☁️35: asunto de amigos☁️
Todos los que vivían en el santuario de monjas Luz Divina estaban curiosos.
Hace pocos minutos había llegado un camión de carga, pero eso no era todo, también llegaron varios alfas que causaron curiosidad en unas, suspiros en otras y uno que otro pensamiento digno de una confesión sacerdotal.
—¿Quienes son ellos? —preguntó una de las novicias, con sus ojos puestos en el alfa fortachón de cabello corto y negro.
Irene también estaba entretenida con la imagen: músculos definidos y flexionándose para bajar todo lo que el camión llevaba; ellos eran hombres altos, sin camisa, tatuados, con sudor haciendo brillar sus pieles y haciéndoles lucir más rudos de lo que eran.
—Son los nuevos inquilinos —respondió saliendo de su estupor mientras se persignaba.
—Son guapísimos —murmuró otra joven, admirando al de cabello rubio.
Irene asintió y luego negó frenéticamente. Eran religiosas y no podían estar teniendo ese tipo de fantasías, mucho menos estar espiando a los chicos que parecían estar bastante ocupados.
—Vayan adentro a rezar sus oraciones —mandó con seriedad.
—¿Y usted que hará? —preguntó la novicia que estaba por ordenarse completamente como religiosa—. Si va a hablar con ellos me dice como se llama el alfa de cabello naranja.
—¡Nayeon! —exclamó Irene con indignación.
—Es que es guapísimo —se defendió.
Luego suspiró, con su mirada fija en el torso pálido y fuerte del alfa que había mencionado. Aunque no duró mucho, pues terminó sonrojándose con facilidad cuando los ojos gatunos la miraron con seriedad.
Nayeon y todas las demás novicias corrieron hacia el interior del templo, mientras Irene decidía que lo mejor era acercarse hasta donde se encontraban los nuevos inquilinos para poder darles la bienvenida.
—¡Irene! —exclamó una enérgica chica de cabellos cortos.
—Alessia, ¿cómo estás? —preguntó la monjita, al mismo tiempo que elevaba plegarias para que su rostro no evidenciara los sonrojos que seguramente formaría al ver a tantos alfas semidesnudos.
—Muy bien —respondió Ale—. Estoy ayudando a mis amigos a ordenar las primeras cosas para el estudio de tatuajes.
—¿Todo bien con el espacio? —preguntó atenta—. El piso superior lo pueden utilizar como bodega o dormitorio.
En ese momento Yoongi se acercó hasta donde estaban ellas. El alfa se encontraba empapado de sudor, con el rostro sonrojado y frotando un trapo por todo su torso desnudo con el propósito de deshacerse del exceso de sudoración.
—Será ambas —informó el alfa—. Con el tiempo haremos una habitación para quedarnos por turnos.
Irene miró hacia todos lados excepto al frente donde estaba la imagen imponente del alfa. Se puso muy nerviosa, y fue evidente para los presentes que no pudieron evitar sonreír con malicia y un toque de diversión.
—B-bueno —carraspeó seguido—. Si necesitan algo y puedo ayudar, no duden en buscarme.
—Se lo agradecemos —respondió Yoongi con una inclinación.
Irene se despidió de Alessia para luego irse hacia el santuario donde estaban el resto de monjas. Mientras tanto, la beta miraba con una sonrisa entretenida a su amigo.
—Eres perverso, Suga —acusó—. Viniste a incomodarla para que se fuera rápido.
Yoongi no se sintió culpable. —Aún tenemos trabajo por hacer, así que andando.
Alessia, SeokJin, Hoseok y Yoongi se concentraron en acomodar los sillones que habrían en la división que sería la futura sala de espera. Los muebles eran sencillos, pero estaban en excelentes condiciones, y la mejor noticia era que también habían comprado un espejo grande con marco negro que le daría más realce a la decoración, sin mencionar los cuadros que Ale decidió regalar para el negocio.
Terminaron con la sala de espera, quedaron pendientes algunos detalles, pero estaba lista en su mayor parte. SeokJin dejó algunas revistas en la pequeña mesita de centro, al igual que dos velas con aroma a pinos para darle un ambiente acogedor a los clientes mientras esperaban por ser atendidos.
NamJoon estaba ocupado dándole indicaciones al fontanero que habían contratado para darle mantenimiento al baño. Se pidió que estuviera equipado con agua caliente y fría, de modo que se respetaran los gustos de todos y así evitar discusiones futuras.
—¿Necesitas ayuda en algo? —preguntó Hoseok al moreno.
—No, ya casi terminamos aquí.
El rubio asintió. —En ese caso me iré a solicitar los permisos sanitarios.
—¿Quieres que te acompañe? —se ofreció Ale.
Hoseok negó. —No te preocupes, Momo irá conmigo. Mejor quédate aquí para que les ayudes a terminar todo lo pendiente.
El alfa rubio salió del lugar y montó en su motocicleta para desaparecer rápidamente. Ale buscó a Yoongi, encontrándolo en la zona de operación luchando con los sillones reclinables que utilizarían para tatuar.
—¿Qué están haciendo los demás? —preguntó Yoongi a la chica.
—Hoseok fue a solicitar los permisos sanitarios, Nam está encargado del sistema de fontanería, SeokJin dijo que terminaría con la decoración —respondió Ale, mientras se encargaba de ayudarlo.
Yoongi iba a responder, pero se detuvo cuando su móvil sonó anunciando una llamada. Sonrió de inmediato cuando supo quien lo llamaba.
—Ojitos bonitos —saludó sonriente obteniendo la atención de Alessia por tal comportamiento.
—Hola motero, te llamo para preguntarte algo que me tiene en duda.
El alfa se acomodó mejor en su lugar. —¿De qué se trata?
—¿Era hoy que tus amigos y tú harían la mudanza hacia el local que alquilaron, o fui yo el que me equivoqué con las fechas?
—No te equivocaste, era hoy —confirmó el mayor—. ¿Por qué lo preguntas?
Lo escuchó carraspear, aunque de inmediato obtuvo una respuesta.
—Es que les mandé un regalo para que lo utilicen en el local, pienso que les servirá de mucho.
Yoongi se quedó en silencio mientras su mente procesaba lo que había escuchado. Habló con Jimin acerca del estudio de tatuajes, pero no imaginó que el omega tendría un detalle con ellos, y no sabía cómo reaccionar.
—Yo... —iba a decir que no era necesario, pero fue interrumpido de inmediato.
—No acepto un no por respuesta, acepten mi regalo o me sentiré muy ofendido —luego agregó—. Más tarde iré a ver cómo está quedando, me emociona conocer el lugar.
El alfa sonrió, ansiando tener al omega rosita cerca para llenarlo de besos por ser tan tierno y lindo.
—Gracias algodoncito —murmuró en voz baja e ignorando la presencia de su amiga—. Te esperaré aquí entonces.
—Bien, te veo en unas horas —se despidió para luego finalizar la llamada.
Todo intento de charla murió cuando un agitado NamJoon ingresó al pequeño espacio. El alfa estaba sorprendido y al mismo tiempo confundido, aunque Alessia y Yoongi también pudieron notarlo emocionado.
—Tienen que venir a ver esto —pidió el pelinegro desapareciendo de inmediato.
Yoongi y Ale compartieron una mirada confusa, posterior a ello caminaron hasta la salida donde un auto lujoso estaba aparcado, y un grupo de hombres comenzaban a cargar cajas hacia el interior del local.
Fue en ese momento que el pelinaranja reconoció a uno de los alfas. Era Sergey el jefe de seguridad de Jimin.
—El joven Park envía estos regalos como felicitaciones y buenos deseos por el inicio de su negocio —explicó el ruso a dos alfas boquiabiertos.
Ale no detuvo su curiosidad, miró caja por caja, dejando caer la mandíbula hasta el suelo cuando miró de qué se trataba.
—¡Grandísima mierda! —gritó, logrando sacar de su ensoñación a los alfas—. ¡El niño bonito mandó un equipo completo de seguridad, cámaras, alarma con rayos láser, ¡y más!
—¿Me estás jodiendo? —inquirió un estupefacto NamJoon.
—También mandó a instalar calefacción y aire acondicionado —comunicó SeokJin.
Sergey tomó la última caja y se la entregó a Yoongi. —Mandó esto, y me pidió que le dijera que por favor lo aceptara porque era su manera de demostrar apoyo.
El pelinaranja abrió la caja y jadeó sorprendido. Allí habían diversas máquinas para tatuar, de las mejores marcas y para cada función: estaban las de bobina, las de línea para hacer trazos exactos y la puesta de tinta en la piel y también para sombreado.
Lejos de sentirse incómodo se sintió agradecido y sumamente apoyado. Miró al jefe de seguridad y asintió, casi riendo cuando el hombre fortachón soltó todo el aire que tenía retenido.
Todos sus amigos estaban emocionados, Yoongi estaba seguro de que Hoseok también estaría muy feliz cuando supiera que ahora el estudio de tatuajes estaba más que equipado para comenzar a funcionar.
Nevermind studios estaba a un paso de abrir sus puertas al público.
Jimin se encontraba con Taehyung. El alfa le pidió una salida juntos, tenían mucho de qué hablar y querían ponerse al día.
Fue el momento apropiado donde Jimin le contó a detalle que ahora tenía apartamento nuevo, aunque todavía seguía indeciso sobre la mudanza, más que todo por las fechas, debido a que faltaban unas semanas para su ingreso en la universidad.
—¿Crees que a tus padres les agrade la idea del apartamento? —preguntó el alfa—. Ellos son un poco controladores contigo.
Jimin se encogió de hombros. —No he pensado en ello, pero mi abuelo me dijo que hablaría con mi padre para decirle.
—Entonces no tendrás problemas —aseguró Tae poniéndose cómodo en su lugar—. Las órdenes del abuelo Park se cumplen siempre.
Tenía razón y esa era la carta más poderosa que el omega poseía para siempre salirse con la suya. El apoyo que Park SeungHoon demostraba con su nieto era incuestionable, y valía mucho más que incluso los deseos de los mismos padres.
—Ahora hablemos de ti —dijo Jimin dándole un sorbo a su bebida—. ¿Cómo está resultando tu vida?
—Bastante bien, mis padres están por regresar de España y cuando lo hagan pediré mis vacaciones anuales para hacer un viaje en familia —comentó ilusionado—. Los estudios están quitándome paz, pero creo que conseguí un equilibrio que me está funcionando para al menos no enloquecer.
—¿Mi tío te trata bien? —inquirió el pelirosa.
Taehyung hizo un sonido afirmativo. —El doctor Park es el mejor tutor que pude tener. He aprendido mucho de él.
—Mi tutor será Bae, o eso fue lo que averigüé cuando hice la matrícula —contó.
—Oh, eso quiere decir que estarás involucrado en el caso de Jungkook una vez entres al hospital, el doctor Bae es su médico de base —dijo el alfa con impresión.
—¡Sí! —chilló emocionado—. Estaré para ver sus progresos, no es justo que sólo tú lo hagas.
—Y ya que sacaste el tema de Kookie —hizo una pausa—. ¿Recuerdas que habíamos quedado en salir cuando él pudiera?
Los ojitos de Jimin sonrieron. —Iríamos a la feria; Yoongi, Kook, tú y yo.
—Bueno, pues te informo que será este fin de semana —comunicó para emoción del omega—. Hablé con todos los médicos y Kookie puede salir del centro médico el sábado sin ningún problema.
—¿Estás completamente seguro, Tae? —Jimin estaba a nada de hacer un bailecito feliz.
El alfa sonrió contagiado por la felicidad de su mejor amigo. —Sí, ya todo está arreglado.
El omega se puso de pie en cuestión de segundos, rodeó la mesa para acercarse a su amigo, lo abrazó y por último dejó un sonoro beso en la mejilla izquierda del sonriente alfa.
—Te amo Taehyung —le dijo, mirándolo fijamente a los ojos.
El alfa le picó la nariz con cariño. —Yo también te amo, tierno Jimin.
Ambos amigos salieron del pequeño restaurante y se encaminaron hacia sus respectivos autos. Jimin le aseguró al alfa de que le informaría a Yoongi de la salida, así como la hora y el lugar de encuentro, mientras que Taehyung haría lo mismo con Jungkook.
—Sergey —saludó el omega sonriente al alfa que volvía a ser su sombra.
—Ya hice lo que pediste —informó el alfa.
—¿Lo aceptaron? —preguntó nervioso. No quería incomodar, pero tampoco deseaba quedarse sin dar un obsequio.
Sergey asintió, ablandando por completo sus facciones cuando notó los nervios del pequeño omega.
—Sube, me encargaré de llevarte al estudio —dijo el alfa, mientras abría una de las puertas de la camioneta.
Jimin lo hizo, sintiéndose ansioso y muy curioso de conocer el lugar del cual Yoongi le había hablado con tanta confianza e ilusión.
—Cierra la boca o terminarás babeando.
—Déjalo, está embelesado con el amor de su vida.
—Pues con mayor razón que cierre la boca, me está dando pena ajena.
—Entonces voltéate y mira la pared.
—Mejor te miro a ti y a tu cara de moco.
—Hija de...
La discusión absurda entre NamJoon y Alessia llegó a su final cuando Yoongi los miró mal. Los tres estaban en la entrada del local, mirando la lujosa camioneta que acababa de llegar donde estaba un tímido pelirosa que aún no se animaba en acercarse.
Ale hizo un intercambio de miradas con el alfa moreno, luego analizó el panorama, desde los ojos anhelantes de Yoongi hasta el sonrojo evidente en Jimin.
—Ustedes ya tienen historia y nosotros no nos hemos enterado —acusó completamente indignada y segura.
Yoongi la ignoró.
NamJoon abrió la boca y no perdió tiempo en acercarse a su amigo. —¿Es cierto lo que dice, Suga? ¿De verdad vas a intentarlo con el chico?
Yoongi lo ignoró.
SeokJin salió del interior, aniquilando con los ojos a la beta y a su novio. —Compórtense, Jimin no se acercará si lo siguen mirando como idiotas.
Ale y Nam construyeron una postura más tranquila, aunque por dentro tuvieran muchas preguntas para hacer al silencioso alfa que seguía con la mirada fija en el omega, incluso parecía no estar respirando de lo quieto que estaba, y para ellos que lo conocían bien era alucinante presenciar ese tipo de comportamientos, sobretodo en alguien como Yoongi.
Sin embargo, sabían que debían esperar porque lo último que deseaban era otro regaño de Kim SeokJin.
—Yoongi... —llamó Jin, ganándose la atención del mencionado—. Creo que deberías ir con él para que le des la confianza de acercarse.
El pelinaranja asintió, empezó a caminar hasta la camioneta que albergaba a un chico bonito que por timidez no bajaba aún, quedándose allí mirando hacia el exterior con esos ojitos curiosos que no tardaron en encontrarse con los de Yoongi.
Y NamJoon y Alessia seguían sin comprender la situación.
—¿Qué está pasando aquí? —inquirió la beta—. Ayuda, no entiendo.
SeokJin sonrió cuando miró a Yoongi tomar las pequeñas manos del omega para besarlas. Luego rió cuando notó a Nam y Ale con las mandíbulas desencajadas al presenciar tal suceso.
Suspiró cansino, era increíble que los demás no pudieran notar lo que estaba pasando.
—Se enamoró —comentó en voz alta.
NamJoon lo miró. —¿Qué?
—Eso —dijo sonriente—. Yoongi se enamoró de Jimin.
Y de forma automática, todos los amigos compartieron una sonrisa donde en silencio celebraban por esos sentimientos que habían nacido en el alfa que era tan querido por ellos, deseando en verdad que perdurara y que lo hicieran muy feliz.
Porque se lo merecía, Yoongi merecía ser absolutamente feliz, y ellos comenzaban a creer que Jimin era el único que podría darle esa felicidad.
Hoy actualicé más temprano. 😳
Quizá fue porque amaneció lloviendo y aproveché la lluvia para escribir, fue relajante. 🥰
Muchas gracias por leer. 🥹💞
☁️Yoon~
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