XIX
Cry baby
Melanie Martínez -
Estaba sentada en la banca de siempre en el parque.
Leía una colección de libros selectos que encontré el otro día en la biblioteca.
Sentí la presencia de alguien más al lado mío, y, sin voltear y sabiendo quién era, cambié de página, y hablé.
-hola.
-holi -me sonrió un poco, pero seguí sin verlo. -. Yo, hum... ¿Sigues enojada conmigo?
Cerré el libro y voltee a verlo.
-¿Por qué estaría enojada contigo?
-yo... No lo sé, te enojaste p-porque no te dije y-y parecías algo enojada cuando Cheryl y yo nos despedimos de ti.
-lo siento por eso -murmuré-. No debí enojarme. Fue un mal entendido y ya, ¿Vale?
Asintió un poco.
-sinceramente... Tenía miedo que te alejarlas de mí -jugó un poco con los dedos de sus manos-, pensé que... Pensé que, no lo sé... Me dejarías.
Su vista estaba baja y no pude evitar sentirme mal.
Una sola duda inundó mi mente.
-¿Por qué... Por qué estabas en el hospital? -me atreví a preguntar.
¿Realmente tenía derecho a preguntar luego de la escena que le hice apenas ayer? Probablemente no, pero, a decir verdad, poco me importa.
El pareció ponerse nervioso y recordé las palabras de Verónica.
Él se desmayó en la escuela..
-si no me quieres decir está bien. Comprendo. -puse mi mano, de forma casi inconciente, en su muslo, sintiendo casi nada de masa corporal.
Sabía que era delgado, pero no tanto.
-n-no es eso, e-es solo que... Es estúpido. -murmuró apenas audible.
Sobé su pierna con mi pulgar y bajé mi vista allí. Él estaba con la mirada clavada en lo mismo que yo, los cachetes levemente inflados y un pequeño color carmín -apenas visible- sobresaliendo sobre su pálida piel.
-es tu salud -dije, viéndolo -, no es estúpido.
El me miró a los ojos.
Tenía unos ojos muy lindos; en un tono entre azul y verde.
-¿Ronnie no te dijo nada... De nada?
Negué.
-solo que te desmayaste en la escuela.
Suspiró un poco e hizo un leve puchero, como si debatiera entre decirme o no lo que pasaba.
Y aunque quería saber, no lo quería presionar.
Abrió la boca, dudoso, para decir algo, cuando una voz nos interrumpió.
-¡Jughead! -la voz de Verónica llegó junto con ella y un celo fruncido. -¿Qué haces aquí? O, hola, Betty. -me sonrió amable, para luego regresar su vista al chiquillo. -tu padre te está esperando en casa. Me ha mandado a buscarte.
-lo siento, e-e salido a tomar algo de aire. -murmuró.
Ella suspiró y yo solo veía expectante.
-está bien -le sonrió de lado-, pero tienes que volver. Dijo que no desayunaste en la mañana.
-lo siento. Se me hacía t-tarde.
-no importa ya. Anda. Tenemos que irnos. -él asintió y se paró - Ve al auto y ya voy. -el niño molesto hizo lo indicado y a los pocos segundos ya no lo ví.
-supongo... Que ya me voy. -comencé a recoger mis cosas, pero una mano me lo impidió, haciendo que voltee a verla.
-yo... De echo quiero hablar contigo. Es sobre Jughead.
Alcé una ceja.
-te escucho.
Cambiar de portada o de banners cada nada es mi pasión:)
Este es más largo, agradezcan.
Comenté y voten pls, algunos casi no comentan, pero gracias a los que sí<3
C les quiere, chau
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