La muerte de Carl fue un duro golpe y lo que vino después, también lo fue.

Empecé a valorar lo que tenía; a mi hija y a mis amigos, que me hicieron dejar atrás mi ilusión de un romance con Lucille para seguir claro con mis decisiones como líder.

Tuve batallas y problemas, busqué aliados hasta en el océano con el propósito bien definido de acabar con Negan, porque eso era lo correcto. Y aunque mi hijo y Lucille no estaban de acuerdo, era lo que tenía que hacer. Por eso, en el gran día, en aquel lugar del campo solitario, en ese claro del bosque en dónde a los Salvadores les falló sus armas, en dónde aquello fue un punto a favor para mí con la batalla provocando que fuera directo a Negan.

En ese instante, una serie de recuerdos nubló mi vista, aquellos recuerdos perturbadores de Negan saqueando mi hogar y mi gente, mientras me obligaba a cargar con el bate que asesino a mis amigos y a otros más hombres, cargando con un bate con el nombre de la mujer que yo más amaba. Aquel día y aquel momento, corriendo detrás de Negan notando la rendición de los Salvadores en general, excepto la de su líder que corría alejándose de todo, buscando refugiarse en un árbol, alimentando mi ira por el abandono que hizo a Lucille, por Carl, por Glenn, por Maggie, por todos.

La ira en mí era enorme mientras le disparaba a la distancia sin alcanzar a lastimarlo por la manera en que esquivaba las balas.

Al final me lancé hacia él cuando estuvo cerca del árbol, comenzamos a pelear en el suelo hasta que logré estar sobre él tomando el control, viéndolo tan débil.

─¡Perdiste! ─grité sin dejar de golpear su rostro, molesto─. Ya cayeron cada uno de los Salvadores ─solté dejándolo en paz, notando lo herido que estaba, pero seguía sin eliminar su sonrisa viéndome atentamente con diversión.

─Saldré de está, Rick. Siempre he podido. Además... ─dijo con burla, riéndose─, estás hecho una total mierda.

Y eso me enfureció más, que le di otro puñetazo en su rostro, quebrándome.

"─¡Rick, para! ─soltó Lucille sin dejar de respirar con fuerza, agotada y tocándose el pecho mientras se colocaba en cuclillas, cansada.

─¿Ocurre algo? ─solté acercándome a ella y acariciando su espalda preocupado, aunque no era la primera vez que la encontraba así.

Usualmente ella pedía descansos en nuestros viajes por el cansancio que comúnmente reunía su cuerpo a causa del cáncer que tenía.

─Estoy agotada... ─murmuró en un suspiro cansada─. Tengo... mucha sed y me duele el pecho... yo... no sé, Rick, no creo poder continuar ─indicó entre suspiros─. Quedémonos aquí, más tiempo, por favor...

Y no sabía que decir.

Lucille era débil, demasiado débil, no podría sobrevivir aquí afuera y cuando se le acaben los suministros le irá mal, y no la puedo llevar conmigo porque no avanzo nada. Cada día que pasa, podría ser un día menos de mi familia, y ella lo sabía, pero, aun así, constantemente se mostraba sin ánimos de seguir.

─Debo ir a Atlanta ─indiqué a la mujer con voz calmada, esperando ahora si tener suerte y que ella dé lo mejor de sí para el viaje─. Allí hay un santuario, de seguro habrá algo para checar que tu cáncer no avanzo.

La mujer me miró con plegaria a los ojos, se notaba que no estaba de acuerdo del todo con mis palabras, pero tanto como yo, ella no estaba lista para que nuestro grupo se separara.

─Rick... no creo que...

Pedí silencio y la abracé un poco, colocando un beso en la coronilla de su peluca, tratando de no ser lo más cruel posible con ella, pero quizá era necesario para ayudarla a que no se siguiera aferrando a ese bosque.

─Si estuviera vivo, él hubiera vuelto.

Lucille lentamente se separó de mí buscándome con la mirada, ella seguía quieta. No mostraba molestia conmigo, aun así, me preparé para cualquier expresión de enfado de su parte.

─Esperemos un poco más ─pidió en un susurro y de nuevo la misma idea de hace unos días volvió a mí.

¿Y si la abandonó? No. No podría solamente irme como lo hizo su esposo, dejándola ahí esperando que volviera. Quizá podría buscarle suministros y dejarle una nota que volvería pronto, buscar a mi familia y volver por ella. Porque tenía que hacer algo. Sabía que Shane los había sacado de King Country, aun así, aunque estaba seguro que estaban a salvo, quería buscar a mi familia. Y aunque me doliera, quizá era momento de tomar distancia con Lucille.

─Volveremos a la cabaña y buscaré suministros ─indiqué con rapidez y seriedad, viéndola─. Estaremos un tiempo y luego buscaremos a mi familia.

─¿Esperaremos juntos? ─cuestionó al instante, como si hubiera leído mis pensamientos o conociera esta situación.

Tragué saliva con dureza y la miré a los ojos con seguridad, controlándome.

─Sí. No te dejaría ─aseguré─. No como él lo hizo.

Y acaricié su mejilla con dulzura.

─Vamos."

De repente, sin darme cuenta, estaba ahorcando a Negan. Él estaba rojo, se notaba que la falta de respiración lo estaba afectando, quizá mi recuerdo con Lucille había empeorado el ambiente con Negan. Entonces, libere poco a poco el cuello de Negan a presenciar a Carl y a Lucille en el lugar, viéndome expectantes. Negué con la cabeza varias veces hasta que sentí un puñetazo en mi rostro que me hizo caer en el suelo, con las lágrimas albergadas en mi rostro.

Negan tomó de su bate y estuvo a punto de estrellarlo en mi rostro, hasta que, decidí hablar.

─¡Para! ¿Recuerdas la carta que Carl te hizo? ─solté con rapidez viendo aún el espectro de mi hijo que me sonreía, animándome a hablar mientras Negan aún seguía hecho furia.

─¡Tu hijo no sabía nada de la gente adulta!

─¡Quizá! ─grité tomando del bate para que no chocara con mi rostro, lastimando mis manos por las púas─. O quizá... él sabía más que nosotros, él sabía una manera en la cual todos podíamos vivir en paz.

Pero por la mirada de Negan, él cómo seguía aferrado de hablarme con su bate, hice aquello que tanto evité para dejar de sentir a aquel bate en mis manos.

─Conocí a Lucille.

Negan soltó el bote y yo lo hice a un lado, notando el desconcierto del hombre.

─¿Qué?

─La dejaste abandonada en una cabaña en Georgia ─admití notando las expresiones de su rostro, notando como él conocía esa historia, cómo él... sí era ese Negan─. Dijiste que ibas a ir por medicina, por material para cuidarse después de su operación y para verificar que la operación había sido un éxito... ─solté molesto, notando cómo él se mantenía hincado en su lugar, con las lágrimas en su rostro─, que ella ya no tenía cáncer.

Él empezó a sollozar y eso me ánimo a seguir.

─Estaba sola. Hambrienta, sucia y abandonada.

Y eso fue suficiente para que Negan se quebrara. Y aunque deseaba con todas mis ansias escuchar la razón por la cual él nunca volvió por ella, el coraje me invadió por todo lo que Negan les hizo a las personas que amaba, entonces, agarré un vidrio que estaba allí y degollé al hombre, notando como él colocó de inmediato su mano en su cuello tratando de parar la sangre que salía mientras intentaba hablar.

─Mira lo que hiciste... ─soltó entrecortado─, tu hijo ni Lucille merecían tenerte cerca...

Y al decirlo, Negan cayó al suelo mientras yo lo miraba atento como se desangraba.

Carl y Lucille desaparecieron del lugar, pero eso no me evito recordar cómo él y yo caminábamos por unas granjas, como ella y yo reíamos en el bosque.

No era lo adecuado.

Volteé dándome cuenta que todos me miraban, todos estaban contemplando lo que había hecho, y sin ver a nadie más, me dirigí a Siddiq.

─Sálvenlo...

Sentí la mirada extraña de todos, aun así, el moreno me obedeció y corrió a salvar a Negan. El grito de dolor de Maggie invadió mi mente, perturbándome, pero aun así seguí perdido en mi mente.

─Negan... debe vivir.

Pero sin importar lo que saliera de mis labios, Maggie no paraba de llorar y gritar y las miradas molestas de todos me invadían. Por eso me aparté de todos, me tiré al suelo y me mantuve en silencio sollozando.

─Mi misericordia... prevalece... sobre mi ira...

Y nuevamente, Carl y Lucille estaban ahí, brindándome de su compañía.

Entre caminantes, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧