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☁️73: cielo de nubes grises☁️

La mañana de un sábado nunca resultó ser tan gris, o esa era la percepción al ver el cielo ausente de color.

Todos los días sin falta visitó a su abuelo; en algunas ocasiones sus amigos y Yoongi lo acompañaban, en otras iba solo, y muy pocas en compañía de sus padres. El trabajo de Lía y Sehun se triplicó con la ausencia de SeungHoon, así que el omega podía darse una idea de todo el estrés que sus progenitores estaban pasando.

La buena noticia era que el abuelo Park estaba presentando mucha mejoría. Los primeros días fueron difíciles debido a que el alfa no despertaba, no reaccionaba; pese a ello, el tiempo fue relativamente corto para que comenzara a dar las señales suficientes y que de este modo, la familia guardara esperanzas.

Finalmente, SeungHoon despertó pidiendo la compañía de su familia completa que no dudó en acudir hasta él para demostrarle lo amado que era por todos, sobre todo por un omega de cabellos rositas que no había parado de llorar al ver a su abuelo más recuperado.

"No pienso morirme. Tengo que ver a YoungJae con su primer tatuaje, a YongSun dirigiendo un museo de arte, Chanyeol liderando los laboratorios y a Jimin liderando el grupo Park. Y si no es mucho pedir, también los quiero ver casados y con cinco hijos cada uno".

Las reacciones de cada nieto al escuchar la palabrería del patriarca de la familia fueron cómicas, tanto que incluso SeoJoon, Sehun y Lía se permitieron reír abiertamente en compañía del abuelo Park.

Hubo un mínimo respiro de paz que Jimin aprovechó. En esa mañana en especial, nuevamente se encontraba visitando a su abuelo, y Yoongi había decidido acompañarlo.

—Me alegra verlo recuperado, señor Park —comentó el alfa menor con una sonrisa dirigida al mayor.

—Nada puede vencer a un Park tan fácilmente, muchacho —respondió con orgullo—. ¿Por qué están tan alejados? Vengan aquí.

Ambos chicos se acercaron hasta la cama donde el mayor descansaba, se sentaron cerca de SeungHoon, con Yoongi en la silla que estaba al lado y Jimin en el colchón.

—¿Cómo te sientes, abuelo? —preguntó el omega, mientras sus manos acariciaban la cabellera del alfa mayor.

—Estoy muy bien —aseguró—; sin embargo, tengo dos hijos demasiado protectores que no me permiten moverme de esta cama —gruñó indignado—. Sehun incluso me amenazó con contratar a una enfermera, ese mocoso —siguió quejándose—. Le dije a SeoJoon que podía ayudarle con todo lo que está pasando, pero él se negó —bufó—. No quiere preocuparme, además aseguró que yo debía descansar.

—Y tienen razón —contestó Jimin, ganándose una mirada de reproche del mayor—. Tienes que recuperar fuerzas.

—¿Tan mal estoy? —preguntó directamente, alternando su mirada entre Jimin y Yoongi—. ¡Exijo que me digan la verdad!

—¡No! —respondieron ambos a la vez, luciendo incluso alarmados.

—Usted es un alfa fuerte y lo ha demostrado muchas veces —dijo Yoongi.

—Si es así, ¿por qué no puedo moverme de esta cama? —cuestionó SeungHoon con los ojos entrecerrados.

—Abuelo, no seas necio y obedece las indicaciones que dejó el médico —regañó Jimin para impacto de los alfas.

—Tú nunca antes me habías regañado —se quejó el abuelo, dándole una mirada de ojos tristes a su nieto.

El omega resopló, al mismo tiempo que desviaba la mirada. Era débil con su abuelo, porque lo amaba demasiado, así que estaba seguro que si no se comportaba exigente terminaría siendo convencido por el mayor, y lo único que Jimin deseaba era la recuperación completa del alfa, sabiendo que para ello era imprescindible seguir todas las indicaciones del médico.

—No me vas a convencer —sentenció el pelirosa.

SeungHoon suspiró rendido. Dirigió la mirada hacia el alfa más joven, notando como Yoongi miraba a su nieto en una mezcla perfecta de amor y respeto. También notó diversión en los ojos gatunos, lo que le llevó a pensar que al chico de los tatuajes le gustaba mucho ver a su nieto cuando estaba molesto, o cuando pretendía estarlo.

Inevitablemente frunció el ceño. ¿Es que Jimin no regañaba a su novio? ¿Sólo SeungHoon era la víctima de la molestia del omega? No, esa era una injusticia que no pensaba dejar pasar por alto.

—¿A ti no te regaña o qué? —preguntó, cruzándose de brazos y mirando directamente al otro alfa.

Yoongi parpadeó confuso, miró al alfa mayor quien lo observaba con demasiado escrutinio, y luego desplazó la mirada hasta su novio. Jimin estaba tratando por todos los medios de ocultar la sonrisa divertida, para mantener la fachada de omega molesto.

—Respóndele al abuelo, motero —pidió Jimin.

—Lo hace —respondió de inmediato, e inevitablemente hizo un puchero cuando recordó todos los regaños que había obtenido—. De hecho, estoy seguro que su actividad favorita es regañarme.

—¿Y por qué lo hace? —inquirió SeungHoon con curiosidad.

—No le gusta que fume —confesó, evitando mirar la cara de Jimin—. Me resulta difícil dejar de fumar, y es por ello que su nieto me regaña.

—También lo regaño cuando me muerde —dijo el omega, entonces Yoongi palideció.

El abuelo Park miró de un chico a otro, con la cara demostrando completa confusión. Por un lado veía la mirada malvada de su nieto, y por otra la completa palidez que había llenado al pelinaranja, que combinaba a la perfección con la mirada aterrorizada.

—¿Cómo está eso que te muerde? —preguntó, mientras sus ojos buscaban alguna marca en el cuello del omega.

—No le haga caso —interrumpió Yoongi, al mismo tiempo que soltaba una risa forzada y repleta de nervios—. A su nieto le encanta bromear, eso es todo.

—Jimin —pronunció el mayor. Por supuesto que no era algo que llegara a quitarle el sueño, mas debía admitir que se estaba divirtiendo con los nervios alterados de Yoongi.

—No es nada malo, abuelo —aseguró el omega para tranquilidad de su novio.

Los minutos siguientes ayudaron para que la conversación quedara olvidada. Jimin y Yoongi siguieron compartiendo tiempo con el abuelo Park, mientras esperaban que Chanyeol y los gemelos llegaran.

Las risas que llenaban toda la habitación disminuyeron cuando la puerta fue abierta por el mayordomo de la mansión. El recién llegado saludó con una elaborada reverencia, para luego dirigirse a SeungHoon.

—El señor Nam LioHang ha venido a visitarlo, en compañía de su esposa e hijo.

—Diles que ya morí —respondió el alfa mayor, no quería recibir visitas de personas a las que por supuesto lo único que les importaba era mantener el lugar que tenían dentro del grupo Park.

—Abuelo, no seas descortés —regañó Jimin. Él no estaba del todo cómodo con la presencia de esas personas, pero tampoco podían hacer un desplante de esa magnitud.

—Está bien —accedió SeungHoon de mala gana—. Diles que esperen, primero quiero hablar con Yoongi.

—¿Conmigo? —inquirió el mencionado, apuntándose y con los ojos bien abiertos.

—Sí, y que sea a solas —dijo, mirando a su nieto con súplica.

—Como tú digas, abuelo —respondió Jimin, luego se inclinó para dejar un beso en la frente del mayor.

—No tomará mucho tiempo —prometió el alfa Park.

El omega asintió, le dio una sonrisa hermosa a su novio y en silencio abandonó la habitación en compañía del mayordomo. Al salir, tuvo que tomar una profunda inspiración para que su rostro no evidenciara el mal humor que nació de él apenas miró a Nam Joohyuk en compañía de sus padres.

—Bienvenidos —dijo, haciendo una leve reverencia que iba dirigida al matrimonio—. Mi abuelo los recibirá en unos minutos, por favor, esperen un poco.

—Es bueno verte, querido —dijo Hyori—. ¿Has estado bien?

—Sí, gracias por preguntar —respondió, siendo experto en ignorar la presencia de Joohyuk.

—Esperamos que nuestra visita no importune a nadie —habló LioHang—. Nos enteramos del estado de salud del señor SeungHoon y quisimos venir a visitarlo.

Jimin iba a responder, pero justo en ese momento la puerta de la habitación fue abierta. El pelirosa realmente quiso retratar los rostros de la familia Nam cuando miraron a Yoongi salir con tranquilidad, le pareció gracioso y en demasía ridículo que ellos todavía se sorprendieran cuando él mismo lo presentó en la fiesta de aniversario.

—El señor Park espera por ustedes —avisó Yoongi con seriedad, para luego abrazar la cintura de su chico.

LioHang agradeció, y en compañía de su esposa ingresaron a la habitación. Joohyuk se quedó mirándolos en silencio, uno que resultó inquietante, para finalmente sonreírles e ingresar a la habitación donde estaban sus padres.

A Yoongi le pareció extraño el comportamiento del alfa que por lo general era explosivo siempre que se encontraban.

A Jimin no le gustó para nada la sonrisa que Joohyuk les dedicó.

La música animaba cada punto de la carretera, las luces, los motores, las bebidas y sustancias habían creado un ambiente cargado de éxtasis que se encargaba de consumir a todos los que habían llegado con el único propósito de experimentar la adrenalina que solamente las carreras clandestinas podían llegar a crear.

Yoongi estaba apoyado en su Harley, hace algunos minutos había terminado con la carrera en la que participó, llevándose el premio al resultar ganador.

Habrán pasado unos diez minutos cuando los primeros omegas llegaron para ofrecerle compañía. El alfa los rechazó con amabilidad, aunque no tuvo la misma suerte con Jackson, el alfa llegó y no se marchó.

—¿Dónde están los demás? —preguntó Jackson, le parecía sumamente extraño que Suga estuviera solo esa noche.

—NamJoon no quiso venir, anda deprimido con la ausencia de Jin, y Hoseok está en una cena con su chica —respondió.

—Eso explica que estés solo.

—No del todo —dijo—. Alessia vino conmigo.

Ambos alfas miraron hacia la derecha, justamente donde se encontraba una beta bastante enérgica bailando encima del capó de un auto.

—Esa chica jamás te deja solo —comentó Jackson con una sonrisa.

—No, no lo hace —admitió el pelinaranja, mirando con una sonrisa pequeña a la mujer de cabellos cortos.

—Cierto, había olvidado decirte que Yujin te está buscando —informó Jackson.

—¿Para qué? —cuestionó, mientras sus dedos rebuscaban la presencia de algún cigarrillo. Comenzaba a sentirse ansioso, y todavía no descubría la razón.

—No me lo dijo, lo único que mencionó era que necesitaba hablar urgentemente contigo.

—¿Te dijo donde podría encontrarla? —inquirió Yoongi. Si Yujin afirmaba tener algo importante para decirle, era porque así debía ser.

—Probablemente en el taller, es el lugar más alejado —respondió Jackson y luego hizo una mueca—. Estaba bastante nerviosa, podría asegurar que se asustó cuando te miró llegar, no sé, pero su comportamiento es muy extraño.

Yoongi tenía dos opciones: marcharse de ese lugar de una buena vez, o buscar a Yujin para saber lo que ella tenía para decir.

Buscó a Alessia con la mirada, la beta seguía en el mismo lugar, riendo con algunas omegas mientras esperaban la próxima carrera.

Resopló frustrado sin tener sus ideas claras, sin mencionar el desequilibrio de sus propios instintos, quienes le alertaban de algo que todavía no era lo suficientemente claro como para que Yoongi pudiera comprenderlo.

Hasta que sucedió.

Todo el lugar se convirtió en un caos ruidoso que le dificultó la posibilidad de pensar. Personas corrían de un lado hacia otro, la mayoría haciéndolo de manera torpe debido a todas las sustancias ingeridas.

Yoongi se asustó cuando en medio de los gritos escuchó los primeros disparos.

Nuevamente buscó a Alessia, pero la beta ya no se encontraba en el mismo lugar, rápidamente se desesperó, comenzando a correr entre las personas que chocaban unas con otras en su afán de huir.

—¡Ale! —gritó con todas sus fuerzas, aunque fue en vano. El ruido era demasiado como para hacerse escuchar.

Decidió regresar al mismo punto en el que estaba en un principio, pero no pudo llegar.

Fue derribado por un grupo completo de personas, los latidos de su corazón ya le resultaban irreconocibles, sobre todo cuando su mente pudo atar cabos y así saber lo que estaba ocurriendo.

El miedo que llegó hasta él lo paralizó por completo, y en lo único que Yoongi pudo pensar mientras le apuntaban con un arma fue en su ojitos bonitos y en su familia.

Había caído en una trampa, y para cuando lo supo fue demasiado tarde.

Jimin despertó de forma repentina.

La respiración volvía a fallarle, pero había algo diferente en todo lo que estaba experimentando; se trataba de un mal presentimiento que iba acompañado de un inmenso terror que le impidió volver a dormir.

Se levantó de la cama con rapidez y corrió a tomar el móvil, revisó el registro de llamadas y todo parecía estar en orden, fue entonces que decidió marcar el número de su novio para asegurarse que todo estuviera bien.

No respondió.

Jimin volvió a intentar, el miedo creciendo dentro de él a medida que los segundos pasaban y su llamada no era atendida.

Obtuvo el mismo resultado, las quince veces que Jimin lo llamó, Yoongi no respondió.

Con rapidez fue hasta el armario donde tomó una muda de ropa, se cambió el pijama, tomó su bolso y salió de la habitación, con el único propósito de buscar al alfa.

No le gustaba lo que estaba pasando, ya era tarde así que Yoongi ya debía estar ahí con él. Sabía que algo malo tuvo que pasarle, y Jimin no descansaría hasta averiguarlo.

Se detuvo en seco cuando ruidos fuertes se escucharon en el exterior, Jimin marcó la codificación de seguridad en ese instante, tensándose cuando la puerta de su apartamento fue abierta con brusquedad.

Se alarmó cuando miró a Alessia y el estado en el que estaba. La beta tenía sangre seca en la nariz, muchos arañazos, el cabello revuelto y un llanto desgarrador que no se detenía.

Sergey apareció segundos después, demostrando preocupación por el estado alarmante de la mujer que miraba a Jimin con súplica.

—A-ayúdalo —pidió ella, los labios le temblaban constantemente.

—¿Qué ocurrió? —inquirió el omega, luchando por mantener una tranquilidad que evidentemente no sentía—. ¿Dónde está Yoongi?

—E-estábamos en las carreras... él corrió y luego nos separamos por un momento —dijo Ale, luchando para hablar con claridad—. Fue repentino, llegaron, hubo disparos... y...

—¡Dímelo ya! —exigió Jimin, y para ese momento sus ojos ya tenían muchas lágrimas que no tardaron en derramarse.

Sabía que algo malo había ocurrido, y odió con todas sus fuerzas el no haber estado equivocado.

—¿Qué pasó con Yoongi, Ale? —preguntó Sergey, acercándose a la beta para tratar de tranquilizarla.

Sin embargo, la respuesta que ella dio derrumbó por completo a Jimin, hasta dejarlo sin fuerzas.

—¡Lo arrestaron! —gritó Alessia con más llanto—. A Yoongi se lo llevaron preso.

























¿Será este el fin del hombre araña? 🧐

*Huye antes que la linchen* 🏃‍♀️

☁️Yoon~

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