「 Watermelon 」
por haeilsatan
Johnny estuvo todo el día preguntándose qué era eso en su mesita de noche.
Parecía ser lubricante, pero esos dibujos de pequeñas sandías lo estaban confundiendo. Mark nunca había querido comprar lubricantes saborizados, aunque no le sorprendería que lo haya hecho por un lubricante sabor a sandía. Aun así, John no se atrevía a preguntar al respecto.
Mark no dijo nada con respecto a eso en la mesita, ambos continuaron con su día como siempre lo hacían. Lo único distinto es que Johnny no dejaba de pensar en ese lubricante.
Una vez que terminaron de cenar, los dos se recostaron juntos en la cama para mirar películas. Aunque Mark parecía no estar prestando nada de atención, era muy notorio que estaba nervioso por algo. —¿Qué pasa? —preguntó John, apoyando su mentón en el hombro de Mark. No iba a ignorar cómo Mark estaba tan distraído, especialmente sabiendo que posiblemente se trataba de ese lubricante que había visto en la mañana.
Mark movió su cabeza para acercarse y darle un breve beso a Johnny. —Um, no es nada, sólo que... —Mark estiró su brazo para alcanzar el lubricante. Incluso en la oscuridad de la habitación, Johnny podía notar que el rostro del menor se estaba poniendo rojo—. Ayer compré este lubricante y, um... Tiene sabor a sandía, quería saber si me dejarías... —Mark hizo una pausa, balbuceando lo que intentaba decir. John esperó con paciencia para oír la idea. Mark aclaró su garganta y tomó un profundo respiro, le costaba un poco expresar sus ideas cuando se trataba de sexo—. Quería intentar ponerlo en tu culo y lamerlo —dijo con rapidez y en voz baja.
John sintió sus orejas calentarse. Luego se acercó para besar los labios de Mark durante un largo rato, cuando se separaron ambos miraron el rostro del otro y notaron como estaban totalmente rojos después de la propuesta de Mark. Había sido algo repentino y eso los puso un poco nerviosos.
—Quiero intentarlo —susurró John. Mark asintió, más nervioso que antes y sin estar muy seguro de qué hacer o qué decir en respuesta—. Ahora —agregó. Quizás la idea de Mark terminó gustándole más de lo esperado. No era algo para nada usual entre ellos, pero aun así le excitaba pensar en Mark disfrutando de su culo y saboreando cada rincón.
Con sólo pensar en lamer el culo de John y sentir el sabor de la sandía en él, Mark sintió su pene endurecer de a poco. El menor mordió su labio inferior y volvió a besar a su novio, esta vez con algo de rudeza y desesperación por intentar lo que tanto deseaba hacerle a Johnny. El sexo entre ambos se había vuelto un poco aburrido, pero lo que iban a hacer seguramente reviviría ese fuerte deseo que hace tanto no sentían.
No es como si siempre hubieran tenido sexo vainilla, pero luego de explorar un par de fetiches juntos habían llegado a la conclusión de que sólo les gustaban un par de cosas. Se mantuvieron con esas cosas y no volvieron a intentar algo nuevo. Casi se sentía como si hubieran perdido la "chispa" cuando follaban. Sin embargo, volvieron a sentir esa enorme excitación y deseo con sólo imaginar lo que iba a pasar.
Tal vez Mark hizo una buena compra al traer ese lubricante.
Mark llevó su lengua dentro de la boca de Johnny, atacando como si fuese una demostración de lo que le haría a su agujero en unos momentos. John ahogó un gemido en el beso. Mark tenía un buen control sobre su lengua y nunca fallaba en hacer gemir a John. Eso era una de las cosas que John más disfrutaba, anteriormente había tenido parejas que no manejaban bien su lengua, pero Mark la movía como un completo profesional. Si así era en su boca, sólo le quedaba imaginar lo que sería en su entrada.
Se separaron del beso, un poco desastrosos y con saliva sobre sus labios. Quizás ese beso había sido un poco más salvaje de lo que pensaron, pero eso no era lo que importaba en ese momento. Mark sólo podía pensar en saborear a Johnny mientras que este sólo podía pensar en su culo siendo saboreado. No estaban seguros del porqué, pero ese pensamiento los calentaba y les hacía sentir como sus vergas se endurecían cada vez más.
—Ponte boca abajo. —Mark no tenía intención de hacer eso sonar como una orden, pero eso fue lo que oyó Johnny cuando esas tres palabras escaparon de los labios de Mark. El mayor no dudó en obedecer, recostándose en el colchón con su pecho hacia abajo. Mark se posicionó entre las piernas de Johnny, bajando los pantalones y su ropa interior hasta que estas prendas quedaron en las rodillas del mayor.
Mark puso un poco del lubricante en su mano, pero no fue directo a meter su dedo en ese apretado agujero, sino que pasó el líquido por ambas nalgas y luego por los muslos de John. Quería asegurarse de disfrutar a Johnny por completo, ansiaba lamer la piel de su novio y sentir ese sabor que tanto amaba. Iba a ser incluso mejor cuando llegue al ano del mayor, pero prefería guardar eso para después.
El menor se acomodó en la cama y acercó su rostro a los muslos de John. El mayor sintió su corazón acelerar, amaba la atención que Mark le daba a sus muslos, siempre los agarraba, besaba, lamía... Entonces Johnny se sintió derretir cuando Mark mordió la piel de su muslo. Mark sentía el ligero sabor a sandía en John, así que cada vez daba más y más mordidas, sintiendo su verga endurecer por la extrañamente excitante situación.
Mark movía su cabeza para darle la misma atención a ambos muslos, lamiendo y luego clavando sus dientes en la suave piel allí. John sabía que en la mañana podría ver esas marcas rojas cuando se mire en el largo espejo de su habitación, pero eso no era un problema, incluso creía que esa era la mejor parte.
Luego de un par de minutos de sentir la boca de Mark morder la piel en sus muslos, John creía que ya era suficiente. Lo más probable era que Mark se haya distraído por el delicioso sabor que tanto amaba. John llevó una mano hasta el cabello de Mark para llamar su atención. —Mark, quiero más que sólo esto.
—Mierda, lo siento, creo que me distraje un poco. —Mark miró la cantidad de marcas que dejó en los muslos de Johnny, notando que sí se había distraído por el sabor en la piel de su novio. John soltó una suave risa—. No te burles de mí, sabes lo mucho que amo este sabor.
—Sí, lo sé, ¿pero en serio te gusta tanto para distraerte cuando estás a punto de lamer mi culo?
—John volvió a reír. Mark suspiró y dio una fuerte nalgada al mayor en un intento de hacerlo callar. John mordió su labio inferior y sonrió, amando cómo se sintió ese azote a su culo.
Mark puso más del lubricante en sus manos, pasándolo alrededor de la entrada de Johnny, pero aún sin tocar esta. Mark sacó su lengua y lamió la sensible piel que rodeaba el agujero de John. De su boca salía un caliente aliento que hizo a Johnny soltar un casi inaudible pero aún presente gemido.
El sabor del lubricante hacía a Mark querer seguir lamiendo hasta que la noche acabe, pero sabía que tarde o temprano tendría que mover su lengua de en dónde estaba. Johnny comenzaba a dejar salir suaves suspiros de placer, moviendo ligeramente sus caderas para obtener más de la lengua del menor.
Un intenso escalofrío recorrió la espalda de Johnny cuando la lengua de Mark pasó peligrosamente cerca de su agujero. Mark, notando el efecto que eso tuvo, decidió dar un par de besos alrededor de su entrada. John volvió a mover sus caderas, deseando tener la lengua de Mark dentro de su necesitado hoyo. Así como John estaba impaciente, Mark también estaba comenzando a estarlo, quería meter su lengua y oír a Johnny gemir lo más pronto sensible, ya casi no podía seguir aguantándose.
Alejó su rostro del culo de John, entonces comenzó a verter un poco el líquido con sabor a sandía en el ano de su novio. Metió un dedo para lograr esparcir el lubricante por todo el agujero y así sentirlo mejor cuando su lengua se meta en ese espacio. John se apretó alrededor del dedo de Mark, no quería dejarlo ir porque necesitaba algo dentro de él, pero ambos sabían que ese algo era, de preferencia, la lengua del menor entre ellos.
Mark volvió a llevar su rostro al culo de John, metiendo su lengua en un instante e inmediatamente sintiendo ese sabor a sandía en el ano del mayor. No sabía el porqué, pero el hecho de saborear su fruta favorita en el agujero de su novio lo excitaba. Mientras tanto, John amaba cómo Mark lamía su culo con tanta emoción, varios gemidos escapaban de sus labios al sentir la lengua de su novio atacando de un modo salvaje pero jodidamente placentero.
Johnny alzó sus caderas inconscientemente, queriendo más y más. Mark llevó una mano al pene de John y lo masturbó lentamente mientras su lengua seguía moviéndose de lado a lado en el agujero de su pareja. El sabor del lubricante se sentía mucho más intenso por la cantidad que había puesto allí, así que cada vez lamía con más necesidad.
Mark comenzó a meter y sacar su lengua, eso combinado con los movimientos de su mano en la polla del mayor hacían gemir suavemente a este. Johnny sentía su corazón latir rápido y su rostro enrojecer, se sentía mucho más placentero que el sexo común y corriente que llevaban teniendo durante semanas. A John le gustaba muchísimo más cómo Mark follaba con su lengua. Mark no era malo follando con su verga, pero siempre usaban las mismas posiciones y el mismo ritmo. Sin embargo, lo que estaba ocurriendo en ese momento era totalmente distinto y nuevo, se sentía jodidamente bien.
Mark seguía lamiendo con todas sus energías, moviendo su lengua y usando sus labios para satisfacer al mayor. El problema era que poco a poco el sabor empezó a desvanecerse y no quería usar todo el lubricante en esa noche, quería usarlo el día siguiente y que John lo pruebe en su verga. Cuando el sabor se fue, Mark dejó de masturbar y lamer a John, luego fue directamente a meter dos dedos dentro de su novio para expandir su entrada.
—¡Oh, mierda! —exclamó John en un gemido por la sorpresa. Mark metía y sacaba sus dedos bruscamente, haciendo a John gemir más—. ¡Ah! ¡Sólo fóllame de una buena vez!
Y Mark no podía estar más feliz de complacer.
John sintió un ligero dolor cuando Mark metió la punta de su verga, pero el resto de esta fue fácil de tomar. El trabajo de la lengua y los dedos de Mark habían ayudado bastante. John estaba tan perdido en su propio placer que ni siquiera se dio cuenta de que toda la verga de Mark ya estaba completamente dentro de él.
—Voy a moverme —avisó el menor, esperando por una respuesta de John, quien sólo asintió. Ese simple gesto fue suficiente para que Mark comience a follar a John con toda la rudeza que podía tener. Eso era justo lo que John tanto quería y no lo sabía. Unos escandalosos gemidos salieron de la boca del mayor, esa cantidad de placer le sorprendió y le gustó tanto que no podía evitar gemir de ese modo.
Mark follaba con rudeza a John, dejándose llevar por sus impulsos. Johnny sentía su próstata siendo golpeada repetidas veces y, si Mark seguía así, Johnny no iba a durar demasiado.
Mark tampoco iba a durar demasiado, pues sentir el culo de John alrededor de su verga lo hacía sentir jodidamente bien. Soltaba un par de gemidos cada vez que sentía como el ano de su novio se apretaba alrededor de su polla, pero intentaba mantenerse lo más silencioso posible, él sólo quería oír los gemidos de John. No es como si John gimiera como estrella porno, o como si sus gemidos fuesen absolutamente perfectos, pero Mark se excitaba de cualquier modo y esos sonidos lo motivaban a ir más fuerte.
Johnny necesitaba toda esa rudeza. Mark siempre era gentil y eso no era malo en lo absoluto, pero de vez en cuando John quería sentir su agujero ser tratado de ese modo. Todo lo que había ocurrido y estaba ocurriendo hacía a John ver estrellas. El placer que recorría su cuerpo estaba a punto de hacerlo correrse, estaba jodidamente cerca.
Quizás era muy rápido, pero todo en esa noche había sido placentero y ambos estaban al borde de correrse por cada segundo que pasaba. Mark movía sus caderas cada vez más rápido y ambos comenzaban a gemir más fuerte, sintiendo que su clímax se acercaba cada vez más.
Hace mucho no se corrían con tanta rapidez y no estaban completamente seguros de si eso era bueno, pero asumían que sí. Toda la excitación acumulada durante el momento en el que Mark estuvo lamiendo el culo de John se estaba desatando en ese momento. Era sólo natural que quisieran correrse tan pronto.
En poco tiempo, el semen de Mark se esparció en el interior de John. Luego de un rato, Mark continuó follando a su novio, esperando con todo su corazón que él se venga lo más pronto posible. Y sus súplicas internas fueron escuchadas, pues el semen de John no tardó mucho más en escapar de la punta de su polla.
Una vez que los dos se relajaron, se encargaron de limpiar la cama. Luego de eso fueron a darse un baño juntos, dándose besos y caricias gentiles para calmar sus cuerpos y mentes después de todo lo que habían hecho.
Y al día siguiente usarían ese lubricante otra vez.
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