Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

|22| Sospechas

"Ella es peligrosa... ella esta en peligro"

Las abujas del reloj marcaban las once en punto de la noche.

Habia musica que retumbaba los parlantes, millones de personas por las calles de todo el mundo en una noche joven.

Dionisio DarkBlood se encontraba sentado sobre su tipico trono aterciopelado, con las manos entrelazadas frente suyo y los ojos clavados en cada rincon donde podia llegar su campo de vision, como un halcon.

La noche se prestaba joven, como siempre se trataba del Club Ilussion.

Por otro lado, su mano derecha y mejor complice; Adhara, se encontraba en las puertas del club para manejar que nadie indebido entre en el prestigioso lugar para la Realeza y sus subterraneos.

Todo marchaba bien.

Pero, a veces es malo cantar victoria demasiado temprano.

Una individuo entro al club por la fuerza, por la parte trasera matando a varios hombres del Hibrido milenario sin importale mucho debido a que eran gente muerta que el mismo trajo de vuelta de detras del velo.

La mujer se escabullo agilmente directo a la pista principal, donde podia observar desde lo alto de los balcones a los hombres de Dionisio, en cada rincon del lugar "escondidos" a simple vista. Evie Bloodmane prosigio a colocarse su capucha roja de su largo abrigo, para luego invocar su arco y flecha en un parpadeo.

A continuacion, la pelirroja bajo a la pista de baile, matando con sus flechas y sus dagas a todos aquellos muertos que la reconocian; causando gritos y horror a los que intentaban disfrutar una buena noche.

Tan pronto como empezaron a escucharse los gritos y se expandieron por todos los rincones de ese gran lugar, Dionisio levanto la mirada y pudo observar mejor: a la chica que alguna vez, le robo su corazon.

Evie tenia tan solo catorce años cuando llego al club por primera vez, y tan solo tuvo quince años cuando vino por ultima vez, dos dias antes de la Masacre de la Corona. En aquel entonces, ella jamas se perdia una noche del Ilussion, porque queria verlo a el: al rubio ojiazul con rostro de dios griego.

Dionisio se levanto de su lugar rapido cuando veia a toda su gente caer al suelo, causando revuelo entre los jovenes y panico.

-¡Suficiente! -rugio el rubio como un leon, logrando que se escuche en todo el lugar y la musica paro de golpe.

Evie, quien estaba de espaldas a el, se giro en una camara lenta cuando lo escucho hablar y se quito la capucha de su cabeza, dejando ver su cabellera naranja y con un rostro serio.

Todos se quedaron en shock, al ver a la Directora del Consejo Real matar a personas asi de friamente, sin poder creerlo.

Bloodmane se quedo en su lugar, manteniendo su postura, mientras que DarkBlood se abrio paso entre todas las personas para ir directo a ella, tambien inexpresivo.

Cuando finalmente los dos cortaron distancias, ambos se pusieron frente al otro. Evie levanto su menton para ver mejor al rubio.

-Majestad... -nombro Dionisio al ver a la joven pero ella se mantuvo inexpresiva.

-Señor DarkBlood, no nos hemos visto desde hace mas de veinte años -reconocio ella con una ceja arriba.

-Si, ha pasado mucho tiempo -recalco el, haciendo una larga pausa para mirar los claros ojos de su ex amada, que ahora eran mas frio que de costumbre- Dejeme que pregunte que le trae a Ilussion...

-Tenemos que hablar -lo interrumpio ella sin muchas vueltas, comenzando a mirar hacia todo su alrededor, donde miles de ojos los observaban- Deberias cerrar.

-Podemos usar mi oficina...

-Prefiero estar aqui, gracias -volvio a interrumpirlo con una falsa sonrisa, ladeando su cabeza hacia un lado.

-¿Que sabes?

-Lo suficiente para venir aqui, sabiendo que puedo confiar en ti -le dijo Evie con sarcasmo en sus palabras y una filosa mirada, para luego pasar por alado suyo y comenzar a caminar hacia el escenario donde estaba el trono de Dioniso- ¡Muy bien! ¡Todo el mundo afuera, ahora! -grito con fuerza, para que todos escuchen.

Y todos sin rechistar, prosiguieron a salir del club casi corriendo, empezando a vaciarse a una gran velocidad por orden de la directora del Consejo que los manda a cada uno de los que estaban ahi mismo.

Dionisio se giro lentamente en direccion al escenario donde estaba su trono, encontrandose con Evie Bloodmane sentado sobre su trono con las piernas cruzadas y entendiendo sus dedos, esperandolo a el.

Esta noche seria muy larga.

[...]

Mientras que todo ocurria en Ibiza, algo distinto pasaba por Idris: Magnus Bane habia llegado a la Residencia Bloodmane cuanto antes, luego de recibir un mensaje de fuego por parte de su mejor amiga que decia que iba a estar ausente unas horas al igual que toda su familia y que necesitaba que alguien vigile que todo este bien.

Con Alexander desaparecido junto a los Bloodmane y Antonio con Rhaegal cuidando de Hope en el Aureum, la enorme Residencia iba a estar sola esa misma noche.

El brujo entro a la Residencia esperando que ningun Bloodmane se le cruce en el camino, ya que seria dificil de persuadir. Magnus se adentro en uno de los pasillos principales tras las escaleras para ir directo a la biblioteca, a leer algo.

Su trayecto iba bien, cuando algo o mejor dicho ALGUIEN, lo detuvo:

Un pequeño niño de cabello liso y oscuro salio de una habitacion corriendo, con un pequeño gato oscuro entre sus brazitos, escuchando sus risas y una gran sonrisa.

Magnus se detuvo por completo, cuando vio que el niño se tropezo y estaba a punto de caer al suelo bruscamente, pero que si no fuera por Magnus, el estaria llorando. Bane utilizo su magia para detener al niño junto al gato y volverlo a su antigua posicion de pie, evitando la caida.

-N-nale... -susurro Magnus algo nervioso, tragando saliva con dificultad.

El niño que respondia al nombre de Nale, se percato de la presencia del gran brujo, a lo que se asusto y apreto al pequeño gatito entre sus brazos para protegerlo.

-¿Quien eres? -pregunto el niño, exhibiendo sus ojos de gatos para mostrar valentia- Mami estaba molesta contigo...

-No, no, no... -lo detuvo Magnus cuando Nale queria usar su magia contra el. A lo que Magnus se arrodillo para que lo vea mejor- Mira, soy un brujo como tu...

Y en un chasquido, los ojos gatunos de Magnus se hicieron visibles. Los ojos de Nale eran identicos a los de Magnus, lo cual era muy obvio su relacion.

Nale se quedo sorprendido, tanto, que bajo su manito con cuidado.

-Tenemos los mismos ojos -reconocio Magnus mas nervioso que nunca, teniendo muchas pensamientos en su cabeza- Me llamo Magnus, Magnus...

-Bane... -solto el pequeño con ojos de polluelo, shockeando mucho mas a Magnus por completo- Mami siempre habla de ti...

Magnus solto un ligero suspiro con frustracion, sintiendo que su corazon latia a mil por segundo, y el pequeño podia sentirlo por su gran magia.

-Eres Nale, ¿cierto? -dijo el brujo mayor para verlo con mayor detalle: era una copia de cuando el tenia su edad, salvo que los ojos de Nale son celestes como los de Luna- Nale...

Nale asiente muchas veces, con seguridad. A lo que los ojos se Magnus se mojan por completo, con los labios temblando y a punto de ponerse a llorar.

-Es un gusto conocerte, Nale... -proclamo Magnus sorbiendo su nariz,  a lo que Nale se acerca lentamente a Magnus y apoya su manito en la mejilla del mayor con cuidado, trasmitiendole un poco de su magia muy poderosa.

Tanto padre como hijo, se quedaron viendo en silencio.

Pero el duelo de miradas habia durado poco, cuando una voz femenina entro en escena, sin saber lo que estaba ocurriendo.

-Nale, ¿donde has...? -la joven de cabellos platinados se callo cuando entro al pasillo y noto que su hijo estaba junto a un brujo, compartiendo algo de su magia para entrar en confianza. Luna se quedo en completo silencio, estatica sobre su lugar.

Magnus giro su cabeza cuando la escucho hablar.

-Luna -nombro y se levanto del suelo, para verla mucho mejor.

-¡Mami! -chillo Nale antes de salir corriendo hacia ella directamente, con un gran brillo dentro de sus ojos- Magnus tiene los mismos ojos que yo -exclamo con felicidad, señalando a aquel brujo de traje varias veces.

Sin embargo, Luna miraba a Magnus con un gesto inexpresivo, se sentia nerviosa de que su hijo haya conocido a Magnus, y tambien tenia miedo del tipo de conversacion que pudieron haber tenido antes de que ella interrumpise.

Nale tironeaba de las faldas de su vestido blanco para que lo vea, pero Luna no cedia.

-Nale, cariño... busca al gatito y ve al patio -pidio ella y saco la manito de su hijo de sus faldas, casi empujandolo a que vaya a hacer lo que le pidio. Nale borro su sonrisa poco a poco, dejando de chillar de felicidad.

-Pero mami...

-Nale -lo interrumpio su madre y por fin lo miro- Ahora...

Sin mas que acotar, Nale, sin muchas ganas se fue corriendo para buscar al pequeño gato oscuro que se habia ido cuando el lo solto. Dejando a los adultos finalmente solos.

Magnus observo todo en silencio, incluso vio la incomodidad y el nerviosismo de su ex amada al encontrarse con tal escena. Incluso, noto que en ese momento, ella ya queria irse.

Luna se dio media vuelta para irse por las primeras puertas que tenia a sus espaldas, pero antes de que cruce los umbrales, Magnus estiro su brazo para cerrar las puertas de golpe con su magia. Dejando quieta a Luna.

-Tenemos que hablar -pronuncio Bane con una voz recta, logrando que Luna gire la mitad de su cuerpo para verlo en tension.

[...]

-Reales y No-Reales estan siendo asesinados por el Club de los Muertos, pero eso ya lo sabes muy bien -Evie comenzo a hablar con un tono frio, mirando fijamente a Dionisio, quien estaba de pie frente a ella con los brazos cruzados- No cualquier magia tiene la suficiente fuerza para levantar un Velo y dejar el camino abierto.

-¿Que insinuas? -pregunto el sin mucha paciencia, viendo a Evie sentada en su trono de Rey.

-No es casualidad que el Club de los Muertos haya regresado, al igual que unas sospechosas mujeres que drenan a subterraneos y shadowhunters -continuo ella, mientras movia su pie derecho en circulos- O porque demonios drenaban shadowhunters reales.

Dionisio se quedo callado.

-¿Que sabes? -le pregunto ella, sin vueltas- Un sheriff milenario debe de saber mucho. El Area Cinco es muy extensa por aqui.

-¿Por que crees que se algo, Evie? -pregunto el y ella levanto su menton, entrecerrando un poco sus ojos- Me duele que despues de veinte años vuelvas a mi y me vengas con esto -añadio con un poco de sarcasmo.

Evie giro sus ojos hacia cada extremo del vacio club, inspeccionando cada rincon.

-¿Donde esta Adhara? -pregunto cambiando de tema, buscando a la hibrido mitad shadowhunter, mitad vampiro- Me extraña que tu hija no este aqui, con su rara cintura de vedette y su hipocrita expresion -añadio, recordando que desde que ella tenia quince años, Adhara jamas dejo de mirarla friamente.

Ahora los dos se quedaron en silencio, mirandose fijamente. Pero fue Evie quien rompio la mirada levantandose junto a un suspiro.

-Si me llego a enterar que esas cosas tienen que ver algo contigo... voy a matarte.

Dionisio se puso delante de Evie rapidamente, estando a centimetros del otro.

-¿Que te hace pensar que no puedo hacerlo ahora? -pregunto Dionisio con cierta ironia en sus palabras, causandole una sonrisa a la joven.

-Lo hubieras echo al momento que entre al club por detras -le recordo ella con una ceja arriba, sabiendo que el siempre supo que ella estaba adentro del lugar debido a su magia- Pero querias volver a verme.

Evie paso por alado del rubio, dispuesta a irse. Pero cuando iba a bajar las escaleras, la gruesa voz del rubio la detuvo a medio camino:

-¿Me atacas despues de salvarte a ti y a tu hija?

La pelirroja se quedo helada, sin entender que habia dicho su contrincante. A lo que Evie Bloodmane giro la mitad de su cuerpo.

-¿Que?

Dionisio chasqueo su lengua.

-¿Quien crees que fue el que te trajo de la muerte despues del Lago Lyn, eh? -insinuo con una ceja arriba- ¿Quien crees que fue el que entro a la cripta Bloodmane y curo tu cuerpo? 

Mientras iba diciendo, iba caminando hacia Evie que no podia moverse.

-Tus hijos vinieron a mi Club hace dos meses en busca de respuestas, conocieron al famoso Sheriff del Area Cinco -confeso finalmente Dionisio, viendo la sorpresa en la expresion de Evie- Hope... la pequeña Hope, se parece a ti a su edad -recordo el con un leve suspiro, mirando a otro lado- Pero nadie se va a parecer a ti con tan infame caracter.

Evie tenso la garganta, abriendo sus ojos como plato.

-Pude oler su sangre No-Real, a diferencia que la de su hermano es tu misma sangre.

-¿Como sabes de mis hijos? -pregunto la pelirroja con los labios titubeando, cuando lentamente, Dionisio agarro su menton con mucha delicadeza.

-Hope conocio a sus antepasados por ese coma... y eso desperto lo que tiene en su interior, ¿no? -siguio hablando mientras jugueteaba con sus expresiones- Era tiempo que lo haga.

En menos de un segundo, Evie convoco su lanza con cinco puntas y las puso frente al yugular del rubio, mirandolo con odio en sus ojos.

-Si tocas a mis hijos... 

La pelirroja se callo cuando Dionisio agarro la lanza que ella cargaba y la bajo hacia su pecho, para que una de sus puntas haga contacto con el corazon del mismo.

-Sabes que matarme es una gran declaracion de amor, y seria un honor que me mates -le dijo el con un tono suave, recordandole lo que le habia dicho a Evie hace mas de veinte años cuando apenas la conocia y ella lo atacaba cuando desconocia su posicion como sheriff de la Realeza.

Evie tenso su mandibula y le arrebato la lanza para bajarla, mirandolo con mas odio que antes.

-Ni... se te ocurra... tocar a mis hijos... -amenazo haciendo pausas muy duras, mientras se acercaba mas a el, cerca de sus labios.

Dicho eso, Evie se dio vuelta para irse del lugar echando humos.

Pero eso no iba a acabar ahi, ella iba a llegar al fondo de todo ese problema.

[...]

Luego de una larga visita al Ilussion, Evie regreso a la Residencia Bloodmane a media madrugada, mientras se quitaba el arco y desprendia la capucha de su cabeza.

Al momento que piso dentro del gran hall de entrada, sintio un mal presentimiento: se escuchaban quejidos a lo lejos y ella pudo sentirlo por sus runas. Pero de pronto, sintio un fuerte dolor en su pecho, como un dolor suyo. Pero en realidad, no lo era.

En ese momento... ella sintio terror.

La pelirroja echo a correr hacia la Sala de la Corona, donde estaban todas las pinturas de sus tios y abuelos, donde su abuelo recurria a ir siempre. Sentia el corazon latiendo a mil por segundo.

Empujo las dos puertas con fuerza, haciendo una gran entrada escandalosa.

-¡Suficiente! -grito cuando entro.

Todas las personas giraron cuando escucharon el grito de la joven, parando sus acciones que llevaban realizandose hace dos horas atras.

Evie fruncio sus cejas con dolor al ver eso, teniendo la respiracion entre cortada con mas miedo que antes.

-¡Por dios, Alec!

Al gritar, ella corrio al ver a su esposo amarrado de pies y manos en un aparato de tortura de madera, mientras que era torturado: haciendole cortes con filosas dagas Bloodmane y quemaduras. Su cuerpo estaba bañado en sudor y totalmente embarrado de sangre.

¿Los actores de aquel acto? Antonio Bloodmane, Seraphina Bloodmane, Alaistar y Lorcan Bloodmane, junto a Mirella Sheerwood.

-¿¡Que estan haciendo?! -exclamo Evie de forma paranoica al ver la escena atroz.

-Hacemos lo que siempre hicimos: buscar respuestas -se defendio Seraphina con un tono amargado y con los brazos cruzados.

-¿En que pensaban? -pregunto Evie con un tono bajo con los ojos bien abiertos y sus gruesas cejas arriba. Evie miro a su esposo ahi mismo, a punto de desmayarse.

-Queremos saber porque un No-Real entra en la Residencia como si nada, y tambien porque interrumpio el Ludum Regales con su presencia -le respondio Mirella con el mismo tono de arpia que su hija, mirando a Evie, rebajandola.

-Mi hija entro en un coma magico... ¿y estan haciendo esto?

-Hope... -todos giraron sus cabezas hacia Alec, quien solto aquella palabra con sus debiles labios, teniendo la cabeza agachada. Evie acudio a el rapido, tomandolo del rostro para que ambos se vean- Hope... ¿d-donde e-sta?

-Alec... -susurro Evie con las cejas fruncidas del temor, ella sentia algo de dolor en su runa por toda la tortura que su esposo sufrio. Debia sacarlo de ahi mismo cuanto antes y llevarlo con los Lightwood, comunicandose con su parabatai.

-Es divertido ver que tiene una runa de casamiento, pero, ¿con quien esta casado? -se pregunto Seraphina moviendo a un lado la camisa oscura de Alexander, para ver que la runa estaba bañada en sangre y con mas cortes en su torso- ¿Y por que dice tanto tu nombre, Sobrina?

-Esto termina aqui -proclamo Evie empezando a desatar los tobillos de Alec. La mujer estaba por desatar las muñecas de su esposo cuando un latigo se enredo en toda su muñeca derecha, parandola. Evie giro su cabeza y vio que el latigo de metal provenia de la mano de su tia, que lo estaba deteniendo- Sueltame.

Pero Seraphina no hizo caso. Acto seguido, Seraphina tironeo de su arma para atraer a Evie hacia ella, logrando que la mas joven se caiga por los pequeños escalones y termine sobre el suelo, pero se levanto rapido y con ambas manos agarro aquel latigo y lo tironeo hacia ella, atrayendo a Seraphina.

Cuando Seraphina cayo frente a ella, Evie puso una daga justo sobre su cuello, haciendo contacto.

-No me busques... porque me vas a encontrar... -susurro Evie en forma de amenaza para las dos, mirandose fijamente. Seraphina estaba a punto de atacarla, pero algo las detuvo a ambas.

-Suficiente, las dos.

La voz provino de Antonio Bloodmane, que detuvo a su hija y a su nieta antes de que se maten. Las pelirrojas giraron a verlo sin decir nada, ellas sabian la poderosa y peligrosa que era la palabra de aquel hombre.

-¿Evs?

Y nuevamente, todos giraron sus cabezas hacia las puertas de entrada, donde un joven de traje impecable habia entrado en busca de la joven, encontrandola por fin.

-Nathan... -nombro Evie y solto a Seraphina para levantarse rapido, paso tiempo desde la ultima vez que ambos se vieron: cuando encontraron a Hope en aquel coma por Dionisio, en la vieja residencia del Aureum.

-¿Nathan? ¿Nathan Shademorning? -pregunto Alaistar por primera vez en la conversacion, viendo que el mismisimo Nathan se dirigio a todos ellos, a paso apresurado.

-Nathan... por el angel, ¿donde estabas? -pregunto Evie dirigiendose a el, observando su cara de preocupacion.

-Evie... tenemos que hablar -proclamo el joven, a lo que Evie giro su cabeza dudosa sin entender- La Profecia... esta aqui.

¿La profecia? Se pregunto Evie mentalmente, girando hacia sus familiares que tambien estaban estaticos en sus lugares sin saber de lo que hablaba.

















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro