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-☽; Complementos | Katsuki Bakugo

ꦃ ྲྀ💫◌ᝢᴄᴏᴍᴘᴀñᴇʀᴀ: AlexaSagoru102

❁્᭄͜͡Ficha de Información.
ೃ࿔Pareja/s: Bakugo Katsuki x Lectora
ೃ࿔Personaje Principal: Bakugo Katsuki
ೃ࿔Advertencias: Angst.
ೃ࿔Anime/Manga/etc: Boku no hero Academy

Narrador Omnisciente.    

Desde hacía muchos años, las personas de todo el mundo notaron carencias en su alma. Una carencia tan grande que ni con amor se llenaba, muchas personas morían a una edad temprana por esta carencia que se empezó a convertir en una epidemia que rápidamente mataba a los seres humanos, hasta dejar una reducida población.

Unos cuantos años más tarde, exploradores encontraron una isla de extraños animales que, como los humanos, parecían tener el mismo problema y morían jóvenes. Estos exploradores encontraron por error la cura para ambos especies: cada especie poseía características similares a sus dueños, y eran un complemento para su vida.

Con esto, se podría decir que las personas aprendieron a respetar a aquellos seres vivos.
Por ello, una vez cuando se cumplen los quince años, cada ser humano es llevado a aquella isla en busca de parte de su alma. La cuál permanece con ellos siempre, se cuida como si te cuidaras a ti mismo, se quiere como tú mismo te quieres.

Estos animales exóticos, tenían su hogar en el corazón de su dueño, que quedaba expuesto a todas las personas. El animal salía y entraba a su gusto, pero no era muy recomendable esto de salir, pues más de diez minutos separados ocasiona la muerte de ambas partes.

En su viaje en bote hacia la isla iba con unos cincuenta o más adolecentes, los padres no iban pues era una experiencia muy personal. Ella estaba fascinada por la variedad de floración y el increíble paisaje que presenciaba a unos poco metros. Deliraba con la idea de una leyenda, a veces al encontrar el animal, tenían la suerte algunos de también encontrar la pareja del mismo, e indirectamente sería como encontrar tu alma gemela. Pero era complicado, así que mejor no se hacía ilusiones.

A ____ le había tocado un ave extraña, un pequeño polluelo de un pico afilado, pequeñas plumas apenas sobresalientes de colores fríos. Quizá parecía un pavo real, pero no tenía su extravagante cola, tenía la cola parecida a un fénix; debía admitir que se vería muy poco agradable los primeros meses, pero con el paso del tiempo se formaría un hermoso animal, estaba segura.

El polluelo gimió en sus manos, ella lo miró y le sonrió. Con cuidado lo acercó a su vacío pecho, este saltó y se tropezó, caminó torpemente y encontró un lugar cómodo donde cayó rendido.

Ambos se sintieron completos.
Entonces cuando sintió en su pecho la calidez de estar completa, el chillido de otro polluelo bebé le inundó los oídos, hizo una mueca por el agobiante sonido que hacía el pobre y buscó al inútil que no sabía cómo tratar a un polluelo.

Un chico rubio miraba irritado a un polluelo de pequeñas plumas cálidas, estaba entre sus manos chillando con pavor, se retorcía y le picaba. El chico parecía irritado y mascullaba blasfemias al pobre animalito que se encrespaba en sus gruesas manos. En un punto, lo picó tan fuerte que le dejó caer, gimió con dolor, y antes que se aporrease la chica rescató al polluelo con su particularidad.

—Maldito pajarraco malagradecido —farfulló con profundo odio, sosteniendo su dedo donde brotaba sangre por el brutal picotazo.  Ella miró al polluelo, ahora en sus manos, como se tranquilizaba y empezaba a cabecear, sonrió por el parecido.

—No trates así al pobre —dijo con dulzura, mirando al pájaro con cariño. Él la miró con una vena marcada en su frente—. Míralo, es tan tierno.

—¡Me dio un puto picotazo esa cosa del diablo, maldita extra! —chilló con molestia, mientras su palma explotaba—. ¡No me vengas a joder!

Reprimiendo sus ganas de devolverle el insulto, la castaña se acercó al chico que la miraba con el ceño fruncido y seguía musitando barbaridades, miró al polluelo espabilado para entrar en su pecho, así que lo acercó con cuidado y este saltó y luego durmió, le sonrió. Al levantar la mirada, el chico la miraba con los dientes apretados y un atisbo irritado. 

—No era tan complicado.

—Tsk, piérdete extra.

Y eso tenían planeado hacer, pero la vida no lo permitió.
Al menos no por ahora.

Años más tarde, la chica salía de sus clases, su ave estaba en su hombro, era un poco grande y muy hermosa. Por desgracia, después de haber salido de la isla hace tres años, como esperaba no ver al irritante rubio decidió olvidar lo sucedido esa parte del día, pero lo inesperado fue que coincidían en muchas cosas. Sus animales se tenían gran aprecio, e inevitablemente se fueron volviendo cercanos; él tendría carrera de héroe, ella se dedicaría a impartir clases en una escuela de infantes. Se llegaron a tener gran aprecio, y mientras estaban en Yuei, obviamente en diferentes clases, llegaron hasta el punto de llamarse amigos.

Ese cariño se convirtió en algo más.
Un día mientras estaba de camino a su casillero presintió algo raro, su ave estaba durmiendo, así que no se molestó en despertarle para encontrar apoyo emocional. Al abrirlo, este explotó. Cayó de trasero con media cara chamuscada, y unas letras de humo expresaban que le gustaba a alguien que ella sabía perfectamente. El rubio retenía una risa.

—Que tonta eres, fea.

—Que gran manera de ganar el corazón de una dama.

—No te quejes, estúpida, te adelantaste. —Se excusó, pero en realidad el error había sido de la sorpresa, había salido mal, pero ya no importaba.
A pesar de su mitad de cara negruzca, y de asustar a su ave, le dijo que sí.

Con su tiempo de relación, ella se dio cuenta que Katsuki no se llevaba bien con su ave, eran completamente opuestos. —«Hubiera sido el ave perfecta para Deku, pensó» Pero no le iba a decir eso a él, le explotaría el culo y se quedaría toda la tarde maldiciendo. Mejor prevenir que lamentar—. Él constantemente le gritaba, y por acto de reflejo el pobre pájaro se defendía, no se llevaban bien en muchas ocasiones, ni para comer.

Pero de esto, ____ solo se dio cuenta cuando comenzó a vivir con él.
El ave era hermosa, pero parecía decaída y débil a comparación del fuerte físico de Bakugou, el animal parecía deprimido y tímido mientras el rubio era explosivo y complicado. Los únicos momentos de paz para ambos eran cuando el ave pasaba el tiempo con la suya y ella pasaba tiempo con su pareja, también parecía que el ave de plumas cálidas se sintiera mejor con ella, pero no había posibilidad de eso, pues tenía dejes decaídos.

Con el paso de días, ____ notaba que Katsuki y su ave estaban macilentos, enfermos y distraídos.

—¿Pasa algo, Katsu?

—No, fea, solo quiero dormir.
Le daba un beso y caía rendido, pero su presentimiento le decía que algo no cuadraba.
Lastimosamente estaba en lo cierto.

La tarde soleada de un día primaveral el héroe “Kacchan” había caído gravemente enfermo después de síntomas con sangre, decaimiento y mareo. Lo internaron en un hospital de la ciudad, su novia había llegado como un rayo cuando se dio cuenta. Estaba desesperada, él nunca le dijo nada —también estaba muy molesta por eso—, y aun así solo parecía fatigado.

Quizá debió ser más atenta, debió ser más precavida, debió dedicarle más tiempo a la persona que amaba. Se supone que ella debería haberlo sabido de antemano, que ella le ayudaría y lo prevendría... no quería ni imaginarse la idea de perderlo.

Cuando, jadeante, llegó a la habitación, un doctor un poco viejo salía de la misma, parecía cansado por los años de trabajo. Ella se fijó que en su pecho había un pequeño minino que descansaba enroscado dentro de su pecho, también parecía fatigado.

—¿Cómo está?

—¿Es usted algo para el señor Bakugou?

—Soy su pareja —habló un poco brusca, indignada. Él relajó la mirada, con un gesto le dijo que le siguiera.

Caminaron por un breve tiempo por los pulcros pasillos de hospital, llegaron a una oficina muy bien organiza y con un leve olor a lejía.

—Señorita, debo decirle algo que seguramente no le gustará nada. —La miró con preocupación, ella le instó a continuar—. Nuestros animales de vida son complementos que nos ayudan a vivir normal y duraderamente, sin ellos, después de los quince, sería cuestión de horas para morir.

—¿Qué me quiere...? —La interrumpió.

—En un porcentaje muy bajo. Cabe la posibilidad que nuestro animal esté defectuoso... —Ella le miró con miedo—,  pasa como cualquier error natural y a veces, este animalito en vez de perdurar su vida y curar la epidemia, hace todo lo contrario, la razón es desconocida. —No habló, sus palabras se quedaron enredadas con el nudo de su garganta—. Señorita, le debo decir que el polluelo del señor Bakugou acabó de fallecer, es cuestión de horas para que él también muera. Lo siento mucho.

Las lágrimas ya habían aparecido en sus mejillas sin permiso.

—¿No hay algo que yo... pueda hacer?

—Sí, señorita.

—¿Qué es? ¡Dígame, por favor! ¡Pagaré lo que quiera, haré lo que sea, solo ayúdeme a salvarlo! —Al ver lo desesperada que estaba, el médico continuó con pesadumbre.

—Su ave es el “alma gemela” del señor Bakugou, sabe usted que solo existe una pareja de cada animal del alma. Si uno muere, el otro a voluntad propia puede entregar su animalito a esa persona y, obvio, le salvará la vida... pero, usted...

—No me importa, ¿dónde firmo?

Con una mirada de aprensión y languidez, el médico le extendió el papel.

Cuándo Bakugou se despertó sintió su pecho lleno de calidez, una calidez que no había sentido con el polluelo, exasperado por estar atado en cama, anhelaba con ahínco ver el rostro de la única persona que lo animaba.

Pero eso no sucedió.

El médico no le daba información sobre visitas, no hablaba con él más de lo necesario y era muy irritante. Ya lo había blasfemado un par de veces. La sorpresa se la dio cuando llegó a su departamento.
Estaba todo apagado, empolvado y solo, como si nada hubiera estado ahí en las dos semanas que estuvo en coma. Había una carta encima de la mesa, estaba manchada y con mugre por encima, la abrió y encontró la pulcra letra de su novia, en una gastada hoja con la tinta corrida. Se asustó al leerla.

Lo siento, Katsu, no soportaba verte tan mal.
Te amo.

Se quitó con brusquedad la chaqueta y encima de la blusa de fina tela se veía su pecho, había algo adentro. Lo sacó, y en vez de encontrarse con un plumaje amarillo, naranja y rojizo, solo estaba un plumaje azulado y violeta. El ave le miraba con tristeza pero con cariño, dejó de mirarlo y saltó de nuevo a su pecho y se negó a salir, Bakugou no quiso ni insistir.

Leyó el contrato que le fue enviado, entre ella y el doctor, ella autorizaba dar su ave para que él viviera, sabiendo bien las consecuencias.

—Mi vida no valía tanto, fea.

Las lágrimas le resbalaban una tras otra, se hizo borbotones en un llanto silencioso entre hipidos y ojos rojos. Rasgó la carta, la quemó, rompió unas cuantas cosas y golpeó la pared hasta hacer sangrar sus nudillos, el ave de su novia salió de su pecho y desapareció por el pasillo. Cayó rendido al suelo, sin dejar de llorar y maldecir.

El ave voló a su lado y dejó caer una foto de ellos, con sus aves. Claro, el ave de su novia también estaba triste por perder su pareja. Detalló la foto, se veían alegres, detrás ella le escribió que lo amaba, y que viviera por ella. Había una nota que le indicaba con recelo que cuidara de su amada ave.

Y lo hizo, la cuidó con vehemencia y fue lo que le mantuvo anclado a la vida, se volvieron amigos y complementos entre tristezas y nostalgias. Seguía en pie por no dejar sus esfuerzos reducidos en nada.
Pero su vida no era vida si no estaba ella.

N/A: 8( ame esto ahxlandk
No tengo palabras ahq.
Fue genial trabajar junto con Alexa♡
Ella es realmente genial 8)

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