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💀01💀

"Se llevaron a Petit"

El tiempo se detuvo los segundos exactos como para sentir los cambios en su cuerpo.

Un peso crudo se formó en su cabeza, pensamientos revueltos recorrieron a velocidad alarmante cada punto sensible de su sistema nervioso haciendo cortocircuito, logrando formar con ello un sólo objetivo claro.

Matar.

La garganta se resecó, pidiendo a gritos internos ser mojada con la sangre ajena y que se había atrevido a tocar aquello que era suyo; sus ojos se movieron por cada esquina del salón, ignorando por completo a sus demás acompañantes que le veían con clara duda y nervios descontrolados.

—Amox, ¿qué ocurre?

Ignoró la pregunta de Jungkook, en ese momento era más importante el dominio con su lobo, pero se le estaba complicando mucho más de lo que esperó.

"Después de todo la verdadera diversión está por comenzar".

"¿Morirías por mí?"

"De ahora en adelante tu fidelidad completa está en el triángulo".

Amox llevó sus manos hacia la cabeza y apretó con fuerza, los recuerdos de conversaciones pasadas llegaron para atormentarlo y burlarse de él. Todos esos indicios formaron un fino hilo que en cuestión de minutos lo llevó con el culpable de su maldito mal humor y descontrol.

—Bastardo hijo de perra —gruñó, para luego reír en completo descontrol.

Un gran estruendo se formó cuando las puertas dobles del salón fueron tumbadas, por ellas un grupo completo de alfas armados ingresó, cada uno de ellos apuntando a Amox mientras le rodeaban para dejarle sin salida.

Jungkook, Chen y Jay Park estaban más que dispuestos a pelear, mas sólo bastó una señal de su líder para saber que debían permanecer quietos y en silencio. Es por ello que con expresiones sombrías retrocedieron y confiaron en que el omega tendría algún plan para salir de aquel embrollo que ni siquiera tenía una explicación clara.

Amox permaneció en silencio, sus ojos miraron a cada uno de los hombres que le apuntaban con armas y les retaba con la mirada a hacer el siguiente movimiento. La furia que sentía en su interior estaba en su punto más alto, la adrenalina la sentía a flor de piel, y sabía que sólo bastaba una razón más para desatar contra el mundo entero su sed de venganza y de sangre.

—Amox —la voz de KiungSoo se hizo escuchar por todo el lugar—. Tienes que acompañarnos.

El omega ladeó la cabeza. —¿Me ves que tenga opción?

—Los líderes han pedido verte —dijo el alfa—. Necesitan hablar acerca de un tema importante que les interesa a los cuatro.

—¿Y son necesarias las armas? —indagó Amox con el ceño fruncido—. Me irrita que simplemente las usen para amenazar, si van a levantar un arma es porque jodidamente la van a usar.

—Son órdenes de los líderes —se limitó a responder el alfa—. Ahora síguenos.

Amox apuñó ambas manos con fuerza para detener sus impulsos, miró a su alrededor y bufó al ver que seguían apuntándole con más de nueve armas, pero al ver más allá claramente podía notar el nervio palpable en cada mirada que encontraba.

Salieron al pasillo y caminaron recto hasta llegar a unas escaleras que el asesino no había visto hasta el momento. Las bajaron en silencio y un túnel iluminado les recibió, allí había más alfas en diferentes salones de pruebas y entrenamientos, las grandes cristalerías mostraban los diferentes escenarios a medida que iban internándose en aquel lugar que fácilmente podría compararse con un laberinto.

—En este momento estamos en el corazón del triángulo —informó KiungSoo sin detener sus pasos—. Los diferentes equipos que lo componen tienen una sala propia y equipada según sus intereses —siguió hablando—. Si todo sale bien, muy pronto conocerás la tuya.

—¿Y tú ya la tienes? —preguntó Amox, mientras sus ojos analizaban cada rincón que veían y su mente trabajaba en una estrategia.

—Sí, fue la primera que viste —respondió, deteniéndose cuando llegaron al final del pasillo donde una gran puerta de metal les recibió.

Desde ahí Amox pudo detectar los aromas de los líderes, y ese mismo detalle fue el causante que la tormenta en su interior aumentara su caos, llevándole a tensar cada fibra de su cuerpo para mantener un control que básicamente estaba en un hilo tenso que, conforme avanzaba el tiempo amenazaba con romperse.

Finalmente la puerta fue abierta, el sonido pesado que formó quedó sepultado en las altas paredes de concreto, mismas que avisaban las nulas posibilidades de escape por si la situación continuaba en su contra.

Aún así, Amox no permitió que vieran duda en sus ojos, mucho menos el rastro engañoso de un miedo inexistente. No, él se encargó de dejar en claro toda aquella furia que hervía como lava en cada una de sus venas, amenazando con derramarse sin piedad alguna, teniendo el valor de desafiar cuando se encontraba en territorio inestable y desconocido.

La esencia engañosa del té verde y la frambuesa fue cruelmente aniquilada, dando paso a los imponentes aromas que delataban su verdadero lugar en la jerarquía, así como también demostrar la infinita ira que estaba sintiendo con sus ansias locas de matar.

Ellos querían un espectáculo, uno verdadero con una bestia desatada, y si no les pareció suficiente el baño de sangre que el asesino formó en la arena de combate, pues Amox estaba bastante dispuesto a hacer otro si no le entregaban a Petit.

—Entra —habló KiungSoo desde el interior del salón.

Los pasos del omega fueron firmes, los alfas que estaban atrás fruncieron la nariz ante el escozor de sus aromas, logrando hacer que sus manos temblaran al sostener las armas con las cuales seguían apuntando a un sólo objetivo.

El interior de aquel salón era sumamente espacioso, cerrado por completo y con altas paredes blancas. En el centro había una mesa redondeada donde dos de los líderes le esperaban con rostro imperturbable; Amox detalló un poco más y encontró una estantería completa de armas, explosivos y herramientas situadas del lado derecho, mientras que en el izquierdo sólo pudo ver lo que parecía ser una puerta que fácilmente podría pasar desapercibida por su color blanco al igual que las paredes.

Hwasa y Siwon compartieron una única mirada antes de observar a Amox, ambos líderes estaban completamente serios y hasta cierto punto de tensión podía notarse en sus movimientos robóticos; aquel era un comportamiento un tanto inusual que sin duda logró llamar la atención del asesino.

Los ojos bicolores miraron a los dos alfas detenidamente, ahondó en sus pensamientos como una sombra densa que no podía ser evaporada. El silencio cayó como toneladas de cemento, ninguno de los presentes se atrevía a romperlo, porque cada uno de ellos sabía bien que la verdad estaba presente en cada rincón del salón.

Finalmente, el omega soltó un profundo suspiro que tensó aún más a los presentes.

—¿Dónde la tienen? —preguntó Amox, su mirada fija en la líder de MoonBlack.

Hwasa torció los labios en una sonrisa. —Nunca lo dudé, sabía que pronto llegarías a una acertada conclusión.

—¿Dónde la tienen? —volvió a preguntar, su tono bajo demostrando que no estaba para juegos.

—Nosotros no seremos quienes respondamos a esa pregunta —dijo Siwon, su rostro serio e imperturbable fijo en los ojos bicolores.

Amox estaba por responder cuando sus ojos captaron movimientos al lado izquierdo, fue entonces que miró la pequeña puerta abrirse en un movimiento lento y seguro para segundos después observar como Yoongi salía mientras cargaba entre sus brazos el delgado cuerpo de una niña.

La ira que hasta ese momento estuvo controlada, explotó cuando Amox pudo ver los ojos temerosos de Petit al ser cargada por un completo desconocido.

—Quieto —dijo Yoongi, adivinando a la perfección los próximos movimientos del omega—. Nadie tiene que salir lastimado si podemos negociar.

Amox oscureció la mirada, mientras sus aromas se encargaban de formar una densa capa que estaba mareando a todo alfa de rango inferior presente en la habitación.

Yoongi caminó hasta la mesa donde sentó a la niña, con una mirada bastó para que Petit se quedara quieta en su lugar, incapaz de moverse e incapaz de correr a refugiarse tras el cuerpo del único rostro conocido en aquella habitación.

El líder del Dragón Negro se situó frente al omega, los ojos gatunos lucían un brillo tranquilo y de entendimiento sincero que provocó un ceño fruncido en el asesino. No había burla, tampoco superioridad, tan sólo una determinación aplastante de hacer una alianza más que marcaría su lugar dentro de todo aquel juego.

—Necesitamos hablar de muchas cosas, precioso —inició Yoongi, sin dejar de mirarle a los ojos—; y la única manera para que tomaras en serio lo que estoy por proponer era tomar prestada a esa pequeña niña —la apuntó, provocando un ligero temblor en la infante—. Así que, escucharás lo que diré, y al final decides si llevártela contigo o no.

—Estás pasando el límite, Min —respondió Amox con la mandíbula tensa—. No me conoces aún, no sabes lo que puedo hacerte.

—Tú tampoco me conoces —comentó Yoongi con un encogimiento de hombros—, pero eso no me interesa. No estoy aquí para jugar.

El omega sonrió. —Yo tampoco vine a jugar.

Sus movimientos fueron rápidos, de una patada quitó a KiungSoo del camino y en cuestión de segundos dos de los alfas que le estaban apuntando con sus armas se abalanzaron sobre él, Amox rápidamente les atacó, arrebatándoles las dos pistolas para cargarlas y apuntar directamente a Yoongi.

—Deja la tensión, Jimin —bufó el pelinegro, mostrándose tranquilo, luego miró a sus hombres y ordenó—. Bajen sus armas.

—Yoongi —llamó Hwasa, con la mirada fija en Amox—. ¿Qué estás tratando de hacer?

El mencionado rodeó la mesa, sus pasos eran tranquilos y su cuerpo estaba en completa relación; una vez más ambos se miraron directamente a los ojos, los pozos oscuros del alfa taladraron en aquellos bicolores, demostrando con ello la poca paciencia que tenía.

—Si vas a disparar, hazlo ya —susurró el pelinegro, dándole una sonrisa lobuna.

Amox devolvió la sonrisa y luego disparó hacia uno de los alfas que intentaba apresarlo para quitarle las armas; el sonido de la bala al incrustarse con la carne pudo escucharse con claridad, así como el jadeo ronco que el hombre expulsó antes de morir desangrado en el suelo.

—Si intentan moverse morirán —advirtió Amox, mirando la oscuridad en los ojos contrarios—. Sabes que no estoy jugando, alfa.

Yoongi gruñó, mientras le daba a su equipo una mirada furibunda que los puso a temblar allí mismo.

—Les dije que bajaran sus armas —les recordó, al mismo tiempo que caminaba hacia ellos e ignoraba el cuerpo tendido en el suelo—. ¿Acaso debo ser yo quien los mate por incompetentes?

—Salgan de aquí —habló Siwon, dirigiéndose a los ocho alfas que seguían sin moverse—. ¡Ahora!

Los pasos fueron rápidos y desordenados, cada uno de ellos abandonó el salón sin mirar atrás, dejando un rastro amargo de aromas combinados que solamente afianzaba la tensión de la cual eran víctimas, así como el leve temor que por breves segundos les invadió.

—KiungSoo —llamó Yoongi, provocando que el alfa mencionado se detuviera—. Tú te quedas.

—¿Qué quieres, Yoongi? —preguntó Amox, sus ojos moviéndose entre cada alfa del lugar, para luego recaer en la niña que seguía sin moverse.

El pálido caminó hacia la mesa, se colocó al lado de la niña y con una ternura inexistente acarició la suave cabellera, todo mientras le daba a Amox una sonrisa depredadora que ambos conocían muy bien.

—Todos buscamos el poder, y hay caminos más fáciles que otros; sin embargo, absolutamente todos tienen sus riesgos —dijo, ignorando las armas que seguían apuntadas en su dirección—. Desde las sombras he recolectado información que, aunque era muy interesante no me resultaba útil porque mis sospechas no habían sido confirmadas —sonrió—. Hasta ahora.

Amox endureció las facciones. —No permitiré que sometas a Petit en más experimentos, primero te mato.

—Y luego morirías tú y ella —atacó Yoongi.

—Sí —asintió Amox—. Pero tú ya estarías bien muerto, así que no me importaría.

—Por la diosa, deja de ser tan extremista, precioso —bufó el pelinegro—. Aquí nadie tiene que morir, porque tenemos los mismos intereses.

—Créeme que mis intereses no están en alimentar tu jodido orgullo de mierda —ladró el omega, lanzándole dagas venenosas con la mirada enfurecida.

—No, pero estoy seguro que tus intereses sí están en destruir el circuito y adueñarte del núcleo mismo —aseguró Yoongi con calma, sonriendo al ver un mínimo ápice de interés en la mirada del omega.

Amox bajó las armas pero no la guardia, paseó la mirada analítica en cada uno de los presentes, sus instintos tratando de encontrar el mínimo rastro de mentira, duda o amenaza; sin embargo, todos allí decían la verdad, pese a toda la rivalidad y traiciones conjuntas sí había un deseo en común que lograba volcar a la deriva todo lo demás.

Destruir el circuito.

—Mi padre es el líder del circuito —siguió Yoongi—. Él dio inicio con un experimento que quedó a la deriva y sin grandes resultados hasta que dos muestras fueron modificadas —relató, causando intriga en el asesino—. Conozco todo, Amox. Se lo que fuiste, eres y serás, es por ello que aseguro que mis intenciones son las mismas que las tuyas y es así como también tomo el riesgo de ofrecerte una alianza única, con el poder completo en tus manos.

—Todo suena tan bien que sin duda hay algo mal u oculto en medio de tus palabras que pretenden convencerme —dijo el omega, y por la sonrisa amplia de Yoongi supo que había acertado en sus palabras.

—La información es valiosa, mi pequeño —respondió el líder del Dragón Negro—. Para que tengas total acceso a ella debes aceptar la alianza que te propongo.

La mirada del omega se cruzó con la de la niña y maldijo por lo bajo cuando el lobo en su interior empezó a ponerse inquieto.

—¿Qué propones?

Los tres líderes se miraron por algunos segundos, y finalmente Yoongi habló:

—Crear un nuevo experimento con las bases del prototipo inicial, más avanzado y con un diseño único en su clase —ladeó la cabeza y suspiró—. Tenemos todo para iniciar, sólo necesitamos un ingrediente que corre en tu sangre.

—¿Mi sangre? —casi rió—. Soy un experimento fallido.

—¿Según quién? —inquirió Yoongi, borrando la sonrisa en el omega—. Tu vida ha sido construida a base de mentiras, y la más grande fue decir que no funcionó lo que te inyectaron.

—Es imposible... —susurró, dudando por primera vez porque mucho de lo que Min decía cobraba sentido para él.

—¿Qué pasaría si te digo que Petit fue sólo un espejismo para mantener oculto lo que en verdad eres? —preguntó Yoongi, nuevamente acercándose hasta Amox—. Piénsalo un poco, a tus creadores no les convenía por ningún motivo que tú supieras de lo que estás hecho y lo que puedes llegar a hacer —con sus manos acarició el rostro contrario con delicadeza—. Vamos, cariño, sabes que tengo razón.

—¿Cómo sabes todo esto?

Yoongi sonrió amargamente. —Todo está en mi cabeza, y ese experimento fallido fue mi impulso para crear mi propia organización —confesó—. Hemos pasado muchos años de estudio y ahora que tenemos muchas respuestas que antes deseábamos es que estamos listos para continuar y ser los dueños absolutos del poder.

—No hay trampa, Jimin —habló Siwon con seriedad—. Desde un principio teníamos la sospecha de lo que eras y tu comportamiento nos hizo saber que para tenerte debíamos actuar bajo tus reglas —hizo una pausa—. El circuito te utilizó a su antojo, y el núcleo te quiere mantener cautivo bajo una ilusión falsa de libertad —lamió sus labios—. Nosotros te ofrecemos una alianza, no como un superior, sino como un igual que puede llegar a conseguir el máximo poder si se lo propone, para así aniquilar a cada uno de sus enemigos.

—Y en esta alianza, ¿dónde queda situada Petit? —preguntó, su lobo inquieto por encontrar una salida viable para la niña.

—Dónde tú quieras —respondió Yoongi, ganándose la atención inmediata del omega—. Si quieres puedes llevártela y esconderla en algún rincón del mundo, o... —hizo una pausa prolongada y luego continuó—. Podrías dejarla bajo nuestro dominio para darle lo que realmente has querido durante los últimos cinco años.

—Experimentar con ella no es una opción —gruñó el de ojos bicolores.

—¿Y si la curamos? —interfirió Yoongi, provocando que todo el cuerpo de Amox se tensara y sus ojos mostraran auténtica sorpresa.

—¿Qué has dicho? —inquirió el asesino, lamiéndose los labios para disminuir su ansiedad.

Yoongi le miró atentamente. —Te dije que en nuestros años de estudio encontramos respuestas que necesitábamos, entre esas respuestas está la cura del viejo experimento —confirmó con seguridad—. Tenemos laboratorios de última tecnología y un equipo de investigación avanzado, así que curarla no será un problema.

—Pero para ello, debes aceptar nuestra alianza —dijo Hwasa.

El pálido sonrió cuando el omega lo miró directamente a los ojos. Ambos sabían que la guerra se avecinaba sin tregua alguna y que para salir bien librados debían contar con un excelente plan y las asociaciones adecuadas; es por ello que Yoongi hizo su jugada y ahora había llegado el turno de Amox para hacerla.

—¿Qué dices, Amox? —presionó Min, mientras extendía su mano derecha—. ¿Aceptas convertirte en el cuarto líder del triángulo?

Amox esperó y durante los siguientes segundos que pasaron una atmósfera completamente diferente se instaló. Miró más allá de sus instintos y trató de conseguir alguna pista que le alertara; sin embargo, lo único que pudo ver es que al igual que él, los alfas presentes querían poder y, convenientemente sus enemigos estaban mezclados en una combinación tentadora.

Aceptar la alianza modificaría gran parte de sus planes, pero lo harían para bien. El poder que estaría bajo sus manos sería el suficiente para actuar como siempre quiso, y aunque todavía tenía muchas dudas con el experimento que formaba gran parte de su pasado, sabía bien que sus intereses brillaban por encima de todo.

Él era la llave que abría la puerta más importante de todas, le necesitaban para derrumbar los cimientos mediocres de un experimento fallido y sin finalizar; y, a cambio recibía poder, muerte, venganza y lo más importante, la cura definitiva para la niña que juró proteger cuando no pudo hacerlo con su mismo cachorro.

Una jugada, una sola donde ponía en riesgo todo lo que tenía para obtener todo aquello que deseaba.

Y fue entonces que con el coraje que le forjó, estrechó aquella mano ofrecida, mientras que de sus labios salía una única palabra que daría inicio a la verdadera acción.

Acepto.

















Holaaaaa, tanto tiempo pero aquí andamos. 🫶🏻

El capítulo me ha dejado satisfecha, creo que tiene la adrenalina suficiente para darle un buen inicio a este libro en el cual he estado trabajando mucho. ❤️

¿Qué les pareció? Poco a poco las verdades se irán reflejando a medida que vayamos avanzando.

Muchas gracias por leer y por la infinita paciencia.

Hasta la próxima~


💀Yoon~




Capítulo dedicado a minsung-loves

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