ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ IV
Aún seguía de pie en la puerta admirando la casa de dos pisos, con una fachada color crema, con ventanales relucientes y un balcón en la parte superior.
—– Deberías entrar —– escuchó la voz de Hoseok.
—– Es que—
Hoseok se echó a reír, había demorado treinta minutos en la entrada, caminar por el sendero de piedras fue como mirar un modelo en pasarela y ahora, cinco minutos en la puerta de la casa.
—– Namjoon —– reprochó el pelirrojo —– No puedo irme si no entras.
—– ¿Eh? —– el menor se volteó —– ¿Y si hay algo malo? O ¿Hay alguien allí dentro?
—– ¿Qué? —– Sonrió Hoseok —– Antes de traerte, revisé la casa y no, no hay fantasmas ni ladrones. Ni siquiera un expex, lo deben retirar juntos cuando se establezcan así que no. No hay nadie allí. Es seguro.
Namjoon asintió a la información. "No hay nadie, no hay nadie, no hay nadie, no hay nadie" cerró sus ojos repitiendo las palabras. Con lentitud, introdujo las llaves en la cerradura seguido del clic de la misma.
—– Muchas gracias, Hoseok —– se volteó y sonrió.
—– De nada. Mucha suerte —– y por fin, el pelirrojo pudo entrar al carro en busca del faltante en la relación.
Namjoon tomó una profunda respiración y entró dejando caer su maleta en el suelo de la impresión.
Era hermosa. Todo estaba perfectamente acomodado, podía divisar más artefactos de los que había en su casa, formando un lindo diseño de tonos blancos, grises y negro. En la parte de arriba habían tres cuartos, dos con baño incluido. Un baño en la planta baja y una habitación vacía.
Cuando salió del asombro y revisó cada artefacto y objeto que había en la casa, recogió su maleta y la llevó a una de las habitaciones; por los diferentes tamaños, supuso que la más grande era la matrimonial y la más pequeña, para huéspedes. Se instaló en la habitación mediana, para dejarle la grande a Seokjin y tenga más comodidad.
Sentía nervios, no sabía cómo presentarse. Practicaba y practicaba en su mente las palabras que le diría al verlo, que no fuera intenso pero, tampoco irrespetuoso.
Buscando distraerse, avisó a sus padres que había llegado a su nuevo hogar, mientras su madre le decía cómo comportarse frente a su futura pareja.
En medio de la llamada, revisó las alacenas en busca de alimentos. Encontró comida instantánea y algunas cajas de jugos, como de niños pero, era algo.
Se cuestionó si debía salir de compras, según lo que decía el sobre, obtendrían diversos beneficios por ser una pareja recién, tanto el alimento y utensilios que se necesitaran en el hogar serían cubiertos por una tarjeta que le otorgaron. Aun así, Namjoon no veía muy buena la idea de esperar al día siguiente y por una tarjeta que daba el gobierno para poder comprar.
No era una idea para nada agradable, desde su punto de vista. Sin embargo, se abstenía de salir. No conocía la ciudad, era muy rápido para él perderse y si su pareja llegaba y él no estaba sería incómodo.
Frustrado suspiró "Te complicas mucho, Namjoon", pensó y se sentó en el sofá de la sala.
Cerró sus ojos mientras se recostaba y trataba de colocar su mente en blanco, lo cual era difícil para él.
Tenía la gran manía de pensar mucho las cosas y aunque eso puede ser una virtud, era un arma de doble filo. En algunas ocasiones era de gran ayuda, pensar rápido y todas las alternativas habidas y por haber, pero, en momentos como eso, solo generaban una gran ansiedad, inseguridad y alteraban sus nervios.
A lo lejos, parecían preguntas comunes debido a la causa de su unión, sin embargo, dejaban de ser comunes cuando se transformaban en un círculo vicioso.
Colocó su playlist con las canciones que lograban relajarlo y volvió a cerrar sus ojos, sumiéndose en curiosidad y cediendo al cansancio tenue que había en su cuerpo.
(...)
Su piel se sentía pegajosa, pero se sentía extrañamente satisfecho y cómodo. Algo que sonaba ilógico debido a su sentido de limpieza y cuidado.
Abrió sus ojos y se encontró con el paisaje de las palmeras lejanas, el sonido de las olas rompiendo llegaban sutilmente a sus oídos, una sonrisa se dibujó en su rostro.
Se dio cuenta que estaba recostado en la arena por lo que se sentó u observó todo de una manera mejor.
La Isla Krima estaba justo al frente como todas las mañanas, pero había una diferencia, no estaba destruida y desolada, al contrario, se veía un parque de diversiones a lo lejos y lleno de árboles con un color vivaz.
Impresionado y con un extraño sentimiento en su corazón sonrió.
—– Se ve irreal ¿cierto? —– Se extrañó de que alguien más estuviera allí, quiso voltear pero no pudo, sus músculos no respondieron al impulso que transmitía su cerebro.
—– Sí —– respondió —– Lo es.
—– Ya fue hace meses y sigue pareciendo una escultura.
Namjoon no respondió, no sabe cuánto tiempo permaneció callado porque la persona a su lado se arrodilló frente a él y le sonrió. Sus ojos se abrieron de par en par y el latido de su corazón de aceleró.
—– Creo que—
Sobresaltado se levantó al escuchar el estruendoso trueno. Restregó sus ojos aclarando un poco su vista y enfocando a su alrededor.
Estaba oscuro y la lluvia podía escucharse sin esfuerzo. Se levantó del sofá y se acercó a la ventana "Llueve a cataratas. Esto demorará un poco" pensó.
Sacó su teléfono y vio que el reloj marcaba las 7:30pm y le extrañó no ver a su pareja allí.
Un poco asustado y confuso de lo que debía hacer, se acercó a la mesa donde dejó el sobre en busca de un número telefónico para contactar "No creo que sea inapropiado llamar para asegurarme de la situación" se convenció mientras revisaba el sobre con sólo un poco de desesperación.
—– A ver algún número, algún número —– decía mientras mordía su labio inferior.
—– ¿H-hola? —– Namjoon dejó caer el sobre de sus manos y toda la valentía y preocupación se transformó en sorpresa y manojo de nervios. Tenía miedo de voltear.
Carraspeó un poco y se volteó.
—– Hola —– contestó quedando frente a él, a unos considerables metros de distancia.
Aunque la foto no le hacía justicia a su imagen física, las gotas de lluvia ayudaban a darle una imagen que te quitaba el aliento, empapando todo su cuerpo dejando ver la transparencia de la camisa y mojaba una pequeña bolsa que traía en sus manos.
Sin embargo, a pesar de que la circunstancia dejaba una imagen bastante sensual y exótica, eso no fue lo llamó su atención, lo que más le llamó la atención a Namjoon fueron sus ojos llenos de lágrimas y como su garganta tenía un grito silencioso pidiéndole ayuda.
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