☾⋆ Capítulo 8 ☾⋆
—Tenemos que hablar.
YoonGi se dio la vuelta para hacer frente a Seok Jin con un escalofrío de temor recorriendo su espina dorsal al pensar en lo que su Alfa iba a decir.
—Tu calor se acerca —señaló. YoonGi asintió.
—Hemos estado apareados por más de dos años.
YoonGi asintió de nuevo con temor por el camino que esta conversación estaba tomando. Frustrado, Seok Jin pasó las manos por el pelo tratando de encontrar las palabras que estaba buscando.
—Yo... Creo que es hora de empezar a pensar en que nuestra familia crezca.
YoonGi lentamente cerró los ojos y trató de calmar su respiración.
—Mascota ¿Estás bien? —preguntó Seok Jin suavemente. Los labios de YoonGi se curvaron hacia arriba en una sonrisa que no alcanzó sus ojos.
—Sí, pero definitivamente tenemos que hablar, yo solo, no creo que sea el momento adecuado para tener un cachorro.
—¿Qué quiere decir eso de que no crees que sea el momento adecuado? —dijo el Alfa entrecerrando los ojos a su Omega.
—Tengo mucho más que lograr en mi carrera sin un cachorro que se añada a la mezcla y que complique las cosas —YoonGi dijo en voz baja cuidando de no enfadar al Alfa más de lo que ya estaba.
La cara de Seok Jin estaba desprovista de toda la emoción, mientras mantenía la mirada en YoonGi.
—Soy tu Alfa y tú eres mi Omega, tú no me dices lo que debo o no debo hacer, Eres mi compañero y yo digo lo que se va hacer —dijo con un gruñido.
—Nunca me harías eso a mí Seok Jin. Es mi cuerpo y la decisión es mía —YoonGi contestó sin aliento.
Seok Jin se volvió para enfrentarse a YoonGi con sus ojos rojos y brillantes.
—Voy a tener un cachorro con o sin ti. Yo preferiría que fueras tú el padre y que tengas al cachorro, pero otras cosas se pueden hacer, tú no eres el único Omega que puede tener mi descendencia. Has faltado al respeto a tu Alfa al desobedecer una orden directa y serás castigado —salió de la habitación dejando a un miserable Omega detrás de él, aferrándose a las sábanas de la cama como si la vida le fuera en ello.
Sun Hee cogió el teléfono y escuchó los sollozos desgarradores de su bebé Omega.
—¡YoonGi! —gritó con preocupación deseando preguntarle qué había hecho a su hijo emitir esos terribles sonidos.
—Seok Jin —lloriqueo YoonGi.
—¿Te hizo daño? —su madre gritó tratando de mantener la calma, pero fallando.
—No de ninguna manera Mama, creo... creo que tiene otro Omega. Él... él me amenazó con embarazar a uno, porque yo no quiero tener cachorros —el Omega dijo las palabras lentamente. Su madre hizo una pausa en la línea.
—Cariño, tu padre acaba de llegar a casa. Te llamaré de nuevo muy pronto, ¿ok, bebé? Sólo vete a tomar un poco de té y tratar de descansar algo. Todo va a estar bien.
YoonGi se sorbió la nariz y le dijo a su mamá adiós y volvió a llorar en su almohada.
Seok Jin estaba caminando por la acera con rabia cuando su teléfono sonó.
—¿Qué? —gritó.
—¿Perdón? —dijo la Beta.
El Alfa sintió el rubor que cubría sus mejillas mientras oía la advertencia en su voz.
—Lo siento, Sun Hee. Yo no quise ser grosero —ella era la única Beta a la que alguna vez volvería a pedir perdón porque a decir verdad, lo asustaba más que cualquier Alfa que había conocido.
—Kim Seok Jin —Sun Hee comenzó—,¿Cómo te atreves? Mi Alfa te dejó entrar en nuestro hogar, en nuestra familia, te dio permiso para aparearte con nuestro hijo menor ¿y así es como nos pagas? Tan raro puede ser para una Beta ser capaz de reproducirse pero lo hice. Tuve tres hijos sanos y no fue fácil hacer eso. La mayoría de las de las Beta no pueden tener un cachorro mucho menos tres. Nos tomó tiempo y paciencia, características que no son parte de mi genética, para tener esos tres cachorros. Mí esposo y yo vimos a nuestro joven crecer y salir al mundo...
—Escucha Sun Hee sé de qué se trata —interrumpió Seok Jin.
—Nunca me interrumpas de nuevo —Sun Hee hervía por el enfado.—El día que YoonGi te trajo a casa éramos los padres más felices del mundo, tan contentos de que nuestro pequeño Omega había encontrado por fin a su Alfa para protegerlo del mundo. Nunca pensamos que ese Alfa sería el causante del dolor a nuestro bebé. Encuentra a YoonGi y haz lo correcto o te juro, que lo lamentarás —colgó el teléfono sorprendiendo al Alfa.
Seok Jin no pudo evitar sentirse regañado como un niño. No creía haber hecho nada malo. Todo lo que quería era una familia con YoonGi. ¿Por qué estaba siendo culpado por querer más?
Exasperado, Seok Jin se dio la vuelta y se dirigió de nuevo a la casa. Al parecer, tenía que tener una conversación muy seria con su Omega.
Cuando entró por la puerta de casa, el Alfa fue golpeado por un olor agrio que se hizo más fuerte mientras caminaba hacia el dormitorio. Era el olor de un Omega rechazado.
Sintiéndose como la peor escoria de la tierra, Seok Jin subió los escalones de dos en dos para disculparse y confortar a su Omega. Al entrar en la habitación, el Alfa trató de reconocer el olor a sirope al que estaba acostumbrado, arrojando su chaqueta al suelo, se dirigió al cuarto de baño para encontrar a su Omega, después de una búsqueda infructuosa, volvió a entrar en el dormitorio sólo para ver un pequeño papel blanco arrugado junto a la cama. Lo recogió y lo leyó, sintiendo los brazos muy débiles.
Seok Jin cayó al suelo con la cabeza entre las manos sabiendo que siempre sería perseguido por esas palabras. "No puedo seguir con esto más”.
Tengan un lindo día. 😚💕
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