Capítulo 5
Sus ojos no paraban de observarme, era como si llevarán un acuerdo y se turnaran entre ellos, no había momento en el que estuviera libre de su mirada, parecían depredadores esperando que yo diera un paso en falso, listos para capturar a su presa.
He de admitir que me causaban algo de miedo, nunca había sido una chica miedosa, era más bien de las que defendían a los indefensos de los abusadores, nunca creí que estar en su lugar fuera tan aterrador. Y como si no pudiera ponerse peor Sunwoo me besa un costado de la cabeza a modo de aviso con la excusa de ir a fumar un cigarrillo con Jahoon.
Tenía muchas ganas de decirle que no necesitaba mentir, que sabía que iría a entregar un pedido de drogas en el callejón al costado del bar, excepto que ya no lo sabía, esto no era el Inferno, ni siquiera tenía idea de cómo fue que consiguió entrar aquí, a lo mejor podía entregar las drogas dentro y eso sería lo de menos.
-No hables con nadie Yunsoo-ni, tampoco te dejes influenciar por sus palabras, tardaré poco tiempo -Susurró en mi oído y se puso de pie-
Finalmente se fue, mi salvavidas, mi seguro y cualquier otro termino que se pueda usar para algo que me mantiene a salvo, Sunwoo se había ido y eso significaba que mi estadía en esa mesa no era para nada segura.
- Así que la princesita volvió a salir.
Mire a Nara mientras hablaba, su cabello ahora era completamente rosa, diferente a hace unos días cuando lo llevaba negro, jugaba con el piercing de su labio entre sus dientes esperando una respuesta, aunque ciertamente esa respuesta no iba a llegar y ella lo sabía, es por eso que después de unos segundos en los que no conteste sonrió, su sonrisa se convirtió en una carcajada y todos los demás la siguieron.
Cobardía, sin duda eso fue lo que lleno mi ser, no quedo más opción para mí que levantarme de mi silla y huir de la mesa en dirección a los baños, lo peor era que no tenía ni idea de dónde se encontraban, y aunque un baño era lo más parecido a un lugar seguro cuando había problemas, encontré cierta similitud con la barra, personas al rededor y varios bartender por si necesitaba pedir ayuda, si tenía algún conocimiento seguro sobre ellos era que no me atacarían en público, y en cierta forma la mesa en un lugar oscuro como lo era la zona "VIP" no me llenaba el requisito de "Público" que necesitaba.
No lo pensé mucho y me senté, no paso ni un minuto cuando un chico con el uniforme -Una camisa negra ajustada con unos pantalones del mismo color- se acercó a tomar mi orden, observé su uniforme por un largo rato pensando que lo había visto en algún lado más sin embargo lo saque de mi cabeza, un uniforme no me iba a mantener segura por el resto de la noche, así que sin siquiera mirar la carta pedí lo único que conocía; una piña colada.
Cuando lo analicé me pareció algo irónico tener a un experimentado en el alcohol como novio y solo haber pensado en una piña colada, la verdad nunca la había probado, y ahora parecía el momento indicado para que un guapo bartender me trajera una prueba de mi libertad.
Porque si, el barman era bastante guapo y llevando mis ojos más allá los demás no se quedaban atrás, no fue hasta que despegue mi vista de mis manos que note que la barra estaba poblada por solo chicas dejando casi seguro como responsables a los 4 chicos que servían tragos en la barra.
Sonreí un poco, nunca he sido de las chicas a las que se les permite admirar la belleza de algún hombre, y ahora tenía a tres bellezas a unos metros de mí.
El cuarto quien estaba de espaldas acomodando una piña —seguramente la mía— era quien se robaba más suspiros, lo que me hacía esperar con más anticipación el momento en que se volteara y viera su rostro.
Y si, sin duda alguna el chico me dejó sin aliento.
Ahora tenía a mi vecino caminando hacia mí, demasiado concentrado en su piña colada para mirarme, aunque considero que mi presencia debe ser irrelevante entre todas estas chicas con vestidos y piernas espectaculares, por un momento me arrepentí de ponerme unos jeans sencillos, pero luego me regañe a mí misma por pensar de forma tan estúpida.
Finalmente llegó a mí, puso la piña colada en la barra.
-Una piña colada para una linda seño... rita.
Bueno al menos también pude quitarle el aliento.
-Hola -Habló después de unos segundos de silencio y con su mirada fulminó a un camarero que le hacía señas que parecían inentendibles-
-Hola -Respondí tratando de entender alguna de las señas, cuando el otro camarero me vio se volteó inmediatamente-
-Qué bueno... Verte por aquí.
-Supongo que es así -Dije asintiendo ¿No podía encontrármelo en otro lugar? ¿Por qué el destino tenía que escoger mis peores momentos para poner al chico guapo en mí camino? -
-Tu... ¿Pediste una piña colada? -Me miró haciendo una mueca-
-Sip, seguro esperabas que consumiera alguna cerveza barata o algo amargo como lo que viene en los envases que decoran la entrada a mi casa ¿No?
Ladeó la cabeza y pensó su respuesta unos segundos.
-Lo siento si te pareció de esa manera, es solo que es algo ¿Inesperado? No tiene nada que ver con las botellas, solo no te imaginaba a ti tomando una piña colada, es decir, no pensé que los long drinks fueran tu estilo, aunque ahora puedo verte bebiendo un bloody mary o incluso un sex on the beach, sin duda podrías tomar sex on the beach ¿Quieres que te invité a uno? -Preguntó con una sonrisa-
Y me reí sin poder evitarlo, porque era lo que estaba buscando ¿No era así? Era bastante ingenioso y al menos me había hecho olvidar por un momento que estaba en la guarida de los lobos.
Bien, el no me conocía, lo único que sabía de mi era que tenía un novio que consumía una cantidad de alcohol capaz de rodear ambos lados de la puerta de mi departamento, lo que me hacía sentir curiosidad de como había llegado a esa conclusión.
-Creo que primero tendría que ver si soy capaz de soportar la piña colada, aunque te parezca sorprendente no soy una gran bebedora.
Pareció darse cuenta de la suposición que había hecho porque su semblante cambio completamente a uno de pánico, me pareció algo adorable, a decir verdad, el no tenía ni idea.
-Yo lo siento no decía que tú fueras alcohólica o algo así es solo que...
-No tienes que excusarte, de hecho, tienes una razón válida para hacer esa suposición -Dije ladeando la cabeza, de nuevo los errores de Sunwoo haciéndome quedar mal-
-Bueno no quería hacerte sentir mal.
Era tierno, aunque en cierta forma eso no me hacía sentir mal, tal vez si me lo hubiera dicho hace tres meses hubiera estado tremendamente ofendida, pero a estas alturas estaba totalmente de acuerdo con su veredicto.
-Está bien, digo yo estoy bien, solo disfrutaré de mi piña colada y te avisaré si quiero sex on the beach -Sonreí para hacerle saber que en realidad estaba bien, el me devolvió una sonrisa algo inseguro-
-Bien, yo debo ir a asegurarme de que no se haya ahogado con su propia saliva -señalo a sus espaldas al chico que le hacía señas no hace mucho, quién ahora estaba expectante esperando que el regresará-
-Oh, claro no te preocupes.
Con un asentimiento de cabeza y una pequeña sonrisa se retiró de la barra tomando la orden de un grupo de chicas y acercándose a su compañero que hacía movimientos exagerados con los brazos, todo un ser expresivo.
Bien, dos conversaciones en una sola semana con un completo desconocido son un gran avance, además de que no se sintió forzado.
- ¿Yunsoo? Dios Yunsoo te busque por todos lados, ¿Por qué carajos no te quedaste en la mesa? -Sunwoo y Jahoon aparecieron tras de mí, Sunwoo tenía una expresión de preocupación mientras la de Jahoon era de fastidio, o era lo que podía suponer ya que estaba lo suficientemente lejos para no escuchar la conversación-
-Solo vine por algo de tomar -Levante la piña colada para dar constancia de lo que hacía-
-Oh dios, podrías haberme avisado -Suspiró exasperado- Bien, te iba a presentar a alguien y cuando no estabas pensé que algo malo te había pasado.
- ¿Presentarme a alguien? -Pregunté preocupada ¿Se trataría de alguien nuevo para atormentar mi vida? -
-Había olvidado contarte que soy amigo del dueño y él quería conocerte desde que le he hablado tanto de ti, de hecho, ahora nos está esperando en la mesa.
Bien, si el dueño era amigo de Sunwoo eso tendría más explicación para algunas cosas, pero si era capaz de convivir con los amigos de Sunwoo no podría ser de las mejores personas al menos en lo que mi concepto de "Buenas personas" abarcaba.
Al volver a la mesa lo último que imagine estaba pasando, todos estaban en silencio y a decir verdad era lo más inusual en un grupo en el cual callarse no era una opción y el silencio pacífico no existía en absoluto.
Todos parecían tener algo de... Miedo ante el hombre de traje sentado en uno de los sillones. Y claro, si a mí un hombre de figura imponente y un aura penetrante me mirara con desagrado también tendría miedo de emitir palabra alguna.
Sunwoo tomó con más fuerza mi mano y caminó con pasos seguros hacia el sillón del hombre, ahora yo también tenía miedo, ni siquiera entendía porque era importante que yo conociera a ese hombre que me resultaba tan intimidante, definitivamente hoy no haría nada que deseara además de tomarme una piña colada.
Al estar frente al hombre pude visualizar mejor su rostro, me recorrió un escalofrío por todo el cuerpo, esto ni siquiera tenía sentido.
El hombre se levantó del sillón con una sonrisa en su rostro y sus ojos fijos en mí.
-Amigo, ella es la chica que quería que conocieras, ellas es Kang Yunsoo mi novia.
-Hola -Extendió su mano hacia mi- Es un gusto conocerte al fin, yo soy...
Kim Seokjin.
-Kim Seokjin.
Creo que ahora sería un buen momento para entrar en pánico, y sé que de cualquier forma ver una cara conocida debería ser placentero y hasta hacerme un poco feliz, pero sin duda ese rostro no tenía posibilidad alguna de causarme alguna emoción positiva, ahora seguro estaba igual o más asustada que los amigos de Sunwoo.
Es que solo pensar en su nombre me dejaba de piedra, y escuchar su voz después de años era ciertamente escalofriante.
No creo que haya una palabra exacta para definir mi relación con Seokjin, no éramos amigos, tampoco diría que éramos enemigos, pero si algo era seguro es que no debía ser su persona favorita en el mundo, y ese tuvo que haberse intensificado desde que hui y lo deje en ridículo frente a las familias de la alta sociedad.
Mi familia, y su familia ya tenían todo planeado, Seokjin y yo nos casaríamos, y si llevo una cuenta exacta, solo en tres meses sería nuestra boda según lo planeado por nuestras madres.
Seguro él estaba pensando lo mismo, se vio ido por un momento en lo que todo se quedó en silencio, bien tal vez él estaba esperando mi respuesta, pero, aunque quisiera, y no quería, no iba a hablarle, es una condición de la que espero escapar cuando me vaya de aquí.
La ley del hielo.
Aunque sea algo mucho más serio para mí que la ley del hielo, es algo que no he podido dejar de seguir, y si bien lo estipuló Sunwoo no puedo dejar de creerme la razón por la que no puedo hablar con las personas.
No debes hablar con aquellos que no sean dignos, no todas las personas son merecedoras de escuchar tu voz, tú opinión y tus pensamientos, las personas ignorantes comparten pensamientos ignorantes.
Irreal y estúpido, lo pensé mucho al principio, Sunwoo estaba buscando una tonta excusa para evitar que yo hablara con alguien, por la razón que fuera, pero de a poco aprendí que no quería ser escuchada, menos por los amigos de Sunwoo quienes eran las únicas personas con las que "socializaba" si así se le puede llamar, por eso nunca he hablado con ellos, nunca les doy razón a sus suposiciones pero tampoco las niego, la única vez que escucharon mi voz fue para gritar, y ni siquiera mis desgarradores gritos fueron capaces de evitar el horror.
Kim Seokjin volvía a la realidad, quizá extrañado por no oír una respuesta.
-Está bien linda, puedes hablar con él, él está bien, tú estás bien.
Estoy jodida.
Ya no tenía excusa alguna para no hablarle, y ni siquiera sabía que decirle así que me limité a sonreírle y hacer una pequeña reverencia, una sonrisa en estos momentos era casi igual de escasa que mi voz, pero pasaría por desapercibido el hecho de que no sabía que contestar.
-Él es el dueño de este club, lo conocí hace algunos meses, bueno desde que estoy trabajando aquí...
Deje de escuchar luego de eso, ahora que lo pensaba Sunwoo estaba directamente relacionado con Seokjin hace meses, pero no había forma de que se conocieran de antes, Seokjin desapareció de mi vida casi al tiempo en que Sunwoo apareció, no sé la razón, tampoco es que me haya interesado mucho en ese momento, estaba demasiado ocupada enamorándome del chico malo para ponerle atención al resto del universo.
Ni siquiera me voy a molestar en hacerle saber a Sunwoo que lo conocía, si Seokjin quería conocerme ya debe saber gran parte de las cosas, mi pregunta es porque no ha dicho nada, sé por experiencia que estaría totalmente encantado jodiendo mi existencia, y su familia es tan rica y pudiente como la mía, de igual manera sus comportamientos son similares, nunca pensé que mi madre me comprometería con el chico de una familia del pueblo vecino.
Pero así eran las cosas, incluso las hijas eran un negocio para la familia Kang.
Ahora Seokjin tenía un club, lo que dejaba casi seguro que estaba recibiendo apoyo monetario de parte de su familia o se había ganado la lotería, porque estoy segura que el traje que lleva vale cientos de wones.
Su mirada arrogante me dice que sabe lo que estoy pensando y no, no es acerca de su club y su traje, es más un ¿Qué harás ahora? ¿Cuánto tiempo esperaras para ir a darle mi ubicación a la familia Kang?
Voy a corregirme porque ahora sé que mi anterior expresión no es capaz de cubrirlo.
Estoy súper jodida.
Palabras, miradas, movimientos corporales a pesar de odiar mi relación con Seokjin y tener cierto desagrado hacia su persona, nos conocíamos como si fuéramos mejores amigos, después de conocernos nuestras familias estaban aferradas al hecho de que estuviéramos juntos todo el tiempo, pensaron que seríamos capaces de enamorarnos y yo jamás había escuchado una idea tan estúpida, pero seguro se guiaron de la situación de Hara, y es que el hecho de que se haya enamorado de su esposo después de conocerlo bien solo se lo creen mis padres y en ese aspecto su pobre esposo.
Dada nuestra situación similar y nuestro inconformismo con la futura boda, planeamos muchas formas de evitarla, recuerdo que teníamos planeado escapar juntos, aunque no veo eso en que podía ayudar, pero a pesar de que no nos queríamos teníamos nuestros buenos momentos, y el conocía tanto de mi como yo de él, nuestros más oscuros secretos, los que para mí no existían porque mi vida era un libro abierto sin ninguna cosa interesante para contar antes de conocer a Sunwoo.
Por eso era un poco inquietante la mirada de Seokjin, yo tenía algunos secretos de él, pero él nunca pudo conseguir nada de mí parte y ahora me miraba como su hubiera conseguido oro.
Yo solo veía que había conseguido una gran posibilidad de arruinar mi plan de escape.
Solo espero que sea demasiado pronto para decir adiós libertad.
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