Capítulo 21.
21/08/2020
Las clases los viernes siempre eran las más pesadas. Parecían eternas. Aunque los viernes solían ser de mis días favoritos, era el día donde comenzaba el fin de semana, podía desvelarme sin preocupaciones y al día siguente sería sábado.
Pero a pesar de disfrutar mucho los viernes, este en específico me había dejado completamente cansada. Sentía mi cuerpo muy pesado. Estaba segura que todo era culpa de no haber dormido en más de una semana. Y sabía que todo era consecuencia de no tomar mis pastillas, pero no iba a aceptarlo públicamente.
Con más pereza que ganas de vivir entré a casa. Como era de esperarse, no estaban mis padres, por lo que deduje que mis hermanos tampoco.
No me sorprendía quedarme sola a este punto de mi vida. Mi padre trabajaba hasta tarde, mamá trabaja en el mismo lugar con él aunque menos días a la semana. Llegan juntos pero es muy tarde para vernos. Si tengo suerte puedo verlos por la mañana.
Con Spencer ni siquiera consideraría que vive aquí, generalmente duerme en el departamento de su novia, pocas veces puedo verlo rondar por aquí.
Mitchell siempre sale por las tardes junto con Jacey. Van al parque, al centro comercial y salen a divertirse todos los días. Llegan a horarios variados, así que mayormente puedo verlos, pocas veces son las que no llego a convivir con ellos.
Con Caleb no hay mucho que decir. Él estaba conmigo y Millie cuando ocurrió el accidente. Tiene mucho rencor hacia mí, y no lo culpo, le arruiné la vida y prácticamente todo su futuro.
Era un buen jugador de Fútbol, hasta que sus piernas quedaron prensadas en el auto.
Tenía la posibilidad de volver a caminar, pero tendría que asistir a fisioterapias que nuestra economía no podía pagar. Además de que todo llevaría mucho tiempo, y él no estaba dispuesto a realizar absolutamente nada. Lo único que hacía todos los días era bajar por la rampa, llevarse comida, subir y encerrarse. Pero si me encontraba en el camino, no dejaba de recordarme el hecho de que hice mierda su existencia.
Era completamente consciente de ello, aunque muchos dijeran que no era mi culpa, siempre pensaré que lo es.
Resoplé. Dejé mi mochila en el sofá y fui directo a la cocina para buscar algo de beber. Sobé mi frente abriendo la nevera.
"Sadie.."
Escuché un susurro en cuanto cerré la nevera. Miré a mi alrededor frunciendo el ceño, no había escuchado la puerta abrirse, así que nadie entró. La voz sonaba muy aguda para ser la de Caleb.
Tomé una botella de agua intentando restarle importancia. Caminé nuevamente a la sala y me senté en el sofá junto a mi mochila. Volví a mirar a mi alrededor, pero no lograba ver a nadie.
"Sadie... Mira lo que hiciste."
De nuevo un susurro. En este punto comencé a asustarme, subí mis piernas al sofá y las abracé, como si eso evitase que un fantasma me mate del susto. Cerré los ojos rezando un padrenuestro en mi mente, y no era irónicamente.
"Mírame, mira lo que hiciste."
Sentí una fría brisa viniendo de mi lado izquierdo. Negué con la cabeza al percibir ese olor de nuevo. El humo inundando mis fosas nasales, el silencio rotundo que se generó.
"Abre los ojos, Sadie..."
Apreté aún más los ojos. No quería verlo de nuevo, no estaba dispuesta a hacerlo.
"Recuerda todo lo que ocasionaste."
Me aferré aún más a mis piernas. ¿Cuándo acabaría todo esto?, ¿cuándo tendría paz de una vez por todas? Estaba harta de repetir esto por tantas veces, por tantos días. Quería que todo acabara, solo quería una vida normal de nuevo.
-Déjame en paz...- Susurré.
"Observa..."
La voz disminuyó. Abrí los ojos lentamente.
Y fue el peor error que pude cometer. Sus cuerpos estaban ahí, exactamente como los recordaba. Estaba en el auto de nuevo.
Tenía que ser un sueño, eso debía ser, nada era real o eso quería creer.
"Recuerda, Sadie... Recuerda."
¿Qué tenía que recordar? Sabía todo a la perfección. Estaba petrificada en el asiento, ni siquiera podía apartar la mirada de ellos. Me esforcé intentando decifrar lo que tenía que recordar.
-¿A qué quieres llegar con todo esto?- Suspiré mirando al frente.
-Solo sé sincera conmigo.
-Ya te lo dije, no soy una mentirosa.- Rió sarcástica. Gruñí por lo bajo aún mirando el camino.
-Todas las personas mienten, no eres un pan de Dios.- Se acomodó en el asiento.
-¿Pueden discutir luego? Esto es incómodo.- Se quejó Caleb en el asiento junto a mí.
-¿Puedes decirle a tu hermana que deje de fingir? Se lo agradecería mucho.- Fruncí el ceño al escucharla.
-Basta Millie, ya te lo dije mil veces, no te engañé con nadie y Lilia solo está jugando contigo. Deja de desconfiar en mí.
-¿Y cómo quieres que confíe en ti si siempre que te veo estás ebria?- La miré por el espejo retrovisor. -Estoy harta de tus escándalos.
-Y yo de los tuyos.- Me miró.
-Dedícate a llevarme a casa, y luego de eso, no te atrevas a hablarme de nuevo.- Dijo seria y firme. Apreté la mandíbula y volví a ver el camino.
-Si así lo quieres, así será.- Murmuré aumentando la velocidad. Quería llevarla lo más rápido posible, así no tendría que llorar frente a ella.
-Espero que lo cumplas.- Murmuró.
-Yo cumplo lo que me propongo, Brown.
-No has dejado de beber.- La miré de reojo. -Bebiste antes de venir, apestas a alcohol.- Pasé saliva.
-No es de tu incumbencia, ya terminaste conmigo.- Rodó los ojos.
-Y eso no significa que no me importe tu estúpida salud.- Apartó la mirada. Hice una mueca.
-Eres una hipócrita.- Dije inconcientemente.
-Me recuerda a ti.- Respondió a la defensiva.
Comenzamos una discusión de nuevo, solo que esta vez, estábamos llenas de rencor y dolor. Nos lastimabamos sin querer, teníamos un par de meses haciendo lo mismo.
Nuestra relación ya no estaba funcionando como al principio. Todo iba en picada y no sabía cómo arreglarlo. Ella también se esforzaba como yo, pero quizá... Ya no teníamos solución.
-Sadie, conduce más despacio...- Murmuró mi hermano. Hice caso omiso, solo iba un poco más rápido de lo que debería. Era controlable.
-Sink, vas muy rápido.- Escuché su voz justo atrás de mí.
Bajo mi estupidez, giré el rostro por inercia para verla, perdiendo de vista el camino.
-¡Sadie una curva!.
Para cuando logré mirar, era demasiado tarde, el auto derrapó saliéndose de la carretera.
Los siguentes segundos perdí la consciencia, todo estaba muy oscuro.
Sentí un ligero golpe en la rodilla. Parpadeé un par de veces, volviendo a la realidad (o al menos eso esperaba).
Miré a la persona que yacía frente a mí. Con el semblante relajado, inexpresivo y una mirada fija.
-Caleb...- No dijo ni una sola palabra.
Tomó mi mano estirándola, y con su otra mano colocó un botecito en mi palma. Cerró mi mano y volvió a irse.
Sertralina. Era uno de mis medicamentos, un antidepresivo.
-Gracias..- Susurré.
Pero fue en vano, él ya no estaba ahí.
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Hey!
Empezamos con la parte importante del fic lol
¿Qué les parece?:)
Otro de mis capítulos favoritos jiji
Ya no sé qué recomendaciones hacerles, así que hoy les dejo ese trabajo a ustedes:D
Dejen sus recomendaciones aquí.
Sillie es real!
Y!
Sin más que decir: CHAO BYE!
by: Muffinisaurus_Rex8
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