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Capítulo 32.

Todo estaba yendo de maravilla, veíamos fotos, cartas y recuerdos de lo que habíamos vivido antes del accidente. Era una maravilla ver el rostro de Millie cuando lograba recordar momentos específicos. Aunque debía tener cierto cuidado con hablar respecto al accidente. Ella aún no sabía que yo estaba en el auto, y que prácticamente yo lo ocasioné.

Pero fuera de todo ese asunto, la estábamos pasando muy bien, nos divertíamos bastante estando juntas. En este momento yacíamos en la cama, ella miraba fotos y recuerdos mientras que yo me mantenía recostada en su regazo, observando sus facciones desde abajo.

-¿Esto qué es?- Preguntó alzando una pequeña cajita.

-Un collar.- Respondí con simpleza. Me miró con cierta curiosidad y miró dentro.

-¿Rodonita?- Preguntó de nuevo, con una amplía sonrisa. La miré confundida.

-¿Ah?- Dirigió su mirada a mí.

-La piedra del perdón.- Alcé una ceja. -¿No sabías lo que era?- negué.

-Lo compré porque estaba bonito.- Soltó una ligera carcajada.

-Lo imaginé..- Susurró. -Tengo varias piedras y cristales que quizá te vendrían bien.

-No entiendo de lo que hablas pero estoy interesada.- Sonreí.

-Te mostraré luego.- Asentí. -Por lo pronto, tengo que irme..

Me levanté de su regazo casi de golpe. Tomé asiento a su lado y me incliné un poco más hacia ella.

-No te vayas..- Hice un ligero puchero. A lo que ella apartó la vista.

-No puedo quedarme hoy..- Susurró. Recargué mi frente en su hombro con tranquilidad. Quería estar con ella más tiempo.

-Por favor..- Murmuré. Escuché un leve chillido.

-No me hagas esto, sabes que si sigues me vas a convencer.- Me separé un poco para mirarla.

-Te voy a convencer para que te quedes.- Me miró nuevamente y sonrió.

-¿Cómo piensas convencerme?.

-Si te quedas podemos cenar juntas y ver una película.

-Hmm.. cenar y ver películas es algo que podemos hacer otro día.- Respondió con una sonrisa juguetona. ¿Así que quiere jugar? Jugaré entonces.

-Podríamos dormir juntas de nuevo.

-Ya habrá tiempo para eso otros días.- Hice una ligera mueca. ¿Piensa que no soy competitiva?.

-Entonces- susurré arrugando la nariz. -¿Qué puedo hacer..- gateé por la cama hasta quedar detrás de ella. Pasé mis brazos por su cintura y recargué mi mentón en su hombro. -...para que te quedes conmigo?- Susurré mirándola de perfil. La oí carraspear, a lo que sonreí.

-Esto se considera trampa.

-¿Según quién?- Reí ligeramente. Hice todo lo posible para evitar mirar a su cuello, era demasiado tentativo.

-Quizá.. cabe la posibilidad de que me estés convenciendo.- Susurró.

-¿Qué otra cosa puedo hacer?- Giró un poco su rostro para estar casi frente a frente.

-¿Tú qué crees?- Instintivamente miré sus labios.

-¿No lo considerarías trampa?- Pregunté en un susurro, aún sin apartar la vista de sus labios. Los cuáles, por inercia relamió.

-Lo sabrás después de que lo hagas.- Sonreí ampliamente.

-Y yo lo haré cuando aceptes quedarte conmigo.- Me separé de ella. Levantó una ceja y abrió la boca, con un gesto de indignación total.

-Eso sí lo considero trampa.- Reí sentándome de mejor manera en la cama, y recargando mi espalda en la pared.

-Tú empezaste con los juegos, Jammie. Tienes que soportar la venganza.- Rodó los ojos con una ligera sonrisa.

-Entonces me vengaré más.- El orgullo de Brown no me sorprendía. Volví a reír. -Es en serio, no me dejaré ganar tan fácilmente, acabas de iniciar una guerra, Dodger.

-Adelante castaña, muéstrame tu venganza.- Mi absoluta diversión cambió en cuestión de segundos. Cuando vi a Millie acercarse a mí con lentitud, con esa sonrisa maliciosa que me sacaba de mis casillas, de una manera positiva claro.

Las risas internas ahora eran gritos de pánico. Se acercó lo suficiente a mí, a tal punto de que nuestras narices rozaban, con solo milímetros de distancia separándonos.

-Retame de nuevo, Dodger.- Susurró, con una voz áspera y profunda. Estaba completamente a sus pies luego de eso. Pasé saliva intentando calmar los nervios y alcé mi vista a sus ojos. No me iba a dejar.

-Muéstrame tu venganza, Jammie.- No tuve que decir más, tan solo acabar de hablar ya tenía los labios de la castaña apoderándose de los míos.

Sus suaves y delicadas manos se posaron en mi cintura, Instintivamente coloqué las mías en su cuello. Ambas suspiramos continuando con el beso. El aroma de su perfume me hizo perderme aún más en ella. Olía a lavanda.

A diferencia de los besos anteriores, este era un poco más intenso, cargado de esas intenciones de venganza, no una venganza mala, en lo absoluto. Era solo el orgullo de la castaña dominandome una vez más, como siempre lo hacía.

Y yo, no dejaba de caer con la más mínima cosa que hacía. La lentitud con la que movía sus labios, y las suaves caricias que daba en mi cintura. Todo. Absolutamente todo era suficiente para hacerme suspirar con cada tacto.

La cereza del pastel llegó al final del beso, justo antes de poder separarnos por completo. Sus perfectos y blancos dientes atraparon mi labio inferior, mordiendolo con delicadeza. Lo cual me hizo suspirar nuevamente, y además, hacerme enrojecer en cuestión de segundos.

-M-Millie..- Susurré una vez que soltó mi labio.

-Aún sé besar muy bien, ¿no crees?- Me sonrojé aún más, si es que eso era posible.

-Tú..- Balbuceé. Toqué mi labio con mi dedo índice.

-¿Lo hice muy fuerte?- Negué entre los nervios y el shock.

-No es la primera vez que lo haces..- Susurré inconscientemente. Levantó una ceja, a lo que reí aún más nerviosa. -Me refería al pasado, ya sabes, antes de todo y así...- Me miró en silencio por unos segundos. -Mejor iré a pedir la cena-

-¿Por qué te da pena hablar de esto? Me parece bien que lo hablemos, ¿no crees?- Me quedé estática en mi lugar.

-Yo.. bueno, no lo sé, siento que es muy pronto para hablar de esto.- Carraspeé.

-Quizá estamos yendo muy rápido.- Susurró. -Fue la tensión del momento, perdón si estoy haciendo las cosas muy apresuradas.

-No, no, está bien así como vamos, o bueno a mí me gusta el ritmo que llevamos... Solo que me da pena esto, siempre ha sido así..- Murmuré, aún sintiendo mis mejillas arder.

-¿No has estado con nadie después del accidente?- Preguntó un tanto apenada.

-No formalmente... Pero hay una chica con la que.. bueno, han pasado cosas.- La miré. -Todo superficial.

-¿Y aún así te apena hablar de esto?- Preguntó de nuevo con una sonrisa. -Según mis recuerdos, eras muy atrevida en este aspecto.

-Hay cosas que cambian.- Suspiré. Tenía razón, antes solía ser más atrevida. Actualmente no había comparación.

-Estamos en las mismas entonces.- Sonrió levantándose de la cama. -Tomé la decisión de quedarme hoy, no porque me hayas convencido, si no porque quiero.- Reí por lo bajo. Orgullo Brown, sin más. -Iré a pedir la cena en lo que se te baja el color tomate.- Rió saliendo de la habitación. Arrugué mi nariz sonrojandome de nuevo.

-Tonta..- Susurré.

Miré a la mesa de mi lado, donde se encontraba mi celular. Tomé éste con cuidado y lo encendí. Casi me quedo ciega con el brillo que tenía, parpadeé un par de veces hasta acostumbrarme. Fue ahí cuando leí la barra de notificaciones.

"Caleb S.: ¿Podemos hablar cuando llegues?"

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Hey!

¿Qué les parece?:)

Están castigados por no leer el one-shot catradora🔫🔫
No habrá maratón hasta nuevo aviso ahre

Tampoco recomendaciones por falta de inspiración ekisde

Estén pendientes, se vienen historias cool en las próximas semanas jiji<3

Cuídense!

Sillie es real!
Y!

Sin más que decir: CHAO BYE!

By:Muffinisaurus_Rex8

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