Capítulo 19.
Después de muchas horas de espera, las clases de hoy finalmente terminaron. Y mi plan era ir directamente a casa de Sophia. Jake su hermano, me había mandado mensajes diciéndome que mi calva favorita estaba muribunda, lo que se traducía a que tenía fiebre.
Saqué mi celular de mi bolsillo y abrí el chat con mi mamá, le avisé que iría a casa de Sophia. Respondió con un simple emoji de sonrisa, el cual tomé como un "Cuídate mucho, te amo".
Suspiré siguiendo mi camino, ya no estaba tan lejos puesto a que la castaña vivía muy cerca de la escuela. Lo cual era un arma de doble filo a mi parecer.
Llegué justamente a la casa y sonreí. El hecho de que Jake tuviera que avisarme me parecía sospechoso, siempre era Sophia misma la que me avisaba, sin importar que era lo que le pasaba. Cuando se fracturó la mano con la que escribe, me mandó audios y escribía con un solo dedo, duraba mucho pero lo hacía ella.
Me acerqué a la puerta y toqué el timbre. Acomodé mi mochila y esperé por unos minutos.
La puerta se abrió dejando ver al hermano de Sophia, el cual sonreía como siempre.
-Hola Jake.- Sonreí, él se hizo a un lado dejándome pasar.
-Hey Sadie.- Rió cerrando la puerta apenas entrar.
-¿Dónde está la moribunda?- Rió de nuevo.
-En su habitación, mamá le dió un medicamento para que pudiera dormir, pero sabes cómo se aferra.- Rodé los ojos con una sonrisa. Era bastante necia con los medicamentos.
-No te preocupes, haré que duerma en poco tiempo.- Asintió.
-El medicamento la dejó un poco ida, parece drogada.
-Tranquilo, tengo experiencia con gente drogada.- Sonreí ligeramente.
-Perfecto entonces. Si necesitas algo solo gritame y subiré enseguida.- Asentí caminando hacia el pasillo donde estaba la habitación de mi calva.
-Intentaré no molestarte mucho.- Me introduje en el dichoso pasillo y observé la puerta de su habitación. -La lesbiana suprema duerme aquí.- Susurré leyendo el tapizado de groserías que había tallado a lo largo de los años. -Nunca cambia..- Sonreí entrando al lugar.
Una pequeña carcajada salió de mis labios al verla. Estaba envuelta en cobijas y tenía en la cabeza lo que parecía ser un paño húmedo. Me veía intentando decifrar quién era. Sí, estaba muy drogada.
-Ya estoy aquí, cariño.- Susurré caminando hacia ella.
-¿Dios?- Me miró con los ojos entrecerrados.
-La prima hermana de Dios.- Sonreí.
-¿Scarlett Johansson?- Negué.
-Tu mejor amiga del alma.- Me senté a su lado.
-Chiara volviste.- Chilló con una sonrisa. Golpeé ligeramente su frente.
-Soy Sadie, pedazo de idiota.- Abrió un poco más los ojos y sonrió ampliamente. -Y Chiara es mi amiga, no tuya.
-Comparte, señora egoísta.
-No.- Hizo un puchero. -¿Qué hiciste para que te diera fiebre?- se encogió en hombros.
-Amanecí así.- Miró al fondo de la habitación. Seguí su mirada.
Fruncí ligeramente el ceño al ver ropa tirada de en suelo, con el detalle de que estaba empapada.
-Ayer no llovió...- Murmuré volviendo a verla.
-Jake quería jugar a la guerra de agua.- Susurró. Sonreí y acomodé un mechón de su cabello.
-¿Jugaste con él? Me sorprende de alguien que odia los juegos.- Rió por lo bajo.
-Quiero disfrutar a mi hermano antes de que se vaya...- Me miró.
-Te visitará.
-No será igual, Sadie.- Suspiré.
Los padres de Sophia estaban en proceso de divorcio, así que Jake había decidido irse con su padre en cuanto todo concluyera. Lo que significaba que se mudaría a otra ciudad.
-Existen las videollamadas.- Hizo una mueca.
-Sigue sin ser igual...- Suspiró. -Solo estoy intentando estar el mayor tiempo con mi hermanito lindo.- Sonrió como idiota.
-Se nota que la medicina te afectó.- Susurré. Usualmente ella no me contaría las cosas de esta manera, no es muy de expresar su dolor.
-No puedo dormir ni siquiera con medicamento.- rió. Me recosté a su lado mirándola.
-Bienvenida a mi mundo.- Susurré. Sonrió de lado mirándome.
-¿Cómo haces para ser tan fuerte?- Tragó saliva. -Enséñame a ser como tú.- Giró su cuerpo para verme mejor.
-No tienes que ser como yo para ser fuerte.- Murmuré. -Además, ni siquiera soy lo suficientemente buena en esto.
-No es fácil que te derrumben.- Susurró. -Y yo... Yo caigo con lo más mínimo.- Susurró con un hilo de voz. Coloqué mi mano en su mejilla.
-Has soportado más cosas que yo.- Sonreí.
-No mientas.- Cerró los ojos. Sentí que mi corazón se encogió en cuanto vi caer una lágrima de sus ojos.
Nunca me gustó verla llorar. Era como una hermana para mí, y no soportaba la idea de verla sufrir. Mucho menos me gustaba saber que yo no podía hacer nada al respecto.
-No estoy mintiendo.- Susurré limpiando su mejilla con mi dedo pulgar.
-Quisiera tener la valentía que tienes tú.- Sollozó acercándose un poco más a mí. La abracé con cuidado.
Siempre era ella quien me cuidaba cuando no podía dormir. Era mi turno de devolverle el favor.
-Cariño, no te compares.- Susurré. -Eres increíblemente valiente.- Acaricié su cabello. -Eres la primera en saltar cuando alguien me molesta. Siempre serás tú la más fuerte de ambas.- Sonreí ligeramente.
Se quedó en silencio por un momento. Relajándose poco a poco.
Cuando creí que ya estaba dormida, habló de nuevo, sorprendiéndome completamente.
-Ahors entiendo porque Millie se enamoró de ti.- Susurró. -Es imposible no caer en tus brazos.- La miré por unos segundos.
-¿A qué te refieres?- Susurré. Pero ya era tarde, se había quedado dormida.
Quizá estaba malinterpretando sus palabras, pero me daba a entender que ella estaba enamorada de mí.
Esperaba con toda mi alma que fuera una malinterpretación.
[...]
-¿Te sientes mejor?- Murmuré dándole una taza de té.
-Sí, dormir me ayudó mucho.- Sonrió agarrando la taza con cuidado.
-Me alegra saberlo.- Suspiré sentándome a su lado de nuevo. No había dejado de pensar en lo que dijo, y me sentía una exagerada por pensarlo de más.
-¿Tú estás bien? Tienes el ojo morado.- Bebió un poco del té.
-Estoy bien, casi no se siente.- En realidad palpitaba. -Fue Finn, de nuevo, así que ya estoy acostumbrada.- Frunció el ceño.
-En cuanto vea a ese inútil le voy a romper la nariz.
-Lo sancionaron, no puede asistir a la escuela en una semana...- Se quejó por lo bajo.
-Hasta suerte tiene.- Asentí mirándola. Aún tenía la duda, pero si preguntaba no iba a decirme. -¿Por qué me ves así?- Levantó una ceja.
-¿Realmente te gustaba Sofia?- la pregunta la tomó por sorpresa, ya que empezó a ahogarse con el té.
Tosió un par de veces y dejó el té en el mesón de su lado.
-Sí, ¿por qué?.
-Porque hay cosas que no me cuadran.- Murmuré.
-No soy hetero, si eso crees.- Negué.
-Serás de todo menos hetero.- Rió. Pero por mi semblante dejó de hacerlo de inmediato.
-¿Qué estás insinuando?.
-¿De casualidad no te gusto yo?.
Se quedó en silencio por unos segundos. Me estaba dando una respuesta clara.
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Hey!
¿Qué les parece?:D
No les va a durar mucho la duda, por ahora.
4/5
By: Muffinisaurus_Rex8
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