Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

☁️43: bar de ilusiones☁️

Yoongi no sabía qué hacer.

Frente a él se encontraba un alfa alto, de cabellera oscura, bastante concentrado en mirarlo de pies a cabeza. Al lado del alfa estaba un sonriente Jimin, quien no parecía notar la ligera tensión creada, ¿o eran ideas de Yoongi nada más?

—Date la vuelta —indicó el más alto.

—¿Qué? —inquirió el pelinaranja parpadeando confuso.

—Eso, date la vuelta —respondió casual—. Quiero analizarte bien.

—Chan, no hagas cosas como estas que me da vergüenza —gruñó el omega, mas fue cruelmente ignorado.

Yoongi frunció el ceño y ese gesto fue el mismo que Chanyeol hizo. Lanzó un gruñido bajo, mientras que, a regañadientes daba una vuelta en su eje para terminar con toda esa ridiculez lo más pronto posible.

—¿Feliz? —inquirió, mirando al otro alfa.

Chanyeol lentamente fue creando una amplia sonrisa hasta que abarcó todas las expresiones de su rostro. Asintió muchas veces, dejando caer el peso de su mano encima del hombro del pelinaranja.

—Me caes bien, soy Park Chanyeol —se presentó finalmente—. Jimin me habló sobre ti y nuestros gustos por las motocicletas y el rock.

—¿Eso hizo? —indagó Yoongi, luego le dedicó una sonrisa al omega sonrojado.

—Sí, así que me caes bien por ahora.

El pelinaranja rió. —Como digas, por cierto soy Min Yoongi.

Ambos alfas se saludaron como era debido, luego Chanyeol terminó de conocer a las personas que Jimin le presentó: NamJoon, Hoseok, Alessia, e incluso SeokJin, aunque éste último ya era conocido por el alfa Park.

—Los demonios infernales ya te extrañan, SeokJin —informó divertido, haciendo alusión a sus pequeños hermanos.

—Estaré con ellos la próxima semana, el señor SeoJoon ya se contactó conmigo —respondió risueño.

—Que bueno, a mí no se me da cuidarlos —se sinceró—. Me alegra que regreses, no sé cómo le haces, pero te hacen caso sin montar escenas.

—Son excelentes negociantes —respondió Jin.

—Sí, sí, ya no hablemos de mis primos —se metió Jimin—. Mejor entremos al bar antes que a Momo le de un infarto por esperar tanto.

El grupo completo caminó hasta el bar que era el favorito de Jimin, Tae y Momo. Ellos tres alquilaron la segunda planta para divertirse durante esa noche en compañía de sus invitados, incluido un guardaespaldas bastante confuso.

—Vamos guapo —Alessia tiró del brazo de Sergey con fuerza.

—No es correcto, estoy trabajando —trató de negarse.

—Te estoy ayudando a ser más eficiente en tu trabajo —aseguró la chica—. Estando adentro podrás cuidar mejor de Jimin.

El mencionado asintió. —Entra con nosotros, Sergey.

El ruso se rindió y en silencio comenzó a seguir a la enérgica mujer que nuevamente lo había buscado, logrando que se preguntara a menudo: ¿por qué tanta insistencia en hablarle si apenas se conocían?

Los últimos en entrar fueron Jimin y Yoongi, el primero porque deseaba hacerlo en compañía del alfa, mientras que el segundo porque todavía tenía grabado en su mente la conversación que tuvo con sus amigos.

El alfa estaba tan consumido entre tantos pensamientos que no pudo notar la mirada atenta de Jimin, hasta que sintió una pequeña caricia en su mejilla izquierda que le hizo mirarlo. En ese momento sus ojos se encontraron con aquel par de azules que eran mágicos, porque, en sólo una mirada el omega le daba esa tranquilidad que tanto ansiaba.

—¿Ocurre algo, alfa? —preguntó el menor, atento a las emociones que se reflejaban en el rostro contrario.

Yoongi lo miró en silencio, y pronto sintió como un fuerte nudo se le formaba en la garganta. Se sentía perdido, quería desahogarse y al mismo tiempo callar todo aquello que le avergonzaba.

—No es importante, bonito —aseguró tomándole de la mano.

—Sí lo es, tus ojos están un poco tristes —dijo Jimin—. Aquí estoy, puedes decirme lo que sea.

—Lo sé, pero me falta valor para hacerlo —susurró.

El omega comprendió, decidió que lo mejor que podía hacer en ese momento era abrazarlo y fue lo que hizo. Sus brazos rodearon al alfa quien se aferró a ellos en silencio; ambos estuvieron juntos, sin decir más palabras y dejando que el tiempo fluyera.

—¿Quieres que nos vayamos? —cuestionó el menor, en ningún instante deshizo el abrazo.

—Tú y tus amigos planearon esta salida, no sería buena idea irnos —respondió, mientras su nariz olfateaba el tenue aroma del omega para tranquilizarse.

Jimin se separó lo suficiente para verlo a los ojos, sus pequeñas manos acunaron el rostro del mayor con sumo cuidado y entonces preguntó:

—¿Qué quieres tú? Eso es lo que me importa ahora, alfa.

Yoongi tomó una de las manos pequeñas que estaban acariciándole con una delicadeza de la cual sentía no era digno. Besó el dorso con afecto, sonriendo cuando su corazón se sintió más ligero.

—Quiero estar contigo —respondió sincero—. Eso es lo que más deseo.

—Bueno, podemos quedarnos aquí y mirar las luces de la ciudad —propuso Jimin—. El estacionamiento está vacío, perfecto para hacer nuestra pequeña fiesta privada.

—¿Estás hablando en serio? —inquirió con una risa entretenida.

—Es un buen plan, no me lo puedes negar.

—No lo voy a negar —concedió el alfa—. Bien, quedémonos aquí, chico fresa.

Jimin se encargó de avisarle a Sergey de que estaría en el estacionamiento del bar, e hizo lo mismo con su primo, Tae y Momo. Ellos estaban divirtiéndose adentro, y para él no existía nada más importante en ese momento que compartir su tiempo con el alfa que lo estaba acompañando, pero más que todo, deseaba hacerlo sentir bien y que, al igual que todos los demás, pudiera disfrutar de esa noche.

El omega tomó una de las manos del mayor y tiró con fuerza mientras reía descontrolado. Los dos corrieron como unos tontos enamorados, sintiendo el viento frío golpear en sus rostros y sacudir sus cabelleras, casi con la misma fuerza con la que latían sus corazones acelerados.

—¡Es una locura lo que estamos haciendo! —exclamó Yoongi.

Ellos literalmente corrían por el amplio estacionamiento, sin ninguna razón específica, tomados de la mano y riendo enloquecidos.

—¡Déjalo salir, alfa! —respondió Jimin.

El mayor liberó gran parte de las emociones que lo mantenían cautivo, fue refrescante y liberador darse cuenta de que algo tan simple como correr podría ayudarlo a sentirse bien, a que una parte de él estuviera libre, mientras que la otra continuaba en una lucha constante que poco a poco iba venciendo.

En ese preciso momento gotas continuas y fuertes cayeron sobre ellos. Jimin y Yoongi miraron hacia el cielo, permitiendo que la fuerte lluvia cayera libremente, mojando sus cuerpos hasta empaparlos por completo.

El omega sonrió ladino para luego dar un salto que le permitió enredar sus piernas en la cintura del mayor. Los brazos de Yoongi lo rodearon para mantenerlo seguro, mientras que los de Jimin se cerraban alrededor del cuello contrario, todo mientras sus ojos compartían una misma mirada que entrelazaba sus emociones.

—Te quiero —susurró Jimin, logrando una nueva ola de dulces sentires en el alfa que lo cargaba.

Yoongi unió su frente a la del pelirosa, la lluvia torrencial seguía cayendo sobre ellos, pero no les importaba, habían cosas mucho más relevantes en ese momento único que estaban experimentando de forma íntima y no pensaba desaprovecharlo, ni tampoco huir.

—También te quiero —le respondió con toda la sinceridad que tenía.

Unieron sus labios al mismo tiempo y con la misma intensidad. La boca del alfa dominó por completo el beso, el omega se mostró dócil, cariñoso y dispuesto a hacer todo aquello que el contrario deseara, porque sabía que sus deseos eran mutuos.

Cuando se separaron sonrieron como bobos, el agua escurría de sus cabellos y mojaba por completo sus caras, pese a ello, la calidez en su interior no hacía más que incrementar, sintiéndose bien cuando se abrazaron con fuerza, conociendo los latidos erráticos que nacían gracias al otro.

—Me haces feliz, me haces bien —dijo el alfa, besando una y otra vez la mejilla derecha del menor.

—Soy feliz contigo, por eso no voy a soltarte —respondió Jimin.

Sin previo aviso Yoongi comenzó a girar con velocidad, arrancando una fuerte risotada del omega.

Jimin cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia atrás para sentir con mayor libertad a la lluvia caer sobre su rostro, y poco tiempo después se soltó del alfa para que sus brazos se alzaran al cielo, todo mientras Yoongi lo sostenía con fuerza de la cintura para no dejarlo caer mientras giraban.

El sonido fuerte de un claxon hizo que el mayor se detuviera abruptamente. Yoongi se apartó con rapidez dándole pase al auto que iba de salida, y aprovechó la oportunidad para calmar los latidos acelerados que se provocaron tras tanto movimiento.

Jimin iba a bajarse para sostenerse por sí mismo, mas el pelinaranja tenía otros planes.

Lo estampó en la pared del bar, y no le dio tregua, nuevamente volvió a besarlo con ansias locas.

Se devoraron por completo, los labios del menor sufrieron mordidas constantes y exquisitas que pusieron todo su cuerpo a temblar, hasta hacerle desear lo mismo. Entonces el omega también mordió aquellos labios expertos que le besaban, acompañando de succiones que supieron arrancar varios gemidos roncos que le estremecieron por completo.

Las manos de Yoongi se posicionaron peligrosamente cerca del trasero del pelirosa. Jimin gimió alto apenas segundos después de que culminaran el beso.

Se observaron en silencio, detallando en los deseos conjuntos que se podían notar con claridad en sus miradas intensas que pedían no apartarse, para así continuar alimentando todas esas ansias por fundirse en el cuerpo del otro.

Y en ese momento que sintieron tan íntimo, Jimin se animó a hacer su petición.

—Quiero que me tatúes —confesó relamiéndose los labios.

Yoongi afianzó el agarre para no dejarlo caer, sus cuerpos mojados y unidos les corroboró lo bien que era estar juntos.

—¿Estás seguro de lo que quieres? —indagó en voz baja, casi un susurro que a Jimin le costó escuchar debido a la lluvia que no se detenía.

—Lo estoy —afirmó seguro de sus palabras.

—¿Huirías conmigo, chico fresa? —inquirió, mientras su mente comenzaba a pensar en una verdadera locura—. Tienes a un guardaespaldas dentro del bar y dudo mucho que nos lleve al estudio de tatuajes a estas horas.

Jimin le regaló una sonrisa traviesa antes de responder:

—Huyamos, alfa.

Yoongi asintió emocionado y con la adrenalina comenzando a distribuirse por todo su cuerpo. Soltó al omega con cuidado permitiendo que se mantuviera de pie por su propia cuenta, mientras él mismo analizaba el panorama que había frente a ellos.

—Nos iremos en taxi —avisó el alfa, para luego tomar la mano derecha del menor.

Jimin sentía como su corazón amenazaba con salirse de su pecho, ¡era una completa locura! Lo que estaba a punto de hacer era una tontería, pero él estaba seguro que valía la pena huir si estaría con el chico que le gustaba.

Se escabulleron por el estacionamiento como un par de ladrones que no querían ser descubiertos. Eran los perfectos cómplices, dejando atrás ese bar de ilusiones para terminar de vivir la noche en su propia privacidad.

El alfa detuvo un taxi que fue muy oportuno, hizo a Jimin subir primero y luego lo hizo él, dio la dirección específica, soltando el aire retenido cuando el vehículo comenzó a alejarse del bar.

El agua de la lluvia continuaba escurriendo de sus ropajes, cabello y rostro, pese a ello, nada más les importaba que el hecho de haberse escapado.

Llegaron a Nevermind Studios poco antes de la medianoche.

Yoongi llevó a Jimin hasta la habitación donde le entregó una toalla y una de sus propias camisetas para que se pusiera cómodo y entrara en calor.

Él por su parte bajó hacia su área de trabajo con una muda de ropa. Se colocó un pantalón de chandal negro y una camiseta sin mangas gris, el cabello húmedo se lo ató en una coleta para que no le estorbara al momento de trabajar. Cuando todo estuvo listo comenzó a preparar lo que necesitaría para tatuar al omega.

Minutos después escuchó pisadas rápidas y descalzas, los ojos del alfa se fijaron en la entrada en el momento exacto que Jimin ingresaba al lugar.

No pudo evitarlo, sus ojos oscuros se deleitaron con la imagen tentadora del precioso omega utilizando una de sus camisetas negras.

Jimin era pequeño, misma razón por la que la prenda que le prestó lograba cubrir lo necesario, aunque dejaba libre las piernas fuertes y los muslos esbeltos para el disfrute del alfa.

—Acércate —habló Yoongi, con su mirada concentrándose en el rostro del omega.

Sonrió al notar el cabello rosa y bastante esponjoso por la humedad, realmente era un algodón de azúcar que le hacía agua la boca.

El menor se acercó con confianza hasta que estuvo a menos de un metro de distancia, sus ojos se concentraron en el instrumental que estaba dispersado en la mesa de trabajo, no conocía las funciones que tenían, pero le causaba mucha curiosidad.

—¿Qué quieres tatuarte? —preguntó Yoongi, estando de pie detrás del menor.

—Un diente de león —respondió.

El alfa asintió, sería un tatuaje pequeño y sencillo de diseñar. Se sentó en la silla de trabajo y con agilidad comenzó a hacer algunos trazos hasta que dio con lo que buscaba.

—¿Te parece bien así? —indagó, mostrándole el resultado final al pelirosa.

—Me gusta —respondió Jimin, pero sus ojos se habían concentrado más en los brazos fuertes del alfa, los mismos que estaban llenos de tatuajes que deseaba explorar.

—Bien, será este —avisó, luego preguntó algo importante—. ¿En qué parte del cuerpo te harás el tatuaje?

—En la espalda baja —susurró.

Si Jimin era sincero consigo mismo diría que la idea del tatuaje había pasado a un segundo plano, debido a que sus intereses actuales se reducían a estar con el alfa de la forma más íntima posible.

Y no pensaba seguirse engañando, tampoco seguirse reprimiendo.

—¿Estás bien, algodoncito? Tengo un par de minutos repitiendo la misma pregunta y no me respondes —dijo el mayor con expresión divertida.

Los movimientos del menor fueron seguros. Se sentó a horcajadas sobre el alfa que en ese instante borró la sonrisa que tenía, mientras sus ojos se oscurecían en los mismos deseos que Jimin estaba demostrando.

—Quiero estar contigo —confesó el pelirosa, con sus caderas moviéndose sutilmente encima de la entrepierna del mayor.

—¿Estás seguro, bonito? —inquirió, con sus manos acariciando sutilmente los muslos desnudos, y tratando de procesar el hecho de que el omega encima de él no llevaba ningún tipo de ropa interior.

Los movimientos circulares que el menor ejercía eran profundos, tanto que el contacto directo le dio a saber a Yoongi de que efectivamente, solamente la camiseta lo cubría.

—Lo estoy, quiero entregarme a ti —respondió con su respiración amenazando con descontrolarse.

—Nene... sabes que por ti puedo esperar —dijo el alfa como último intento de mantener su control.

Sin embargo, la respuesta que obtuvo desencadenó la oleada de sentimientos pasionales que los estuvo consumiendo durante las últimas semanas.

—No quiero que sigas esperando, quiero que en nuestra intimidad me irrespetes, que me toques todo lo que quieras, que me hagas tuyo —dijo Jimin para luego unir sus frentes y sentir sus respiraciones caóticas—. Quiero que perdamos el control, alfa, y que nada más importe.

Los labios del mayor se perdieron en la boquita que había dicho las palabras exactas que deseaba escuchar, y ese beso fue el inicio del cumplimiento de esos sueños salvajes que los dominaron por completo.
























El próximo capítulo es de lemon, no es un simulacro. 🤭

¿Qué opinan del avance de estos dos? 👀

Infinitas gracias por leer.

☁️Yoon~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro