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☁️06: ¡omega al rescate!☁️

Jungkook se encontraba temblando.

Hace un par de horas un grupo completo de estudiantes lo habían sacado a la fuerza del colegio para llevarlo al centro de la ciudad, ahí mismo encontraron una tienda de conveniencia donde compraron diversos productos alimenticios que utilizaron para lanzárselos sin un ápice de compasión.

Ahora el omega era un completo desastre y su llanto no ayudaba a mitigar sus nervios. Siempre había sido así, ellos nunca se cansaban de molestarlo y más bien parecían disfrutarlo, pero nunca llegaron tan lejos como en ese día.

Lo terminaron lanzando al suelo y las risas estruendosas aumentaron cuando Jungkook intentó moverse y no pudo conseguirlo.

"¡Miren, el adefesio no se puede mover. Ja, ja, ja!".

En ese mismo momento el omega miró a uno de los alfas del grupo y entró en pánico, el chico se estaba acercando de forma bastante amenazante y con el puño alzado para mostrar abiertamente sus intenciones.

Sin embargo, no llegó a perpetrar el golpe, pues una voz bastante delicada y sumamente molesta interrumpió la diversión del grupo de estudiantes y el sufrimiento del omega Min.

—¡Alto ahí, grupo de delincuentes!

Todos los estudiantes (incluido Jungkook) voltearon en dirección a la voz. Un chico elegantemente vestido con cabellera rosa les miraba furioso, tenía ambas manos en la cintura y faltaba poco para que sus mejillas explotaran de forma mortal, debido al rojo furioso que las bañaba.

Jungkook lo reconoció con suma facilidad. Aquel omega era el mismo que estuvo presente en su última consulta médica.

—No te metas en nuestros asuntos si no quieres problemas, algodón rosa —bramó uno de los alfas que pertenecía al grupo.

Jimin lo asesinó de mil formas diferentes con la mirada que le dedicó. —Deberías ser más respetuoso si no quieres conocer la cárcel a tan temprana edad, niño estúpido.

Los miembros del grupo compartieron una mirada y sonrisa perversa, provocando que Jungkook entrara en pánico por lo que fuese que planearan hacerle al omega pelirosa. Trató de moverse cuando los miró acercarse de forma peligrosa hacia Jimin, mas fue inútil, sólo podía limitarse a ver desde el suelo y sufrir impotencia por ello.

Por otro lado, Jimin rió bastante entretenido cuando descubrió las tontas intenciones del grupo estudiantil.

—Por lo que veo ustedes no saben con quien se están metiendo —comentó el pelirosa sonriente—. Bueno, lo mejor es que se los muestre.

Chasqueó los dedos y al segundo siguiente cuatro hombres de al menos dos metros de altura y ciento cincuenta kg de músculos salieron de dos camionetas negras que estaban aparcadas frente al local. Los alfas fornidos se situaron atrás de Jimin, a la espera de órdenes, y el omega amó sentirse tan poderoso.

Absolutamente todos los estudiantes retrocedieron los pasos que habían avanzado de forma desordenada y asustada. Ninguno de ellos imaginó que aquel chico estaría tan bien respaldado, y ahora comenzaban a sentir temor de estar en verdaderos problemas.

Jimin avanzó dos pasos hacia el frente, encargándose de mantener la sonrisa bañada de superioridad. Disfrutó todas las miradas llenas de rencor y temor que le eran dedicadas, pero no pensaba terminar ahí las cosas, creía que era completamente necesario que aquellos insolentes aprendieran a no abusar de los más débiles.

Fue así como un nuevo plan comenzó a tomar forma en su mente.

—Sergey —llamó a su jefe de seguridad. El enorme alfa rápidamente atendió su llamado—. Quiero que los capturen a todos y los lleven a la policía para colocar una demanda de abuso —sonrió ladino—. Dile al oficial Jang que es Park Jimin quien lo solicita.

El grupo de estudiantes no tuvo oportunidad de procesar las palabras del omega, pues de forma inmediata y astuta fueron capturados por los grandes hombres. Patalearon y gritaron, inclusive algunos le rogaron el perdón a un asustado Jungkook que todavía no entendía lo que estaba sucediendo.

—A ver si un par de días tras las rejas les enseñan a tener mejores modales —dijo Jimin con seriedad, mirando a los chicos que estaban ingresando en la camioneta.

—Déjenos ir, por favor —suplicó una de las omegas.

Jimin miró a dos de sus guardaespaldas, quienes estaban ayudando a Jungkook a sentarse en su silla de ruedas, teniendo cuidado de no lastimarle ya que el omega lucía pequeño y frágil.

Sonrió encantador. —Primero discúlpense con él —ordenó, mientras apuntaba hacia el adolescente pelinegro.

Los ojitos de Jungkook se ampliaron en completa sorpresa y rápidamente comenzó a negar con la cabeza; pese a ello, todos los chicos que lo habían estado molestando comenzaron a disculparse una y otra vez con desesperación.

"¡Lo sentimos mucho!".

"¡No volveremos a molestarte, Jungkook!".

"¡Dile que nos deje ir, ya no te molestaremos!".

"¡Perdón Jungkook, que nos deje ir!".

Todas esas disculpas cayeron como ráfagas violentas sobre un confundido omega. Jungkook sintió el tacto cálido de una mano sobre su hombro, así que levantó la mirada, sólo para encontrarse con unos ojos azules que le veían con amabilidad.

—Jungkook, ¿cierto? —indagó Jimin, ignorando todo lo demás. El menor asintió—. Vendrás conmigo.

Cuando uno de los guardaespaldas movió la silla de ruedas hacia el lujoso auto rosa, uno de los miembros del grupo decidió hablar.

—Ya nos disculpamos con Jungkook, ¿nos podemos ir?

El pelirosa les sonrió inocente. —Claro, directo a la cárcel.

Los gritos de protesta no se hicieron esperar, Jimin ignoró cada uno de ellos y en su lugar agitó su manita derecha con entusiasmo cuando la camioneta encargada de llevarlos a la comisaría arrancó, dejándole a él y Jungkook en compañía de dos guardaespaldas.

—¿Q-qué fue todo eso? —preguntó Jungkook con nerviosismo.

La mirada del pelirosa se ablandó un poco más, sobretodo al notarlo tan nervioso. —No podía simplemente ignorarlo. No te preocupes más, te aseguro que no volverán a molestarte.

Cuando el menor de los omegas escuchó esa declaración cargada de seguridad sonrió un poco más confiado. Miró el lujoso auto rosa que le esperaba y se sonrojó con fuerza cuando recordó que él se encontraba completamente sucio.

—No puedo subir ahí, ensuciaría —comentó bajito.

Jimin restó importancia con un movimiento de manos. —No te preocupes, no es el único auto que tengo.

—¿A dónde me llevarás? —preguntó el menor, tratando de relajarse para que los grandes alfas completamente desconocidos le ayudasen a ingresar en el reducido espacio.

—Iremos de compras, necesitas ropa nueva y más uniforme —respondió el pelirosa, mientras ingresaba en el asiento del copiloto.

Jungkook se sonrojó cuando Jimin le ayudó a colocarse el cinturón de seguridad; ni siquiera se permitió observar el interior de aquel ostentoso auto, porque sentía como poco a poco su vergüenza lo iba consumiendo.

—Gracias por haberme defendido —susurró, mirándole tímidamente ya que sentía que estaba siendo una molestia para el mayor.

Jimin sonrió. —Gracias por aceptar mi ayuda —le dijo sincero—. ¿Estás listo para divertirte?

—No sé si sea buena idea —admitió el pelinegro—. Tenía clases y las perdí.

—Bueno, ya no se puede hacer algo para remediarlo, pero cuando tengas un uniforme limpio podemos ir hasta tu escuela y yo con gusto hablaré con el director para que sepa el tipo de estudiantes que tiene.

Jungkook rió entretenido por las ocurrencias del omega. Lo que no sabía era que Jimin hablaba completamente en serio.

El pelirosa dio un par de indicaciones a sus guardaespaldas. Los alfas los seguirían a una distancia prudente para que Jungkook no se sintiera intimidado, solamente aparecerían para ayudarle a bajar del coche y por alguna urgencia que Jimin pudiera tener. Aunque eso no significaba que no les protegieran desde las sombras.

—Te llevaré a algunos de mis lugares favoritos —prometió Jimin, mostrándose muy entusiasmado con la idea.

—Está bien, joven Park —musitó el menor.

El pelirosa chilló. —¡No me llames así! Dime Jimin o hyung. Estamos en confianza.

—Bueno..., Jimin hyung —respondió Jungkook, viéndose contagiado por la sonrisa amplia que se dibujó en el contrario.

El mencionado asintió conforme y posteriormente arrancó el auto, con rumbo a una de sus tiendas favoritas.

Jungkook veía aquel lugar sin molestarse en cerrar la boca. ¡Era enorme! Tenía muchos pisos de diferentes colores, vestidores amplios y un gran equipo de personal que había prácticamente brincado de emoción cuando miraron a Jimin llegar.

—Busco ropa para él —mencionó el pelirosa, mientras empujaba a Jungkook con la silla de ruedas—. Que sea cómoda, pero que también luzca linda, nada de colores opacos o estampados extravagantes, mucho menos telas pesadas.

La chica que los estaba atendiendo asintió con energía. —Tenemos unos conjuntos que quizá le agraden, síganme por aquí.

Jimin comenzó a empujar la silla por todo el lugar, y Jungkook comenzó a sentirse completamente nervioso. Es decir, agradecía completamente la amabilidad que el omega estaba teniendo con él, pero no le conocía, así que no podía evitar la sensación de vergüenza llenar cada fibra de sus pensamientos.

—Hyung, realmente no es necesario —comentó en voz baja.

—Sí lo es, mira como arruinaron tu uniforme esos chicos maleducados —gruñó Jimin—. Déjame comprar un conjunto de ropa para ti y luego buscamos un uniforme nuevo.

El pelinegro guardó silencio porque sabía que el uniforme sí lo necesitaba. El que llevaba puesto estaba completamente arruinado y el costo era lo suficientemente preocupante como para que su madre o hermano tuvieran que costearlo. Así que, tendría que aceptar el uniforme que Jimin pensaba comprarle y agradecerle infinitamente por el detalle.

Llegaron hasta un salón que estaba completamente vacío. Jimin se sentó en un gran sofá de color blanco y Jungkook quedó a su lado, mirando con curiosidad a la misma mujer que los había atendido, y que ahora llevaba muchas prendas de ropa para mostrárselas a ambos.

—¿Y bien? —inquirió Jimin, sus ojos puestos en un silencioso Jungkook—. ¿Cuál de estos te gusta?

Jungkook estaba tan blanco como una hoja de papel, sabía que era una mala idea curiosear los precios de cada una de las prendas, pero no pudo evitarlo. Gimió lastimero cuando descubrió que una simple camiseta de color celeste valía más que un mes completo de comida en su casa.

—¿No hay algo más barato? —preguntó nervioso, para luego morderse los labios en señal de ansiedad.

Jimin ladeó la cabeza confundido. —¿Barato? ¿Qué es eso?

—Pues, algo que no cueste tanto dinero.

—Ohh... —exclamó el pelirosa—. No compro nada así, Jungkook.

El mencionado arrugó la nariz por reflejo. —Esto es demasiado costoso para mí.

—¿Cuál te gustó? —preguntó Jimin, omitiendo todo lo demás.

El menor suspiró rendido, las preguntas directas que el pelirosa le hacía le daban a entender que no saldría de esa tienda, a no ser que eligiera un conjunto de ropa. Lo que Jungkook no terminaba de procesar era la idea de cómo podría explicarle a su madre y hermano mayor la ropa costosa que llevaría, estaba seguro que iban a matarlo.

—Este estaría bien —respondió, apuntando unos vaqueros y una camiseta lavanda.

Jimin observó las prendas que el menor había elegido con sumo cuidado, asintió momentos después y guió a Jungkook hasta los vestidores donde le ayudó a cambiarse con total naturalidad.

El pelinegro miró su reflejo en el gran espejo y sonrió pequeño. Le gustaba su nueva ropa, la tela era suave y cómoda, pero por su bien no debía acostumbrarse demasiado.

—¿Podrías conseguir uno de estos en la misma talla, por favor?

Jimin tomó el uniforme sucio del menor y se lo mostró a la misma chica que le estuvo atendiendo, ella lo tomó con cuidado, analizando la marca del colegio al que pertenecía y más detalles.

—Por supuesto, esperen un momento.

Diez minutos después ambos omegas salieron de aquella tienda, el menor de ellos vestido con un uniforme nuevo, y un conjunto de ropa dentro de una bolsa que llevaba en su regazo.

—Ahora vamos a comer algo y te llevo de regreso al colegio —dijo el mayor de ambos.

—Agradezco todo lo que estás haciendo por mí, Jimin hyung —dijo Jungkook con una sonrisa pequeña.

El mayor asintió. —No es necesario que agradezcas, realmente me divertí mandando a la cárcel a todos esos abusivos.

La sonrisa en Jungkook se mantuvo, porque poco tiempo le llevó descubrir que aquel omega de aspecto elegante era muy amable y sobretodo muy hermoso.


















Muchas gracias por todo. Hasta el próximo capítulo. 🫶🏻



☁️Yoon~

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