DNA
BTS

Jughead está hablando sin parar acerca de como conoció a Verónica y yo solo como despacio lo que hice de desayuno.

Mi celular suena, indicando una llamada entrante y ví la pantalla.

La imágen de mi madre en la pantalla hace que cuelgue, ponga en silencio el celular y le de la vuelta.

—¿Quién era? —me miró con ojos curiosos.

—nadie importante.

—quizás si sea importante.

—no lo es. Ahora, come.

Hace un pequeño puchero pero me hace caso.

—Betts.

—dime.

—¿Qué haremos mañana?

—lo mismo que todos los días, supongo.

—pero —hizo una pausa—, mañana es San Valentín.

Alcé una ceja.

—¿Y?

—¡Es el día del amor y la amistad, es importante!

—yo nunca dije que no lo fuera. —Llevé un bocado a mi boca y el bufó. Sonreí.

Cómo te gusta molestarlo.

—tu poco interés lo dice por ti. ¡Es un día importante!

—es un día más del calendario. —Abrió y cerró la boca, sin saber que decir y me contuve de reír— Ya, que es broma. ¿Qué quieres hacer?

Sus ojos se iluminaron y me vió con cierta incredulidad.

—yo, amm.. no lo sé. En realidad, pensaba preguntarte yo a ti. Podemos ir a la playa de la otra vez. Si no quieres, no, ¿Verdad? Pero...

—ya, ya. Vamos a ir. —Él sonrió en grande y se lanzó sobre mí para abrazarme, haciendo que casi tire la comida. —Tranquilo —reí—. No es para tanto.

Él negó con una pequeña sonrisa y se volvió a sentar.

Más tarde, me encuentro sola en el departamento, cuando una llamada entra a mi celular. Estoy a punto de cortar, pero veo que solo es Tabitha.

Hay no, ya nos quedamos sin trabajo. Y si no tenemos trabajo no tenemos dinero y si no tenemos dinero no podemos pagar la renta y si no pagamos la renta nos quedamos sin casa Y LUEGO SEREMOS VAGABUNDAS VIVIENDO ABAJO DE UN PUENTE.

cogí la llama y me llevé el teléfono al oído.

—¿Betty?

—¿Quién más?

Ella soltó una risita al otro lado.

—disculpa que te llame, pero, ¿Aún sigues trabajando conmigo? Es que necesito ayuda, hay mucha gante y dos de los trabajadores me pidieron vacaciones toda la semana.

—si no me has despedido, eso creo. Voy para allá.

Colgué sin dejar que diga algo más.

Caminé hacia la puerta, tomé mi abrigo y salí.

—hola, Betty, perdona que te haya llamado, pero de verdad que ya no puedo con tanta gente.

Me encogí de hombros y tomé el delantal y una libreta.

—no importa. ¿Qué mesas faltan?

—la que está junto a la ventana y casi todas las de este lado. —señala cada una.

Suspiro.

El lugar está que explota de gente.

Amén.

No, no amén.

Porque nos quedamos sin trabajo.

Me dirijo a la primer mesa a tomar el pedido, y así pasa el resto del día hasta que la gente deja de llegar.

Me siento en uno de los bancos, totalmente exhausta.

—hey. Ese fue el último. —asentí soltando un suspiro. —¿Cómo te fue con Jughead? Vero me contó que los encontró besándose. —subió y bajó las cejas con picardía y puse los ojos en blanco.

—nada.

—oh, vamos, que ni tú te la crees. —sonríe con algo de sorna.

Bajo la mirada a mis manos.

—bueno, puede que... Puede que ahora seamos.. ya sabes.

—no, no sé, Betty, iluminarme.

Me contuve de rodar los ojos.

—somos novios.

Ella soltó un chillido y le dió la vuelta a la barra para abrazarme.

—¡Lo sabía! ¡Tengo que contarle esto a Ronnie!

—hay no, capaz me mata.

Ella suelta una carcajada.

—solo en casa de que te vayas y dejes a Jughead con el corazón roto . Entonceso más probable es que espere el momento para matarte de la forma más dolorosa posible, tranquila. Mientras no la cagues está todo bien.

—¿Y si lo caga él?

Ella sonrió.

Me da miedo.

—no creo. Pero tampoco creo que tú seas capaz de hacerlo. Querida betts, estás enamorada.

De nada