|19| Secretos Ocultos
"Papa intenta mantenerme lejos, pero yo no quiero sentirme avergonzada de ser una Lightwood"
⚜
Evie miraba por el gran ventanal de su vacia habitacion en medio de la madrugada, mientras todos dormian en las habitaciones y/o pisos de su enorme hogar.
Se disponia a estar en un silencioso aire, con un brazo sobre su pecho y otro tocando su menton como pensando, usando el primer brazo como soporte.
Tenia la mirada perdida en la oscura noche donde no habia luna ni estrellas en el cielo, estaba completamente nublado porque una tormenta se aproximaba a Idris.
Habian pasado cinco dias otra vez, cinco dias en los que no habia sabido nada de su hija ni de su esposo porque tenian la runa antirrastreo activada y se habian ocultado.
Ni su propia parabatai Isabelle queria decirle como se encontraban o donde estaban, porque su hermano mayor le habia hecho prometer que los mantendria ocultos hasta que Evie vaya y les diga que todo acabo.
Pero si algo estaba segura, era que su hija estaba lo suficientemente lejos de todo lo que estaba por pasar en tan solo dos dias mas, con el Ludum Regales.
Sus familiares preguntaron por Hope, pero la Reina Madre les respondia que ella no estaba lista para el juego y que tampoco queria hacerlo, por mas que sus tias la presionaron a que la vaya a buscar para que lo haga, Evie no lo haria porque no sabe donde esta.
Pero si sabia que tarde o temprano, irian a cazar a su hija para obligarla a meterla en las pruebas del Ludum Regales, y no podria hacer nada.
No se arrepentia de "echar" a su esposo y su hija, porque ella aseguraba que estaban seguros donde sea que esten, lejos de todos ellos. En especial Alec, debido a su sangre.
Evie no pensaba en nada absolutamente, solamente veia como su mente le recordaba un hecho hace quince años antes del nacimiento de su hija, donde entro en panico e hizo lo imposible para tener lo que ella queria.
Su mente reproducia aquella escena...
Hace Quince Años | Aureum
Evie se encontraba de nueve meses de embarazo de su segunda hija, con su hijo casi tres años cumplidos ya, no podia creer la familia que habia estado formando.
La pelirroja se atendia en el Aureum, donde los brujos de la Realeza realizaban los chequeos de todos los meses para comprobar que la bebe estuviera sana y salva, dandole unos hechizos magicos para beber a la madre para que se mantuviera fuerte.
Y ahora mismo, se encontraba en la revision junto a sus dos amigos brujos: Phobos y Drystan, el primero fue quien la ayudo a robar esa Caja de Pandora donde los Buscadores tenian los recuerdos de sus amigos, mientras que el segundo fue el que planteo la idea de borrarles la memoria a todos ellos para mantenerse ocultos.
Ella estaba emocionada, ya queria conocer a su hija, estaba segura de que tambien seria otra Bloodmane como su primer hijo.
-¿Y? ¿Como esta? -pregunto Evie cuando ambos brujos bajaron las manos y dejaron de usar su magia para ver el bebe.
-Esta fuerte, como siempre... -menciono Drystan, alargando un poco las palabras con un tono decaido.
E Evie noto ese tono.
-¿Por que tan triste? Debe ser bueno, ¿no? -pregunto ella preocupada, sentandose sobre la camilla que estaba para ver a los dos brujos.
Phobos miro mal a Drystan, no debia ser bastante obvio con su tono de voz y su mirada. Pero en medio de ellos, Evie notaba el juego de miradas y seguramente tambien que Phobos le hablaba telepaticamente a Drystan.
La pelirroja se preocupaba mas, no queria que le oculten nada de su futura hija que le faltaba dos semanas para conocerla.
-Oigan, si pasa algo, tienen que decirme -insistio ella mas asustada que antes, abrazando su gran vientre como si quisiera que nadie lo tocara- ¿Que le pasa a mi hija? ¿Esta bien? ¿Que ocurre, Phobos?
Evie confiaba mas en Phobos que en Drystan, debido a que el se arriesgo a robar a los Buscadores por ella, debido a que Drystan puede ser algo malo y sincero cuando el quiere y con quien quiere.
Los ojos se ella se llenaron de lagrimas, pensando que su hija podria tener algo.
-Tu hija esta muy bien, pero no tan bien... -Drystan se adelanto a Phobos hablando, Evie rapidamente lo miro asustada.
-¿Q-que?
-¡Idiota! -le grito Phobos a Drystan apretando sus puños y flexionando sus brazos como si fuera una caricatura, ya que le habia pedido telepaticamente que no se lo digan para que ella no se ponga mal.
Drystan sonrio dulcemente juntando sus manos delante de su estomago y movio sus ojos para mirar rapido a Phobos, para luego mirar a Evie.
-¿Que, que esta pasando? -pregunto Evie- ¡Ya dime, Drystan! -le exigio a los gritos, levantandose de la camilla y mirandolo.
El ojiazul miro a Phobos una vez mas, que le rogaba que no se lo diga.
Pero a Drystan no le gusta los secretitos.
-¿Tu hija? Esta bien, sana -comienza Drystan viendo a Phobos aun, logrando que Evie suspire aliviada- Pero el problema es su sangre.
Ahora Evie se confundio mas.
-¿Su sangre? ¿Que hay con ella? -ahora la mujer se gano la mirada de los dos brujos milenarios- Tiene sangre Real... -Evie miro a los dos, pero ninguno le respondio- ¿No...?
-Tu hija tiene sangre No-Real, a diferencia de Antonio que es Real -respondio Phobos con un suspiro, el ya lo sabia desde el sexto mes cuando descubrieron el genero de la bebe, al igual que Drystan.
Evie sintio que un balde de agua fria le caia encima, como si fuera un golpe que le reinicio todo su sistema.
-Ella sera una Lightwood, una No-Real -añadio Drystan, metiendo mas leña al fuego. Diciendolo con algo de burla.
La pelirroja no queria aceptarlo, no queria que su hija sea una No-Real, ella queria perdurar la sangre Real de los Bloodmane.
Miles de sentimientos pasaban por su cabeza, uno de panico y miedo, otros de enojo y decepcion.
-No, no, no, no... -dijo ella rapido y se sento sobre la camilla de vuelta- D-debe haber un error, revisenme de vuelta -pidio- No lo hicieron bien.
-Evs...
-¡Mi hija es una Real! -Evie callo a Phobos que se encontraba preocupado, el se iba a mover pero se quedo quieto con la voz de ella.
-No seas caprichosa, Evie -le dijo Drystan sin paciencia, mirandola con desagrado- Acepta el error que cometiste, era obvio que esto iba a suceder.
-¿Puedes cerrar la boca? -le pregunto Phobos pero Drystan le respondio levantando sus hombros.
-Lo sabiamos desde los seis meses, aceptalo, Phobos, tu tambien se lo ocultaste -confeso el pelinegro e eso hizo que el nombrado se sienta mas arrepentido de no decirselo- Lo sabemos desde que vimos el genero de la bebe.
Evie no podia creerlo, sentia su frente mojada, peino todos sus cabellos naranjas hacia atras con la boca abierta, buscando algo de aire.
No sabia que hacer, no sabia que pensar.
Tenia que hacer algo, ¿pero que?
Su pecho palpitaba un monton, sus manos temblaban y no podia moverse porque caeria al sueño, tenia miedo.
Los brujos se dedicaban a mirarla en silencio.
-¿Y ahora? Tendre un hijo Real y una hija No-Real, ¿sere la verguenza de mi familia? -se pregunto ella en voz alta, mirando a los brujos- ¿Que pasa con el Legado Puro? ¡No puede quedar asi! -les grito, mas paranoica.
-Hay otra opcion... -canturreo Drystan mirando hacia otro lado haciendose el distraido, cantando la frase y alargandola tambien.
Phobos miro rapido a Drystan, sabiendo lo que significaba, tambien sabiendo el peligro que eso llevaria.
-No -dijo Phobos de inmediato, logrando que Drystan lo mire ofendido con un puchero en sus labios- Ni lo pienses -y lo señalo de forma amenazante.
-¿De que hablan? -pregunto Evie, con una pequeña esperanza.
-Drystan, no seas imprudente y estupido -Phobos se acerco a el para tomarlo del cuello de su camisa blanca, teniendo mas poder que el- Ella no debe hacerlo...
Evie no entendia que les pasaba, pero queria saber cual era la alternativa para evitar eso.
-No les temo a Angemons -aseguro el ojiazul alejando a Phobos de si mismo y cruzandose de brazos, mirandolo fijamente.
Los Angemos o Los Angevils, como su nombre lo dice, se trato de angeles que cayeron del cielo por fallar arriba y se volvieron locos, otros malvados, pero estan ocultos como ratas.
Raziel los expulso cuando esos angeles se revelaron contra el y como castigo, Raziel los castigo arrancandoles las alas y ademas, inyectandoles sangre de demonio.
Eso explica su nombre; Son Angeles con sangre de demonio.
Tienen sangre angelical pero demoniaca tambien, condenados a sufrir y vivir de esa forma por millones de años en la tierra sin poder morir en paz.
-¿Los Angevils? -repitio Evie confundida, sabia de ellos y de lo que hacian.
-Nosotros nos encargamos de mantener a salvo a ella y a ese bebe, ¿y quieres que vayamos a los Angemons? -le pregunto retoricamente Phobos en desacuerdo- Imposible, no. No la llevare con esos locos.
-No es nuestra decision. Es de Evie. -se defendio Drystan mirando a la pelirroja de reojo.
-No sabe a lo que se enfrentara -le dijo de vuelta para hacerlo entrar en razon, sabiendo el peligro que causara usar a los Angevils- No esta preparada.
Drystan chasqueo su lengua.
-Es facil, solamente iremos y ellos le daran algo de ese nectar prohibido -le dijo golpeando su pecho levemente con gracia- Sera como robarle un dulce a un bebe.
-Drystan, por el amor al angel...
-Si alguno tiene otra opcion para evitar esto, que me la diga -los interrumpio Evie levantandose y ambos brujos la miraron.
Ninguno respondio, lo que Evie escogio lo que haria.
-¿Adonde se encuentran esos Angevils? -le pregunto ella a Drystan, quien sonrio de inmediato pero Phobos lo miro mal.
Presente | Residencia Bloodmane
Evie salio de aquel recuerdo parpadando lentamente, viendo que ahora y detras del vidrio, estaba lloviendo fuertemente en todo Idris, acompañados de truenos y relampagos con fuertes lluvias.
Ahi mismo, alguien se puso alado de Evie lentamente, observando la ventana tambien. La habia estado observando por horas porque se encontraba rara sin poder dormir, por lo que decidio acompañarla.
Y ahi, Evie empezo a hablar:
-Hice lo que hice... para mantener a la familia pura -comenzo Evie, con un hilo de voz y la mirada perdida- Y no me arrepiento de hacerlo...
Ella no miraba a su acompañante, pero sabia muy bien de quien se trataba.
-Le inyecte sangre de un Angevil, un angel con sangre de demonio... a mi propia hija -confeso por fin- Solo para hacerla Bloodmane, pero ahora no se que es ella... ni de lo que es capaz con ese poder...
Su acompañante la miro con seriedad, intentando no respirar.
-Ella es peligrosa... cada vez que la estudiaba, sus poderes se volvian mas peligrosos incluso para otros niños, la mantuve lejos de todo... -continuo Evie, tomando aire- En mi diario escribi la evolucion de ella, y cada dia era peor... nadie puede hacerla enojar o romperle el corazon... porque sera peor...
Ahora Evie se giro lentamente, levantando la mirada para ver a su acompañante.
-Como la unica Bloodmane viva decidi hacerlo... porque Pesada es la Cabeza que Lleva la Corona, papa... -finalizo, viendo a su padre Leonor.
Leonor suspiro, sin decir nada, solamente estiro sus brazos para abrazar a su hija y traerla contra su pecho, lentamente.
Pero lo que ninguno de los dos percato, era que otra persona estaba afuera de la habitacion escuchando todo.
Se trataba de Luna Liaru, que fruncio sus cejas cuando Evie confeso lo que hizo y recordo el baile de Sangre Verdadera, cuando todos aplaudian hacia Hope y ella lloraba peor.
Las cosas se movian, las luces parpadeaban y habia un gran viento en un lugar con las ventanas cerradas, causandole extrañez a algunos.
Ahora entendia mejor.
[...]
Al dia siguiente todo marchaba tranquilo en la Residencia Bloodmane: La familia de Antonio Bloodmane con sus dos esposas, sus cinco hijos y parejas con sus hijos desayunaban en el gran comedor, donde Evie y Antonio estaban incluidos.
Todos desayunaban en silencio, como siempre lo hicieron. Pero jamas faltaban las indirectas atravez de miradas.
Los brujos estaban de pie contra la pared, mirando a su cuidador con las manos juntas delante de su vientre y en silencio, atento al llamado de cualquier Bloodmane, como mozos.
Todos se encontraban en silencio, hasta que una voz a la derecha de Antonio se digno a hablar.
-¿Puedo preguntar por que nos falta un integrante? -hablo Seraphina, con una servilleta de tela roja en su mano derecha y una mirada de intriga- No podemos empezar sin nuestra princesita.
Evie y Antonio miraron hacia uno de los extremos de la mesa donde estaba Seraphina, mirandolos a ellos dos como a todos, pero en especial a la Reina Madre.
-Ella esta en una mision por el Consejo, lamenta estar ausente -mintio Antonio rapido, en medio de su madre y su hermano mayor.
-Eso lo dijiste hace casi dos semanas, ¿cierto? -y giro hacia su papa para la pregunta- La dimension 97 cuesta un dia, bueno... al menos para un Bloodmane.
-Seraphina... -llamo su hermano mayor Leonor, que estaba a la derecha de Evie- El desayuno no es para hablar, para concentrar nuestra memoria.
-Ay vamos, Leo... -canturreo ella, intentando animar el ambiente- Diganme que no son la unica; ¿Lor? ¿Al? ¿As? -miro a sus tres hermanos mayores que se concentraban mas en desayunar que la futura discusion- Solamente queremos saber donde esta nuestra amada Hoppie.
Todo eso era una provocacion, y ella lo sabia bien.
Pero no lo tolero.
Evie agarro su cuchillo y se lo arrojo directo en direccion a Seraphina para hacerla callar, pero la pelirroja agarro el cuchillo antes de que se incruste en su piel de porcelana.
-¡Evie! -la regaño su propio abuelo pero a ella no le importo, porque se levanto de su lugar apoyando las manos contra la mesa.
-La proxima vez que nombres a mi hija te voy a cortar la cabeza -amenazo sin pelos en la lengua, molesta.
Seraphina la miro ironica e imito su accion de levantarse.
-No podrias contra mi. -aseguro Seraphina.
-Soy el supersoldado mas fuerte de mi generacion y de la familia, ponme a prueba -la contraataco muy segura, levantando su menton.
Todos los miembros estaban mirando la escena con mucha atencion, no sabian si apoyar a Evie o a Seraphina ahi mismo.
Pero Antonio, Annelisse y Mirella no estaban conforme con lo que sucedia, debido a que habian roto el aura del desayuno.
En ese mismo momento, todos escucharon las dos puertas principales abrirse rapidamente y giraron la cabeza en direccion a la puerta que estaba en la direccion este, sin saber de quien se trataba.
[...]
Las dos puertas de entrada se abrieron en un fuerte golpe gracias a la magia de Magnus Bane, que decidio hacer una de sus tantas entradas.
Tenia que encontrar a Evie rapido y contarle lo que estaba pasando, mas problemas acechaban al Mundo de Sombras.
-¿¡Evie?! -grito fuerte para que su mejor amiga lo escuche.
Pero nadie le respondio, Magnus estaba apurado y con poco tiempo a su favor.
-¡Bizcochito! -grito esperando que con ese apodo tenga mas chances de encontrarla.
-¿Magnus? -una delicada voz femenina salio de uno de los pasillos.
El brujo giro en esa direccion esperanzado de que fuera su mejor amiga, pero cuando se giro y vio la figura femenina que bajaba las escaleras y salia del pasillo, su esperanza se borro.
Observo a la chica de cabellos rubios con su vestido blanco que arrastraba por la alfombra y sus puntiaguadas orejas acercarse a el confundida.
Automaticamente, Magnus borro su sonrisa y sintio todo un escalofrio por su columna al ver a la Hibrido.
-¿Luna...? -dijo el, pensando que era una ilusion magica.
No podia creer que Luna, su DIFUNTA ESPOSA, estaba caminando lentamente hacia el con las cejas fruncidas y confundidas.
Pero era ella, en carne y hueso, en el mundo de los vivos una vez mas.
-¿Magnus? ¿Que haces aqui? -pregunto ella rapido y mirando para todos los lados- No puedes estar en la residencia, te prohibieron la entrada hace mucho. Si Antonio te ve...
-¿Antonio? ¿Antonio Bloodmane? -la interrumpio el mas confundido y ella se detuvo cuando lo queria llevar a un lugar escondido- El esta muerto, ¿donde esta Evie?
-Y yo tambien -le recordo seca- Nos regresaron... volvimos al mundo de los vivos, todos los Bloodmane.
Magnus puso una expresion de shock en su rostro, levantando sus brazos para moverlos raramente como de costumbre y cerrar los ojos.
-¿Que? -fue lo unico que dijo.
-Victorio nos trajo de vuelta, eso casi lo mata por completo... -menciono ella algo inquieta y nerviosa de que los atrapen.
-¿Victorio Swan? -pregunto el brujo abriendo su boca y frunciendo sus cejas- ¿Ese viejo sigue vivo?
-Shhh... baja la voz -lo callo ella cuando el subio el tono ironico de su voz- Magnus, debes irte de inmediato.
-¿Donde esta mi amiga? Debo hablar con ella ahora, ¡Evie! -grito cuando Luna lo detenia e evitaba que vaya directo al comedor donde estaba toda la familia.
Luna y Magnus discutian como una pareja, la primera queria que se vaya pero el segundo queria entrar en el lugar de donde salio ella, no le importaba nada.
Pero de tanto pelear y forcejar, ninguno se dio cuenta que una tercera persona habia entrado en el lugar.
-¿Mami...?
De pronto, Magnus y Luna dejaron de pelear cuando escucharon esa pequeña y curiosa voz, haciendo que ambos giren a espaldas a Luna.
Luna sintio que el corazon se le iba a salir del pecho, al ver a la figura pequeña.
-Nale... ve al comedor, cariño -pidio ella mas nerviosa que nunca, intentando esconder a Magnus detras suyo- Ire enseguida.
-¿N-nale? -titureo Magnus con los ojos abiertos como platos y con dificultad, trago saliva con nervios cuando su esposa asintio con una mueca en sus labios.
Magnus vio mejor al niño, era de tal vez unos cinco años como mucho, cabello oscuro con unos destellos rubios platinados y una expresion triste pero en realidad no era asi, traia puesto un trajesito pequeño sin saco a su medida.
Era igual a el cuando era niño.
Tambien recordo el nombre de "Nale", ese era el que habia elegido para su hijo antes de la Masacre de la Corona.
-¿Quien es el, mami? -pregunto el escondiendose detras de su mama, abrazando una de sus piernas con miedo.
Luna miro a Magnus con nervios, y viceversa tambien.
Magnus miro una vez mas al pequeño niño, donde este exhibio su marca de brujo: ojos amarillos de gato.
El tapo su boca con ambas manos, no dando mas de lo sorprendido que estaba, sus ojos se llenaron de lagrimas de ver a su hijo como un niño de cinco años, que hablaba y caminaba solo, sin necesidad de sus padres.
Lo conocio por fin, el es Nale Bane... el hijo de Magnus y Luna Bane.
-El... el es...
-¿Magnus? -una cuarta voz intervino y todos giraron a las espaldas de Magnus, donde una silueta masculina entro tambien interrumpiendo a Luna.
-Christian... -susurro Bane con miedo, este no era el momento ni el lugar para interrumpirlo.
Luna se asusto y escondio a su hijo detras de ella abriendo su mano para usar su magia en Chris, el mismo sintio su garganta cerrada y sus pies se despegaban del suelo.
-¡Luna, no! -grito Magnus agarrando el brazo de ella para parar su magia, exhibiendo tambien sus ojos de gato como los de Nale, quien lo observo con atencion.
-¿Quien es el? -pregunto ella molesta, apretando mas la garganta de Chris- Ningun No-Real puede entrar en este hogar, y lo sabes muy bien...
-¡El es mi esposo, sueltalo!
Luna miro shockeado a Magnus, antes de perder la fuerza de la mano y dejarla caer, junto a Chris al suelo.
Magnus rompio sus miradas cuando corrio rapido a auxiliar a su actual esposo, mientras que su antigua esposa y su hijo observaban.
-¿Estas bien, Christian?
-¿Quien es esa loca? -pregunto el castaño levantandose con dificultad, desglamurizando su espada que estaba en su cintura, viendo que Luna aferraba mas a Nale contra ella.
-Alguien a quien no quieres ver enfadada jamas, creeme... -dijo el rapido mirando a Luna, que tenia los ojos llorosos.
Magnus y Chris miraron a Luna y Nale, la primera sentia que su corazon le daba punzadas de dolor sin poder creerlo.
Los cuatro quedaron enfrentados.
-¿Esposo? -repitio Luna, sin poder creerlo.
Pero Magnus no iba a responderle.
En ese mismo momento, un grito a lo lejos se escucho.
-¡Luna, trae a los invitados! -se escucho la voz del viejo Antonio Bloodmane, haciendo que Luna gire a ver a Magnus y Chris, asustada.
[...]
Sin tener mucha opcion, Luna y Nale llevaron a los invitados al gran comedor donde estaba la familia entera esperandola.
Cuando cruzaron el umbral del marco, Evie abrio sus ojos como plato y se mantuvo tiesa al ver a las dos personas.
-¿Mags, Chris? -pregunto ella en un susurro, sin poder creerlo.
-¿Magnus Bane? -pregunto Antonio Bloodmane mirando al brujo- No recuerdo verte desde la Masacre de la Corona... hace veintitres años...
El brujo se tenso de la misma forma que su amiga, no podia creer que todos los Bloodmane estaban de vuelta en el mundo de los vivos.
-Segun me mantuvo informado Jaime Adgar, los brujos que quedaron esa noche fueron expulsados de la casa y obligados a hacer un voto de silencio por parte del Consejo Real... para que jamas vuelvan -continuo el Leon Dorado, viendolo.
-Antonio Bloodmane... -susurro Magnus haciendo una leve reverencia de respeto.
-¿Que hace en mi Residencia un brujo como Bane? No logro encontrar a Elliot nunca -añadio el anciano con una expresion cinica, dejando un silencio de funeral.
Evie no iba a dejar solo a su mejor amigo, no a el.
-El tiene el paso a nuestra residencia, abuelo -confeso Evie, girandose hacia su abuelo y todos la vieron shockeados.
-¿Disculpa...?
-Magnus me salvo mas veces de la que recuerdo estando en el Instituto de NY contra Valentine y Jonathan Morgensten, incluso con Lilith -dijo rapido ella- Ambos seramos la grieta que Jonathan abrio para que los demonios ataquen el mundo mundano.
Nuevamente, el silencio reino.
-El siguio sirviendome por años, jamas me traiciono... -añadio Evie, jugando con sus manos nerviosa- El... es leal a la casa Bloodmane.
Evie esperaba la aprobacion de vuelta de su abuelo, Magnus era un buen brujo. Chiflado tal vez, pero era bueno con ella siempre y con sus hijos tambien.
-¿Y quien es el? -pregunto Alaistar, señalando con su menton a Chris.
-El es Christian... Christian Bane, su esposo -le informo su sobrina mirando a su otro mejor amigo- Ambos son leales, pueden confiar en mi...
Pero nadie emitia una palabra.
[...]
Dos Dias Despues | Italia
Pasaron dos dias, y hoy... era el Ludum Regales.
Hope reia junto a Ilazebeth mientras comian un tradicional plato de Lightwood y disfrutaban de la presencia de toda la familia Lightwood.
Los Lightwood se reunieron en la antigua casa de la abuela Annelisse para una reunion familiar, familia como Robert y Max Lightwood, Isabelle con Simon y Betty, incluso Jace llevo a Clary y Lucas consigo.
Alec mantenia ocupada a su hija, ya que hoy era el Ludum Regales, habian pasado los dos ultimos dias y queria hacerla "olvidar", lo que pasaba con su madre.
Mientras todos charlaban y reian comodamente, Hope decidio salir de la casa para tomar algo de aire, ya que le asfixiaba que su padre este encima siempre.
La pequeña sabia que la queria mantener ocupada, pero era inevitable no pensar que hoy, su hermano correria la vida o muerte en esas pruebas Bloodmane.
Hope se dirigio al bosque para estar sola, su padre estaba encima de ella desde toda la mañana y queria estar sola.
No habia momento que Alec no estuviera pegada a ella como un chicle, algo muy obvio.
Ella queria volver a casa, con su mama y hermano, ya no queria esa pared de hielo invisible.
Hope caminaba lentamente con los brazos en su pecho cuando se detuvo por el ruido de unas hojas moverse por algo o alguien.
-¿Hola? -pregunto ella.
Y algo fue hacia ella de inmediato.
Pero antes, Hope atrapo el Mensaje de Fuego frente a su rostro, viendo que se trataba de un sobre que llevaba su nombre en el.
Ella se sintio confundida, ¿quien le mandaria mensaje de fuego?
No dudo en abrirlo y ver la carta:
"Vuelve a casa, cariño... Te extrañamos mucho.
Nos vemos en el campo de las pruebas, tengo que decirte algo muy importante.
Mama"
La caligrafia no era la de su Evie, esta era mas quirurgica y casi perfecta en una cursiva que no podria leer.
Hope sintio sus ojos llenos de lagrimas, para ella... la letra era de su mama, aunque no fuera asi.
Ella debia ver a su mama, queria y necesitaba verla.
La pequeña miro a sus espaldas, esperando que nadie la este siguiendo, para tomar la estela que su padre le dio y dibujar un portal, directo al campo del Ludum Regales.
Hope queria reencontrarse con Evie.
Aunque ella no sabia... que no se encontraria con su madre.
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