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☁️48: una advertencia☁️

La mañana había dado inicio con un omega un poco pensativo.

La noche anterior pasó un momento agradable en compañía de Yoongi, pero también pudo darse cuenta de la difícil situación que el alfa estaba atravesando en su vida.

No quiso presionarlo para que le contara, era suficiente ver el tormento en aquellos ojos gatunos para saber que era un tema difícil; aunque eso no evitaba que Jimin se sintiera impotente y un poco inseguro porque, ¿acaso Yoongi no confiaba lo suficiente en él? ¿Pensaba que iba a juzgarlo?

El silencio prolongado del mayor le comenzaba a doler, Jimin ansiaba que se sincerara por completo, pero... no si para hacerlo debía sentirse presionado.

Sin darse cuenta expulsó un fuerte suspiro que ganó la atención de la mujer que le estaba ayudando a hacer las primeras maletas para su próxima mudanza.

—¿Qué ocurre? —preguntó su nana, dejando de lado lo que estaba haciendo.

—Estoy preocupado —se sinceró, con sus labios formando un pequeño puchero.

—¿Es por tus padres? —indagó ella—. No te preocupes, están de acuerdo con que te vayas a vivir al centro de la ciudad.

Jimin negó, dejó de lado todo lo que estaba haciendo para tomar asiento al lado de la mujer en la que confiaba. Tomó las manos de ella para obtener un poco de tranquilidad, decidiendo confesarle un secreto que era íntimo y especial para él.

—Estoy enamorado de Yoongi —confesó, apretando las manos que sostenía en el proceso.

JiWon se quedó callada en lo que su mente le recordaba quien era Yoongi, y cuando lo hizo toda su cara se iluminó.

—Oh, el alfa caballeroso —recordó con una sonrisa, misma que se desvaneció al notar la expresión decaída del menor—. ¿Por qué tienes esa carita?

—Porque siento que él no confía en mí, nana, y no sé que puedo hacer para que lo haga.

—¿Por qué piensas de esa manera? —cuestionó, no le gustaba que su pequeño estuviera tan mal por algo que seguramente tendría solución.

—Porque... —hizo una pausa, y la tristeza nubló sus facciones—. No lo sé, él me ha dicho pequeños fragmentos, pero nada concreto —suspiró—. La está pasando mal, y yo también al no saber cómo ayudarlo.

—¿Y no te has puesto a pensar que quizá lo que él necesita es que estés a su lado? —inquirió, ganándose la atención del omega—. Muchas veces las palabras sobran, y lo único que realmente anhelamos es tener a esa persona con nosotros, para saber que todo estará bien, aunque las circunstancias digan lo contrario.

Jimin sopesó cada palabra y rápidamente pudo comprender lo que su nana quería decirle. Mordisqueó el labio inferior con indecisión, buscando una solución a ese dilema interno, el cual no quería dejar crecer.

—Cachorro... —llamó la mujer—. No te atormentes con algo que no conoces.

—¿Tienes un consejo para mí, nana? —indagó, con muchas emociones cruzando por su rostro.

Ella asintió, acercándose un poco más al pequeño que había visto crecer y el cual amaba como a un hijo.

—Dale su espacio —inició—. Si él ya comenzó a darte esos pequeños fragmentos es porque está teniendo una lucha interna para contarte —dijo, segura de sus palabras—. Trata de ser paciente, Jimin, y recuerda que nunca debes menospreciar lo difícil que debe ser confesar algo que nos daña.

El menor dejó fluir toda la tensión fuera de su cuerpo. Se repitió una y otra vez que todo estaría bien, siempre y cuando estuviera claro con sus sentimientos. Al final de todo, de lo único que él podía responsabilizarse era por sus propias acciones, y en cómo éstas podían interferir en la vida de los demás.

Sólo esperaba que Yoongi pudiera confiar en él, así como Jimin lo hacía.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó un omega irritado al alfa que de forma descarada se presentó en la mansión.

Frente a Jimin se encontraba Nam Joohyuk, el alfa tenía una sonrisa enorme en sus facciones que, a opinión del pelirosa, era insoportable.

—Quise venir a visitarte, no es la primera vez que lo hago, ¿o ya lo olvidaste?

—No me interesa perder el tiempo contigo, Joohyuk —respondió Jimin escuchándose aburrido.

—¿Porque ya me cambiaste? —acusó, con su voz rozando levemente la de mando—. Responde, Jimin, ¿estás tan entretenido con ese engendro que ya no tienes tiempo para mí?

—Aquí el único engendro eres tú —gruñó el omega.

—¿No vas a negarlo? —cuestionó con una mueca—. ¿En serio eres tan descarado como para admitir en mi cara que te enredas con un tipejo que no vale nada?

—Vaya, nunca creí que caerías tan bajo —dijo Jimin con una mirada cargada de burla y desprecio—. Tienes que insultar para que tu estúpido ego no se vea pisoteado, pero, ¿adivina qué? Desde hace tiempo dejaste de valer ante mis ojos, para mí no eres más que una escoria, Joohyuk.

El mencionado tensó la mandíbula sintiéndose molesto con el chico que estaba frente a él. Hace un par de semanas había contratado a un investigador para obtener algún tipo de información que le ayudara para recuperar a Jimin, mas grande fue su sorpresa cuando un alfa de cabellera naranja se interpuso en el camino.

Sin embargo, Joohyuk no se detuvo, y en su lugar, cambió su objetivo. Investigó a ese tipo, descubriendo una serie de detalles que le causaron repulsión, pero al mismo tiempo le dieron la tranquilidad al saber que ese romance sin sentido que Jimin había iniciado no duraría mucho.

Fue esa la razón que lo impulsó de visitar el famoso callejón negro, donde pudo presenciar con sus propios ojos la bestia que rondaba al omega, y, mejor aún, tomar las pruebas necesarias para que Jimin creyera sus palabras.

Se relajó lo más que pudo, y mirando directamente a los ojos del menor, fue que habló:

—Min Yoongi no te conviene, y estoy aquí para mostrarte por qué.

La expresión de Jimin cambió por completo cuando escuchó ese nombre salir de los labios de alguien tan despreciable como Joohyuk.

—¿Me espías? —preguntó furioso—. Estás demente, imbécil.

—Insúltame todo lo que quieras, pero no pienso irme de aquí hasta que conozcas la verdad.

—La única verdad que estoy dispuesto a escuchar y creer es la que Yoongi tenga para decirme, así que lárgate —exigió Jimin, luchando con todo el enojo que sentía.

—¡Te dije que no me iré! —explotó, lanzando hacia el omega la carpeta que llevaba.

Los ojos de Jimin se fijaron en las fotografías y papeles que se distribuyeron en el momento que cayeron al suelo.

Lo primero que su mente y corazón le ordenaron fue que ignorara todo aquello, que se concentrara en sacar de su casa al alfa que había llegado para perturbarlo, y que no dudara en ningún instante de la autenticidad de Yoongi.

Jimin trató, él en verdad se esforzó por mantenerse imperturbable y no dejarse llevar por intenciones que claramente eran malintencionadas.

Pero pronto descubrió que no podría continuar de esa manera por más tiempo, no cuando sus ojos se fijaron en una fotografía en específico.

Se inclinó y tratando de controlar el temblor en sus manos tomó dicha fotografía. En ella estaba Yoongi, sonriente y rodeado de mujeres semidesnudas que sostenían diversos cinturones de pelea.

Pronto sintió como el corazón le pesaba más dentro de su pecho, mientras su mente se quebrantaba al no saber cómo lidiar con todo lo que estaba descubriendo.

—¿Q-qué es esto? —se preguntó a sí mismo.

Joohyuk se encargó de recoger las demás fotografías, junto con los documentos que tenían la información que había conseguido, los acomodó en la carpeta que posteriormente dejó en las manos temblorosas del omega.

—Ese es el verdadero Min Yoongi —habló, cuidando que su voz quedara grabada en la mente de Jimin—. Es una bestia que pelea por diversión, que lastima sin escrúpulos —dijo, mirando como las lágrimas salían de los ojitos irritados del omega—. A eso se dedica, a pelear metido en una jaula como un animal, y no se detiene hasta que destruye a su objetivo —continuó sin piedad—. ¿Sabías que es un drogadicto? ¿Estabas enterado de que cuando termina de dar su show en la jaula va y se revuelca con el omega que le pague mejor? ¡Es un puto prostituto, y un adicto sin ningún tipo de valor!

—¡Cállate! —gritó Jimin, con su rostro descompuesto en llanto y completamente enrojecido.

Joohyuk se sorprendió cuando se fijó en el odio que el menor le dedicaba en una sola mirada, ¿qué más necesitaba Jimin para convencerse de todo el mal que ese idiota le traía a su vida?

—¿Vas a seguirlo defendiendo? ¡Por favor, Jimin, reacciona!

—Cállate —repitió con menos fuerzas que antes, incluso hablar le causaba dolor y una fuerte opresión en el pecho—. Vete de mi casa.

—Jimin, si quieres desahogarte, aquí estoy...

—¡Que te largues! —explotó, y en ese mismo instante Sergey hizo su aparición.

El alfa ruso se puso a la defensiva en cuanto notó las lágrimas abundantes y los hipidos fuertes que el menor soltaba, miró al causante con clara amenaza, logrando que Joohyuk se tensara.

—Fuera de aquí —dijo amenazante.

Joohyuk salió de la mansión porque no quería armar un escándalo cuando su objetivo ya estaba cumplido.

Estaba seguro que Jimin terminaría de revisar lo que había en la carpeta, y cuando lo hiciera ya no querría volver a ver jamás al alfa que estúpidamente creyó que podría tenerlo.

—Está bien, me iré —aceptó—. Revisa toda la carpeta, Jimin. Allí se resolverán las dudas que tengas.

El mencionado rompió en llanto, tomó la carpeta y subió corriendo las escaleras que lo llevarían hasta su habitación.

Cuando llegó cerró la puerta con seguro para que nadie lo molestara, se sentó frente a su escritorio, y con el corazón doliéndole más que antes, Jimin revisó el contenido de la carpeta.

Habían más fotografías, y en todas ellas Yoongi salía con una persona diferente, en diversas situaciones: abrazados, riendo, besándose, bebiendo, y algunas fumando.

Sin embargo, sí pudo notar un detalle que para él era importante. En todas las fotografías Yoongi aparecía con el cabello más corto.

—Estas fotos no son recientes —se dijo.

Las dejó de lado y comenzó a leer los papeles que estaban en la carpeta. Se trataba de apuestas, cifras de dinero, así como la sustancia que, según Joohyuk, Yoongi consumía. Absolutamente todo se encontraba detallado, y ordenado en fechas.

¿Era esto lo que Yoongi le ocultaba? Jimin estaba confundido y dolido a partes iguales.

Finalmente miró una memoria usb en el fondo de la carpeta, Jimin la introdujo en su computadora y pronto descubrió que contenía un video único que duraba aproximadamente cinco minutos.

Dudó por un momento, pero tantas preguntas sin respuesta que daban vuelta en su cabeza le hicieron caer, reproduciendo el video para ver de qué se trataba.

Lo primero que notó fue el ruido estridente de las personas, había una especie de ring de boxeo donde dos personas peleaban como verdaderas bestias y...

Jimin llevó ambas manos a la boca cuando reconoció a Yoongi.

El alfa estaba moliendo a golpes a otro tipo, la sangre salía y salía sin control, y entre más violencia había, la multitud enloquecía.

Cerró la computadora de un sólo golpe, no quería seguir viendo, y con ese movimiento notó que había algo más.

Se trataba de una pequeña nota que hasta el momento pasó desapercibida para sus ojos.

En el papel estaba escrito un nombre y una dirección. Jimin no perdió tiempo, agarró sus cosas y salió apresurado de su habitación en búsqueda de su auto para obtener respuestas.

Yujin se sorprendió cuando al abrir la puerta de su casa se encontró con Park Jimin.

—¿Se te ofrece algo? —preguntó confundida.

—¿Puedo pasar? —inquirió el omega, en su rostro se podía notar el estrago que el llanto había dejado.

Ella se hizo a un lado para que el pelirosa ingresara. En ese instante el silencio era angustiante, pesado, y no ayudaba en nada que el omega se dedicara a mirarla en silencio, sin atreverse a mencionar palabras.

—¿A qué has venido? —cuestionó.

—Necesito hacerte unas preguntas acerca de Yoongi —respondió Jimin.

Ella se tensó de inmediato, y eso el pelirosa pudo notarlo con suma facilidad.

—Mira, no sé cuáles sean tus intenciones de venir aquí, pero Suga me dejó claro desde un inicio todo, así que no te preocupes —habló apresurada—. Yo no voy a entrometerme en lo que sea que tengan.

—No vine por eso —aclaró el omega, y otra vez sus ojos estaban llenos de lágrimas.

—Entonces no entiendo lo que haces aquí.

—Sé todo acerca de las peleas clandestinas en las que Yoongi participa —inició—. Recibí una carpeta con la información, y ahí estaba una nota con tus datos —la miró directamente—. ¿Fuiste tú quién lo llevó a ese lugar?

Yujin se dejó caer en el sofá, sin atreverse a mirar los ojos del otro omega.

—Sí, fui yo —aceptó—. Suga necesitaba dinero y le hablé de una forma en la que podía conseguirlo.

—¿Por qué? —cuestionó, luchando por mantenerse quieto en su lugar.

Ella hizo una mueca antes de responder:

—Lo mejor será que lo hables con él, quizá te explique mejor que yo.

—No quiere decirme —confesó Jimin—. Lleva días enteros dándole vueltas, pero nunca se atreve.

—Piensa que no lo entenderás —dijo con una mueca—. Odio admitirlo, pero realmente le importas —hizo una pausa—; conozco a Suga desde hace años, y si de algo estoy segura es que jamás ha sentido por alguien lo que siente por ti —sonrió desganada—; piénsalo un poco, seguramente guardó silencio por temor a perderte.

Jimin negó. Desde un principio hizo énfasis en la importancia de la comunicación y la confianza; él mismo se lo demostró a Yoongi, contándole sus miedos y sus inseguridades... Diosa, incluso lo miró en su peor momento cuando no sabía si sería aceptado en la universidad. El omega se entregó por completo, confiándole los problemas que tenía con sus padres, lo entregó todo, ¡absolutamente todo!

Incluso llegó a contarle de Joohyuk en la fiesta de inauguración del estudio de tatuajes, y lo hizo con la intención de que Yoongi jamás se sintiera inseguro con lo que estaban construyendo; saber que no recibió lo mismo de parte del alfa, fue algo que le lastimó profundamente.

¿Por qué tenía que ser de esa manera? ¿Por qué Jimin tuvo que enterarse de la verdad por medio de personas que no tenían la mínima idea de lo que sentía por el alfa? ¿Por qué Yoongi le ocultó esa gran parte de su vida? Se sentía desilusionado, con toda la confianza desmoronándose poco a poco.

Limpió sus lágrimas y se concentró en la mujer que lo miraba en silencio.

—¿Cuando peleará? —preguntó.

—En tres días —respondió Yujin.

—¿Dónde?

—No es buena idea que vayas, mejor habla con...

—¿Dónde? —interrumpió Jimin.

—En el callejón negro, queda en la salida sur de la ciudad.

Jimin asintió, para luego salir en silencio de aquella casa.
























Sí, iniciamos con el drama. 🕴

¿Qué creen que pasará? ¿Cómo se está comportando Jimin con todo lo que se enteró? ¿Qué ocurrirá con Yoongi?

Preguntas, preguntas... pero recuerden que todo tiene solución. 🥺

☁️Yoon~

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