𝑪ó𝒎𝒐 𝒓𝒆𝒂𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒓í𝒂𝒏 𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒅𝒊𝒔𝒄𝒖𝒔𝒊ó𝒏 𝒚 𝒓𝒖𝒑𝒕𝒖𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒆𝒋𝒂

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𝘊𝘰𝘯𝘵𝘦𝘹𝘵𝘰= Ya se encontraban en una relación de pareja. Sin embargo, las cosas se pusieron algo acaloradas y alguno de los dos decidió ponerle fin.

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—¡Eres asfixiante! ¿No puedes solo desaparecer? Me tienes harto.

Su fría y enojada voz resonó por todo su cuarto.

Aún cuando sentías que ya te habías tranquilizado y quisiste acercarte a él, volvió a alzarte la voz para que te largues de su cuarto, está vez mirándote con fríos ojos.

La situación ya era sofocante de por si, pero cuando soltaste las palabras: "Creo que deberíamos romper..." fue el colmo.

¿Se lo tomó de manera calmada? ¿Quiso intentar algo para hacerte cambiar de opinión? Por supuesto que no. Se quedó en silencio retorciendo más y más su rostro.

—Por fin dices algo coherente, vete de aquí de una maldita vez.

Cuando escuchaste su voz no pudiste retener tus lágrimas, saliendo casi inmediatamente sin que des si quiera un pestañeo.

Una vez te hayas ido armaría un gran alboroto en su habitación. ¿Qué carajos acababa de pasar? Su vocablo era el adecuado, pero notó que se sobrepasó a la hora de medir sus palabras. Claro que ya era tarde para ir detrás de ti... Apretó sus puños sin notar el daño que se estaba haciendo.

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—¡Sobrepasas los límites al ser tan pretenciosa! ¿Pretendes algo siguiendo con esta cursilería?

Sus palabras no lo detuvieron aún cuando tu ya no respondías, solamente siguió añadiendo leña al fuego.

—Escucharte se vuelve molesto por cada segundo que pasa.

Irritado se llevaría la mano en la frente para luego suspirar.

"Entonces rompamos." Fueron dos palabras que lo hicieron reaccionar nuevamente. Levantó rápidamente la vista para dirigirse hacia donde tu estabas, pero solo pudo apreciar un rostro lastimado de tu parte.

Se dedicaría a mirarte con una cara seria nuevamente, como si estuvieras haciendo una broma de mal gusto para nada graciosa.

—Si tanto lo deseas eres libre de irte.

No te detuvo, él también estaba enfurecido sobre la situación, no va a tolerar una rabieta de tu parte. Pero al notar que hablabas en serio y tenías la intención de irte aumentó su cólera. Sin embargo, era lo suficientemente orgulloso para no retractar sus palabras.

Una vez solo en aquella fría biblioteca helada, se apoyaría sobre una de las mesas con ambas manos y agacharía su cabeza frustrado, sentía que lo estabas volviendo loco.

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"No quiero que me protejas más a mi de lo que te proteges a ti mismo... Es mejor si simplemente nos separamos..." No podías tolerar más que él salga lastimado solo para protegerte, la solución era alejarse para evitar futuras desgracias sobre la salud de tu querido Luca...

—¡Se trata sobre ti! ¿Cómo esperas que simplemente ignore el hecho que te encuentras en peligro?

Sabías que algo de razón tienen sus palabras, pero él no aceptaba las formas alternativas de mantenerte a salvo sin que él no sea el responsable de tu protección, y lastimosamente frecuentaba lesionarse.

Cuando notó tu insistencia en el asuntó, se quebró.

—¡No lo entiendo! No estoy haciendo nada malo, si me explicaras...

Ambos sabían que era inútil, tu no desistirías de la idea de su salud, y él no querría dejarte sin más. Lo único que pudiste hacer es pedirle que no te siga para luego irte de ese, ahora, desolado lugar.

Se sentiría como un fracasado total. Aún así respetaría tus deseos sobre no perseguirte...

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Kaito no te insultaría aunque estuviera a punto de ser condenado. Su disputa comenzó con una cosa pequeña y concluyó en algo que a ambos se les salieron de las manos.

Terminaría en una situación donde Kaito tan solo querría evitar todo lo que tenga que ver con la conversación que tienen, como si le restara importancia.

—_____.... No deberíamos seguir dando vueltas en esto. Solo sigamos...

Por más que sigas insistiendo, él solo apartaría la mirara incómodo.

Cuando le pediste un tiempo a Kaito por respecto a la situación que dejaba inconforme a ambos, él nuevamente dejó de lado su orgullo de manera desesperada.

—¡_____! ¡DUSCÚLPAME POR TODO! ¡Si, es mi culpa, siempre es mi culpa! ¡Por favor no te vayas!

Pediría perdón como si de disco rallado se tratara. Aún así no ibas a renunciar a la idea de irte, cuando eso sucedió lo único que lo detuvo fue la tristeza en tu rostro.

Parando en seco, se quedó con su cabeza gacha llorando en silencio.

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Sus comentarios no eran como dagas, pero su tono era severo y violento. No estaba furioso. Sin embargo algo enojado por su temperamento.

—¡Simplemente no eres capaz de entender la situación!

Cuando trataste de acercarte para seguir explicando tu punto de vista y opinión sin dejar atrás tu pequeña terquedad, fue cuando él dio un golpe que rompería la mesa en la que estaba apoyado, arrojándola por un costado tuyo llegando a rozarte. Sin darse un respiro; prosiguió para golpear la pared con fuerza.

—¡No te he dicho qu-! Ugh-

Sus palabras fueron detenidas al ver tu expresión de susto por la sorpresiva violencia. Ni si quiera habías notado tu misma el temblor de tus hombros.

Al quedarse callados ambos durante unos segundos, él abrió su boca titubeando.

—Tal vez deberíamos... Lo mejor será que ya no me volvieras a ver..

Ni si quiera te detuvo cuando te fuiste con el brazo entre los ojos. Sabía que seguramente era lo correcto, no podía permitir volver a asustarte de ese modo... Pero le disgustaba tanto...

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Antes de llegar a este punto, hubieron varias discusiones en las que él se aburría rápidamente o empezaba solamente para criticar tu comportamiento.

—Cállate, vete a otro lado. Irritas.

Con el ceño fruncido y un rostro quejoso ni si quiera te dirigió la mirada, siguiendo en su celular recostado en el sofá.

Le expresaste tu insatisfacción con la esperanza de que puedan arreglar todo lo que te está culpando por "ser una molestia".

—En serio... ¿No sabes cuándo cerrar la boca?

Dejando su teléfono de lado y sentándose te miró con malhumor. Su mirada de "Eres patética" fue lo que más te dolió, dándote cuenta que no está dispuesto a dar vuelta atrás de sus palabras.

Una vez le dijiste furiosa y triste que se acabó, que es un idiota y no querías volver a verle, se enderezó de repente, para luego volver a relajarse ahora con un rostro furioso.

—Vete a la mierda.

Fue lo último que escuchaste antes de irte dando un portazo que resonó como eco en la solitaria habitación.

—¡Qué estupidez!

Tirando su celular por el aire apretaría los puños, aún pensando que todo lo que dices es incoherente, ahora lo querría más que nunca.

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Todo era estupendo... Hasta que volvieron las tontas apuestas entre Sho y Leo. En una de esas, Sho aceptó y perdió una en la que también te veías perjudicada...

—Realmente pensé que le ganaría... Ese imbécil me tendió una trampa, estoy seguro.

La ganancia era muy tentadora como para rechazarla, pero lo hecho hecho está, y Sho lo sabía más que Nadie en ese momento.

Aún así no era excusa para aceptar algo en lo que te involucraba casi directamente de manera tan negativa... Comenzaron a discutir en base a eso.

—¡No tenía tiempo para consultártelo! ¡Tienes razón, lo lamento!

Más que disculpas sinceras parecía irritado, tanto con él, por la derrota como con su amigo.

Aunque sonaría exagerado de manera exterior, entre el enojo y la decepción que tu pareja apueste algo que te importa sin preguntarte al respecto fue suficiente como para pedirle que no tenías ganas de verle por un tiempo.

Una vez te fueras, el pesimismo invadiría a Sho. Intentó tomarte de la mano para detenerte, pero cuando notó lo triste que te encontrabas al ver tus ojos te soltó y retrocedió. Ya ni si quiera importaba el precio por perder, esto era aún peor...

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Los últimos días lo veías preocupado y distante, siempre que te acercabas a él te evitaba con una gota de sudor en su rostro.

No fue hasta que de repente un día te citó a solas para pedirte de repente una ruptura... ¿Qué fue lo que pasó para que te diga eso?

Por supuesto que le pediste explicaciones.

—¿No pensas que es lo mejor? Estos últimos días no te traté bien..

No te importó eso, todos podemos pasar por un mal momento y tu querías ayudarlo, pero Haru armó un muro que no podías escalar ni derribar..

—_____... Por favor, solo terminemos con esto..

Tenía un rostro complicado, pidiéndote no solo que pares, sino que dejes de hacer preguntas.

—Te juro que no fuiste vos el problema, está todo en mi cabeza.

Con lágrimas en los ojos terminaste marchándote, no comprendías nada.

Una vez no te encuentres, él mismo se desmoronaría. ¡Claro que no quería que rompieran! Sin embargo, la próxima misión en la que se le asignó era extremadamente peligrosa, él dudaba salir ileso.

Y lo último que querría sería que te encuentres en un hospital preocupada por su salud que se deterioraba cada día más... O peor, que sufrieras su muerte durante años.

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Probablemente la que más duela... 

Ninguna relación es perfecta, siempre hay inconformidades de alguna de las dos partes, haciéndolas perfectamente imperfectas. Esta vez la discusión empezó como una mera charla que fue escalando.

—Diente de león, dejemos esto de lado.

Y así lo hicieron, pero llegó el momento en el que esa charla fue recurrente y yéndose por los lados. Aunque siempre lo afrontaron de manera pacífica, los tonos son los que fueron cambiando.

Claro que hubieron momentos maravillosos entre las charlas, pero jamás las terminaban de afrontar por completo.

No fue hasta que gente externa los interrumpieron en una discusión, donde se miraron ambos preocupados. Trataron de llegar a un acuerdo calmados, pero finalmente no pudieron conseguirlo..

Abrió su boca, pero no tardo en interrumpirse a sí mismo para luego entrecerrar sus ojos.

Finalmente decidió pedirte una separación. Se sentía raro y disgustado por dentro, por una parte creía que las almas gemelas no deberían pasar por este tipo de situaciones, pero por el otro odiaría verte con alguien más... Durante algunos días no pararía de llover a truenos.

¿Acaso las almas gemelas en realidad no existían...?

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Te había dejado plantada, puede pasar una o dos veces al tener que estudiar y trabajar a la vez, olvidar cosas es normal. Pero cuando te enterarás que fue por hacer un evento de uno de sus juegos, y que la tercera fue a propósito no podrías solo dejarlo pasar...

—Si hubieras jugado conmigo no hubiera pasado.

No es que no te gustara jugar, sino que el juego con el que estaba pasando el último tiempo no era de tu agrado. Claro que igualmente no era excusa para hacerte esperar durante horas en un lugar y volver preocupada por su salud.

—¡Está bien cometí un error!

Irritado acariciaría la parte inferior de su cabeza mientras suspiraba. No, estabas enojada, pero aún más triste que despreciara tanto tu tiempo. Al seguir insistiendo se molestó más.

—Ahh. ¡Eres ruidosa!

Al alzarte la voz, tu hiciste lo mismo para decirle que se acabó, tomando tus cosas y caminando hacía la entrada para irte.

—¿Q-Qué? ¡Oye, espera!

Fue detrás de ti, pero en vano. Cuando soltaste su agarre y lo miraste con una mirada furiosa esta vez fue él quien no se dispuso a parar de insistir.

Una vez solo, estaría completamente en shock, ni si quiera veía real lo que acababa de pasar. Te mandaría un mensaje preocupado en su interior, esperando que solo haya sido un enojo momentáneo de parte tuya...

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Lo amabas, por eso podías soportar su personalidad y actitud peculiar, pero todo tiene un límite.

Si no fuera porque hubieras llegado a tiempo, Taiga se hubiera comido a tu mascota.

—¿No era un almuerzo de parte tuya?

¡NO! Estabas furiosa y se lo hiciste saber. Ni si quiera cuando él comenzó a divisarte con una mirada asesina pudiste parar, tu enojo era mayor que tu miedo.

—Será mejor que te detengas si no quieres que acabe con es cosa.

Por supuesto que lo insultaste en alto; "¡VETE A LA MIERDA MALDITO LOCO!" para irte con tu mascota en brazos.

Antes de que pudieras cruzar la puerta el dispararía a un costado tuyo para detenerte.

—¿Quién dijo que podías irte? Si es así le dispararé.

Cuando apuntó al animalito, no dudaste en protegerlo abrazándolo más con tu cuerpo, preparándote para el impacto... Que no sucedió.

—... ¡LÁRGATE!

No pudo dar el disparo, cuando vio que el arma te apuntó frenó sus acciones. Casi comete algo de lo que se arrepentiría.

Cuando su habitación esté al borde del colapso sería cuando seguiría descargando su odio con el exterior... Fue un verdadero problema.

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—Estás diciendo ridiculeces en este momento.

Solo le comentaste algo que te tenía intranquila en ese momento. ¿Por qué te fue tan indiferente?

Pensaste que tal vez fue el estrés del momento, por lo que lo dejaste pasar. Sin embargo, en el momento que volviste a preguntarle cuando ambos se encontraban sentados juntos, volvió a fruncir el ceño. 

—¿Otra vez con la misma cursilería? Eres una ACP.

Creíste saber a qué se refería, pero decidiste mantenerte callada mirándolo con desdén. Seguramente se refería a "Auténtica chica patética"...

—¡¡¿Cómo te atreves a mirarme así?!! Eres una completa salvaje.

Así es como comenzó la discusión que puso fin a su relación. No era la única que habían tenido, pero esta vez resultó diferente al ignorar algo que te inquietaba, haciendo que te angusties más al no recibir apoyo de su parte.

"Si vas a ser así de egoísta no quiero volver a verte, adiós Romeo" fueron las palabras que lo dejaron hirviendo.

—¡¡Te dije que me llamaras Fico!! Espera, ¿Dónde crees que vas?

Se levantó del sofá, pero no fue detrás de ti, esperaba que tu regreses por tu cuenta. Una vez te hayas ido gritaría palabras de disgusto.

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Al comienzo te parecía responsable y gracioso que tenga horarios para cada momento del día, incluso luego de hacerse pareja no te molestaba ya que es la forma en la que él se organiza.

Pero aún así, estaba comenzando a hacerte ruido que interrumpa momentos donde pasan tiempo de calidad juntos, como si de su trabajo se tratara, para proseguir a irse como si nada.

—¡Oh, es hora que me dirija al estudio. Nos vemos mañana.

Mirando su reloj te apartó de él y se levantó. Sin embargo, esta vez lo detuviste para preguntarle si realmente era muy importante lo que iba a hacer.

—Así es, tengo programado estudiar para los exámenes de mitad y fin de año, luego debo terminar un trabajo asignado y escribir unos documentos privados de un cliente.

Era importante y lo sabías, pero no puedes evitar sentirte como tan solo un pasatiempo en su vida, por lo que le comentaste al respecto.

—Hmm... De acuerdo, retomaremos esta charla cuando haga lugar en mi agenda. Se supone que mañana iremos a dar un pase- ¡Oh! Se me está haciendo tarde.

Esta vez sin despedirse, se esfumó. Al día siguiente cuando se volvieron a encontrar le dijiste sin rodeos: "Hay que terminar".

—¡Qué inconsciente! Debes cancelar al menos con 24hrs de antelación.

Fue algo que el malinterpretó con acabar con la cita. Cuando bufaste y te diste la vuelta fue cuando comprendió lo que en realidad trataste de decir, yendo tras de ti rápidamente. Esta vez fue la primera vez que tu lo apartabas de tu lado, algo que lo desconsoló por completo.

Cuando comprendiera que no estabas dispuesta a hablar con él por lo "preciado que es su tiempo" entendió la situación, pero no fue cuando le dijiste que te deje de perseguir que en realidad paró. Por el resto del día sentía que no podía concentrarse, y quería hacer lo posible para evitar que perdure ese sentimiento.

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Lo más probable es que él te lo haya pedido. Las discusiones no es algo de lo que quejarse, pero teme que la academia DarkWick lo atrape pronto por su secreto... Además de todo, seguramente querrías evitar su castigo aunque significara que también recibirías uno.

Definitivamente hacerte sufrir es algo que no desea, sería sobre su cadáver, literalmente...

No tenía planeado cortarte, te amaba y disfrutaba de tu compañía como ninguna otra, pero cuando las cosas comenzaron a volverse oscuras lo pensó luego de mucho tiempo para finalmente citarte...

—____, gracias por venir. Verás...

Luego de pedirte una separación que no esperabas, dudaste. Sabías que algo no andaba bien con él, por lo que le preguntaste inmediatamente cómo se siente, incomodándolo.

Cuando te conteste que su salud no es un problema, junto con otras preguntas que te respondía, finalmente le preguntaste si esto es porque dejó de amarte... Porque realmente no podrías creerlo tan fácil y repentinamente.

—Si... Así es, ya no la amo _____.

Con una sonrisa y ojos llenos de tristeza confirmaría una mentira.

—Lo mejor será no vernos. Sin embargo, si necesitas ayuda en algo puedes acudir a mi cuando lo necesites.

Luego de que te fueras atónica por la situación, se recostaría en el suelo mientras taparía su rostro con su brazo.

—Hice lo correcto...

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No lograban verse últimamente, entre las investigaciones que realizas y el trabajo como vice-capitán, apenas si podían verse una o dos veces durante meses.

No fue hasta que en una de las investigaciones que resultaste con una gran herida, donde él quiso tomar control de la situación, haciendo un gran revuelto a los directivos.

Ni si quiera cuando le pediste que se calmara para no ocasionarle problemas frenó. El estrés acumulado en Haku era demasiado, ni si quiera podían verse para apoyarse en ti.

—Por favor, solo quédate en cama, yo me ocuparé de todo.

Al principio decidiste hacerle caso, lo mejor era recuperarte pronto. Pero cuando notaras que le estaba haciendo un mal tener tantas cosas en su cabeza, no esperaste en hacérselo saber.

Desde el inicio querías que la charla sea calmada, pero debido a la fatiga y agotamiento de ambos no pudieron mantener la armonía que buscabas. 

—¿Cómo podría no preocuparme si soy tu pareja?

Era verdad, definitivamente lo era... Pero él no podía dormir hace días y ni si quiera te dejaba ayudarlo... Luego de un silencio finalmente le dijiste que por favor deje de preocuparse por ti cuando ni si quiera él está bien, incluso si significaba romper..

—¿Entiendes que aunque terminemos no voy a parar con esto? No podría dejarte sola.

Ni si quiera aunque lloraras y le pedirías que pare lo pensaría. Él era demasiado bueno a tus ojos, por eso mismo tuviste que ser dura con él para que se ocupe primero de sí mismo.

Una vez note que no quieres que tenga algo que ver contigo, finalmente decidiría apartarse de ti. Fue algo que no quiso aceptar..

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No fue fácil para ninguno afrontar la charla que tenían.

Ni si quiera recapitulaban qué ocasionó tal pesadumbre. Antes de que se dieran cuenta estaban ambos impugnando.

—Asimilo lo que aspiras manifestar. Oh, querida flor de loto... Empero expresar mi desacuerdo en el asunto.

Pese a que ambos permanecieron mudos unos instantes, ninguno quería descuidar la conversación.

La discrepancia parecía no tener fin. No fue hasta que ambos comenzaron a sollozar que sabían que algo estaba realmente mal.

—Oh, mi querida ovejita... Es desgarrador, me complacería no ser tan desgarrador con alguien tan reluciente como tu.

Finalmente decidieron pedir desunión aunque sea temporal entre ambos. No es que ninguno estaba dispuesto a perdonar al otro, simplemente la situación ameritaba lo contrario. Por más que la charla haya sido con respeto, no dejaba de ser una discusión en la que, por más que trataron, no pudieron llegar a un punto intermedio.

Una vez ambos retomen un camino de regreso diferente, claro que igualmente tratarían de enmendar la situación aunque sea a espaldas del otro. No obstante, ahora se encontraban demasiado apenados para continuar...

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Él había trazado límites desde que comenzaron a ser pareja, te respeta en su totalidad, eres la única con la que siente un lazo tan fuerte. Por lo mismo su pelea no fue nada relacionado a las anteriores bromas mujeriegas que solía hacer.

Fue entorno a las pequeñas cosas importantes que se negaba decirte. Claro que comprendes que aunque se encuentren en una relación no significa que se cuenten absolutamente todo.

Pero cuando comenzó a asilarte y alejarte en el tiempo que lo único que querías era ayudarlo, por más que no te cuente nada, es cuando le dices que no debería cargar todo para sí mismo.

—¡Jajaja! Eres tan tierna _____.

Volvió a tomar distancia, no quería aceptar nada de tu parte con ese sentimiento tan penoso.

Cuando las circunstancias se acaloraron fue en el momento que le pediste la separación. Si él no dejaba que lo ayudes entonces solo eras un mero juguete inútil, no la persona con la que debería apoyarse cuando se sienta mal.

Cuando quedó solo pensó que es la primera vez que se siente tan afligido desde que te conoce...

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—Deberías dejar de ser tan dramática.

Esta vez no fue nada relacionado a su extraño pero efectivo método de medicina. Sino que fue por su temperamento egocéntrico.

—¡Apenas tengo tiempo para quedarme parloteando contigo! Soy una persona demasiado ocupada para tratar con estas insensateces.

Guardaste silencio aunque él siga hablando solo, sin que ninguno de los dos abandone la habitación.

—Comienzo a creer que pedirte salir fue tan solo un capricho momentáneo de mi parte.

Mirándote con unos ojos analizadores soltó despiadadas palabras.

¿Qué quería decir con eso? ¿No fue muy cruel? Comenzaron una nueva charla que terminó a los pocos minutos, con una actitud tan lacerante de su parte no podías tolerarlo; le dijiste que lo suyo terminó y te fuiste.

—¡Pero qué ordinaria!

Se enfadó más. ¿Cómo podrías ser tu tan tosca? ¡Pero qué caos! Por supuesto que Yuri tenía sentimientos encontrados dentro suyo, y ninguno precisamente agradable.

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—Deberías dejar de ser tan imprudente e irracional.

¿Acaso era pecado querer salir a algún lado juntos?

Cuando le dijiste que podría ser divertido aunque sea ir a un lugar cerrado, su expresión ni si quiera cambió.

Te sentaste junto a él resignándote al respecto, pero pidiéndole que al menos en algún punto del futuro puedan ir a alguna parte.

—No me gustan las discusiones improductivas como ésta.

¡Ni si quiera estaban discutiendo! ¿Él así lo tomó? Claro que no era cierto, solo fue su falta de leer el ambiente.

Y así sus palabras se hicieron realidad; porque comenzaron a discutir, sin alzar la voz. Aunque ambos querías dejarlo, comenzaron a reclamarse cosas durante varios días consecutivos de esa forma.

—No recomiendo seguir con esto.

¡Tu tampoco querías! ¿Por qué parece que eras tú la que buscaba pelear? Uno de esos días finalmente no pudiste y le dijiste que lo suyo terminó, para luego irte.

Se quedó estupefacto en su sitió. ¿Ahora cuál era tu problema? En serio que no logró comprenderte aunque sea un poco los últimos días y ¿Ahora solo lo dejaste? Se sintió demasiado mareado de repente, por lo que tuvo que recostarse de inmediato.

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AVISO: Habrá una pausa durante 11 o 12 días. No es que lo abandonaré, tengo una semana dura en exámenes. Tampoco ignoré los pedidos que me dejaron, los retomaré en la parte 6.

También trataré de hacer los textos menos largos, me cuesta un poco tratar de recortar palabras y frases.

Lamento no poder actualizar durante tanto tiempo :(

ℂ𝕣é𝕕𝕚𝕥𝕠𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕚𝕞𝕒𝕘𝕖𝕟: @𝕟𝕪𝕒𝕟𝕟𝕟𝕟𝕟___𝕩𝕩 (𝕋𝕨𝕚𝕥𝕥𝕖𝕣)