Ni siquiera sabía por donde iba ni a que lugar me encaminaba, ya me encontraba lo suficientemente perdida a estas alturas. Suelo extraviarme seguido, desde que era una niña que sufro ese problema de no recordar las calles con exactitud, me sorprendí a mi misma esa vez que pude "guiar" a Chanyeol-oppa. Y ahora que lo recuerdo, me acompañó mi hermana.

Suspiré rendida, de por sí, mi torpeza lo complica un poco. No tengo forma de comunicarme con Lili, mi teléfono lo dejé en la mesita de noche. Apenas tengo para tomar un café, si es que eso es de consuelo, ni modo, deberé arreglarme sola como lo he hecho siempre.

— Disculpe.- necesitaba preguntar en que lugar estaba exactamente. La señora se detuvo junto a su cachorro, aclare mi voz para que mi coreano sea lo suficientemente entendible. — ¿Sabe que lugar es este?.

— Está parada dentro del centro comercial Times Square.

¿Qué?. Abrí mi boca con frustración.

— ¿Lo dice en serio?.- pregunté incrédula. La mujer frente mío asiente.

— ¿Es nueva en la ciudad?.

Asiento despeinando mi cabello con rabia, genial. No es lindo estar extraviada justamente en uno de los edificios más grandes de Seúl, mordí mi labio intentando aguantarme las ganas de llorar.

— ¿Se encuentra bien, señorita?.- el niño me mira, como si leyera mis pensamientos y en estos momentos lo único que deseo es morirme. Negué con una sonrisa completamente falsa. ¿Ahora que diablos haré?. — Creo que debería sentarse.- dijo, la madre del niño me guió a una banca cercana.

Allí pude descargar mi impotencia silenciosa. — Oiga, ¿tiene a alguien conocido aquí?.- desvió mi mirada a la señora.

— S-sí.- respondo.

— Tenga, es mejor que llame a esa persona y así viene por usted.- sonríe ofreciéndome su teléfono.

El alma volvió a mi ser, le agradezco mientras marco el número de Lisa. Miro a la señora y ella me hace un ademán que puedo pararme. Sonrío, alejándome a una distancia correcta. Daba ocupado, bufo y vuelvo a llamarla. ¿Tanto dormía?. Fruncí mi ceño, ahora resulta que se le dio por dormir mucho hoy. Ya faltaba un cuarto para que el reloj llegue a las tres de la tarde. Definitivamente mataría a mi amiga, así podría descansar en paz de una buena vez.

Llamé cinco veces, ninguna atendió. Dejé de insistir, camine de nuevo a la señora y le entregué su teléfono.

— ¿Pudo comunicarse?.

— No.- pucheree triste, volviéndome a sentar de nuevo. — De todas formas, debo agradecerle por prestarme su móvil.- inste por sacar dinero pero ella negó.

— Conserve su dinero, señorita. Venga, quizás podamos hacer tiempo almorzando mientras esta persona se pone en contacto conmigo.- invitó. Yo quise negarme, no quería aprovecharme de su amabilidad. Ya hizo suficiente con compadecerse de mí. — Insisto, no es lindo que una jovencita de su edad este perdida en una ciudad tan grande como Seúl.- dijo.

El niño tomó mi mano, invitandome a que lo siguiera. — Vamos señorita bonita, acepte nuestra invitación.- comenta animado.

¿Cómo negarme a tal petición?. Era una ternura de niño. Suspiré y terminé aceptando, eso logró que este pequeño sonriera, yo igual. Es entonces que nos pusimos en marcha hacía uno de los tantos restaurantes que se encontraban en el segundo piso del centro comercial.

[...]

Por otro lado, Jimin veía con molestia el caso reciente de un asesinato. Y no es que eso fuera un problema, ya había recaudado las pruebas necesarias para meter al acusado tras las rejas por un buen tiempo para no decir el resto de su miserable vida.

Desde que llegó a su despacho, sintió una gran incomodidad dentro de sí. No entendía la razón de ello, quizás el poco dormir o los casos que se acumulaban día tras día. Era todo un reto ser el mejor abogado de su edad, Jimin tenía claro que competencia nunca le faltaba, sin embargo eso no era un problema de cuál preocuparse.

— Perdone.- su secretaria, Jeongyeon abrió la puerta, asomando su cabeza en esta. — Su hermana se encuentra aquí, desea verlo.- comentó.

El rubio cerró la carpeta inmediatamente. — Dile que pase.- pidió.

Jeongyeon asintió, abriendo del todo la misma, dándole paso a Jennie quién se lo agradeció.

— ¿Desean un café?.

— Un latte de cereza para mí.- responde Jennie, sentándose. — Y un café sin azúcar para mi hermano.- dijo.

— Enseguida se los traigo.- cerró la puerta tras de ella, dejando a ambos hermanos a solas.

Jimin suspiró, tirando su cuerpo hacía atrás. Jennie le observó, dejando su bolso sobre el escritorio.

— Te ves mal.- cruza sus brazos.

— Ni que lo digas.- dice sobando su sien. — Desde que llegué aquí que me he sentido horrible.- comenta.

— ¿Y eso se debe a...

— No lo sé.- responde.

Su lobo reclamaba constantemente, y ni Jimin comprendía que este trataba de decirle algo. ¿Qué rayos le pasa?. Piensa.

— Pensé que te tomarías el día libre.- comenta Jennie. — ¿No se supone que saldrías con Chanyeol-oppa y esa chica de cabello rojo?.

Fue entonces que Jimin logró recordarlo, abriendo sus ojos sintiéndose un completo estúpido. ¿Cómo mierda lo olvidó?. No lo pensó mucho ya que llamó a Chanyeol ante una Jennie entre curiosa y molesta por lo olvidado que era su hermano mayor.

— ¿Jimin?.

— Chanyeol, ¿se encuentra contigo, Park Chaeyoung?.- preguntó.

— De eso justamente quería hablar, tuve una reunión de urgencia con unos inversionistas chinos. Llamé a Chae pero no recibí respuesta alguna, fui a buscarla pero su amiga me mencionó que no se encontraba en el departamento y ahora la estamos buscando.

— ¿Cómo que se perdió?.- se levantó de su silla, golpeando la mesa de su escritorio, asustando a Jennie. — Sí, lo entiendo. Iré enseguida.- cortó, buscando su abrigo rápidamente. La castaña lo observó, pidiendo explicaciones. — Surgió un problema, Chaeyoung está perdida y creen que podría estar en Times Square según el rastreo de llamada que Chanyeol le hizo al teléfono de su amiga. Debo ir por ella, ¿vienes?.- tomando las llaves de su auto y maletín.

Jennie al instante se puso de pie, asintiendo mientras ambos salían a toda prisa de la oficina de Jimin.

— Jeongyeon, avísale a hyung que tuve un percance y no podré asistir a la reunión.- comentó hacia su secretaria quién llevaba dos tazas en una bandeja de plata.

— Claro, joven Park.- respondió.

Jimin y Jennie corrieron hacía el auto del rubio. Bajaron en ascensor lo más pronto posible, allí sacándole el seguro al vehículo, subieron y ajustaron sus cinturones de seguridad para no perder otro minuto y dirigirse en busca de Chaeyoung.

El alfa rubio se culpa por olvidar algo tan importante. Ahora entendía a su lobo, entendía que se molestó por ocupar su mente en otros asuntos menos considerables. Aprovechó el tránsito rápido, el bufete en el cual trabaja no quedaba tan lejos de su destino.

Esperaba que esa omega torpe se encontrará bien, de lo contrario, Jimin cargaría con ese peso horrible durante el resto de su vida.

Maldita sea, espera por mí, Chaeyoung.

— La encontraremos, tranquilo.

— Eso espero.- susurra sin expresión alguna que no sea preocupación. — Eso espero.- repitió.

Lamento la tardanza, sorry u.u

Ay, Chae es tan yo cuando visito otra ciudad xd... fuera de broma, no es lindo perderse sin siquiera tener comunicación con algún allegado o familiar. </3

En fin, torpe Jimin.

Espero les guste mucho el capítulo, lxs amodoro musho mis poshuelitos lindxs!!!!!!!!.💜💜💜💜💜💜