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No estaba segura de publicar esta parte, contiene smutt y no soy buena en ello. Pido disculpas de antemano ^.^


Se besaron de una manera distinta, su beso era delicado como si con cada movimiento se aseguraran de estar haciendo lo correcto, corroborando que era así, las sonrisas en medio del beso daban la certeza que todo era cierto y que se sentían bien con eso.

Un beso único.

Uno diferente a los demás.

Porque no había impedimento, no debían preocuparse por el tiempo, disponían de todo el que querían.

Con lentitud Yoongi besó los labios de Jimin, por más que algunas zonas de su cuerpo dolieran y exigieran atención se tomaría el tiempo de venerar al menor, lo había extrañado tanto que quería expresarle todos sus sentimientos. Los pezones erectos de esa fina camisa rozaban con el uniforme del pelinegro, su pantalón ancho le incomodaba, tenía mucho calor, se sentía terriblemente excitado y lo que había hecho Yoongi era poco.

Jimin no se había percatado que sus caderas se movían lentamente de atrás adelante, se aferraba al mayor como si se fuera a ir en algún momento.

-Bebé... Ey - el pelinegro alejó el rostro del castaño. Se encontró con el espectáculo más excitante que haya visto, su rostro enrojecido, sus ojos brillosos mirándolo suplicante agregándole los labios hinchados y rojos - Si sigues así, no podré detenerme - dijo con voz ronca, Jimin, se había guardado totalmente para ese día que sabía que llegaría y su experiencia era nula.

Aun así quería más.

-No quiero que lo hagas - respondió en un hilo de voz.

Cuando las palabras hicieron efecto en su órgano cerebral. Yoongi asintió, lo tomó de las piernas y lo cargó, viendo a su alrededor frunció el ceño.

-¿La habitación? - pregunto viendo a los lados, no se había puesto a detallar la sala. Era grande, con sillas un comedor y con un gran ventanal antes, con decoraciones muy sutiles y al estilo del menor.

Jimin sonrió - Camina hacia el fondo - susurró mientras se recostaba en el hueco del cuello - A la izquierda hay una puerta blanca, al final está la habitación.

-Mierda, bebé... No me aguantaré hasta allá - dijo mientras la tela apretada del pantalón lo lastimaba.

-Eso lo hace divertido, amor - el corazón de Yoongi dio un vuelco ante la palabra "amor" y la risa seductora cerca de su oído, le encantó y apresuradamente corrió ante las indicaciones que el rubio le había dado, ante el apuro de Yoongi el menor rió divertido, ciertamente se sentía excitado por la situación.

Cuando llegó al fondo, Yoongi abrió la puerta blanca. Una sala grande, oscura estaba y preciso en el fondo había una cortina color vino abierta que dejaba ver la gran cama, cerró la puerta y se acercó a la cama dejando a Jimin sentado suavemente en ella.

Con mucho esfuerzo se dio la vuelta y bajó las cortinas que conectaban con la sala al igual que con las ventanas, le costaba horrores controlarse pero no podía ser idiota.

No ahora.

Observando a Jimin en la cama se acercó para besarlo, dejando brotar toda la excitación que llevaba por dentro. Con dificultad y sin despegarse del beso se quitó las grandes botas, se subió en la cama y sentó frente al rubio, metió sus manos por debajo de la camisa y la jaló, lanzándola en algún lugar. Admiró la bella y suave piel del menor, se inclinó para regar besos por todo su cuerpo.

Jimin se sintió desfallecer cuando uno de sus sensibles pezones estuvo envuelto en la boca del mayor. Jadeó al estar sensible, esa zona erógena que tenía. Enredó sus dedos en las hebras oscuras y le apretó. Cerró sus ojos deleitándose en la calidez, su espalda cayó en la suavidad de las sabanas y sintió como Yoongi quitaba sus pantalones.

Los dedos del mayor lo masajeaban, por todas sus piernas, atrás y adelante rodeando y masajeando toda la piel descubierta, desde su ingle hasta abajo provocando escalofríos placenteros en su cuerpo, la humedad de sus besos lo estaba haciendo entrar en frenesí.

-Yoongi... - susurró - Min.

Desde abajo Yoongi lo vio, sonriendo. La vista que ambos tenían era excitante, el mayor se deshizo de su ropa mientras Jimin estaba en las nubes jadeando, en algún momento su mano estaba alrededor del miembro de Jimin sin mover. En cambio, se estiró quedando sobre él.

-Santísimo... - susurró de nuevo - Me estás torturando, Min...

-¿Qué pasa, bebé? - dijo divertido.

-Yoon... Por favor.

-Por favor... ¿Qué? - introdujo el glande en su boca, Jimin apretó las sábanas. Estaba sensible por el solo hecho del jugueteo con sus pezones y ahora debía soportar esto, sentía la boca cálida apretando su pene - Si no me dices no entiendo, amor.

Y volvió al ataque.

Succionando de arriba abajo el falo dentro de su cavidad bucal y mientras su boca se encargaba de su miembro, los dedos contrarios jugueteaban con su entrada, si introducir ninguno de sus dígitos, solo toquetearlo por fuera. Jimin era un mar de gemidos, no aguantaría más.

Justo cuando sentía las cosquillas en su vientre, Yoongi se alejó.

La sensación se alejó y eso le frustró, Jimin abrió sus ojos perezosamente - Yoongi...- reprochó.

-Aun no - acercó los dedos a la boca del rubio - Abre - que no se hizo de rogar ante la petición. Sus ojos no se desconectaron en ningún momento, incluso cuando Yoongi acarició su pene de arriba abajo, evitó cerrar los ojos ante los escalofríos que recorrían su cuerpo, se concentró en mojar los dedos en su boca moviendo su lengua por los dígitos. Los ojos de Yoongi estaban oscuros cargados de lujuria, su miembro reaccionaba erecto por completo ante la imagen erótica - Listo bebé - pronunció con voz ronca.

Sonriendo, se acercó a los labios para juntarlos en un fogoso beso, colocó cada pierna de Jimin a los lados de su cuerpo dejando a la vista su entrada, con delicadeza introdujo un dígito.

Jimin rodeó con sus piernas las caderas de Yoongi conteniendo las ganas de cerrarla, Yoongi movía de adentro hacia afuera para que el menor se acostumbrara. Cuando la intrusión dejó de ser incomoda movió sus caderas alejándose del beso - Más... - dijo, sintió otro dígito allí dentro. Levantó más sus piernas acercándose más al toque del mayor, recostando su cabeza en la almohada, Yoongi disfrutaba dejando las marcas en el cuerpo contrario mientras lo escuchaba gemir, hasta que debajo de él, Jimin se removía inquieto - Más, Yoongi más - estaba al borde.

Yoongi sacó sus dígitos acomodándose, no se hizo de esperar, estaba al límite también, se alineó en su entrada acercando y asegurando las caderas del lindo y excitante rubio, con una respiración profunda entró poco a poco en él para no ocasionar daño.

-Ah~ - Jimin gimió fuerte cerrando sus ojos de golpe.

El mayor se acercó a besarlo rápidamente para distraerlo del dolor mientras llegaba hasta el fondo. El menor mordió los labios del pelinegro y rasguñó su espalda, sentía como el miembro lo llenaba por completo, no había sentido tanto placer y dolor juntos, respiraba entrecortadamente, las gotas de sudor bajaban por sus sienes.

Yoongi cerró sus ojos, las paredes anales del menor lo estrechaban con fuerza y malditamente delicioso apretaba su falo, encajaban a la perfección, necesitaba más del autocontrol del que tuvo Jesucristo cuando vino a la tierra o terminaría rompiéndole el trasero al menor. Respiró entrecortadamente, no quería lastimarlo, abrió sus ojos cuando sintió a Jimin moverse poco a poco.

-Espera un poco bebé.

Jimin negó mordiendo su labio inferior evitando gemir audiblemente - Muévete - Yoongi gruñó y comenzó a moverse lento.

Jimin sentía como el dolor era aplacado por el placer, jadeando y gimiendo el nombre del pelinegro, cuando ya sintió que podía con la situación le pidió que se moviera más rápido y con solo decirle a Yoongi "No te contengas" cayó en ese pozo de placer.

Gemidos agudos y roncos salían de esa habitación. El choque de ambas pieles y los sudores resultaba excitante. El rubio no podía aguantar las estocadas fuertes del mayor, la salida y entrada de él tan salvajemente no lo dejaban respirar, sus ojos lagrimeaban de placer y estaba más que seguro que su garganta ardía debido a los gruñidos, jadeos y gemidos tan fuerte que soltaban. Lo sentía adentro por completo, tan lleno que se sentía desmayar. Sentía que desfallecería en cualquier momento. Ya estaba viendo las estrellas y a todas las constelaciones, más cuando Yoongi tocó ese punto dulce en su fondo, gritó literalmente. Los dedos de sus pies se arrugaron en cuanto volvió a dar con más veracidad, las sábanas estaban arrugadas bajo sus manos y sus nudillos blancos, sus piernas sobre los hombros de Yoongi.

Su garganta ya no daba para más, la fuerza usada para cerrar sus ojos era demasiada.

-¡Yoongi! - gimió con fuerza cuando llegó al clímax y no soportó dejando salir todo lo que había retenido. La imagen resultó un detonante para el mayor que en unos segundos más tardes se corrió dentro de él.

Jimin quedó en un pequeño trance, respirando profundamente su vista estaba encandilada, veía puntos blancos.

¿Se iría ya al cielo?

¿Debería convertirse en inmortal?

Podía ver ya a los ángeles.

Yoongi cayó encima de él, estaba exhausto. Maravillado y a la vez feliz, a pesar de que físicamente sus piernas no daban y sus músculos estaban entumecidos, en su pecho había una emoción muy fuerte, que podía decir que era más que felicidad.

La respiración exagerada de ambos acompañaba el dulce aroma en el ambiente, cargado y acariciando cada parte de ellos.

Luego de haberse recuperado parcialmente, el mayor se alejó un poco escuchando los murmullos del cuerpo debajo de él.

Vio ese rostro en calma tratando de regular su respiración, Jimin balbuceaba cosas sin sentido, algo que le pareció adorable a Yoongi, no pudo evitar sonreír, salió de él y le besó.

-Amor... Ey - le removió un poco, pero, no despertó. Sonrió y lo removió de nuevo dejándole un beso en la frente - Amor.

El rubio abrió poco a poco los ojos y miró a su alrededor - ¿Eh? - Parpadeó - ¿Ya?

Yoongi enarcó una ceja - ¿Ya? Con una ronda y estabas en los brazos de San Pedro.

Jimin rodó los ojos sonriendo - Tonto - con el dorso de su mano golpeó el brazo desnudo - Puedo con más.

-Oh, claro que si - Yoongi sonrió burlón, el menor hizo un puchero que el mayor besó - No lo dudo, pero... Me tienes para toda la eternidad amor, pero, primero hay que arreglar este desastre señaló alrededor.

Jimin levantó la cabeza consternado y con pereza viendo como algunas almohadas estaban rotas y las gruesas sábanas estaban por fuera y la cama más que desordenada, incluso del jarrón de su mesa colgaba su camisa divida en dos partes - ¿Qué? Pero ¿En qué momento?

-En el momento en que estaba dentro de ti, cariño - sonrió el pelinegro con gran descarado haciendo que se sonrojara, se colocó al lado del rubio acariciando su rostro y toda la zona de su pecho - ¿Cómo vamos a seguir? - preguntó mirándole a los ojos. Claro, porque se supone que él iba a la admisión de la guardia, pero, lo venían persiguiendo y terminó entre las sábanas de Jimin.

Algo normal.

Jimin sonrió - Yo lo tengo todo preparado - El pelinegro lo vio incrédulo - Que crees ¿Qué este niño débil no puede hacer cosas por si solo? - Negó - Sabia que querías hacer la admisión al guardia, solo fue cuestión de hablar con el mago y que te trajera directamente hacia mí - rodó los ojos divertido - Claro, te adelantaste a los soldados - sonrió - Ya hablé con el Rey y esa parte está resuelta, ya tengo los 20 años y puedo usar mi habilidad como se debe. Pronto saldré de este lugar y será contigo - se levantó y colocó una mano en el pecho desnudo del mayor - De todas formas te marqué como mío.

-Pero... - le colocó un dedo en los labios y se acercó a darle un beso.

-Tú preocúpate por complacerme en las pocas horas que nos quedan aquí dentro ¿De acuerdo? - Dijo subiéndose a horcajadas - Nos preocuparemos de los próximos problemas en el momento que aparezcan.

Yoongi sonrió, su bebé ya no era débil - Me parece bien, cariño - Se sentó con el menor arriba de él. Con una sonrisa tomó el lindo rostro entre sus manos, observó como esos lindos ojos marrones lo miraban con ese lindo brillo que tanto había extrañado - Te quiero, Jimin. Demasiado - depositó un beso en su nariz.

-También te quiero, Yoongi - sonrió - Por siempre.

-Por siempre.

Fin

Muchas gracias por haber leído esta historia cortita.

¿Les gustó?
Espero que sí.

Pueden dejarme sus sugerencias o comentarios, si vieron algún error no duden en corregirme, por favor.

Nos veremos pronto en otra de mis locuras que me gusta llamarlas historias.

Los tqm.

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