ɪɴᴛᴇʀʟᴜᴅɪᴏ
ᴛᴀʀᴀ |𝟷𝟽|
ᴠᴇʀᴀɴᴏ; ¿ᴅᴏ́ɴᴅᴇ ᴇsᴛᴀ́s?
El tiempo pasaba volando sin noticias de Jungkook. No había aparecido por la aldea y la última vez que miré a alguien de su familia fue unas semanas atrás.
Ajustaba cinco meses de embarazo y sentía que lo necesitaba más que nunca. Necesitaba saber dónde y cómo estaba de lo contrario podía jurar que iba a volverme loca. No podía preguntar por él a nadie más que Dahee quien al tener contacto con Namjoon podía ser la única persona que podía darme algún tipo de indicio sobre el paradero de mi amado pero, ella tampoco sabía dónde estaban o al menos eso me había dicho.
Mi vientre era cada vez más grande, ya no había forma de ocultarlo entonces, para evitar que lo descubrieran, evitaba a toda costa salir de casa o salir de mi habitación en cualquier caso. Tuve que abandonar mis vestidos veraniegos por trajes tradicionales que eran lo suficientemente abultados para disimular mi enorme barriga.
El bebé se movía dentro de mi constantemente y daba patadas de vez en cuando, había descubierto que le encantaba oír mi voz cuando leía alguna historia o poema. Siempre estaba más inquieto cuando escuchaba que empezaba a recitar algo, se movía de un lado a otro como si sabía que yo era su madre. Por dentro moría porque él o ella escuchara la voz de su padre también pero, era imposible. Jungkook seguía sin aparecer.
Por otro lado, Taemin no venía a buscarme tan seguido dado que la muerte de su madre lo había dejado pendiendo solamente de un hilo, además su creciente ceguera lo tenía un tanto fuera de sí. No sospechó de mi tras la muerte de su madre, las causas habían sido más que naturales por los delirios de la señora Lee de los cuales él era consciente. Las únicas personas que sabíamos sobre la verdadera causa de la muerte de ella éramos, Leeseo y el señor Choi.
Leeseo mantenía la boca cerrada, nunca hablaba, casi siempre me miraba de lejos y podía jurar que me temía; me convenía que fuera de esa manera así evitaba tener que despistarla todo el tiempo. En cuanto al señor Choi, él no era más que una persona harta por los malos tratos de la familia Lee, entonces su boca estaba más que asegurada a estar cerrada.
La única persona con quien hablaba sobre mis verdaderos sentimientos y abiertamente de mi embarazo era Dahee. Ella me entendía y no me juzgaba y dado que ambas estábamos en el mismo estado, ella con unos meses menos, parecíamos congeniar demasiado bien.
Dahee, mediante cortas palabras también mostraba lo mucho que extrañaba a Namjoon, de él tampoco se sabía mucho. La última vez que la vio su vientre estaba plano, pero ya había cambiado, había crecido un poco y se podía notar un pequeño bulto.
No fue fácil para Dahee reconocer que lo amaba o al menos decir que le necesitaba, pero con mi ayuda y una serie de empujones por mi parte ella pudo decir lo que sentía y admitir que yo no era la única que extrañaba a alguien. Ella, por obvias razones, había dejado su trabajo y se concentraba más más organizar las actividades de las tabernas, ya no entretenía hombres pero tenia que hacer que todo funcionara correctamente.
Tenía planeado ayudar a que su estilo de vida cambiara pero algunas costumbres siempre estaban demasiado arraigadas en el corazón. Ella se negaba a dejar lo que hacía o dar la vuelta. Ella había perdido la fe en que Namjoon regresara. Mientras tanto yo, aún seguía confiando en que talvez, en poco tiempo fuera Jungkook quien regresara por mi.
ᴏᴛᴏɴ̃ᴏ; ᴇʟ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴏ ʟʟᴀᴍᴀᴅᴏ
El inicio de la temporada más bonita. La estación en la que empecé a tontear con Jungkook. De él en mi solo vivía su recuerdo. No había rastro de él o su familia. Lo único que tenía era al bebé de ocho meses que crecía dentro de mi.
Leeseo descubrió mi embarazo una tarde mientras tomaba un baño tranquilamente. Entró al cuarto de baño sin avisar o tocar la puerta, incluso cuando sabía que no debía entrar si yo estaba dentro. Cómo era de esperarse se asustó y enojó al pensar que él bebé era de Taemin. Casi me delata mientras yo trataba de explicar que era lo que habia pasado. Ella estaba evidentemente enamorada de Taemin.
Me miró con desaprobación cuando se enteró que yo, aún casada, seguía viendo a Jungkook a espaldas de Taemin, me llamó de todas las formas despectivas que existían y tenía razón. No era buena, pero en comparación del resto yo actuaba con maldad a causa de una sería de hechos que me habían lastimado y tenía medianamente un poco de justificación.
No podía ser la buena y recta Tara si quería protegerme a mi misma y a los míos.
En lista aún faltaba mi madre, Suni, papá y Taemin, al final.
Estaba casi segura que los ojos de Taemin no funcionaban por completo, ni siquiera salía de casa para ir al campo con el resto de hombres y hacer los trabajos rutinarios, simplemente se encerraba en su estudio y pasaba dentro todo el día sin salir si quiera a comer. Eso me convenía.
Leeseo ya empezaba a dudar de mi palabra y ella aseguraba que lo que a Taemin le pasaba era por mi causa pero no había forma de probarlo entonces podia seguir teniéndola de mi lado.
Tenía que idear un plan para saldar la deuda de mi madre. No planeaba asesinarla pero al menos hacer que sufriera, con Suni era igual, era mi hermana después de todo y su comportamiento descarado se debía al ejemplo de mi madre, mi padre por otro lado era quien más me preocupaba. Cada vez que lo miraba en la aldea parecía un poco más demacrado, como si su espíritu abandonó su alma y sólo dejó una pila de huesos secos, estaba más que segura de que mi madre tenía mucho que ver con el comportamiento de mi padre, sin embargo, no podía probarlo.
A pesar de que me había prometido a mi misma no sentir piedad por ninguna de las personas que me habían lastimado, no me sentía del todo bien al pensar en lastimar a Suni pero, tenía que hacerlo. Ya había ideado el plan perfecto, iba a dañar su orgullo y el de mi madre también.
Dado que en mi estado no salía de mi habitación, Leeseo tenía órdenes estrictas de buscarme cada vez que Taemin hiciera algún movimiento.
El cuerpo de Leeseo entró a toda prisa a mi habitación y cerró la puerta tras ella.
— Tara... Taemin ha convocado a una reunión en el palacio de la aldea — dijo ella con la respiración agitada — Es sobre el rumbo de todos nosotros. ¿Crees que sea algo malo? — preguntó nerviosa viéndome fijamente a los ojos.
— ¿Esperas algo bueno de Taemin? — pregunté divertida por la ingenua que era — No te preocupes — me puse en pie dado que era obvio que iban a necesitar de mi presencia en la bendita reunión — Solo es un tema que te sorprenderá.
Yo siempre había sido inteligente. Lo probé de muchas maneras mientras me convertía en adulta, sabía que hilos tensar y cuales soltar para obtener lo que yo quería sin provocar a una sola persona, entonces, gracias a mi astucia logré hacer que el testamento de los señores Lee fuera alterado un poco. Solo tuve que dar unas cuantos monedas de oro al notario para que hiciera pequeños cambios.
No era común que un jefe dejara un testamento, los bienes siempre iban al primogénito, solo si se trataba de un varón, si era una mujer, los bienes pasaban al segundo hijo, solo si era hombre, claro estaba. Si la descendencia era solo de mujeres, todos los bienes pasaban al esposo de la primogénita, así de injusta era la vida para nosotras. Dado que el traspaso de bienes era algo que se practicaba como ley, Taemin no tenía porqué dudar de que todo lo que su padre alguna vez tuvo fuera de él, sin embargo... siempre podían haber cambios.
— ¿Qué hizo esta vez? — preguntó Leeseo desconfiando por completo de mis palabras — Debería parar — se cruzó de brazos y me miró enojada. No pude evitar reírme ante ella por lo que había dicho.
— Leeseo, Leeseo — dije riendo. Me acerqué más a ella y acaricié su rostro — No puedo parar, no voy a hacerlo — advertí segura de mis palabras — No tienes porqué estar tan preocupada, hasta ahora he mantenido mi promesa y no voy a romperla a menos de que tú me traiciones. Todo depende de ti.
— Ya lo sé — apartó mi mano de su cara con un manotazo — Me lo has dicho muchas veces. Lo que quiero decir es que pronto darás a Luz y creo que lo que deberías hacer es huir. ¿Qué piensas que pasará cuando se enteren de tu embarazo? Nadie va a creer que mágicamente has tenido un bebé.
— Cada paso que doy está medido por el tiempo que me resta de embarazo. Ni tú, ni nadie más saben lo que pasa por mi cabeza — empecé a desvestirme frente a ella, dejando al descubierto mi crecido vientre — Busca ropa para mi y deja de verme como si yo tuviera dos cabezas — pedí en tono arrogante — También prepara mi velo, no quiero que vean mi rostro.
Leeseo murmuró unas cosas que no pude escuchar, enojada seguramente por la ligereza con la que me tomaba las cosas, ella no sabía que igual me preocupaban pero no podía dejar que eso venciera el sentimiento de furia que llevaba dentro. Mientras ella buscaba mi vestido recordé las últimas palabras de promesa que Jungkook me había dejado.
"Cuando sea el momento, Kyujin vendrá por ti, espera pacientemente y no dejes de hacerlo. Cuando veas un gigante lobo negro sabrás que ella y entenderás que quiero que vengas hacia mi"
Una promesa que guardaba en lo más profundo de mi corazón pero que igual me hacía dudar. Ya había pasado mucho tiempo desde eso pero ella aún no venía.
●
Todos habían atendido al llamado de Taemin, era el jefe y todos le obedecían. Este pidió llegar mucho antes pues no quería que los aldeanos se enteraran de su ceguera.
Esperé pacientemente en mi lugar junto a él mientras tomaba mi mano.
— Aldeano — dijo el oficiante de los eventos de la aldea. Casi siempre se trataba de algún juez o de un soldado veterano — El día de hoy conmemoramos cinco meses desde la partida de nuestro gran jefe Lee y cuatro meses con tres semanas desde el fallecimiento de su querida esposa. Tras tantos meses guardando luto, el día de hoy, su hijo, Lee Taemin ha decidido poner fin a la triste nube que cubre nuestra aldea, dando lectura a las últimas voluntades de nuestro amado jefe.
La sala permaneció en silencio al escuchar las palabras del oficiante. Yo estaba muerta de aburrimiento y con deseos de ir a mi cama y dormir. Mi madre me miraba sospechosa, incluso si no podía ver mis ojos ella sabía que yo la miraba de regreso.
— ... Número uno... al momento de mi muerte, todas las actividades oficiales deben realizarse con normalidad. Dos, mi hijo varón, Lee Taemin tiene potestad de cambiar la naturaleza delos eventos si lo desea. Tres... — el oficiante siguió hablando y dando largas monólogos sobre las voluntades del señor Lee que para nada me interesaban, hasta que llegó a mi parte favorita — Mis hijos... Lee Taemin y Yoo Taesun son los únicos herederos de mi patrimonio por tanto decreto que Taesun, antiguamente Yoo Taesun, sea llamada con mi apellido, Lee Taesun.
En la aldea hubo silencio, en el mal sentido, nadie esperó lo que oficiante había dicho y mientra él seguía leyendo, todos se miraban entre sí.
El rostro de mi madre era un poema porque todos empezaban a verla a ella. Podía verlo en sus ojos, la vergüenza en su máximo esplendor se expresaba en su rostro. Suni era quien más sorprendida estaba, ya todos empezaban a murmurar y a hacer comentarios.
— ¿Qué ha dicho, señor Juez? — preguntó Taemin tan sorprendido como el resto. Soltó mi mano y se puso en pie para tomar del cuello al oficiante, pero dado que su visión era mala, estaba segura de que solo miraba sobras, lo único que pudo hacer fue dar un golpe al aire y después, sin prevenirlo cayó al suelo dándose un golpe en la cabeza.
Todos empezaron a levantarse asustados y en lugar de ayudar a Taemin que era quien lo necesitaba, corrían a acosar a mi madre y a Suni. Ambas estaban acorraladas por las preguntas que hacían los aldeanos o por uno que otro comentario despectivo hacia Suni.
Dado que no podía saborear mi victoria contra mi madre, ayudé a Taemin y pedí a Leeseo que corriera por ayuda de la casa para llevarle dentro y hacer que descansara. Yo no contaba con que él fuera a sufrir algún golpe, jamás pasó por mi mente.
Mientras ayudaba a Taemin, miré a mi madre de reojo y a través del velo para reírme. Jamás pensé disfrutar que un poco de ella se descompusiera, jamás pensé poder lograr derrumbar alguna de sus piezas.
No era el final de la deuda, aun faltaba lo mejor. Ella tendría que enfrentar la furia de Taemin. Había estudiado todo tan bien que sabía que una vez que él se enterara de lo que había existido entre mi madre y su padre, todo iría más que bien. Siempre se podía sobrellevar la traición de un padre sobre uno mismo pero, casi nunca se asimilaba el hecho de que tu padre fallara a tu madre. Era una regla de oro no escrita.
Taemin haría el trabajo por mi, yo solo tendría que ver y empujar un poco, ya todo estaba calculado.
●
Holaaaaa!
Me gustaría disculparme por mi ausencia en esta plataforma pero se debe a que he regresado a la universidad y tercer año es pesado. Así que, apenas he podido escribir esto.
Ya vamos a acabar la historia, calculo tres capítulos más y haré un desenlace. Uno digno de segunda temporad, claro está.
¿Alguna vez he terminado una historia de manera triste? No y no va a pasar. Se supone que escribo para tener los finales felices que no obtengo en la vida real así que...
Otra cosa, he pensado dejar la plataforma y tener un hiatus pequeño pero no se. Tengo una historia en borradores, los capítulos están demasiado chuecos pero trataré de arreglarlos y subirla.
Es sobre jk idol solista.
Bueno, ya se hizo largo esto, gracias por leer y por apoyar la historia. Espero y les guste este capítulo.
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