💀12💀
Esa noche se volvió larga y llena de recuerdos.
Los pensamientos de Morlov estaban en el omega que entrenó, siempre fue así. Desde el instante que lo miró por primera vez, ese momento específico donde conoció el bicolor de sus ojos y la tormenta que vivía haciendo estragos en la mente debilitada del chico.
Para alguien como él quien toda su vida fue entrenado para un mismo propósito, el poder encontrar algo único y valioso fue casi como una revelación divina, una experiencia extraordinaria que difícilmente podría olvidar. Jimin se convirtió en aquello que pudo restaurar para que tomara vida propia, para que viviera como el alma rebelde que era, y Morlov se sentía bien con ello. Las pocas emociones que resultaban ser verdaderamente autenticas eran arrancadas por los recuerdos de su vida al lado de ese omega, y para el ruso era más que suficiente.
Había conocido al omega en su peor momento, lo miró caer al abismo y consumirse en la miseria convertido en un ser destruido, frágil y muerto.
Quizá por ello terminó enamorándose.
«Anton. Nosotros somos malos, no tenemos que camuflarnos y mostrar algo que no somos. Por ello no podemos enlazarnos y condenar personas inocentes a soportar nuestro ritmo de vida»
Sonrió recordando las palabras de su padre, y también lo hizo porque nunca fue un fiel servidor de las órdenes del antiguo líder.
Se estiró un poco y con sus manos revolvió sus cabellos rubios, miró el reloj y descubrió que la madrugada había llegado hace un buen tiempo, recordándole los problemas que tenía para dormir.
Pudo detectar movimientos en la mansión, poco después los aromas de Zella se hicieron presentes. La puerta fue abierta por la misma alfa que llevaba muchos años bajo su servicio, y, por el aspecto que mostraba, Morlov no tenía que adivinar lo que estuvo haciendo antes de presentarse con él.
—Lamento la demora —dijo la alfa, inclinando la cabeza levemente en dirección a su líder.
Morlov la invitó a sentarse, para luego concentrarse en lo que de verdad le interesaba.
—¿Pudiste verla? —cuestionó.
—Hwasa estaba en las carreras, todos los líderes del triángulo estaban presentes —informó—. Se reunieron en la terraza privada, y casi al finalizar, Siwon y Min bajaron para mezclarse entre las personas, pero ella no.
Morlov golpeteó sus piernas con la ayuda de sus dedos. Su interés en la única líder mujer de esa organización era exclusiva de negocios. Sabía que Hwasa era una mente maestra con las armas, con una capacidad superior que le permitió formar su propio ejército que estaba ligado exclusivamente bajo el sello de su propia organización.
Esa fue la importante razón que hizo que Morlov se interesara en la subasta organizada por ella. Además, era la oportunidad perfecta para descubrir las posibilidades existentes de formar un buen negocio que le resultara beneficioso.
—Háblame de Siwon —pidió de repente.
Zella frunció ligeramente el ceño en señal de concentración, y no tardó en compartir la información que tenía del segundo líder.
—Es un alfa puro que se casó con Hwasa para igualar el poder del dragón negro. Es conocido por su personalidad tranquila, carácter juguetón y bromista —hizo una pausa—. Bastante leal con Min Yoongi y con su esposa, dueño de la red criminal más grande del mundo que abastece al triángulo con omegas que impulsan la trata de personas y la venta de órganos.
Morlov crispó los labios en una mueca ilegible.
—Ahora entiendo la tensión de DongYul —comentó tranquilo—. La organización que su hijo lidera se ha extendido en pocos años, con mayor alcance y buenas alianzas —reconoció—. Una de sus líderes es una experta innata en la creación de armamento pesado, el otro dueño de una red criminal que a su vez podría funcionar como fuente de información ilimitada —pausó para concentrarse en la mujer—. Ahora, háblame de Min Yoongi.
—Es el primer líder del triángulo. Dueño de una línea completa de laboratorios que están completamente resguardados —aseguró—. Para saber lo que ocurre en esos lugares es absolutamente necesario formar parte del dragón negro; Min es cuidadoso en ese aspecto, ya que, personalmente se encarga de seleccionar a las personas que trabajan en cada laboratorio, y no duda en eliminarlos cuando reconoce que saben más de la cuenta.
—Astuto —murmuró Morlov—. Supe que se casó con la hija del presidente de este país.
—Kang Seulgi —asintió Zella—. La omega desapareció hace un buen tiempo, pero se cree que está bajo el poder de Min. Sus padres no han intentado buscarla y eso refuerza la teoría.
—Esa unión le dio más inmunidad —dijo pensativo—. Así que, mi rosa siempre tuvo razón, Zella. Min Yoongi sabe jugar mejor que su padre.
—Tu ausencia en este lugar te desligó por completo de los asuntos que tu difunto padre dejó establecidos con el circuito, pero ya nada es lo mismo —habló la alfa—. El triangulo lo ha destronado, tanto en territorio, como en alianzas y fortuna. La única fortaleza era Amox, pero ahora también se salió de control, porque el chico está en el bando de Min, y la fuente de valor que es la niña es intocable para DongYul gracias a ti.
—Ese experimento jamás me interesó lo suficiente, ya deberías saberlo —le recordó—. Mi padre era el obsesionado con la experimentación en seres vivos, y me resulta primitivo.
—Nada de lo que ofrece el circuito es merecedor de tu atención —sentenció Zella con seguridad—. Deberías eliminar los pocos convenios que permanecen y desligarte de una responsabilidad que podría crear más problemas que beneficios.
El ruso dejó escapar una risa baja.
—Estoy tentado a hacerlo, pero será un poco difícil con DongYul fuera del país. Con mi rosa y con el triángulo cazándolo, dudo mucho que el pobre hombre aparezca pronto.
—Podría estar en Rusia —opinó la mujer.
—Lo descubriré cuando regrese, mientras tanto, me concentraré en cumplir cada una de las razones que me hicieron venir hasta aquí.
Yoongi detalló con especial interés la lujosa casa que estaba frente a él, miró a su alrededor, descubriendo un equipo completo de seguridad que se encargaba de la vigilancia del terreno, con puntos estratégicos y buena coordinación.
Pensó en dar un paso hacia adelante, pero desechó la idea. Permaneció quieto, esperando el primer movimiento, mientras trataba de no sobre pensar los motivos que lo hicieron actuar de esa forma.
Hasta que una llamada lo distrajo lo suficiente. El alfa tomó el móvil, formando una sonrisa instantánea cuando descubrió quien lo llamaba.
—¿Quieres una invitación por escrito para entrar de una maldita vez?
—No me puedes culpar por tomarme mi tiempo, precioso —habló tranquilo—. Tu casa está rodeada de personas armadas y vine solo para complacer tu petición; sin embargo, no quiero morir de forma patética, sería una pena.
—No vas a morir, Min —dijo Jimin, escuchándose impaciente—. Entra de una buena vez y no juegues más con mi paciencia.
Yoongi colgó porque no veía necesario continuar tentando su suerte. Metió ambas manos a los bolsillos del pantalón para luego comenzar a caminar hasta la casa donde su fruto prohibido mantenía a la niña segura del resto del mundo.
No fue necesario que tocara el timbre, la puerta fue abierta para él por el mismo omega que lo había llamado. Yoongi se tomó su tiempo para apreciarlo, Jimin tenía el cabello castaño, los ojos miel y los aromas dulzones que eran los únicos existentes en el mundo con la capacidad de arrancarle suspiros.
—La esencia de Park Jimin —murmuró, notando como las esquinas de los labios gruesos se alzaban levemente.
—Entra —dijo el menor, para luego dirigirse hacia el salón principal de la casa mientras era seguido por un curioso alfa.
Ambos llegaron al lugar indicado. Yoongi detalló en la mujer que estaba presente, para luego concentrarse en la pequeña niña que, a su vez resultaba ser un arma letal si caía en las manos correctas.
El alfa se acuclilló lo suficiente para estar dentro del campo de visión de la infanta. Hizo contacto visual con ella, detallando los ojos temerosos y de un vivaz color verde que lo miraba de vuelta, quizá reconociéndolo o quizá no.
—Hola, SuLee —habló primero, atento a la reacción de la niña.
La niña miró a la mujer que le sostenía la mano, pero Suran estaba demasiado intimidada con la presencia del alfa purasangre como para ofrecerle la confianza que pedía dentro de su comportamiento silencioso. Es por ello, que la pequeña omega se soltó y fue hasta donde Jimin, aferrándose de la camisa del castaño, mientras se ocultaba parcialmente del alfa que era desconocido para ella.
—Tu lobo intimida a los niños —comentó Jimin, sin darle tanta importancia.
—No solo a los niños —respondió Yoongi, sin dejar escapar el comportamiento de la mujer que aún no le habían presentado.
—Noona —llamó Jimin, ganándose la atención de la omega—. Ya sabes quién es, así que trata de relajarte.
—Min Yoongi —pronunció Suran.
—La niñera de petit —concluyó Yoongi, para luego volver a concentrarse en la niña.
Jimin permitió que la evaluara, sabía que Yoongi conocía bien lo que la niña llevaba en la sangre, misma razón que le hizo ceder. El tiempo con la niña era un enemigo que no daba treguas, la pequeña había comenzado a desarrollar síntomas alarmantes que orillaron al omega para que tomara una decisión definitiva, arriesgando mucho en el proceso.
—El químico inyectado está presentándose en los aromas de la pequeña —comentó Yoongi con repentina seriedad—. ¿Puede suprimir su esencia de forma natural?
—No —respondió Jimin—. Al menos desde el último mes.
—Malas noticias, precioso —dijo con un chasquido ruidoso, al mismo tiempo que se ponía de pie para encarar al omega—. Se está saliendo de control.
—¿Tienes una explicación para ello? —inquirió Jimin, mientras rodeaba con su brazo los hombros temblorosos de la niña que se abrazaba con fuerza a su cintura.
—Sí, para empezar, algo tan grande como el prototipo del primer experimento no era compatible con un feto —inició—. Es verdad que existe mayor probabilidad de éxito. Debido a que las cadenas de ADN están en su etapa inicial, inyectar células ajenas es lo único que se necesita para que el sistema las amolde y sean reconocidas como algo propio dentro del organismo; sin embargo, las verdaderas complicaciones vienen después, cuando el desarrollo real comienza, es en ese momento que el ADN reconoce la falla en su propio sistema y se forma un desequilibrio que afecta el funcionamiento normal del cuerpo.
—Ocurrió algo similar conmigo —susurró el omega, más para sí mismo que para el alfa que le acompañaba.
—Por eso Grace modificó la formula y lo hizo a tiempo —asintió Yoongi—. La gran diferencia era que iniciaron el experimento contigo siendo un niño, no una masa de células que aun no nacía —se encogió de hombros—. Sistemas diferentes, reacciones diferentes.
El omega miró al alfa con intensidad, lo evaluó en silencio, mientras su mente trabajaba con velocidad, trayendo al presente memorias de su pasado, para encontrar alguna brecha que le diera la oportunidad de encontrar una salida viable para la niña.
Lo quiera o no, petit continuaba siendo una cadena para él. Jimin necesitaba vencer esa cadena para así actuar con completa libertad y lograr cada uno de sus propósitos, por ello necesitaba al alfa que estaba a menos de un metro de distancia, porque únicamente Min Yoongi poseía lo necesario para liberarlo.
—Es imperativo —terminó diciendo, con sus ojos manteniendo el contacto visual con el alfa—. La niña irá al laboratorio para que Char vea lo que causó.
—¿Estás seguro, Jimin? —preguntó Suran, tensándose por la decisión tomada por el omega.
—No pienso verla morir aquí —determinó—. No si puedo hacer algo para evitarlo.
—La niña no morirá si es lo que te preocupa —aseguró Yoongi con una tranquilidad que únicamente le funcionaba a él—. Probablemente soporte dolor, la cura no es sencilla, pero sí eficaz —miró directamente los ojos del omega Park y añadió—: me pediste que la curara y voy a cumplirlo. Te lo dije antes, precioso, mis laboratorios están listos, sólo debes decidirte y no arrepentirte después.
—La decisión está hecha. —Jimin sabía que lo que decía era verdad. El mayor impulso era por supuesto el bienestar de la pequeña, el poder darle la oportunidad de una vida normal, aun así, existía uno más y consistía en destruir lo más valioso que tenía el circuito, lo mismo que dio inicio a la destrucción completa de su propia vida.
Compartió un asentimiento con Yoongi que dio inicio a todo. Jimin cargó a la niña, y sin molestarse en caer en la mirada angustiada de Suran, salió de la casa en compañía del alfa que se encargaría de llevarlo hasta el laboratorio principal.
—Tendrás acceso completo a ella —comunicó Yoongi, mientras ponía en marcha el vehículo—. Ya di órdenes específicas. En este momento, Grace debe estar preparándose para dar inicio con las primeras pruebas.
El omega miró a la niña que iba tranquila en el asiento trasero del auto, lo hizo por algunos segundos hasta que se concentró en la carretera y en lo que el alfa iba diciendo.
—¿Cuánto puede durar el proceso de curación? —preguntó.
—Un par de meses, muchas veces depende del organismo y del tipo de dosis a utilizar —respondió con la verdad—. La pequeña estará segura en el laboratorio, nadie puede llegar a ella, no cuando el sello del dragón negro la resguarda.
—Lo sé —dijo el omega. A decir verdad, su inquietud radicaba en la omega que había dejado en casa.
Suran también corría peligro. El rostro de la mujer debía estar impreso en todos los miembros del circuito, y cuando la niña dejara de ser un objetivo de caza, la cabeza de ella duplicaría en valor bajo el hambre de venganza. Jimin necesitaba ser más rápido, sacarla del país, y ubicarla en un punto ciego, tal y como había hecho con el pequeño cachorro de SeokJin.
Con la determinación burbujeando en su sistema, el castaño envió un mensaje directo a Rose, la omega era la que tenía una ubicación más cercana a esa casa, así que podría sacar con facilidad a Suran para llevarla al cuartel subterráneo a la espera de nuevas órdenes.
—¿Cómo va el asunto de Kang? —averiguó el alfa, mientras continuaba conduciendo con velocidad moderada.
—Llamó para disculparse conmigo por haberme dejado solo en las carreras —contó el omega con una sonrisita—. Se escuchaba realmente arrepentido.
—El hombre es insistente, empeora en estos momentos donde me estoy divorciando de su hija y él piensa hacer lo mismo con su esposa.
Jimin se acomodó de lado en el asiento para mirar directamente a Yoongi, interés real brillando en su mirada cubierta de miel.
—No sabía que el presidente estaba contemplando la idea de divorciarse —comentó con un leve tono de sorpresa.
—¿Qué? ¿Piensas agregar un nuevo esposo a tu colección? —gruñó Yoongi con las cejas arrugadas.
—Tentador, pero no es el caso —aseguró—. Me causa curiosidad por obvias razones, es el presidente y no le conviene un divorcio en este momento.
Yoongi le dio la razón, pero siempre dudó de la capacidad de razonamiento del hombre. Lo hizo desde que SooJong le entregó a su única hija en matrimonio, importándole poco la seguridad y felicidad de la omega.
—No es algo nuevo —comentó, luego de un silencio corto—. Seulgi una vez compartió conmigo la preocupación que sentía por sus padres. Al parecer, la propia JinKyung se encargó de darle la noticia a su hija.
—Todo es tan fácil, que me resulta aburrido y decepcionante —comentó Jimin, liberando un suspiro pesado.
—Sabes lo que tienes que hacer, precioso —habló Yoongi, y en el mismo momento, la construcción lujosa del laboratorio principal se vislumbró con facilidad—. El poder y las influencias del bajo mundo no son suficientes para satisfacernos, por ello buscamos más.
Jimin no respondió, no era necesario que lo hiciera cuando alfa y omega estaban de acuerdo. SooJong era una figura de máximo poder, uno que resultaba inalcanzable desde las sombras, por ello, de vez en cuando era necesario emerger a la superficie, con una máscara encantadora que cubriera las verdaderas intenciones de cada quién.
El auto aparcó en el estacionamiento que estaba rodeado por hombres del dragón negro. El alfa salió en compañía del omega y la pequeña niña que en silencio se dejó cargar por Jimin, mirando su entorno, silenciosa y quieta.
Fue una peculiaridad que Yoongi notó, y no pudo evitar preguntar:
—¿La cachorra es muda?
—Mudez selectiva —explicó Jimin. A medida que caminaban hacia el interior del edificio recibían reverencias como saludo, siendo reconocidos como líderes y figuras de alto dominio y poder.
—¿Emite sonidos? —indagó el mayor cuando llegaron al ascensor privado, donde fue necesario teclear una clave de seguridad para usarlo.
—Sí, es más evidente cuando se molesta o se siente feliz —respondió Jimin, para luego dejar a la niña en el suelo—. Prefiero que sea así, silenciosa. De esa manera me ahorro las explicaciones.
Yoongi no preguntó nada más. El ascensor comenzó a funcionar hasta llevarlos al piso subterráneo del edificio donde se llevaba a cabo la principal función del laboratorio, mismo espacio donde se almacenaban diversas muestras y antídotos que ya habían sido probados en más de una ocasión.
Las puertas se abrieron, entonces, el líder dragón habló:
—Bienvenido al corazón del triángulo, precioso.
Jimin tomó la mano de la niña y avanzó lo suficiente para conocer la estructura del lugar. Era espacioso, con paredes blancas y grandes ventanales de cristal, había luz en cada rincón, cámaras de vigilancia, puertas cerradas de color gris, personal uniformado, y hombres armados que custodiaban los puntos estratégicos del espacio que estaban pisando.
—El subterráneo, conocido también como área x, es el lugar donde almacenamos los prototipos experimentales que han sido un éxito en cada una de las pruebas realizadas —explicó Yoongi, mientras entregaba mascarillas y batas de protección para que fueran utilizadas—. Del lado izquierdo se encuentra la bóveda, debe estar con una temperatura de cinco grados bajo cero, es ahí donde los antídotos de cada creación permanecen guardados.
—Los prototipos en cambio, deben conservarse a temperatura alta —comentó Jimin, notando como Yoongi asentía.
—Invertí millones de dólares en Turquía para crear un equipo tecnológico moderno que me permitiera tener todo lo necesario en un mismo espacio, debo decir que fue la mejor inversión que hice hasta ahora.
Caminaron un poco más hasta que llegaron a un salón donde estaban diversos aparatos que resultaron completamente desconocidos para Jimin. El omega apoyó la mano izquierda en el cristal de la pared, mirando con curiosidad el funcionamiento de cada uno, y reconociendo internamente que la idea del alfa era brillante.
—El circuito jamás pudo trabajar en condiciones como estas —comentó—. Por ello perdieron millones y muchas vidas humanas.
—Querían buenos resultados sin pagar el precio correcto —dijo Yoongi con una sonrisa ladina—. Todo lo que vale la pena cuesta una fortuna, en todos los ámbitos de la vida.
El pasillo siguiente que los recibió estaba lleno de robots ayudantes. Las máquinas móviles eran las encargadas de mantener el funcionamiento interno de todo el edifico, utilizando energía renovable que no afectaba a los químicos con los que se trabajaba.
Llegaron hasta un espacio lejano que estaba compuesto por dos puertas dobles, el alfa escaneó el tatuaje que lo identificaba como máximo líder, y en el mismo instante obtuvo el acceso requerido. Ingresaron en silencio, encontrando un salón pequeño que estaba equipado con lo necesario para que una persona viviera sin ningún tipo de complicaciones.
—SuLee se quedará aquí —avisó Yoongi—. Como podrás darte cuenta, el espacio es seguro, alejado e ideal para que la niña reciba las primeras intervenciones por parte del equipo que estará encargado de eliminar el químico de su sangre.
El silencio ganó fuerza cuando una persona ingresó a la habitación donde ellos se encontraban, volviendo denso el ambiente con la presencia repentina de Grace.
La omega se quedó quieta en su sitio, sus ojos no pudieron evitarlo y terminó mirando por mucho tiempo a la pequeña niña de larga cabellera castaña y grandes ojos verdes. SuLee también la miraba a ella, pero no tenía intenciones de alejarse de Jimin, debido a que el omega era la única fuente conocida y llena de seguridad que tenía en aquel lugar extraño al que la habían llevado.
—Te conmueve ver a la cachorra a la que le jodiste la vida, ¿eh? —comentó Yoongi, sonriendo entretenido cuando miró como la omega apuñaba ambas manos y luchaba con el control de sus aromas.
Grace inhaló profundo, y por su propio bien trató de no mirar más a la niña y concentrarse en lo importante que era enmendar el error que la había perseguido durante todos esos años.
—Todo el equipo está listo —anunció con cuidado—. Tomaremos muestras de sangre en un par de horas, primero necesito verificar si la capacidad de regeneración sigue siendo intacta.
—Lo es —informó Jimin—. SuLee cura sus heridas en cuestión de segundos, sin importar lo profundas que sean.
—Esa es la principal característica del experimento —concedió Yoongi—. Sin embargo, es necesario estudiarlo a detalle, no podemos omitir información al momento de dosificar el tratamiento.
Jimin cargó a la niña y la dejó encima de una mesa de metal que servía exclusivamente para realizar inspecciones. Hizo contacto visual con ella, permitiendo que los ojos verdes evaluaran cada rincón de su rostro, mientras los aromas de ambos se combinaban, siendo ese el único método capaz de tranquilizar a la cachorra para que Grace pudiera comprobar su teoría y así armar un procedimiento completo con las bases necesarias y la información correcta.
La omega tomó el brazo izquierdo de la cachorra, y con ayuda de un bisturí realizó un corte pequeño y profundo. Los tres adultos observaron con detenimiento lo que ocurrió a continuación, la sangre de la cachorra no brotó, quedó en su sitio, mientras la herida abierta se cerraba con facilidad, la piel se fusionó nuevamente, cada célula en su lugar, los tejidos mezclados, de una forma tan extraordinaria que ninguna cicatriz quedó a la vista.
—Fascinante —dijo Yoongi—. Sabía que esta niña tenía el mayor porcentaje de éxito del antiguo experimento, pero verlo con mis propios ojos ha sido una experiencia alucinante —reconoció, mirando a Jimin—. Ahora comprendo un poco mejor la razón por la que tu cuerpo no lleva las cicatrices de tu pasado.
—Mi capacidad de regeneración es inferior a la de petit —comentó Jimin—. Cuando Char hizo las modificaciones en mi cuerpo me dejó esa desventaja —sonrió—. Me lleva alrededor de una hora curarme de una herida profunda, y de un par de días hacerlo de impactos de bala; todo depende del diseño de la misma y el punto exacto de mi cuerpo.
—El veneno que corre por tu sangre es lo suficientemente letal, capaz de matar en cuestión de minutos —le dijo Grace—. No tiene antídoto, no conoce retorno, es como tú, oscuro y mortal.
Jimin parpadeó con inocencia. La verdad es que nunca se había interesado en utilizar el veneno que su propio cuerpo producía, le resultaba más estimulante cazar a sus víctimas, enloquecerlas, torturarlas y matarlas con sus propias manos. Hasta el momento se limitó a extraerlo cuando las concentraciones en su organismo eran exuberantes, pese a ello, trataría de darle una mejor atención de ahora en adelante.
Asesinar utilizando un químico que él mismo producía... solamente una persona llegaba a su mente cuando esa posibilidad ganaba terreno dentro de sus pensamientos.
Y debía admitir que le tentaba en demasía poder llegar a cumplirlo.
Seulgi cerró los ojos con fuerza cuando escuchó el golpe directo de la puerta.
Yoongi ingresó a la habitación, por la densidad en sus aromas, la omega dedujo con facilidad que el hombre estaba molesto, y ahora que ella tenía la mente un poco esclarecida, le daba un poco de razón.
—Un intento de suicidio —habló el alfa, mirando con frialdad las muñecas vendadas de la omega—. No es por nada, pero, si realmente quieres morir, existen mejores métodos que el que utilizaste.
Ella no respondió, abrazó ambas piernas contra su pecho y se concentró en la pared de color blanco que estaba al frente, vigilando por el rabillo del ojo los movimientos del alfa que no tardó en sentarse al lado de la cama donde descansaba.
—Te creí más lista, Seulgi.
—Estoy harta —habló, sin molestarse en mirar al otro—. Ya no quiero estar aquí, el encierro está terminando conmigo.
—¿Y por eso te cortaste las muñecas? —chasqueó la lengua—. Estábamos llegando a un buen acuerdo, Seulgi, incluso pensaba sacarte de aquí cuando nuestro divorcio estuviera listo para que retomaras tu vida.
—No me importa nada de eso, Yoongi —resopló—. Lo que hice fue por un impulso que me salió mal y desafortunadamente no tengo el valor de volver a hacerlo. Soy una cobarde.
—Lo eres —asintió el alfa—. Eres imprudente, impulsiva, una niña tonta que pretende que con este tipo de espectáculos llamará la atención.
—Logré algo —dijo con un encogimiento—. De otro modo, no estarías aquí.
—Si estoy aquí es para facilitarte un poco las cosas —anunció, y antes de que ella pudiera hablar, Yoongi lanzó un arma a la cama—. Úsala de una puta vez y mátate. Personas inseguras son un estorbo con los que no pierdo el tiempo.
Seulgi miró la pistola que resaltaba entre tantas sábanas blancas, no se atrevió a tocarla, sus manos temblaban y tenía un nudo en la garganta que no le dejaba pasar saliva. Estuvo callada, sin moverse, mostrándose sumisa ante la presencia del hombre al que había amado tanto, y que al mismo tiempo la había destrozado de todas las maneras posibles.
—Eres cruel —terminó diciendo, levantando la mirada sólo para encontrarse con los ojos gatunos del alfa.
—Toma una decisión, porque te juro que si no lo haces yo mismo lo haré por ti, y créeme que mis métodos son más rápidos y eficaces.
La omega formó una línea tensa con sus labios, así estuvo hasta que la presión dentro de su pecho estalló con un sollozo que logró ponerla en evidencia. Sí, era patética, sí, estaba rota, y sí, estaba ansiando vengarse de todos aquellos que estuvieran bajo su alcance, sobre todo de su madre y su padre, los primeros responsables en arruinarla.
—¿Qué debo hacer? —preguntó, escuchándose resignada.
Seulgi sabía que para salir de ahí necesitaba cooperar con su principal captor, también sabía que debía jugar para un mismo bando, seguramente la estarían vigilando y cualquier esfuerzo que hiciera terminaría en el drenaje si daba un paso en falso.
Estaba a punto de entrar al terreno donde sólo los lobos fuertes tenían el derecho a pisar, ¿estaba lista? Evidentemente no, pero no retrocedería en su decisión. Había tenido suficiente de dudas que solamente servían para llenarle la cabeza de pensamientos intrusivos que la llevaban a actuar sin pensar en futuras consecuencias.
—Aprende a controlarte, actúa como una verdadera mujer —habló Yoongi, sacando a la omega de sus pensamientos—. Deslígate de los deseos de tus padres —se inclinó y con su índice dio golpecitos en la cabeza de ella—. Piensa por primera vez y veamos si tienes lo que se requiere para sobrevivir.
—Lo haré —musitó insegura—. ¿Ya estamos divorciados?
—Tendré los papeles en estos mismos días —informó Yoongi—. ¿Qué dirás cuando pregunten el motivo?
Ella hizo una mueca inconforme, pero al final terminó dando la respuesta que le impusieron.
—Que no funcionó porque queríamos cosas diferentes.
—¿Lo ves? Es bastante sencillo cumplir con lo que pido —dijo el alfa—. Lo que tienes que hacer es ensayar mucho tu mentira, de esa manera será más fácil que la creas.
La omega frunció ligeramente el ceño. La situación no estaba a su favor, ya que prácticamente Yoongi estaba dejándole toda la responsabilidad de lidiar con el escandalo del divorcio, y, lo quiera o no, Seulgi sabía que también estaba condenada a soportar críticas y demás cosas que para ese momento le resultaban tontas.
—¿Cuándo saldré de aquí? —preguntó, y no pudo evitar notar que el alfa ya no estaba usando el anillo de matrimonio.
—Cuando me asegure de que no eres un peligro allá afuera.
La respuesta recibida hizo que ella rodara los ojos con irritación; sin embargo, sabía que no podía exigir nada, más bien debía conformarse con lo que tenía a su alcance.
—Bien —accedió a regañadientes—. Las cosas se harán como tú digas.
Las comisuras del alfa se elevaron levemente, fue entonces que Yoongi decidió que la conversación había llegado a su final.
Todavía tenía algunos asuntos pendientes que debía tratar con NamJoon. Su segundo al mando parecía un zombi, completamente desenfocado en su trabajo, y Min no podía seguir tolerando ese comportamiento estúpido que demostraba las carencias que Kim tenía al momento de darle frente a los errores que cometió con el omega que se le había escapado.
Moonbyul se atragantó con su propia saliva cuando se encontró a Min Yoongi del otro lado de la puerta. El alfa la miró de pies a cabeza, con una ceja enarcada que demostraba la leve impresión que le ocasionó encontrarse con la omega en la mansión Kim.
—Interesante —comentó, mientras ingresaba al interior de la mansión sin necesidad de invitación—. No creí que la amante de NamJoon fueras precisamente tú.
—No soy su amante —habló Moonbyul con la mandíbula tensa.
—¿No? —inquirió Min—. Es extraño, porque, según recuerdo, el esposo de Kim es SeokJin —se fijó en el cuello ajeno y sonrió burlón—. Ni siquiera te ha marcado.
—¿A que has venido? —interrogó, pasando el peso de su cuerpo de un pie a otro para encontrar algo con lo que pudiera distraerse y así no vivir nuevamente la tentación de caer en la perversión que alguien como Min Yoongi emanaba.
—Necesito hablar con NamJoon —respondió sereno—. Ve y dile que estoy aquí.
No fue necesario que Moonbyul lo hiciera, pues casi de inmediato la esencia de Kim NamJoon llenó el lugar. El moreno notó la presencia de Yoongi, haciendo una leve mueca que no terminaba de demostrar la maraña de emociones que le carcomían la cabeza durante cada minuto de su vida.
—Realmente eres patético. —El comentario de Yoongi iba cargado de desdén, sin la intención de ser sutil o amistoso.
—¿Qué quieres? —gruñó Kim, empujando a la omega para que se hiciera a un lado.
Todo el buen humor de Yoongi desapareció, dejando en su lugar una expresión mortal con la imponencia de sus aromas de sangre pura y líder, para dejar en claro una vez más la posición de cada quién.
—Mi visita no es nada amistosa, Kim —anunció con severidad, provocando silencio en el otro alfa—. Si me tomé la molestia de venir hasta aquí fue con el único propósito de obligarte a tomar responsabilidad de tus obligaciones dentro de la organización —gruñó—. Estoy hasta los cojones de ti y tu comportamiento inservible.
—Te pedí unos días para buscar a mi omega y mi hijo.
—Sí, pero por lo que veo los invertiste para revolcarte con tu amante —dijo Yoongi—. No es un asunto que me importe, lo sabes bien. Lo que me jode es que no tengas la capacidad de cumplir con tus obligaciones, hay dos envíos de armas atrasados, y resulta que en dos semanas debo viajar a Tokio sólo porque el imbécil bueno para nada de mi segundo al mando decidió pasarse por las bolas la inspección de los bares que tengo en esa ciudad.
—No me sigas jodiendo con lo mismo, Yoongi —bramó NamJoon—. Ambos sabemos perfectamente el paradero de mi esposo, y si me he tardado en recuperarlo es porque de una u otra forma terminarás metiéndote en mi camino.
—No me vengas con la misma mierda de siempre —frenó el alfa líder—. Si no te has enfrentado a Amox es porque no tienes lo necesario para hacerlo —atacó directamente al orgullo—. Dices que él los tiene, ¿no? Si es así, ve y ya. No me uses de patética excusa —se acercó un poco más—. Enfrenta al responsable, pero hazlo de frente —sonrió—. Yo no pienso intervenir.
NamJoon apretó con fuerza sus manos hasta que las uñas se enterraron en la piel de sus palmas. Estaba furioso, no podía dormir bien, el desespero había descontrolado la poca armonía que conservaba con su lobo, y los reclamos de Yoongi no ayudaban para nada con su humor.
—Voy a matar a ese hijo de puta —sentenció, refiriéndose a Amox.
Yoongi soltó la carcajada de su vida.
—La amargura te está haciendo delirar, Kim —dijo convencido—. Piensa bien lo que harás, pero, no quiero que vuelvas a desatender tu trabajo; de lo contrario le pediré a Jeon que se haga cargo.
—¿En verdad crees que ese niñato lograría lo que yo?
—Sí —respondió—. Es mi primo, un alfa líder, te odia y sabe del negocio —enumeró con sus dedos—. Como podrás notar, no eres completamente indispensable. Si yo estuviera en tu lugar, me esforzaría por mantener mi puesto.
Luego de soltar todo lo que tenía para decir, Yoongi caminó con decisión hacia la salida de aquella casa. NamJoon lo siguió, consiguiendo a cambio la ignorada del siglo que Min le dedicó, pues ya le había dejado las cosas en claro, y nadie mejor que Kim sabía que las palabras del líder dragón se cumplían sin importar el costo.
Me demoré en volver, de nuevo unu.
¿Qué les pareció el capítulo? 👀
Muchas gracias por leer, votar y comentar.
¡Hasta el próximo capítulo!
💀Yoon~
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