desde un lado moral y dejar de hacerlo desde mi deseo de venganza.

— Aún falta más, Leeseo. No me has visto en todo mi esplendor — tomé uno de los vestidos de mi armario y lo puse sobre mi cuerpo, sin atar los nudos. Me acerqué a Leeseo nuevamente pidiendo su ayuda — Ayúdame con éstos, luego vamos al rescate de mi madre.

Ella soltó un suspiro cansino y después sentí sus manos sobre mi espalda tratando de atar los nudos de mi vestido. Como era de esperarse mi vestido tenía que ser los suficientemente holgado para que pudiera esconder mi vientre y así no levantar sospechas o crear algún problema más grande. Suficiente con la pequeña ejecución de mi madre.

Tomé un sorbo de agua para enjuagar mi boca y salir de mi habitación. Leeseo siguió cada uno de mis pasos, apurada por completo mientras murmuraba cosas que no me interesaban en absoluto.

Llegamos a lo que Leeseo llamaba 'calabozo' aunque en realidad solo era una sala que nadie ocupaba y que estaba más bien como archivo o bodega de todos los movimientos de la aldea. Era un lugar muy cutre, sucio en todo su esplendor  y con poca iluminación. Daba miedo a primera impresión pero dado que yo ya había estado dentro cuando Jungkook fue llevado a juicio, verlo no me impresionaba.

Mire a Taemin a la distancia, apenas podía ponerse en pie y dado que sus ojos casi no funcionaban, como último recurso tuvo que recurrir a lo que aparentemente era un bastón para así poder moverse por los lugares sin ningún problema y no alertar a sus súbditos.

Me situé junto a él y Leeseo detrás de mi. Él no se inmutó ante mí presencia, por el contrario de mi madre, me miró con ojos esperanzadores a la espera de que yo pudiera hacer algo para salvarle o al menos intentarlo. Pobre ella, no iba a mover un solo dedo para evitar que recibiera el castigo que merecía.  Castigo que yo quería dar pero que también no podía negar que era placentero ver que quien se lo proporcionaba era la persona a quien ella me habia vendido.

Taemin se apartó de mi y se acercó a ella con mucha dificultad. Mi madre estaba atada de pies y manos a un tronco que había en el centro de la habitación. Estaba desesperada y con los ojos llenos de lagrimas.

Mi esposo se puso frente a ella e inesperadamente soltó su bastón para golpearle la cara a mano abierta. El golpe fue tan seco que me asustó un poco pero no dejé que lo notaran. Leeseo por el contrario dio un brinco y solto un pequeño grito ahogado producto de la impresión.

— ¡Taemin! — dijo mi madre llorando después de haber enderezado su rostro tras el golpe — Te lo suplico, déjame explicar...

— ¡Eras amiga de mi madre! — dijo este enojado a un nivel en el que jamás lo había visto — Te metiste con mi padre...

— Era joven y tonta... — mi madre derramó más lágrimas pero estas no tenían efecto alguno en el ama podrida de Taemin.

Él se dignaba a pretender ser moral solamente porque estaba enojado con mi madre pero la realidad era otra. Era peor que cualquier cosa mala en el mundo, entonces, su enojo me causaba un conflicto. Él solo estaba siendo hipócrita, porque hacía lo mismo pero, como siempre, cuando eres quien inflinje dolor nunca sientes lo suficiente hasta que es a ti a quien perpetúan.

— Mereces morir... — Taemin soltó las palabras llenas de ira mientras tomaba el cuello de mi madre entre sus manos — Tú y esa maldita bastarda — apretó a mi madre hasta que ella ya no podía respirar tan bien.

Me trajo recuerdos pues era lo mismo que había pasado con su madre. Mi mamá me miró miró busca de ayuda pero lo único que hice fue sonreír de lado. Ella no iba a obtener mi compasión después de todo lo que habia hecho.

Mi madre peleaba con Taemin por obtener un poco de aire hasta que este se dignó a soltarle.

— ¡Vas a pudrirte en esta habitación! — dijo él con furia — Hasta que apestes tanto y las ratas vengan a buscarte y te coman viva porque es lo menos que te mereces — la soltó del cuello y le dio una última bofetada, lo cual era normal. Hombres golpeando mujeres era más que normal en la sociedad en la que vivíamos — Ojalá te pudras desde adentro. Te aborrezco.

Le escupió la cara y se alejó de ella, dejándola con poco aire, el labio ensangrentado y la cara llena de saliva. Taemin pasó junto a mi echando humo, más enojado que nunca y luego salió de la habitación.

Aproveché para acercarme a mi madre.

— Tara... — dijo él un quejido — Ayúdame...

— Lo haría — dije con un mueca — Pero debo obedecer a mi marido. ¿No es eso lo que siempre dijiste que las mujeres deberíamos hacer? — con la manga de mi vestido limpié el escupitajo que Taemin había dado a su cara — Míralo por el lado positivo. Vas a vivir en una casa enorme, justo como siempre lo quisiste.

Me alejé de ella y le tiré un beso al aire, burlándome un poco de su situación.

Le di la espalda y empecé a caminar hacia la salida.

— ¡Te mataré! ¡lo prometo! — no me importaron sus palabras, no las creí.

Un pequeño sentimiento de satisfacción se apoderó de mí cuando me alejé por completo, inconsciente de que talvez y solo talvez, las cosas podían voltearse en mi contra.

No esperaba mucho de mi madre de todas formas, sabía que si salía de aquel lugar iba a buscarme y torturarme un poco, pero nada que pudiera afectarme de verdad.

Dado que ella estaría dentro por mucho tiempo, fui en busca de las únicas dos personas que me restaban en la lista de venganza. Mi padre y Suni.

Aun dudaba en sí cobrar venganza con mi padre, no lo sentía tan justo pero aún así necesitaba respuestas. Aún no entendía la razón que lo había llevado a abandonarme en el momento en el que más lo necesitaba. Huir mientras me obligaban a planear mi boda había sido un golpe muy bajo. También, mis pensamientos recaían en Suni. ¿Tenía culpa? Era mi hermana menor después de todo y a su edad se podían cometer demasiados errores de los cuales no eres consciente.

Si quería castigarle, pero de manera sutil, aunque después de ver su cara al enterarse de la verdad podía hacer ajustes y minorar sus daños. Enterarse de la identidad de su verdadero padre la había dejado por los suelos, entonces, iba a darle una última oportunidad.

Satisfecha con mi razonamiento me dirigí a casa de mi familia, donde seguramente solo estaban ella y mi padre.





Holaaaa! ¿Me extrañaron?
Yo si les extrañé chorricientos 💗

Gracias por leer de verdad muchas gracias!!!!!💗

He estado ocupada con la universidad por eso no actualizo tanto como antes pero prometo que trataré de hacerlo más seguido. Ojalá y lo entiendan. 💗💗

¿Qué opinan de la venganza de Tara? ¿Es lo suficientemente dura?🤔

Las kiero💗





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