☁️75: el peso de la esperanza☁️
Yujin estaba temerosa con todo lo que ocurría a su alrededor.
Trató de advertirle a Yoongi, pero fue demasiado tarde. En esos momentos el alfa estaba en prisión gracias al acuerdo que su jefe hizo con el alfa que los visitó, y ella sabía que era injusto lo que planeaban hacer, era cruel e inhumano.
Por ello decidió arriesgarse.
Tomó las pruebas que hundían al alfa que se presentó como Nam Joohyuk, en esos papeles que ahora estaban en su poder se demostraba la alianza que hizo el tipo con Jaehyun, dejándole como cómplice absoluto y desmintiendo la mayoría de las acusaciones falsas que utilizaron para afectar a Yoongi.
Las robó cuando encontró el momento indicado, lo hizo sabiendo que podrían asesinarla si era descubierta, pero nada de eso le importaba. Ella necesitaba ayudar a Yoongi para mitigar los cargos de conciencia, porque por su culpa el alfa conoció ese mundo y se hundió en él, así que lo veía como una manera más de pedirle perdón.
—Estás muy nerviosa, Yujin —comentó Jackson. El alfa accedió a llevarla hasta Nevermind Studios, donde ella pensaba entregar lo que había conseguido a los amigos de Yoongi.
—Estoy jugándome la vida con esto —respondió la omega, mientras apretaba la carpeta contra su pecho.
Jackson se concentró en conducir, aunque, pocos minutos después terminó preguntando:
—¿Estás segura que vale la pena?
—Sí, ¿podrías acelerar? Necesito llegar rápido.
El alfa obedeció, el auto ganó una velocidad considerable que les permitió llegar al estudio de tatuajes antes de lo previsto. La omega miró el edifico con una mueca, ella sabía que los amigos de Yoongi no la toleraban, pero al menos esperaba que pudieran escucharla.
—¿Puedes esperarme aquí? El tema que hablaré con ellos es delicado —pidió, con una mueca incómoda.
—Claro que sí, bonita —respondió Jackson dándole tranquilidad—. Tómate el tiempo que creas conveniente.
Ella brindó una sonrisa agradecida, para luego salir del auto. Sentía como las piernas le temblaban cada vez que sus pasos la acercaban más al estudio, inclusive hubo un momento efímero en el que dudó, pese a todo, continuó avanzando, mientras su mente le repetía que estaba haciendo lo correcto.
Tomó una decisión final cuando ingresó al edificio, ganándose miradas de todos los presentes.
—¿Qué diablos haces aquí? —preguntó un furioso NamJoon, siendo el primero en reaccionar.
—Nam, siéntate —intervino SeokJin. El omega no dudó en regresar cuando se enteró lo que había ocurrido con Yoongi.
—Yujin —pronunció Hoseok—. ¿A qué has venido?
A la omega le causó tristeza ver los rostros demacrados de todos ellos, pero los más afectados sin duda eran Kim NamJoon, Jung Hoseok y Alessia Meyer.
—Yo... —carraspeó para poder encontrar la fuerza que le faltaba a su voz—. Estoy aquí para decirles quién es el responsable de todo lo que está ocurriendo.
—¿Podrías explicarte mejor, por favor? —pidió Momo, para luego invitar a la chica para que se sentara.
—Hace varios días, un alfa visitó a Jaehyun en el callejón negro —inició con duda, mas la atención recibida por parte de todos los presentes hizo que continuara—. El alfa le propuso un trato a Jaehyun, y fue así como ambos planearon la trampa que le tendieron a Suga.
—¿Sabes el nombre del alfa? —preguntó Hoseok.
—Se presentó como Nam Joohyuk —respondió de inmediato.
—¡Ese maldito! —chilló Momo completamente enfurecida.
—¿Cuál es el acuerdo? —intervino NamJoon, con su humor controlado, a sabiendas que existían asuntos mucho más importantes que las rencillas personales.
—Como todos ustedes sabrán, Suga estaba a punto de pagar la deuda y ya luego sería completamente libre de las peleas —recordó—. Bueno, a Ahn no le agradaba del todo la idea. No estaba dispuesto a dejar de recibir las mismas ganancias y tener que conformarse con los billetes que un novato pudiera darle; sin embargo, también sabía que no podría hacer algo para evitarlo.
—Joohyuk tuvo que ir hasta ese lugar cuando miró que los padres de Jimin aceptaron a Yoongi —comentó Momo—. Estoy segura que lo hizo con el propósito de separarlos.
—¿Cómo llegó hasta allí? —cuestionó Alessia.
—Investigué un poco y ese alfa ya merodeaba el lugar, incluso llegó a participar en apuestas y otros juegos turbios —confesó Yujin, para luego dejar la carpeta encima de la mesa de centro—. Ahí están todas las pruebas que necesitan para hundirlo en la cárcel, además que también podrán aminorar los cargos de Suga y encontrar una solución más fácil.
—¿Sabes si planean algo más? —preguntó Momo.
—Jaehyun quiere a Suga, así que Joohyuk le dijo que le diera las pruebas necesarias para meterlo preso —explicó Yujin—. La denuncia fue anónima pero funcionó. Ahora, ellos están esperando que le den una fianza lo suficientemente alta como para que no puedan pagarla.
—Y de esa manera, Jaehyun chantajearía a Yoongi —dedujo NamJoon, y la omega asintió.
—Planea pagar la fianza, a cambio de que Yoongi vuelva a pelear —aclaró la omega.
—Ese tipo está loco —murmuró Momo—. Ambos, Joohyuk y el tal Jaehyun.
—No va a descansar hasta tener a Yoongi de nuevo en las peleas —dijo NamJoon con impotencia—. La única forma es que también lo denunciemos.
—No será sencillo —objetó Yujin con temor—. Tiene mucho poder e influencias.
—Encontraremos el modo de hacerlo caer —aseguró NamJoon, estando concentrado en la omega—. Sin embargo, necesito saber si tú estarías dispuesta a servir como testigo en caso de ser necesario.
—Si Jaehyun no me asesina antes, pueden contar conmigo —respondió.
—Gracias por esto —dijo Hoseok, dándole una sonrisa pequeña—. Podremos avanzar y ayudar a nuestro amigo, además que, con las pruebas que nos diste haremos que Joohyuk caiga en la cárcel que tiene bien merecida.
Yujin sonrió un poco, sintiéndose bien consigo misma ya que, luego de mucho tiempo, había hecho algo bien.
—Min, tienes visitas —anunció uno de los policías de turno.
Yoongi cerró los ojos teniendo la esperanza de calmarse un poco. El tiempo que ha estado encerrado le ayudó a tomar conciencia de sus errores, así que, una parte de él sabía que se merecía lo que estaba ocurriendo.
Pero también existía la otra parte que le recordaba el dolor que sus seres queridos estaban pasando. Para él era agónico darse cuenta tarde, era frustrante verse ahí, sin la posibilidad de hacer algo para cambiar el rumbo de su destino.
Lo único que le quedaba era enfrentar lo que llegara, y lo haría con la frente en alto, aunque por dentro se sintiera derrotado.
—¡Date prisa! —exigió el mismo policía, notando la lentitud de los movimientos del más joven.
Yoongi se puso de pie, las rejas de su celda fueron abiertas segundos después para permitirle la salida.
—Las manos —pidió el hombre, mostrando las esposas que llevaba para atarlo.
El pelinaranja cedió, sus ojos no perdieron detalle de los movimientos que aquel policía hacía para esposar sus muñecas, haciéndole sentir como un delincuente más. De hecho, eso era.
Comenzaron a caminar por los pasillos que ya comenzaba a memorizar, y mientras lo hacía recordó las conversaciones que tuvo con su abogado. El hombre fue sincero desde un principio, y aunque no le dio esperanzas, le aseguró que trabajaría duro para sacarlo del problema.
El peor panorama que existía era el juicio, y hasta el momento era el más probable. Su abogado le dijo que cooperara con la ley, que los intereses de la policía iban mucho más allá que mantener cautivo a un simple peleador, así que Yoongi estaba dispuesto a hacerlo.
Sonrió tenuemente, se repitió una y otra vez que no era la primera vez que estaba en la cárcel, que podría soportarlo.
Sin embargo, no podía seguirse engañando. A él lo que lo estaba matando por dentro era su familia y la reacción que obtendría por parte de ellos, sin mencionar que su ojitos bonitos no había llegado a visitarlo, aunque existía una explicación para lo último que supo gracias a Momo.
"Los padres de Jimin reaccionaron mal con la noticia. La señora Lía se opone que te vea, pero el señor Sehun está pagando el abogado, ya que el dinero que reunimos sólo cubrió una parte. No te preocupes, Yoongi, pronto podrás hablar con él".
El alfa confío ciegamente en el amor que sentía por su ojitos bonitos. Recordó la promesa que hizo: aferrarse con todas sus fuerzas al omega, jamás abandonarlo y luchar por él incansablemente.
Una puerta de metal se abrió de forma repentina, y eso fue suficiente para que Yoongi saliera de sus pensamientos. Ingresó a la sala de visitas, y no pudo evitarlo, al final terminó soltando un llanto nervioso, doloroso e incontrolable cuando se dio cuenta quien había llegado a visitarlo.
—M-madre —dijo entre sollozos incontrolables, mientras daba pasos torpes hasta el asiento que le esperaba.
Somi tenía la intención de mostrarse fuerte frente a su hijo. Cuando se dio cuenta que su cachorro mayor estaba preso, sintió como su corazón sangraba en dolor puro, con la impotencia taladrando sus emociones, y con el desespero al presenciar el ataque de llanto que su cachorro menor sufrió durante horas de tormento.
—Mi cachorro —llamó ella, con las lágrimas venciéndola—. Quisiera que esta barrera de cristal no existiera para poder abrazarte y demostrarte que no estás solo.
—L-lo siento tanto, madre —se disculpó, las emociones lo tenían al borde de un abismo desconocido.
—No te disculpes, no tú —pidió Somi, escuchándose como una súplica que quedó grabada en la mente del alfa—. Soy yo la que debo disculparme contigo. No debí darte la responsabilidad de cuidar de una familia cuando tú eras sólo un niño a mis ojos, un cachorro que había perdido a su padre.
—Hice muchas cosas malas, madre, pero te juro que fue para que tuviéramos una vida mejor —habló apresurado—. Yo no quería esto, ni tampoco quería causar preocupaciones en ti y en mi hermano —con sus manos tocó el cristal que lo dividía de la mujer y más lágrimas salieron—. Perdóname, perdón por no ser un hijo ejemplar del que puedas estar orgullosa.
—Te amo, eres mi cachorro mayor y siempre, siempre estaré orgullosa de ti —aseguró, provocando una profunda calidez en el menor que la escuchaba y creía en sus palabras—. Te prometo que no estarás solo jamás, y que haremos todo lo posible para sacarte de este lugar —ella se inclinó un poco más—. No mereces estar aquí, eres un chico bueno, Yoongi, un chico bueno al que le han pasado cosas malas, pero nunca es tarde para remediarlo.
El alfa no sabía que necesitaba escuchar esas palabras para que un peso angustiante abandonara su alma. Después de varios días, pudo sonreír con sinceridad, sintiendo un rayito de esperanza cuando se dio cuenta de que siempre contaría con el apoyo de la mujer que le dio la vida.
—Te amo, madre —dijo, mirándola con todo el amor y admiración que sentía por ella.
—Te amo más, cachorro —respondió ella—. Te tengo dos buenas noticias.
—Te escucho —habló, sintiéndose con más ánimos por obvias razones.
—Conseguí un permiso en el hospital para que Jungkook pueda venir a verte, Taehyung nos ayudó —contó entusiasmada—. Y ya se llevó a cabo el cateo en la casa, ¡no encontraron nada que te incrimine! —chilló—. No hay un reporte oficial, pero el abogado dice que será beneficioso para ti.
—Mañana me reuniré con el abogado, quizá me lo diga y me aconseje el mejor modo a seguir.
—Saldrás de esto, confía —animó Somi, completamente segura de sus palabras.
Y Yoongi ya comenzaba a creerlo.
Jimin estaba nervioso y al mismo tiempo ansioso.
Su padre accedió llevarlo a la estación de policía para que pudiera ver a Yoongi, aunque fuese por unos cortos minutos. Al alfa Park no le importó las quejas de Lía, impuso su autoridad y fue así como terminó acompañando a su cachorro.
—La situación va mejorando, el abogado Lee está trabajando para conseguir el derecho de una fianza y así pueda salir pronto de la cárcel —informó Sehun.
—Gracias por hacer esto, padre —agradeció, mirando al mayor con calidez.
—Lo hago porque te amo —respondió Sehun, y luego informó—: entra, tienes diez minutos con él.
—¿Qué harás tú mientras esperas?
—Hablaré con el abogado, debo discutir el pago con él, para incentivarlo a que termine con esto lo más pronto posible.
Jimin le guiñó un ojo de manera cómplice, y tal acción fue imitada por su padre.
El omega ingresó a la sala que su padre le indicó, en el interior se encontró con el alfa, sintiendo como todas las emociones que tenía presas dentro de su pecho salían con fuerza abrumadora.
—¡Alfa! —chilló, echándose a correr hacia el pelinaranja que continuaba sin creer lo que veía.
Entonces, se hizo real. Jimin estaba ahí, su ojitos bonitos llegó a verlo y todavía no sabía como se las había ingeniado para que Yoongi no estuviera esposado y así poder abrazarlo como lo estaba haciendo.
—Algodoncito —susurró, sonriendo ampliamente al sentirlo tan cerca.
El omega tomó el rostro del mayor entre sus brazos y no tardó en llenarlo de besos. Le besó ambas mejillas, la frente, la nariz, la barbilla, para finalmente caer en los labios que había extrañado, perdiéndose en ellos por segundos que curaron algunas heridas de sus almas.
—Te amo —susurró Jimin, mientras volvía a abrazarlo con fuerza.
—Te amo, mi ojitos bonitos —respondió Yoongi, luchando con la ola completa de felicidad que llegó a él tan repentinamente.
—¿Estás bien, amor? —preguntó el omega, mostrando preocupación en sus ojitos de cielo—. ¿Te tratan bien aquí?
—No me quejo, aunque la comida podría ser mejor —dijo con un encogimiento.
—Olvidaba que eres un glotón —comentó entretenido, sobre todo con el puchero del alfa.
—Días enteros sin vernos, y tú diciéndome glotón —refunfuñó.
—También te besé, y te recordé lo mucho que te amo —se defendió Jimin.
—Bésame otra vez —pidió el mayor, siendo complacido de inmediato.
El beso que compartieron duró un poco más que antes; sin embargo, Jimin tuvo que finalizarlo al recordar que tenían pocos minutos y debían aprovechar el tiempo.
—Mi padre está hablando con el abogado Lee, al parecer las posibilidades de una fianza aumentaron —comunicó.
—Algo así me dijo el abogado —confesó Yoongi—. ¿Crees que sea posible?
—Sí, aunque lo más probable es que sea una fianza costosa.
—Ya está, moriré aquí —se lamentó el alfa.
—No pienses así, encontraremos la manera de salir de esto, juntos —prometió, mientras sus manos se entrelazaban.
El alfa confió en las palabras del omega, mientras que el menor se apoyaba en la fortaleza que su novio demostraba.
Los diez minutos pasaron más rápido de lo que hubiesen querido; sin embargo, lo importante era que habían logrado estar juntos, aunque fuese por ese corto tiempo.
Y continuarían luchando para que así permaneciera, porque estando juntos tenían la fuerza para enfrentar al mundo.
Tercero y último del día aaaaa 🤧
Perdonen cualquier falta ortográfica, estaba escribiendo rápido y se me pudo pasar algún error de dedo. 🫠
Espero que el capítulo les haya gustado.
Infinitas gracias por leer, nubecitas. ❤️
☁️Yoon~
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