Capítulo 4
Una mañana cálida, así comenzó el nuevo día en Seúl, aunque en mi departamento el frío era la única temperatura que se podía sentir en la soledad.
Sunwoo había desaparecido desde temprano, según el para ir a trabajar, pero sé que eso llevaría a otra cosa, como sería el quedar ebrio ya que trabajar en un bar se lo deja fácil.
Mi día no fue tan monótono como siempre, de hecho, gran parte de mi mañana se la dediqué a buscar algún lugar barato en donde quedarme por internet, sin ningún éxito, supongo que primero debería tener algún trabajo que me genere los suficientes ingresos para tener un presupuesto para un lugar digno.
Nunca antes tuve estos problemas, preocuparme por lo que tenía que comer, por donde tenía que vivir, por las personas con las que iba a estar, todo siempre parecía estar en perfecto equilibrio ¿Dónde quedó todo eso?
Frustrada cerré todas las páginas en las que estuve consultando en la mañana y me dediqué a hacer algo de comer, con lo poco que había en casa no se podía hacer mucho pero hice mi mejor esfuerzo para que el ramen fuera una comida decente.
Estaba sentada en el comedor comiendo mi plato de ramen, ya no estaba tan entusiasmada con la idea de tener que comer tres veces al día, al menos no si se trataba de este tipo de comida, de nuevo el timbre se escuchó por todo el apartamento ¿No era demasiado pronto para que arrastraran a Sunwoo borracho hasta aquí?
Algo más tranquila que la primera vez me acerco a la puerta, en vez de preguntar me fijé por el agujero que cumple con el propósito de saber quién es. Casi me voy de espaldas al ver al chico, el chico de la ventana, el que me mira de vez en cuando en las ocasiones que coincidimos.
Respiro profundo mientras el timbre vuelve a sonar, tal vez hacerlo esperar sea de mala educación y aunque no tengo ni idea de que podría querer me arriesgo a abrir la puerta.
Creo que no se esperaba que fuera yo quien apareciera tras la puerta, al menos es lo que su expresión podía decirme, aunque se recupero de inmediato, viniendo a hacer lo que sea que fuera a hacer se aclaró la garganta, lo que sirvió para que dejara de admirar lo guapo que era, tal vez era su uniforme de trabajo ¿Tenía que ser tan ajustada esa camisa y resaltar todos sus músculos? No estaba segura de eso
- Estoy buscando al chico que vive aquí, ¿Está en casa? -Preguntó inseguro y la mención de Sunwoo me espabiló por completo-
Lo mire con una ceja alzada, la verdad no parecía del tipo con el que se relacionaría Sunwoo, simplemente negué con la cabeza esperando que fuera suficiente para que se marchara.
-Oh, entonces ¿tú también vives aquí?
¿Me ha visto tres veces seguidas y se atreve a preguntar? Bueno tal vez no me presto tanta atención como yo a él, decepcionante, no haré más comentarios al respecto.
Aún con timidez simplemente asentí como respuesta a su pregunta, y está vez espere otra pregunta en lugar de esperar a que se vaya.
-Bueno entonces eso sirve, verás vivo en el apartamento de al lado y...
- ¿Vives en el apartamento de al lado? -lo interrumpo y al instante me arrepiento, fue muy precipitado por mi parte hablarle-
-Si, y bueno como te decía, el chico que vive aquí siempre deja botellas de alcohol en la entrada de la puerta, de manera que se están acumulando hasta ocupar parte de la puerta de mi departamento.
Por su acusación asomé mi cabeza y vi el montón de botellas apiladas, diferentes marcas, diferentes tipos de alcohol llenaban ambos lados de la puerta y tal como decía el chico estaban a punto de bloquear su puerta.
-Oh... De verdad no tenía idea, le avisaré a Sunwoo cuando venga -hice el movimiento de cerrar la puerta, pero su pie lo impidió-
- ¿Eres su esposa? -pregunto cuando volví a abrir la puerta-
- ¡Oh dios no! Solo soy su... Su novia - Y ahí iban, más de veinte palabras-
Y si sabe que hablaste con él, será su fin.
-Oh, pensé que otra chica... -Me miro a los ojos- no es nada, bueno supongo que me tengo que ir, te veo luego vecina.
Tan pronto como se fue cerré la puerta y me senté en el sofá, oh por dios mi vecino había visto a mí novio con otra chica y no me lo dijo, ni siquiera me dolía tanto el hecho de ser consciente de un engaño, pero el que alguien más lo supiera me hacía sentir mal, me hacía sentir humillada y objeto de lastima, no se supone que fuera quien se avergonzara por los errores de Sunwoo.
Miré mi vestimenta y maldije por lo bajo, no era mi mejor pijama y por supuesto, mi apariencia no podía competir con la suya, tenía que admitir que era más guapo de lo que la distancia me había dejado apreciar.
Ahora tenía que ponerme manos a la obra, no podía dejar que el pensara que yo era una persona desorganizada ¿Cuántos vecinos en el edificio lo habrán visto? Tal vez simplemente debería resignarme a que mi reputación en este lugar siempre será mala, tan mala como la marca barata de cerveza que bebe Sunwoo, adiós a mi récord perfecto.
-¿Prometes que cuando esté cansada volveremos?
-Lo haremos linda, solo no quiero que estés atrapada tanto tiempo en este apartamento y si tengo que obligarte a salir lo haré.
Sunwoo llegó el mismo día en que se fue por primera vez, aunque eso no quería decir que no iba a volver a salir, la diferencia en este caso es que me insistió mucho en que fuera con él, quería que conociera el nuevo bar en el que él y sus amigos pasaban el rato cuando no estaban trabajando, dejo que era totalmente la nueva tendencia y de seguro lo encontraría divertido.
Y por más que pase el tiempo nunca me podré negar a Sunwoo cuando quiere mostrarme algo que cree que me gustará, de alguna manera me recuerda mucho a nuestro primer beso.
De todas formas, trate de asegurarme de que volveríamos cuando yo quisiera volver, aunque por más que me lo prometa lo más probable es que tenga que regresar sola.
Nos llevó en su moto hasta Itaewon, ya que prácticamente era donde se encontraban la mayoría de clubs y bares nocturnos para el entretenimiento juvenil, y al menos desde afuera el club cumplió con mis expectativas, la fachada era realmente llamativa y hasta algo hipnotizante, luces neón de color azul eran el sello de la fachada, mientras otros negocios mantenían letreros de varios colores este edificio era solo azul, lo que creo que se debía a su nombre ya que club blue nigth eran las palabras más resaltantes entre todo el edificio, en un gran letrero de luces neón, esto era demasiado nuevo para la situación, el bar favorito de Sunwoo y sus amigos era el Inferno, lugar que ciertamente le hacía honor a su nombre.
Había una gran fila para la entrada, no la había notado por estar detallando la fachada, pero ver la fila solo me daba ganas de volver a casa, Sunwoo lo debe haber notado porque antes de que yo diera un paso más hacia el final de la fila me tomo del brazo.
-La gente normal hace la fila -miro a las personas de la fila con superioridad- pero tú y toda tu perfección no tienen permitido hacer la fila, nena tú solo puedes ser clienta VIP.
Sonreí por su extraña forma de dar un halago, hace mucho no me sentía así con él, sentía que ya no estábamos enamorados y que todo lo que decíamos eran palabras vacías, pero por primera vez en mucho tiempo eso pareció genuino, el Sunwoo de 19 no se había ido del todo.
Me tomo la mano entrelazando nuestros dedos para comenzar a caminar hacia la puerta, sin hacer fila, solo vasto una mirada del guardia de seguridad para que pudiera pasar, se me hizo extraño, aunque todo con Sunwoo era así, inusual, pero ser VIP en un club... no era exactamente el tipo de situaciones inusuales que pasaban con él y menos de un club de esta clase, se veía algo sofisticado, lo digo porque a los que hemos ido la entrada era libre, ni siquiera estoy segura de que hubiera un guardia de seguridad.
Me hizo sentir algo mal, me recordó a mi familia, los religiosos, adinerados y pretenciosos del pueblo, que no dudarán en pasar por encima de ti y pisarte si es necesario para demostrar su supuesta superioridad y su dinero, no importaba, lo que hicieran no era tan malo, ya que ser religiosos los hacía mejores personas o al menos eso era lo que a ellos les gustaba pensar para justificar sus acciones.
Reservaciones VIP, los mejores lugares, la mejor casa y mejores prendas de todo el pueblo, es una forma básica y breve en la que personas que nunca se han cruzado con la familia Kang se refieren, pero para las personas que los conocen o aún más específicamente para mí, no serían más que mentirosos, manipuladores, ventajosos, crueles y estrictos.
No estoy segura de que para las personas sea correcto que describa a mi familia de esa manera, después de todo se supone que la familia está para apoyarse, amarse y cuidarse ¿No es así? Pero luego de vivir con ellos tanto tiempo y de ser consciente de la manera en la que querían manejar mi vida a su antojo justo como lo hicieron con mi hermana no creo que tengan derecho a recibir respeto de mi parte o algo de ese supuesto amor y cuidado del que otras familias gozan.
Miro a Sunwoo quien sonríe a su grupo de amigos mientras caminamos hacia allí, en silencio le agradezco, hizo mucho por mí, pero no creo que haya algo más que nuestra relación pueda dar, algo que no sean mentiras, engaños y motivos ocultos.
Sonrió, no porque este feliz, es una simple costumbre, Sunwoo siempre ha querido que los chicos tengan envidia de él y las chicas tengan envidia de mí, lo acepte, al principio me era imposible no sonreír cuando estaba a su lado, ahora siento que todo es forzado, incluso el agarre que sostiene nuestras manos se siente totalmente falso.
Llegamos a la mesa de sus amigos, Nara y su amiga de la otra vez me miran con desagrado, para mí desgracia no es nada nuevo, los chicos en cambio me miran con curiosidad, asombrados por el hecho de que haya vuelto y realmente en este momento también estoy así, no entiendo porque volví, no después de lo que pasó.
Jahoon, el mejor amigo de Sunwoo me sonríe, puedo decir que su sonrisa me asusta, porque en un principio me parecía adorable, ahora sé que solo esconde a una persona horrible llena de maldad.
No suelto la mano de Sunwoo, no quiero hacerlo, a pesar de lo falso que pueda ser toda nuestra relación es de hecho lo único que me da seguridad en este momento frente a sus amigos, es el único escudo que tengo frente a sus sonrisas burlonas.
Y pensar que podría borrar esas sonrisas de sus rostros con solo tener una conversación con Sunwoo, sin tan solo tuviera la valentía...
Pero no puedo hacerlo, no cuando estoy dispuesta a irme en un futuro cercano, conociendo a Sunwoo sé que cortaría todo lazo con sus amigos, con Jahoon y por más tonto que suene no quiero que esté sin mí y sin ellos a la vez, la soledad le asusta y conociendo que es uno de sus puntos débiles debo evitar que llegue a eso a toda costa, aunque eso me cueste mi integridad y algo de dignidad, Jahoon puede ser un hombre horrible, pero para Sunwoo es el mejor amigo de la vida, no hay nada que pueda hacer para que cambie eso.
Aunque no podía cambiar su relación si podía evitarlos y creo eso de alguna manera contribuyo a que mi relación con Sunwoo se arruinara, rechace todas sus salidas, ya fueran a fiestas, al cine o a una simple comida porque de alguna manera Jahoon y los demás siempre encontraban la forma de aparecerse en mi camino, y aquellas apariciones no solo me dañaron a mí, dañaron mi relación, y aunque Sunwoo no lo quiera admitir también lo dañaron a él.
No hay forma de que pueda olvidarlo, no hay forma de que pueda perdonarlo, Jahoon se entrometía en donde no debía, tomo una decisión que no le correspondía y me arrebato un derecho que nadie debería arrebatarme.
Sin importar nada, yo era la única que podía decidir si quería tener al bebé.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro