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Cuando la familia creció.

Seokjin y Namjoon no podían estar más felices con sus pequeños hijos. 

Con la llegada de Dakho todos habían estado muy felices pero a pesar de eso las gemelas sentían celos algunos días cuando Seokjin no podía ocuparse demasiado de ellas por cuidar a su hijo menor. 

El niño tenía exactamente los mismos ojos de su padre alfa, cabello negro, se podía notar que tendría los rizos del alfa. Ambos habían quedado maravillados con su pequeño hijo, en especial Namjoon, cuando vio que los ojos de éste eran iguales a los de Seokjin. 

Esos ojos que lo habían enamorado y que aún lo volvían completamente loco.

Desde que el pequeño nació, su olor delataba que iba a ser un alfa y bueno, no solo su olor, cuando iba a cumplir los tres meses de nacido era muy grande para un niño de esa edad. Obviamente el que fuera alfa era una simple intuición y algo que pensaban todos dejándose guiar solo por el aroma y el tamaño del niño, no iban a estar muy seguros de eso hasta que éste presentara su primer celo en el futuro. 

Cuando Seokjin regresó a casa luego de pasar dos días en el hospital con su recién nacido, las gemelas no podrían haberse sentido más felices y emocionadas en toda su vida, ese día solo querían estar al lado del omega y su pequeño hermano, pero con el paso de los días, Seokjin debía estar más pendiente del bebé y eso a ambas les molestó y empezaron a hacer rabietas y a llorar por cualquier cosa. Namjoon tuvo que tener una charla seria de padre e hijas y la pareja de casados estuvo muy feliz de que ambas hubiesen entendido y trataran de cambiar ciertas actitudes.

Para el sexto mes de nacido de Dakho, éste ya era más grande y había aprendido a gatear, así que todos los días se veía a las gemelas correr detrás de él cuidando que no se hiciera daño o saliera de la casa.

—Entonces, ¿Dakie es un bebé alfa? —preguntó Hyori mientras veían como Seokjin llevaba a su hermano a la cuna. 

—Es lo más seguro, preciosa. —respondió el alfa— Su olor y tamaño indican que si lo es pero, en el futuro cuando sea adolescente, eso puede cambiar.

—¿Puede cambiar en nosotras también? —ésta vez Suni fue quien habló.

—Así es.

—Pero yo quiero seguir siendo beta. —dijo frunciendo el ceño.

—Ser alfa es más genial. —dijo Hyori con una sonrisa. 

—¡No es cierto! ¡Cállate tonta! 

—¿Por qué llamas a tu hermana así? —preguntó Seokjin regresando donde estaban los tres.

—Dijo que ser alfa es más genial, eso no es verdad mamá.

—Cada quien opina diferente y eso está bien. —habló Namjoon tomando a la pequeña beta para sentarla en su regazo— Pero que tu hermana opine diferente no quiere decir que puedas gritarle y llamarla tonta.

—Perdón, Hyo. —ambas se sonrieron dejando atrás todo lo anterior.

—Tu hermana me envío una foto de Chung-hee. —dijo Seokjin— Está enorme.

El omega sacó su teléfono para enseñar la foto del hijo de Hyejin, el cual era mayor a las gemelas solo por unos meses. 

—Wow, está enorme. —Namjoon miró la foto sorprendido— Y cada día se parece más a Hyejin.

—Quiero ver a mi primo, extraño jugar con él. —Hyori habló observando la foto con mucha atención.

—Se cree el mejor en todo lo que hace, no me agrada mucho nuestro primo. —replicó Suni.

Desde el día en que se conocieron la que mejor se llevó con él fue Hyori. Suni jugaba con él pero desde que cumplió los dos años había empezado a mostrarse un poco fastidiada con la presencia de su primo y más desde que en aquella fiesta lo vio robarse uno de sus dulces.

—Bien, es hora de dormir niñas. —habló Seokjin riendo ante el comentario de su pequeña hija— Vayan a su habitación.

—¡No es justo! —gritaron ambas— A Dakho lo llevaste hasta su cuarto. —señaló Hyori.

—Es un bebé. —respondió Namjoon.

—Queremos que nos lleven. —dijo Suni frunciendo el ceño. 

—Por favor. —agregó la otra.

Namjoon y Seokjin se sonrieron antes de tomar cada uno a una niña para llevarlas a su habitación. 

Las acostaron y les desearon las buenas noches, a Hyori dándole todos los besos y abrazos que a Suni no le gustaban, y se dirigieron a su habitación. Estaban exhaustos, aún no se encontraban muy acostumbrados a ser padres a pesar de que ya llevaban tres años en eso.

—Estoy a punto de morir del sueño. —dijo Seokjin entrando a la habitación— Ser padre es agotador.

Namjoon le sonrió desde la cama y palmeó un lado de ésta para que su omega se acostara con él.

—A veces, extraño tener la casa sola para nosotros y el silencio que había todos los días. —habló rodeando la cintura del menor y hundiendo su cara en el cuello de éste para aspirar su olor— Mm a pesar de que tomas esas cosas para evitar embarazos tu olor aún está presente, amo eso.

—Que grosero eres con lo primero que dijiste. —respondió Seokjin— Y amo que ames mi olor.

—Amo todo de ti. —le dio un pequeño beso en la mejilla haciéndolo sonrojar— Y no me malinterpretes, amo a nuestros pequeños monstruos, pero a veces extraño la tranquilidad.

Seokjin sonrió ante el apodo que su alfa le decía a sus hijos. La primera vez que los llamó así se le hizo algo muy tierno y aún lo encuentra así y por eso nunca puede evitar sonreír y que su omega interior se revuelque feliz al escucharlo decirles así.

—Te amo, alfa. 

—Yo te amo más. —respondió. — A ti y a nuestros hijos, haría cualquier cosa por ustedes.

—Lo sé, cariño.

—Amo que me digas cariño. —le besó la coronilla. 

—Lo sé. —sintió a Namjoon sonreír— Buenas noches, cariño.

—Buenas noches, amor. —respondió— Te amo.

Ambos durmieron abrazados y con una sonrisa en sus rostros, pensando en qué les esperaría el día siguiente con sus hijos.

Amaban su familia y no podían estar más felices por eso.

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