—Es un gran día.—mencionó Chaeyoung muy animada.

Lisa arqueo una ceja a la vez que masticaba una galleta. Su amiga estaba rara, es decir, no sólo ordenó su habitación o más bien todo el departamento sino que también se encontraba cocinando.

¿Alguna razón? Podía intuir quién.

—¿Por qué?.—pregunta sentándose en la isla de la cocina sin dejar de devorar el paquete de galletas.

—Almorzaré con Jimin. En nuestra última salida, prometí cocinar una comida especial para él. Ha sido muy atento conmigo en estos meses y es lo mínimo que puedo hacer.

—Ya veo, ¿necesitas ayuda?.

Chaeyoung pensó unos segundos.—Oh sí, ¿puedes pelar papas?.

La omega azabache asiente, ató su cabello en una coleta y buscó el delantal extra. Sacó el pela papas y siguiendo instrucciones, ayudó a Chaeyoung.

Un suspiro salía de Roseanne, esperaba que a su ojitos celestes le gustara su sorpresiva aparición. Por ende, siguió preparando el resto de alimentos para así adjuntarlos y poner al horno ese exquisito pastel de carne.

—Ya está, Chae.—dijo Lisa, mostrando orgullosa su labor hecha.

—Gracias Lili—responde la omega muy concentrada—. ¿Me alcanzas las papas?.

Actuando rápido, Manoban lleva consigo éstas en un plato hondo.

—Saca una olla, pon agua a hervir y coloca las papas. Ya cocinadas, prepara otra aparte y a esa le pones leche y con una masa, aplasta para así formar un puré suave.—explica.

Lisa comprendiendo, hace lo que su amiga dice. Instruyendose de esa manera, en un futuro también podría cocinar delicias para su Kookie.

Juntas estuvieron ocupadas toda la mañana en preparar exquisiteces. No sólo hicieron un pastel de carne, incluyeron un postre al menú. Chaeyoung estaba complacida de su trabajo, sólo ansiaba que Jimin probara sus delicias y le diera el visto bueno. Preparando todo en un tupper diferente y bien decorado, no tardó en ducharse, ponerse bonita e ir al bufete de abogados y darle una sorpresa a su alfa.

—¡Suerte!.—chilla Lisa ordenando el desastre en la cocina.

—Igual, ojalá a Jungkook le guste tu pastel.

—Eso espero o sino, que me olvide.—rieron como último. Chaeyoung salió de departamento en camino hacia su destino.

...

—Joven Park—anunció Jeongyeon desde la puerta. Jimin deja de leer y presta atención a su secretaria—. Alguien quiere verlo.

—¿Quién es?.—cuestiona confuso.

—Pues...—Yoo se hizo a un lado dejando ver a la persona detrás de ella.

—Hola, Jimin-ah.—saludó sonriente.

—¿Mina?—pronuncia parandose de golpe a la vez que esboza una sonrisa. No tarda mucho en abrazarla.

Por supuesto, Mina corresponde de igual manera.

Suficiente, mantén distancia. A nuestra omega no le gustará sentir el aroma de otra omega en nosotros.

Silencio. No empieces ahora.

—Tanto tiempo sin verte, ¿cómo has estado?.—sonríe invitando a que tomará asiento.

—Digo lo mismo—dice—. Yo bien, de hecho acabo de regresar de Japón. Y... ¿Adivina qué?.

—Ummm, ¿viniste de vacaciones?.—Minari negó.

—No, señor Park, de hecho es un honor anunciarte que he sido transferida definitivamente aquí a Corea. Seremos colegas a partir de hoy.—confirma sumamente feliz.

Jimin queda estático, ¿acaso escuchó bien?.

—¿En serio?.

—Así es, y... Sin aún está disponible, me gustaría aceptar esa invitación de almorzar juntos como antes. ¿Qué dices?.

Una sensación de añoranza volvió a él, esa en dónde ambos fueron felices, misma dónde proyectaron un futuro juntos.

—¿Jimin?.—alude Mina preocupada del rotundo silencio. Chasquea varias veces sus dedos frente al rostro del alfa.

—Y-yo...—balbuceo sin saber que responder—. ¿Sigue gustándote el restaurante Moon?.

—Claro, después de todo, es nuestro restaurante favorito.

Aleja a esa omega.

—Después de tí.—menciona de pie. Colocándose su abrigo, le permitió el paso a Mina de salir primero.

Al abrir la puerta, una sorprendida Chaeyoung hizo acto de presencia.

—Oh, ¿interrumpo?—expresa apenada. No obstante, ve a ambos con sus abrigos puestos. Frunció el ceño confusa—. ¿Van de salida?.

—Chae... ¿Qué haces aquí?.—habla Jimin.

—¿Es tu amiga?.—pregunta Mina.

Soy su omega, aléjate de mi alfa.

La pelirroja sonríe forzosamente, esperando a que Jimin fuese quién respondiera esa pregunta.

—Digamos que... Nos estamos conociendo.

¿Qué acabas de decir, alfa?.

Decepción, es lo único que pudo notarse en el rostro de Chaeyoung. Un nudo en la garganta no permitió que pronunciara palabra alguna.

—Ya veo—susurra Mina observando a la omega. Notó el contenido en sus manos—. Si quieres puedes ir con nosotros, vamos de camino a almorzar.

Roseanne negó volviendo a formar una sonrisa fingida. Por supuesto, eso no pasó desapercibido para Jimin.

—Siento haber molestado. Con permiso y buen provecho.—respondió dándose la vuelta, esperando que Jimin la detuviera.

Vamos... Pide que me quede...

Pero no fue así. Jimin no la detuvo, y eso generó que su corazoncito doliera de mil maneras posibles. Unas lágrimas de por medio abundaron sus orbes mieles. Una fuerte punzada de rechazo y negación invadió su interior.

Eres un estúpido, Park. No pierdas tiempo, ve en busca de nuestra omega.

—Uh, que raro momento—rió Mina incómoda—. ¿Vamos?.

Jimin de verdad quiso impedir que Chaeyoung se fuera, no era ciego para darse cuenta el propósito de su visita.

La había cagado en grande.

—Sí, andando.—mencionó con remordimiento en él. Luego buscaría la manera de solucionar aquel inconveniente.

Mientras que, en la planta baja una Chaeyoung lloraba desconsoladamente. Poco a poco, la tristeza inundó aquel lugar. Su ojitos celestes no hizo nada para detenerla ni tampoco le dio su lugar frente a esa mujer, se preguntaba el porqué de ello.

—¿Señorita?.—borrosamente, miró a Jeongyeon.

—Unnie... digo, Jeongyeon-sunbae—espetó limpiando sus lágrimas que cada vez caían con fuerza—. ¿Puedes entregarle este paquete a Jimin-ah?.—extendió el mismo.

—Claro. Pero, ¿te encuentras bien?.

—Sí, estoy bien. Permiso.—comentó por último al salir corriendo de aquel edificio.

Minutos después, las figuras de Jimin y Mina aparecieron. Jeongyeon intuyó lo que había ocurrido.

—Saldré a almorzar con Mina-ssi. Cancela mi cita de la 14:00 pm.—ordena. Yoo asintió viendo al par irse directo al estacionamiento, percatándose de la expresión en el alfa.

Negando, Jeongyeon olfateó el rico aroma del tupper.

De lo que te perdiste, Jimin.

Subió al ascensor sintiéndose culpable de haber dejado pasar a aquella omega y arruinar un almuerzo.

...

—¿Chae-ssi?.

Apenas abrió su puerta, Chanyeol quedó impactado de sentir como la pelirroja se aferraba a él. Oyendo perfectamente los sollozos de ésta.

—Hey! ¿Qué pasó pequeña?.—dijo abrazandola también.

Quiero a mi ojitos celestes, Rosie. No dejes que esa intrusa nos lo robe.

—¿Puedo quedarme contigo hoy?.—contestó demasiado triste.

—¿Ocurrió algo con Jimin?.

—Por favor, oppa.

Mirándolo con ojos suplicantes, Chanyeol no tuvo otra alternativa que asentir, permitiendo que Park ingresara a su departamento.

—Siéntete cómoda, prepararé té y me contarás que ocurrió entre ustedes dos—mencionó dejando que Roseanne se sentará en su amplio sofá color beige mientras iba a la cocina—. ¿Té de canela, manzanilla o frutilla?.

Frutilla, así como huele nuestro alfita.

Una sonrisa triste dibujó su rostro.—Frutilla.—dijo.

Su mente aún proyectaba la imagen de Jimin y aquella linda muchacha, del cómo no expresó emoción alguna cuando apareció. ¿Acaso estuvo mal en querer darle una sorpresa?.

No podía responderse a esa pregunta exactamente, es más, ni siquiera podía pensar nada que llegará una conclusión correcta. Vio su teléfono, no había mensajes ni llamadas perdidas de Jimin.

Era lógico que no hiciera ninguna de esas dos cosas. No si ahora está almorzando con otra omega que no es ella.

—Aquí estoy—alude Chanyeol. Traía dos tazas en una bandeja junto a unas ricas tostadas de mermelada—. Muy bien, soy todo oídos. ¿Qué hizo el idiota de Jimin ahora?.

—Antes de contarte... Sé que pido mucho pero no le digas a nadie que estoy aquí. No hasta que yo decida lo contrario.—pidió.

—Si eso ayuda a tu mente y corazón a calmarse, entonces seré una tumba.

—Gracias, oppa.

Ahhhh, tonto eres Jimin 😪😪😪