A medida que conducía, ShuHua oía a sus amigas mencionar las maneras en qué podrían asesinar a las brujas que intentaban robarles a sus hombres. Ella no aportaba nada pero tenía una idea de lo que iba hacer, no dejaría a Tzuyu aprovecharse de la situación ni mucho menos que intentara manipular a SeungMin con sus encantos.

Aceleró, pasando incluso, semáforos en rojo. Afortunadamente el tránsito no fue problema, estaban a nada de llegar cuando, de pronto, el sonido de una sirena se escucha cerca.

ShuHua miró por el espejo retrovisor, maldijo bajito al saber que se trataba de la misma policia.

Obligada, frenó.

No debió pasarse de velocidad pero el asunto de su esposo y esa entrometida era de suma urgencia. Debió pensar antes de actuar.

—Disculpe—un hombre tocó la ventana, ShuHua mirando a sus amigas, pidió silenciosamente que no dijeran nada. Abrió esta, dejando ver al oficial—. ¿Usted sabe a qué velocidad iba, cierto?.

—J-juro que no me di cuenta—trató de excusarse—. Tenía la mente en otra parte, lo siento mucho.

—Permítame su licencia de conducir y documento de identidad.

Desde luego, ShuHua buscó en su bolso ambas cosas, entregandole estas al oficial, dió un suspiro.

—Todo parece en orden—dice—. Traigan el alcoholímetro.—pidió.

Oh no.

JeongIn era el único consciente de los ocho, pues, al parecer esas mujeres habían logrado convencer a sus hyungs de beber un poco más. El menor no quitó sus ojos de ellos ni de su celular, hace un tiempo llamó a ShuHua y aún no daba rastros de vida. Temía que algo malo les haya pasado, esperaba que no.

SeungMin no parecía muy interesado en oír a Tzuyu, a cada rato, verificaba la hora en su reloj de mano. También echaba un ojo a su celular, le pareció extraño no recibir algún mensaje o alguna llamada de su esposa.

Los demás estaban igual que su primo, y como si fuera una señal del destino, el celular del menor de todos sonó.

JeongIn se levantó de la mesa, pidiendo disculpas ante la reciente llamada de un número desconocido. Atendió sin pensarlo.

—Innie, soy yo, ShuHua noona. Escucha, no tengo mucho tiempo por lo que te pido les digas al resto... Estamos en la comisaría, todas. Nos detuvieron por exceso de alcohol y también por sobrepasar el límite de velocidad en la carretera. Si puedes venir a pagar la fianza, te lo agradecería...

JeongIn atento a su petición, asintió, asegurandole que pronto iría para allá. ShuHua agradecida, cortó la llamada.

Al girar sobre sí, halló a SeungMin de pie. Este había escuchado absolutamente todo. JeongIn tragó en seco.

—Hyung...

—No digas nada, es mejor que vayamos.

SeungMin dió aviso sobre el problema, ninguno esperó un segundo a levantarse e ir en busca de sus mujeres. Por supuesto, se despidieron cortésmente del grupo de Tzuyu.

Tomaron sus abrigos, pagaron la cuenta y salieron lo más pronto de allí. Afortunadamente sólo HyunJin no se encontraba totalmente estable a comparación del resto. Condujeron con prudencia, la comisaría estaba a unos minutos de dónde se encontraban.

Una vez llegaron, los ocho hombres bajaron. A pasos agigantados, ingresaron dentro del establecimiento policial. SeungMin preguntó por su esposa y las demás acompañantes. Chan un tanto nervioso, quería sacar a Mina de allí, estando embarazada no le haría bien permanecer tanto tiempo encerrada en una celda.

Para cuando estuvieron al tanto de la situación, SeungMin contactó a su abogado, el cual, llegó tan pronto como pudo.

Esperaron al menos una o dos horas allí, pues, la situación pareció borrar todo rastro de alcohol en ellos.

—Bien, son libres.—anunció el comisario a cargo.

La primera en salir fue Mina, quien corrió en dirección a los brazos de su esposo. Chaeyoung le siguió abrazando a MinHo como un koala. YuQi como pudo fue hasta HyunJin, MinJeong a paso ligero abrazó a Felix. Miyeon ni siquiera dudó en ir hacía JiSung y darle un buen golpe en el hombro para después besarlo. Soyeon, estando un tanto ebria, le pegó a su futuro esposo por andar de coqueto con otras zorras.

—Lo arreglaremos en casa, Seo.—fue lo único que pronunció al jalarlo del brazo y llevárselo a rastras.

Las últimas en salir fueron ShuHua y YiZhuo.

La taiwanesa un tanto avergonzada, bajó su cabeza. No quería que SeungMin se decepcionara aún más de ella a pesar de no tener la culpa esta vez.

—Yo llevaré a YiZhuo a su casa. Estamos en contacto.—mencionó JeongIn dándole paso a la menor.

—Claro, te la encargo Innie.—agradeció ShuHua.

Quedándose a solas con su esposo, los nervios se apoderaron de ella. No sabía qué decir y que él no dijera palabra alguna, empeoraba el tenso ambiente.

Ambos se dirigieron al auto del pelirrojo, ShuHua subió primero y SeungMin después.

La rubia bajita entendía que guardar silencio en estos momentos, era mejor. Por lo menos hasta llegar a su hogar.

—¿Por qué no me llamaste?.—cuestionó SeungMin un tanto tajante, sin apartar su vista de la carretera.

—Uh, bueno yo...—menciona nerviosa—. No quería que... Verás... Creí que...—balbuceó torpemente.

—A la próxima recurre a mí primero, yo soy tu esposo.—reprochó.

ShuHua en ese instante lo miró un tanto sorprendida. ¿SeungMin estaba molesto porque no lo llamó a él? ¿Acaso...?.

No, no podía estar celoso... ¿O sí?.

Sonrió levemente. Eso significaba que si le importa. Es un pequeño pero gigantesco peldaño.

—Bien, entonces tú has lo mismo cuando te encuentres de nuevo a tu ex.—soltó sin más, recordando el motivo de su enojo.

SeungMin no dijo nada en lo que restó del camino.

Una vez llegaron a su casa, bajaron del auto. ShuHua apresuró sus pasos, siendo seguida por SeungMin, quien la frenó apenas ingresaron dentro.

—¿Cómo supiste que me encontré a Tzuyu hoy?—pregunta aprisionando a su esposa entre la puerta y él—. ¿JeongIn te avisó, verdad?.

—E hizo bien, sabes perfectamente las intenciones que tiene contigo. Además de quererte engatusar, sus amigas hubiesen hecho lo mismo con los demás importandoles poco y nada si tenían pareja—reclamó animandose a enfrentarlo—. La que debería estar molesta aquí soy yo, no tú.—finalizó intentando pasar, sin embargo, SeungMin no lo permitió.

ShuHua no supo descifrar esa misteriosa mirada que su esposo le daba hasta que este la tomó de la cintura y cargó sobre su hombro como si fuera un costal de papas.

—Que nadie suba arriba hasta mañana, es una orden directa.—expresó SeungMin a sus empleadas, quienes observaban como ShuHua chillaba con el propósito de zafarse.

Ellas asintieron. SeungMin subió las escaleras sin importarle los quejidos de su esposa por querer bajarse. Por eso mismo, para callarla, llevó una de sus manos al trasero de la rubia en el cual, depositó un golpe que resonó por todo el segundo piso.

ShuHua bochornosa, se quedó muda. Sus mejillas ardieron y el deseo de recibir otra fue superior. Ya se imaginaba lo que venía, tragó secamente.

SeungMin sonrió satisfecho, estando en su habitación, arrojó con delicadeza el cuerpo de ShuHua sobre la cama.

—¿Qué harás?.

Era tonto preguntar lo obvio. Ella lo supo en el instante que SeungMin comenzó a desabrochar su camisa y desajustar el cinturón de su pantalón.

—Haré que tu molestia y mis celos se conviertan en placer—mencionó posicionandose encima suyo—. Esta noche, querida esposa, llevaremos a cabo nuestras necesidades maritales.—sonríe deslizando una de sus manos por el perfecto cuerpo de la taiwanesa.

—SeungMin...

—Shh, sólo disfruta.—susurró sobre sus rojizos labios.

ShuHua perdida en esa voz, obedeció hipnotizada, dejándose llevar por los encantos de su esposo. Cerró sus ojos y acortó toda distancia entre sus bocas. Volvería a intimar con SeungMin después de mucho tiempo, y vaya que gozaría de las caricias y toques del pelirrojo, tal como lo hizo en su luna de miel.

Nueva actualización luego de tres meses!!!!!!! :,v

Jeje, sepan disculparme por la tardanza):

Espero les guste mucho el capítulo<3

Lxs amodoro musho mis poshuelitos lindxs!!!!!!!!! 🐥🐥🐥🐥