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ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ V

En ese oscuro panorama, en la habitación indiferente y fría en la que se encontraban, Jin abrazaba a su hermano menor, Jibeom.

—– Estaremos bien —– le susurró con voz entrecortada, su cuerpo temblaba de frío, que trataba de proporcionarle una calidez imposible al cuerpo del menor.

—– Jin —– lo llamó en un susurro.

—– ¿Qué pasa?

—– ¿C–cuando llegará esa carta?

—– Hoy llega, Ji. No te preocupes, hoy llegará.

Y luego de esas palabras tan alentadoras y cargadas de una esperanza incierta, Jibeom se quedó dormido en los brazos de Jin por tercera vez en esa madrugada.

Mientras que la melodía aberrante que los acompañaba de los gemidos al otro lado de la habitación, gritos, jadeos, bofetadas y más gemidos, hacían un sufrimiento sus sueños, convirtiéndolos en una pesadilla.

"Solo por hoy, un día más, es lo único que falta. Aguantaré sólo un día" pensaba Jin, meciendo a Jibeom en sus brazos y siendo arropados por una triste frazada áspera que hacia todo lo que podía por promocionarles calor en ese desamparado hogar.

La madre de Jin era, literalmente, lu que vulgarmente era llamado una zorra.

Tenía todos los requisitos completos para serlo.

Con demasiados problemas mentales sin diagnosticar y emocionales que terminaban afectando a sus propios hijos.

Ella y su esposo, llevaban un matrimonio bastante enfermizo y tóxico, además como la cereza del pastel, la pareja compartía el mismo estado mental.

Una mujer enamorada de su dominante esposo.

Colocándolo en un trono mental más allá del Olimpo, como si fuera un dios. Pasando por encima de toda cordura y raciocinio, sobreponiéndolo ante ellos y todo, llegando a maltratarlos cuando hablan mal de su querido esposo.

Un daño mental bastante grave.

Un círculo familiar basta dañino.

Albert, el esposo de la madre de Jin, podía considerarse de muchas formas, desde psicópata, sádico, hasta morboso y muchas otras cosas.

Siempre los miraba de arriba abajo con una mirada bastante asquerosa y repugnante, podía sentir como su cuerpo reaccionaba abruptamente ante su mirada brillosa y esa sonrisa perversa en sus labios.

Muchas veces, Jin intentó evadir, huir, correr y gritar, pero nada de eso funcionaba.

El miedo paralizaba sus piernas, cada músculo quedaba entumecido y no podía evitar los toques en su piel.

Debía soportar en silencio y con lágrimas en sus ojos.

Cada vez que su madre se iba y ambos quedaban en casa sin poder salir, esa pesadez y el ardor en su garganta se hacían presente.

Otras veces, se entregó voluntariamente para que no abusara de Jibeom. Prefería ser profanado y maltratado que ver a su hermano pasar por eso y no poder evitarlo.

Su tristeza era un huésped en su corazón, se daba asco, el estúpido pudor que a veces tenía lo hacía sentir miserable.

Después de todo, su intimidad había sido robada y estaba obligado a vivir por un tiempo como un sobreviviente en su propia casa.

"Solo espero que esa persona asignada, tenga el valor para ayudarme" pensó con lágrimas en sus ojos, quedándose dormido con su hermano en brazos.

(...)

Sus ojos se sentían pesados cuando intentó abrirlos, suponía que su cara parecía una bola de arroz recién cocido; parpadeó un par de veces acostumbrando sus ojos a la potente e intensa luz.

Revisó el reloj dándose cuenta que eran las dos de la tarde, ninguno de los adultos estaba en casa, por lo que se levantó a preparar el desayuno en un silencio tranquilo y cargado de suspenso.

Estaba tan sumido y alerta que cuando sonó el timbre se sobresaltó.

—– Mierda —– susurró, su corazón golpeaba con fuerza su pecho, volvieron a tocar —– ¡Voy! —– gritó.

Cuando abrió la puerta, se encontró con un muchacho de rizos castaños.

—– Buenas tardes ¿Se encuentra Kim Seokjin? —– preguntó con voz grave.

—– Sí, soy yo —– respondió.

—– Oh, muchos gusto, soy Kim Taehyung del Ministerio Central Familiar —– estrechó su mano con la del azabache —– Espero no haberte incomodado —– dijo tomando en cuenta la expresión ilegible de Jin.

—– ¿Eh? No, no para nada. Discúlpame. Mucho gusto —– sonrió con timidez.

—– Traigo tu asignación —– De su espalda, le extendió el sobre —– Te deseo mucha suerte. El chófer encargado de llevarlos vendrá en una hora y media, para que esté preparado. De nuevo, buena suerte —– Jin observó el sobre y luego a Taehyung.

—–Muchas gracias. Perdón por los inconvenientes —– Taehyung negó —– Muchas gracias.

Taehyung asintió y volvió al auto, mientras que Jin, cerró la puerta y con manos temblorosas sostenía el sobre.

Respiró profundamente mientras abría el sobre y leía muy someramente las indicaciones, enfocándose en las palabras resaltadas con color. Luego se enfocó mejor en la foto al pie de la página, sorprendiéndose un poco por el físico que se exhibía. Se topó con un chico rubio, con una tierna sonrisa y lindos hoyuelos que miraba hacia la cámara. Jin sonrió y suspiró aliviado por alguna razón inespecífica.

"Por lo menos no tiene cara de malo, supongo" pensó, se dirigió a la cocina, sostuvo los platos con el desayuno y casi corriendo subió las escaleras y entró en la habitación cerrando con llave.

Dejó los platos en la pequeña mesita y llamó a Jibeom que estaba enrollado en la frazada.

—– Ji... —– removió su cuerpo —–  Despierta, el desayuno está listo.

Jibeom se frotó sus ojos y al abrirlos, quedó mirando a la nada antes de enfocar el rostro del azabache, el mismo contenía una leve sonrisa.

—– ¿Nos vamos? —– preguntó con voz rasposa. Jin lo pensó y le mostró el sobre en lo alto, Jibeom al reconocerlo sonrió en grande, sus mejillas se sonrojaron y sus ojos se cristalizaron —– Por fin, nos vamos —– susurró.

—– Sí, nos vamos —– Contestó conmovido —– Pero primero, debes desayunar y bañarte —– Jibeom asintió eufórico e hizo lo que Jin le había dicho.

Jibeom comía mientras Jin se duchaba, luego, arregló la habitación y el menor terminó de comer entrando así en el baño.

Cuando Jin se aseguró de que Jibeom se estaba duchando para quitarse el viejo albornoz y colocarse la ropa.

Con cuidado, se despojó de la desgastada tela dejando al descubierto unos moretones oscuros y profundos en parte de su estómago y brazos, producto de una fuerte pelea con Albert, días atrás.

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