09
TaeHa era una dulce mujer de cabellos negros levemente enrulados, no tan alta, no tan mayor. De hecho, aunque Jungkook no se lo había preguntado por respeto, podía suponer que no pasaba de los treinta años. A diferencia de su madre, ella era mucho más joven y paciente.
A la hora de dormir surgió el segundo problema de la noche. El primero fue cuando Taehyung quiso hacerle un berrinche a su madre por no dejarle llamar al dellivery por si solo, olvidando totalmente la presencia de su amigo; cuando se percató de aquello pasó casi media hora encerrado en su habitación llorando avergonzado mientras Jungkook le escribía un montón de palabras lindas con marcadores en una hoja, para finalmente pasarsela por debajo de la puerta. Volviendo al segundo y actual problema, ni TaeHa ni Taehyung habían pensado dónde dormiría Jeon.
—¿Y si te presto mi cama y yo duermo con mi mamá?—le pregunto bajito, estaban en la sala principal con la señora Kim. El menor negó—. Es una pijamada, cierto, cierto. ¿Y si duermes conmigo?—los ojos de Jungkook se abrieron grandes—, tú de un lado y yo del otro.
"Ugh, ¿prometes que no tienes olor en tus pies?"
—¡Hyung, no seas así!—lo empujó suave, riendo al final.
"Me gusta oirte reír. Te ves bonito"
Las mejillas de cierta personita peli-castaña se tiñeron de rojo. ¡¿Cómo es posible que Jungkook se atreva a ponerlo así de nervioso?! ¡Es injusto!
Hará algo al respecto, por supuesto que sí.
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