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Odio sin sentido

Advertencia;
Esto puede llegar a tener contenido vulgar y sexual muy leve. Fin de la advertencia.

Ship; Rapkato

Te odio. No sé porqué pero enserio te odio.

[♡]

Solos, solos ambos en un un estrecho, oscuro y asqueroso lugar; el sótano. La bombilla había respirado su último uso, ahora era inútil al igual que el compañero con el que se había quedado.

"Muzi, ve a buscar la no sé que cosa en el sótano". ¿Cómo iría a esperarse que cinco minutos después fuesen a buscarlo y sorpresa, cerrase la puerta cuya manija necesitaba un ajuste? Es que ese tipo era inútil y con ganas, y él un imbécil por no actuar antes de que la puerta se cerrase.

"Es que eres idiota", fue lo único que mencionó junto a un suspiro pesado, momentos atrás en cuando el ruido de la puerta cerrarse se hizo presente. Igual y no iría a tirarle tremenda golpiza por ello, además que sabía que en cuanto a fuerza el contrario le ganaba, sus peleas no pasaban de palabras y miradas que a veces parecían y querer romper el mismísimo aire.

Minutos posteriores ya trataban de vanamente forzar la puerta. Sentía todas las desgracias recaer sobre él en un mismo día.

 Resumamos, se encontraba en el sótano, encerrado, sin señal en el celular, con Raptor, y agreguémosle que es este último decía haber bajado a tal lugar para avisarle que los demás iban a salir. Quedaba un buen recorrido de tiempo por mantenerse ahí. 

No es que odiase a su compañero, simplemente para ambos era imposible estar de acuerdo en algo, como la Coca Cola y la Pepsi, enemigos por naturaleza.

Cuando ya se hubieron resignado ambos y llegado a la conclusión que no saldrían de ahí hasta que los demás vuelvan parecieron ir cada uno por su cuenta. Muzikato se mantenía serio, tratando de adivinar el emisor de cualquier mínimo ruido a su alrededor; mientras que Raptor jugaba con lo poco que veía de sus manos, cada quién en una esquina de la habitación sin intercambiar palabra.

-Me aburro._ canturreó el mayor de ambos, alargando flojamente la "o". Imposible no conocer el causando de aquellas palabras.

-¿Y qué quieres que haga?_ respondió cortante, cierto que también se aburría, pero bueno, tampoco que se fuese a morir por ello.

-No sé, cuéntame un chiste

-Había una vez un Raptor que era callado, fin. Ahora deja de molestar._ lo que menos deseaba era hablar con el culpable de su encierro.

-Qué amargado._ se quejó apoyando sus mejillas en sus manos, haciendo un pequeño puchero.

-Qué infantil._ para su desgracia y a pesar de la poca luz, era capaz de observar al contrario a causa del poco espacio entre ambas esquinas.

Un resoplido se llegó a oír, ya se mencionó la falta de ruido, el dueño de aquel decidió desplazarse a gatas, colocándose justo enfrente del menor, el cual al fijarse en ello se limitó a observarlo con duda y apegarse más a la fría pared.

-¿Qué quieres?_ preguntó borde, la cercanía lo ponía incómodo.

-¿Te caigo mal?

Así sin más, una pregunta tan directa y sencilla; sin embargo, el castaño menor no se veía capaz de responderla. Subiendo su mirada, sus ojos azules se encontraron con los de su compañero, bicolor, le confundía mucho el abrupto choque de colores por lo que nuevamente bajó la vista.

-Respóndeme._ insistió tomándolo suavemente del mentón para alzar nuevamente su mirada. Ahora Muzi no sentía incómodo, se sentía muy incómodo.

-No creo que sea el momento para hablar de eso.

-¿Me odias?

Suspiró.

-No, o sea sí en parte, d-digo, ugh. No lo sé.

¿Cómo respondías algo que ni tú mismo sabes? Si le decía que no seguramente no se lo creería por la lista de conflictos cada vez más larga, y si le decía que sí, ¿qué más seguía? No tenía ni la menor idea de como justificar esa enemistad.

-Solo quítate, esto es incómodo.

Nuevamente un suspiro, esta vez por parte del mayor, soltó del agarre el mentó del menor, que sintió cierto alivio ante la falta de tacto, le hubiese durado más de no ser por el mayor acercamiento, acompañado de unos brazos al lado de su cuerpo. Se sentía acorralado, un niño, una presa y lo odiaba.

-¿No me escuchaste? Quítate imbécil._ no pensaba insultarlo, pero de momento Raptor se lo estaba buscando.

-¿Por qué me odias?_ preguntó, su voz calmada podría fácilmente calmar el enfado de un niño, a pesar de que llegaba a sentirse así, Muzi no era un niño.

-Que te dije que no te odio, no seas tonto Raptor._ lo odiaba, lo odiaba cada vez más, cada palabra que salía de sus labios lo incitaba a darle la golpiza del inicio.

-Solo estoy haciéndote una pregunta simple, solo contesta y olvidaremos lo que pasó._ mucho texto, si que era insistente, lo odiaba.

-Que ya te dije que no te odio weon._ sin embargo sentía aquel sentimiento crecer.

-¡No mientas! Siempre dices eso, solo quiero saber el porqué de tu odio hacia mí, te prometo que luego te dejaré en paz._ clamó acercado poco más su rostro. Lograba identificar la desesperación en su semblante, desesperación que momentos atrás era una simple curiosidad, odiaba ser la persona que lograse sacarle la paciencia.

-¡¿Pero puedes ser más obstinado?! ¡Ya te dije que no te odio, no tendría sentido que lo hiciera! ¿Así o te lo deletreo?

-¡¿Si no me odias entonces qué?! ¿Te he hecho algo? ¿Te ofendí? ¿Te maltraté? ¡Es que no lo entiendo!

-¡Qué necio!._ exclamó. -¡¿Qué quieres que haga para que sepas que no te odio?!

No esperó respuesta, creía y solo recibiría más preguntas de las que ya había recibido, todas de una misma persona, sostuvo con brusquedad sus mejillas y lo apegó hacía sí. Raptor creía que lo odiaba pues demostraría que no, y que mejor forma que algo que según muchos señala el inicio de un sentimiento contrario al odio, pero lejos de lo que esos muchos decían, se sentía insípido.

Por su parte el castaño mayor quedó tieso por unos segundos, no cabía en su mente lo que estaba pasado y de alguna forma sabía que ello podría ser de todo menos lo denominado amor, separándose después de caer en cuenta de ello, aunque igual y no le duró, siendo que antes de pronunciar palabra o siquiera sonido de sus labios fue irrumpido por la unión de estos con los del contrario.

Los labios de Muzi se movían con velocidad y brusquedad, mientras que los de Raptor eran torpes y mostraban cierta timidez.

No era suficiente, quería mostrar que no lo odiaba, pero a la vez quería descargarse y odiarlo como nunca antes lo había hecho.

Sus manos bajaron y sostuvieron el cuerpo del de ojos bicolor más cerca del suyo, sus dientes mordieron sus labios repetidas sacando quejidos que constantemente eran callados por más besos, pues odiaba sentir el temblor de estos luego de cada mordida.

El mayor dejó de acorralarlo para sostener firmemente las caderas del contrario, este último encargándose de acariciar sin cuidado por debajo de sus prendas, aún callado los posibles sonidos que soltase con besos, ninguno trataba de reflejar cariño.

Las prendas fueron despojadas de ambos cuerpos, el calor aumentaba y los suspiros se presenciaban en ambos, una nueva sensación,lujuria. Lo odiaba.

Al final lo había logrado, pudo odiarlo como nunca antes había odiado sin que este se diese cuenta, marcó su piel con mordidas, arañazos, incluso golpes se hicieron presentes, todos los actos que se minimizaban y tomaban como parte el momento.

Y de alguna forma mantenía en mente el hecho de haber odiado tener relaciones con la persona que le caía mal, pero a la vez estaba satisfecho de haber demostrado su odio durante todo momento de ello mismo. Aunque quién sabe, a lo mejor y se ese odio sin sentido nublaba algún otro sentimiento.

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