Capítulo 14.
15/08/2020
¿Quién soy?.
Había estado pensando mucho en todo lo que Sadie me decía, y ella tenía razón en muchas cosas. Por ejemplo, me había estado esforzando mucho por saber quién era yo en el pasado, pero eso hizo que dejara de saber quién era yo en el presente.
Pero quizá, necesitaba un poco más del pasado para saber del presente.
Y si, necesitaba la ayuda de Sadie para ciertas cosas por recordar. Pero también podía buscar respuestas por mi propia cuenta.
Había pasado más de un año después del accidente, durante ese tiempo no había movido absolutamente nada de la habitación, ya que creía que podía ayudarme a recordar. Aunque no, no funcionó en lo absoluto.
Así que hoy era el día de buscar recuerdos dentro de este lugar.
Empecé por algo que ya había visto antes, cosa que realmente no me enorgullecía en lo absoluto. Suspiré abriendo la puerta del armario, retiré un par de cosas y logré divisar la dichosa caja que aseguro que me causó muchos problemas.
Tomé la caja con cuidado y me senté en el suelo, abriéndola con tranquilidad. Dentro había solo un par de inyecciones y sobres de lo que parecía ser heroína.
Tomé la inyección ya cargada de heroína. La observé por unos segundos atentamente, no quería exagerar ya que era la primera vez que lo hacía.
-Tal vez así me sienta mejor.- Susurré, claramente para mí misma, ya que estaba sola en mi habitación.
-Sentirse mejor...- Susurré recordando. -¿Por qué necesitaba sentirme mejor?- Fruncí levemente el ceño y tomé una inyección.
Tenían tanta razón, Jacob y Joseph estaban en lo cierto. Me sentía tan increíblemente bien, a pesar de ver un alrededor confuso, y también confundida. Pero no había nada malo en mí, estaba disfrutando cada maldito segundo.
La cara me ardía y sentía un poco de comezón en ella. También sentía mis piernas pesadas por lo que omití intentar levantarme.
Todo era raro, pero me hacía sentir tan...
Tan bien.
Observé la aguja. ¿Cómo era capaz de hacerlo sin desmayarme?. La dejé en la caja de nuevo, me estaba mareando de tan solo verla. Recordaba un par de síntomas, la resequedad en los labios y el cuerpo pesado. Decía que se sentía genial, pero actualmente yo entraría en pánico si me sintiera así.
Quizá eso significa que soy diferente a mi yo del pasado.
Observé de nuevo la caja e hice una mueca. Probablemente mis órganos deben ser una mierda por consumir esa cosa. Y estoy segura que no solo me causó problemas físicos.
-¿Millie?- Miré hacia ventana. Instintivamente escondí la inyección atrás de mí, estaba vacía pero el olor seguía ahí.
-Sadie...- Me miró determinada, ya lo sabía y no servía de nada ocultarlo.
-Ni siquiera pudiste evitarlo hoy..- Susurró. Hice una mueca, a lo que ella rió sarcástica. -Claro que no pudiste, pero aún no quieres aceptar tu maldita adicción.
-No es una adicción, es solo de vez en cuando.- Volvió a reír de la misma manera.
-Todos los días lo haces, ni siquiera pasas tiempo conmigo ya, te la vives encerrada aquí drogándote como un tipo sin futuro de la calle.- Me quedé en silencio un momento. -Cuando aceptes que tienes un maldito problema con esa mierda, hablaremos.- Y salió por el mismo lugar donde entró.
Tragué saliva duramente y cerré la caja con cuidado. Debía deshacerme de todo antes de tener algún tipo de recaída. No iba a permitir que una cosa así sucediera, no quería alejar a los pocos amigos que tenía.
Tomé la caja y me levanté rápidamente, estaba decidida. Antes de poder salir de mi habitación, escuché un ruido cerca de la ventana. Fruncí levemente el ceño y caminé despacio hasta ahí.
Dejé la caja en la cama y me miré hacia afuera para saber de qué se trataba. Y en cuanto me asomé, una sonrisa se formó en mis labios.
-Sadie, ¿qué haces?- Reí mirando hacia abajo, la pelirroja intentaba escalar.
-He perdido práctica.- Rió subiendo con sumo cuidado.
-Vuelvo a preguntar, ¿qué haces?- Siguió escalando.
-Vine por ti.- Respondió después de llegar finalmente a la ventana.
-¿Por mí? ¿Para qué?.
-Recuperar tus recuerdos.- Sonrió ampliamente y metió un pie a la habitación. Me acerqué a ella para ayudarla. -¿Qué haces?.
-Te ayudo, te vas a caer.- Reí.
-Pero no me ayudes así- Intenté sostenerla de donde pude. -¡Oye esa mano!- La solté rápidamente, por lo cual cayó como saco de papas al suelo. Me sonrojé levemente mirándola.
-Perdón.- Rió levantándose del suelo. -En serio perdón, no me fijé...- Sacudió su pantalón con una sonrisa.
-Si querías tocar mi trasero solo debiste decirlo.
-¡Fue un accidente!- Rió negando con la cabeza.
-Ya lo sé, tranquila.- Miró la habitación con una sonrisa. -Extrañaba este...- Miró la cama y su sonrisa se borró lentamente. -Lugar.
Miré al mismo lugar y entendí, la caja estaba ahí aún.
-Iba a tirarla.- La miré de nuevo.
-¿Puedo tirarla yo? Siempre quise hacerlo.- Asentí levemente y sonreí.
-Pero déjame ser testigo.- Me miró.
-Claramente, vamos a destruir esa mierda.- Sonreímos a la par. -Bueno, vámonos que tengo que llevarte a un lugar maravilloso.
-¿A dónde iremos?.
-Las sorpresas no se revelan o dejan de ser sorpresas.- Fue hacia la cama y tomó la caja. -Vamos, te espero abajo.- Tomé su mano antes de que fuese a la ventana. -¿Uh?
-Mis padres no están, ni mis hermanos.- Levantó una ceja. -Podemos salir por la puerta principal, así no te caes en la ventana.
-Bien, pero vamos rápido antes de que lleguen.- Asentí y agarré una sudadera cualquiera.
La llevé de la mano, casi arrastrándola por la casa. Veía atentamente cada pared, cada florero y cualquier cosa que se encontrara en el camino.
-Siguen teniendo gustos raros.- Reí bajando por las escaleras. Solté su mano por unos segundos y tomé mis llaves de la mesa en la sala.
-La decoración no es nuestro fuerte.
-Ya lo sé, tienen un alien en un cuadro, y ni siquiera está bien hecho.- Volví a reír y caminé hasta la puerta.
-Tiene nombre.
-¿Ah si? ¿Cómo se llama?- Preguntó riendo. Abrí la puerta tranquilamente.
-Mis padres quieren que dejemos de vernos.- Murmuré recargandome en el marco de la puerta. Sus ojos azules ya no brillaban tanto como esta mañana.
-¿Debería importarnos lo que piensen?- Nada podía tenerla, ni siquiera mis padres.
-Sadie...- Susurré con una sonrisa. Era imposible no sonreír con ella.
-Sadie...
-¿Le pusieron mi nombre a un Alien? ¿Debo tomarlo como un insulto o...?- La miré.
-Ah, no no- Reí nerviosa. -Estaba... Recordando algo.- Sonreí levemente. -El Alien se llama Pedro.- Rió.
-Que nombre tan original.- Sonrió. -¿Recordaste algo importante?
-Tus padres pueden irse directo a la- La interrumpí dándole un golpecito en el hombro. -Perdón.- Suspiré negando con la cabeza.
-Mis padres no me obligarán a separarme de ti.- Su sonrisa creció.
-Me encanta cuando te pones así de imponente.- Aparté la vista levemente sonrojada.
-Basta, se supone que estamos hablando en serio.
-Esto es muy en serio.- Se acercó un poco a mí y besó mi mejilla. -Vamos a mostrarles a tus padres que no nos importa absolutamente nada de lo que digan.
-Intentaré seguirte el paso.
-No sé si es muy importante, pero es interesante.- Sobé mi mejilla inconscientemente.
-Bueno, ¿te hace falta algo?- Negué levemente. -Vamonos entonces.- Salió de la casa con una sonrisa.
La miré un tanto confundida. Intenté no mostrar tanta importancia, al menos por ahora, ya habría tiempo para más preguntas. Así que me dediqué a cerrar la casa y seguir a la pelirroja.
¿A dónde me llevaría?
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Hey!
Las actualizaciones nocturnas son mi pasión.
¿Qué creen que pase con estas dos?
¿La caja será destruida con satisfacción? Yo la patearia.
Genteeeeee, voy a abrir la playlist Sillie/Elmax de Spotify, para que agreguen las canciones que quieran:D
Estará abierta 24 horas, así que tienen hasta mañana para llenar esa playlist a como se les antoje.
(No quiten canciones o la cierro)
Pasaré el link de nuevo, lo van a encontrar en el tablero de mi perfil:D
R e c o m e n d a c i o n e s u w u
-No se droguen
-Vean la trilogía de Fear Street o lloro
-Kiana Madeira mi mujer
-Tomen awita
Sillie es real!
Y!
Sin más que decir: CHAO BYE!
By: Muffinisaurus_Rex8
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