🍂08🍂
Felix terminó de tararear la canción de cuna que había aprendido la noche anterior mientras ignoraba olímpicamente las miradas de sus compañeros de trabajo en su camino fuera de la cafetería de la empresa.
Eran como pequeñas agujitas en la espalda cargadas de veneno, que sumado a sus comentarios "disimulados" se convertían en el combo perfecto para hacer sangrar la moral.
Sabía de sobra que el rumor de que estaba esperando un cachorro se había esparcido como pólvora y no muchas personas veían con buenos ojos que un Omega sin marca y un Alfa aparente tenga un bebé.
Lee Félix se pasaba sus comentarios por donde no le da el sol, la única persona cuya opinión le importaba, por muy sorprendente que sonase, era la de su jefe y este le había dicho sin rodeos que a pesar de estar encinta, el empleo seguiría siendo suyo siempre y cuando lo quisiera.
Él tenía que preocuparse por comprar una cuna y pañales, no por las miradas desdeñosas de seres de mentes cuadradas.
Sorbió con fuerza la leche saborizada de la pequeña botella de plástico. Su jefe le había creado un nuevo antojo con dicha bebida cuando lo envió hace unas horas a comprar unas "en secreto" para él y a felix se le habían antojado unos minutos después como si fueran la última Coca-Cola del desierto. Había aprovechado su descanso para comprar unas y de paso, regalarle una al mocoso de su jefe en agradecimiento por haberle permitido conservar el trabajo.
Sus ojos captaron el rostro serio de uno de sus compañeros de oficina, casi pálido y se acercó a él con cejas fruncidas, la pequeña bolsa con bebidas balanceándose en su mano y cuando llegó, la mirada de las únicas personas que no consideraba "víboras" de la empresa se posaron en él.
-¿Qué pasó?-Preguntó y el cuerpo de Mingyu tembló frente a él.-¿Qué le sucede? ¿Por qué estás así, Gyu?-Él Alfa lo miró con ojos brillosos, más fue WhaSa quien respondió por él.
-Está escribiendo su carta de renuncia y de paso un testamento.-Ella le contó, luciendo estresada.-¿La razón? El señor Kim le sonrió en la mañana.-Todos se estremecieron ante la mención de dicho suceso. felix pasó las manos por sus brazos, sintiendo los vellos de su cuerpo erizarse.
-Eso siempre es de mal augurio.-Eunwoo se sumó a la conversación, su voz bajando unos tonos cuando añadió.-Recuerdan al contador Kang, ¿verdad? Unas horas antes de que resbalara por las escaleras el señor Kim lo había felicitado por su trabajo. Unos minutos después...¡POOM!-Excalmó y todos dieron un pequeño salto en el lugar.-El hombre estaba en hospital con varias costillas rotas.-Un lloriqueo de Mingyu se escuchó por las palabras ajenas.
-¿Y que me dicen de la señora Choi?-Esta vez fue el turno de Jieun de añadir, sus ojos fijos en la expresión de sus compañeros de trabajo mientras relataba.-Fue unos días antes de las vacaciones de invierno. La escuché reír junto al señor Kim en su oficina, al día siguente no apareció en la oficina. Ni al otro día, ni al que le siguió a ese. Nunca se supo más de ella.-Un sonido en seco se escuchó y los ojos de los presentes fueron a un Mingyu desmayado sobre el escritorio.
-Ven lo que hacen.-Whasa les gruñó, levantando la frente del Alfa para observar el daño. Arrugó sus cejas, ese golpe dejaría un buen chichón.-Dejen de actuar como masoquistas que necesitan que su jefe los trate como la mierda para sentirse tranquilos.-Les reprochó.-La señora Choi no vino más a la empresa porque se retiró y no porque se hubiera reído con Namjoon-ssi.-Les contó.
-Y el contador Kang resbaló en las escaleras por ignorar la señal que indicaba que las acababan de limpiar.-felix añadió, sorbiendo su bebida y Hwasa agradeció al cielo con las manos en alto que uno de sus compañeros actuara de forma sensata.-Igual si es de mal augurio ver una faceta "agradable" del jefe. Ayer fue comprensivo conmigo y cuando llegué a la casa en la tarde, se rompió la calefacción-felix añadió y sonidos de sorpresa se escucharon. Hwasa rodó los ojos.
-La calefacción se rompió porque le das golpes con una escoba cada vez que no funciona y ya la pobre no pudo más de tanto maltrato por tu parte.-Lo contradijo y felix jadeó ofendido.-A lo mejor, el jefe tuvo una buena noche y ya. Le dieron sexo al hombre y está feliz. Fin de la historia-Explicó con simplicidad.
-No lo sé. Es raro.-Eunwoo añadió, apoyando una mano sobre el escritorio.-Nunca ha llegado al trabajo con el aroma de nadie. Siempre lleva ese anillo en su dedo pero creo que es más para espantar a las personas y que crean que está casado.-Contó-Así que no creo que tenga pareja o lobo que le aulle. ¿O sí?-Las miradas de todos se posaron en felix, quien dejó de beber para observarlos con cejas fruncidas.
-¿Por qué me miran así?-Jieun chasqueó la lengua.
-Tú eres su secretario personal, debes saber estas cosas.-Ella respondió con simplicidad.-¿Entonces?-La Omega cuestionó más todos lo miraron expectante. Felix suspiró, mirando sus uñas sin mucho interés.
-De hecho, el señor Kim sí está casado.-Les respondió, y un "¿!Qué!? colectivo se escuchó. Felix asintió solemne.-No es que lo mencione mucho, pero trabajo para él desde hace siete años y me sobran los dedos para contar las veces que habla de su pareja en la oficina.-Sus amigos lo miraron atentos.-Casi siempre son comentarios como: "Tengo suficiente con Jin tratándome así para que tú también te sumes a la contienda" o "No soy un niño, tú y Jin deben aprender a controlarse"
-¿Su nombre es Jin? Es un nombre bonito.-Jieun murmuró con una sonrisita.
-Seguro el Omega es precioso, ¿sí me entienden?-Eunwoo añadió.-El señor Kim está buenísimo, no esperaría menos de su esposo. Quizás sea modelo o algo así.-Divagó.-Ya saben, los ricos se enrollan con los ricos.
-A lo mejor, es un Omega horrible y sin gracia con el que namjoon-ssi tuvo que comprometerse por el bien de la empresa y es por eso que nunca habla de él o lo muestra.-Whasa dijo con una risita, buscando molestar Eunwoo.
-¡Noona!-Él se quejó y ella sonrió, pellizcando su mejilla.-¿Por qué te gusta destruir mis fantasías?-felix sonrió.
-Porque quizás tus fantasías son con el Omega del señor Kim y eso podría costarte el empleo.-felix dijo divertido y Eunwoo palideció.-Bueno, me voy. Porque a diferencia de ustedes a mí, mi jefe sí me explota.-Se alejó, escuchado los quejidos de sus compañeros.
Entró al elevador, marcando el piso en el que trabajaba y gruñó cuando la espera le dio ganas de orinar. Cambió el peso de una pierna por la otra y suspiró cuando las puertas del elevador se abrieron, a sus oídos llegando varias voces discutiendo. Formó una amplia sonrisa, dando un paso fuera del elevador.
-Necesitas comprar pañales, felix. Recuerda los pañales.-Murmuró bajito, frente a él mostrándose la imagen de uno de los guardias de seguridad del piso discutiendo con alguien. Se acercó, cubriendo su nariz cuando a él llegó el aroma agrio de ambas personas.
-Hyunjin-ssi, ¿qué sucede?-Le preguntó y el aludido se sonrojó un poco antes de responderle.
-El joven aquí quiere ver al señor Kim.-Le dijo, apuntando con la cabeza al chico.-Dice ser el esposo del CEO.-Le contó y los ojos de felix se abrieron amplios, girando su cabeza para enfrentar al chico.
Era quizás unos centímetros más bajo que él, de cabello castaño y facciones finas. Sus ojos estaban adornados con un poco de maquillaje y llevaba una camisa de un suave tono celeste con un pantalón ajustado a su cuerpo, un cinto blanco ajustaba su pequeña cintura. Sus cejas estaban fruncidas en molestia al igual que sus labios delgados brillantes.
-¿Cuál es su nombre?-felix le preguntó bajito y el Omega no dudó en responder.
-Seokjin.Kim Seok-jin .-Le respondió y el nombre provocó un corto episodio de pánico en felix, quien se inclinó con rapidez, sorprendiendo al Omega castaño.
-¿Q-Qué está haciendo? Levántese, por favor.-jin murmuró nervioso y pronto Hyunjin se sumó a la reverencia.
-Discúlpeme, no tenía la menor idea. Solo estaba haciendo mi trabajo.-El Alfa de disculpó. Jin lo tomó de los hombros, levantándolo.
-Está bien, está bien. Vamos a calmarnos todos, ¿de acuerdo?-jin pidió, mirando a ambos hombres. Los dos lucían mayores que él, pero quizás no más de unos años.- Yo no soy Nam, no los voy a despedir o algo por el estilo. Solo quería verlo ya que pasé por aquí, nunca pensé en causarle problemas a ninguno.-Felix y Hyunjin suspiraron aliviados.
-Perdón, todos estamos un poco tensos hoy.-Hyunjin dijo, mostrando en una corta sonrisa.-El señor Kim llegó de buen humor a la oficina y eso es siempre de mal augurio.-Los ojos de Jin se fijaron en el Alfa, quien palideció al analizar lo que acaba de decir.
-¡Hwang Hyunjin!-Felix lo regañó, irritado y una corta carcajada de Jin se escuchó llamando la atención de ambos.
-Así que Namjoon-ah está de buen humor hoy, ¿mhm?-El Omega murmuró con una sonrisa y a felix se le hizo extraño que alguien se refiriera a su jefe de una forma tan cercana. "Nam" "Namjoon-ah" Uy, le daba escalofríos.-No tienen de qué preocuparse, no le diré nada. Yo también sé que es un poco raro ver esa faceta de Namjoon, pero en el fondo es muy dulce.-jin dijo con ojitos brillosos.
-Ya, muy pero muy en el fondo...
-¡Hyunjin!-felix lo regañó, suspirando luego.-Discúlpalo, en ocasiones no sabe medirse.-Le dijo a Jin, quien le restó importancia al asunto.-El señor Kim está en su oficina,¿quiere que le diga que está aquí?-El Omega castaño negó y felix lo vio jugar con el anillo en su dedo.
-No, no le digas. La verdad...-jin se sonrojó.-La verdad es que quería darle una sorpresa.-Confesó.-Nunca había venido antes y pasé por aquí y pensé que sería bueno verlo.-felix sonrió al ver su expresión nerviosa y sonrojada. Definitivamente Hwasa le debía una disculpa al Omega del jefe.
-Descuide, será un secreto entonces.-felix dijo, rebuscando en la bolsa para entregarle una leche sabor platanito al Omega.-Tenga, désela.-jin la tomó con una sonrisa. Era bueno saber que Namjoon mantenía ciertas costumbres.
-Le diré que se la envías.-Musitó bajito, apuntando hacia la puerta de la oficina.-Entonces yo iré con...Ahm, nos vemos luego. Gracias.-jin se alejó, con pasos rápidos, sintiendo los ojos de Hyunjin si bien recordaba y el otro Omega que no se había presentando en su espalda.
Dio un par de toques suaves en la puerta, sabía de antemano que Namjoon odiaba que lo interrumpieran mientras trabajaba y esperó paciente a que le respondieran.
-Adelante.-La voz del Alfa se escuchó baja y gruesa, demandante y las piernas de Jin temblaron. Suspiró, contando hasta tres. No era momento de dejarse llevar por sus fetiches con un Namjoon jefe que lo folla contra su escritorio.
-Hola.-Entró a la oficina y pronto tuvo un par de ojos oscuros sobre él. Apretó la bebida en su mano, avanzando hacia el interior de la oficina. Se detuvo a unos pasos del escritorio del pelinegro, esperando una reacción.
-¿Seok?-jin murmuró extrañado y el aludido sintió a su lobo retorcerse feliz por el diminutivo de su nombre.-¿Qué haces aquí? ¿Sucedió algo?-jin lo vio levantarse y caminar hacia él, luciendo entre sorprendido y preocupado.
-No, no pasó nada. Yo solo fui de compras al nuevo centro comercial con Hobi Hyung y me quedaba cerca tu trabajo y pensé en venir.-Explicó nervioso una vez que tuvo al Alfa frente a él.-Quería verte y quizás invitarte a almorzar. ¿Ya comiste algo? Pero no tienes que venir conmigo si estás muy ocupado, sé que tienes mucho trabajo y que no puedes andar perdiendo el tiempo así que sí, quizás no deba molestarte y olvidemos lo de ir a comer. Fue una estupidez, tú no tienes tiempo y yo...-
-Hey, respira.-namjoon le pidió, una sonrisa formándose en sus labios y Jin contuvo el aliento, sonrojándose. Dios, se había casado con un ángel.-Así que, fuiste con Hobi Hyung al nuevo centro comercial, el mismo centro comercial que queda como a cinco paradas de autobuses de aquí, ¿no?-Le preguntó y Jin le hizo pucheros.
-Ya, me descubriste. No estaba cerca de tu oficina pero quería pasar tiempo contigo, solo ir a comer algo y ya.-Confesó. Un par de ojos oscuros lo miraron en diversión.-No te burles, Kim Namjoon. ¿Sabes los años de valentía que me costó venir aquí?-namjoon alzó las cejas.-No, no lo sabes.-Respondió por él.-Así que no aceptaré ninguna excusa, vamos a almorzar juntos. Te espero.
-Es la primera vez desde que te conozco que me exiges algo.-El Alfa le dice y Jin quiere que la tierra se lo trague y lo escupa en Marte.
-Estoy siendo muy molesto para ti, ¿verdad?-Le dijo con ojitos tristes.-Lo mejor es que me vaya. No sé en que estaba pensando, fue una estupidez. Perdón yo...-
-Dame media hora.-namjoon lo interrumpió.-Terminaré de revisar unos documentos e iremos a almorzar juntos. ¿De acuerdo?-Los ojos del Omega brillaron en felicidad.
-¿Hablas en serio?
-¿Quieres que te lo jure por el meñique?-Se burló y jin le hizo mala cara.
Quizás podía aprovechar dicho almuerzo para hablar con el Omega del divorcio, esos papeles llevaban ya un buen tiempo acumulando polvo en un cajón de su estudio.
-No, no hace falta. No soy un niño.-Le dijo, alzando una leche saborizada. Namjoon fijó los ojos en la bebida. Dios, era de sabor platanito.-Me pidieron que te la diera, un Omega que trabaja en este piso. No sé su nombre la verdad.
-felix.-namjoon respondió por él y extendió la mano para que le entregaran la bebida. Vio a Jin dudar con ella en la mano.-¿Me la vas a dar o no?-El Omega apretó los labios, negando con la cabeza.
-Hagamos un intercambio.La leche de platano por un beso.-El Alfa le hizo mala cara, mirando la bebida y luego a jin para resoplar.
-No es como si me gustara tanto.-jin rió.
-Ambos sabemos que te encanta.-Lo contradijo, entregándosela.-Por esa razón te la daré gratis. Quizás debería comprarte algunas cuando regrese a casa. Las guardaré en el refrigerador para ti, se me había olvidado lo mucho que te gustaban. ¿Te gustaría? Aunque la verdad es que...-Se calló cuando las manos de Namjoon fueron a sus mejillas.Esperó las próximas acciones del Alfa, sonriendo cuando se acercó a dejarle un beso en la nariz.
-Eso sería genial. Gracias.-Namjoon le dijo con una sonrisa preciosa, de esas que se intercambiaban entre detener su corazón y provocarle taquicardias.
-Te daré lo que me pidas...-Murmuró, medio nublado por la cercanía y el pelinegro carcajeó y a jin se le erizó el alma con el sonido de su risa.
-Lo tendré en cuenta, seok .En serio que lo tendré en cuenta.
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