『 ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 82: "ᴇɪɴ ʟᴀɴɢᴇʀ ᴛʀᴀᴜᴍ"』
Casi con las lágrimas a flote, creí que con Levi y los demás sería nuestro final. Creímos que hasta este instante habíamos hecho todo lo que estaba en nuestras manos para detener esto, pero un milagro apareció de la nada.
—Jamás pensé que los titanes volaran, pero al parecer él si puede, así que tuve que venir. Estoy contenta de haberlo hecho.—dijo la rubia.
Un ave de gran tamaño pasó por el sector, tomándonos a todos, alejándonos del peligro. Aún sorprendida por aquella hazaña miré a mi alrededor notando que estábamos junto a Annie y a Gabi. Uniendo aquellas piezas, Falco era el titán el cual montábamos.
Mientras le hacían preguntas a Annie, me quedé junto con Levi, analizando su herida.
Era grave, notando como la sangre corría por su pierna y salía de su boca. Lo tomé del rostro esperando que reaccionara.
Ante eso, vi como abrió los ojos lentamente, mirándome casi al instante. Con lentitud, tomó una de mis manos que permanecía en su rostro.
—Estoy bien... tranquila...—dijo con dificultad apenas despertó.
—¿Cómo vas a estar bien si estás malherido?—sollocé.
—Esto no me va a derrotar...—no terminó aquella oración cuando se quejó del dolor.
—Levi, cuidado...—se comenzó a incorporar. Lo quise detener pero no me dejó hacerlo.
—Aún así me tenga que arrastrar, mataré a Zeke. Ese maldito simio pagará todo...—dijo entre dientes.
Al ver que Levi se estaba incorporando, todos lo observaron. Él continuó:—No podemos seguir así. Debemos hacer ambas cosas. Atacar a Eren y rescatar a Armin.
—¿Cómo lo haremos?—preguntó Jean.
—Haremos dos equipos y lo haremos de manera simultanea.
—P-Pero Levi...—esta vez, me miró.
—No estamos en una situación para preocuparnos por Eren—dijo.
—Entonces... ¿ya no podemos salvarlo?—pregunté con un nudo en la garganta.
Ante eso, vi como los ojos de Mikasa se llenaban de lágrimas.
—Quería decirle tantas cosas a ese idiota... pero ya no se podrá...
—Muchachos... Mikasa—Jean, presionó sus puños y cerró sus ojos fuertemente—tenemos que matar a Eren.
No estaba lista para este momento y la verdad nadie lo estaba. Y sinceramente en estos momentos, no estaba preparada para separarme de él, pero no teníamos otra opción. Debíamos utilizar todo lo posible para acabar con esto de una vez por todas.
Miré a Levi por última vez antes de saltar junto con Jean y Reiner hacia el cuello de lo que era el titán de Eren. Los demás se encargarían de ir a buscar a Armin.
Levi tenía una misión de la cual no estaría tranquilo si él no la llevaba a cabo, que era acabar con la vida de Zeke. Y si todo sale bien, volveríamos con los demás para apoyar en la misión.
Quienes teníamos más oportunidad de movimiento, eran los que tenían que ir a apoyar en esta tarea.
—¡Jean, Reiner, _______, no mueran!—nos gritó Connie desde lo alto.
Reiner transformado en su titán, comenzó a distraer al gigante del lugar, apoyando al bicolor en su llegada al detonador del cuello de Eren.
Saqué mis cuchillos de mi EDM lista para atacar mientras los enemigos se acercaban.
—¡Espero que Reiner resista en lo que llegamos al detonador!—dijo Jean mientras avanzábamos.
—¡Yo te cubriré! ¡Solo sigue avanzando!—él me asintió en lo que seguíamos adelante.
Atacábamos a los enemigos que se nos cruzaran en el camino, acabando con ellos con inmediatez. Ante eso, a lo lejos, vimos como una silueta se movía llamando nuestra atención.
Pieck había salido de su titán, lista para volver a atacar, transformándose nuevamente. Al distraernos, no nos percatamos que nuevos enemigos se habían aparecido frente a nosotros.
Varios titanes nos impedían avanzar, siendo el principal obstáculo para seguir.
Al saber cual era nuestro objetivo, no me permití ser yo quien activara tal detonador para detener a Eren. Aunque tomara todas las fuerzas posibles, no lograría ser capaz de hacerle eso a él.
Al distraerme, tuve la mala suerte de ser atrapada por uno de los titanes presentes. Jean rápidamente se detuvo, con la intención de volver y ayudarme.
—¡No te detengas! ¡Solo sigue!—grité a todo pulmón para que no se detuviera.
Me miró dudoso, pero continuó su camino.
En eso, aquel titán me comenzó a presionar fuertemente, siendo casi imposible intentar liberarme. Comencé a forcejear, sintiendo como la falta de aire me estaba afectando, sintiendo como una de mis costillas se había roto, gritando del dolor.
Al creer que no sería liberada, aquel milagro llegó. Pieck había atacado aquel titan el cual estaba presa, cayendo directo al suelo. Me levanté con dificultad, viendo como Pieck se acercaba para ver mi condición.
A pesar del dolor, aún podía moverme. Tal vez la misma adrenalina, me permitía seguir moviendo mi cuerpo, aún con las lesiones que tenía.
—¡Sube!—Pieck me permitió subirme al titán, así sería más sencillo avanzar.
La batalla parecía ser interminable. Titanes saliendo de cada rincón, la casi imposibilidad de que Jean siguiera avanzando debido a la cantidad de gigantes presentes.
Aún con el dolor presente, debía moverme y atacar. Esto sin duda empeoraría mi situación, siendo capaz de hasta perforar algún órgano vital, pero ante este momento, debía seguir, aún si mi vida acabara aquí mismo.
Pieck estaba en su límite. Salió de su titán casi inconsciente. No podía seguir así.
La tomé, saliendo de aquel lugar, viendo como Jean se acercaba a nosotras. Al caer sobre el suelo, un quejido de dolor salió de mis labios.
—Jean, solo ve...—dije con toda la fuerza que pude intentando levantarme.
—No las dejaré aquí—como pudo, nos tomó a las dos, para seguir avanzando.
Al querer avanzar, vimos como de la nada, aquellos titanes se detuvieron y no intentaron atacarnos y eso solo podía significar una cosa. Tal vez, Levi había matado a Zeke.
El retumbar había acabado.
Era ahora o nunca.
—¡Jean, es ahora!
El bicolor nos bajó y aceleró sus pasos al detonador que Eren tenía sobre el cuello. Llegando a aquel aparato, lo tomó hasta que finalmente lo accionó.
—¡Estúpido suicida necio!—exclamó Jean al momento que detonó el explosivo.
Con Pieck nos cubrimos ya que la explosión fue potente. Al ser tan fuerte, nos cegó por unos segundos. Al lograr ver con claridad, la cabeza de Eren comenzó a caer lentamente.
Al ver la escena, logramos divisar un ente con forma de "gusano" acercándose nuevamente a Eren. Según la conclusiones de los demás, había que evitar a toda costa que volviera junto al ojiverde.
—¡Muchachos! ¡Debemos salir de aquí! ¡Armin va a explotar todo esto!
Falco en su forma de titan y los demás se aproximaron rápidamente a por nosotros. Logré divisar a Levi junto a los demás. Estaba a salvo.
—¡Pero, ¿y Reiner?!—exclamó Jean mientras subíamos a Falco.
—El titán acorazado es capaz de soportar aquellas magnitudes de esa explosión, no podemos permitir perder esta oportunidad...
Al subir, quedé recostada, sintiendo un profundo dolor en el costado. Sentí una mano posicionarse sobre la mía en la zona de mis costillas.
Vi que estaba junto a mi, mirando cada punto de mi cuerpo, buscando alguna otra herida. A pesar de que Levi estaba en peores condiciones que yo, se había levantado a verificar mi estado.
A pesar del dolor físico, el dolor emocional era aún más fuerte, ya que de la nada, llegó a mi mente aquel momento que vi a Eren por última vez.
«—Has tomado decisiones que por más que lo pienso, no te entiendo. Sé que no serías capaz de actuar de esa forma, pero aun así no logro entenderte.—pasé mi mano sobre la reja para tomar la suya, sintiendo como se tensó al tomarlo—Quiero saber qué pasa contigo, ¿Por qué actuaste solo sin apoyo? ¿Acaso no confías en nosotros? Somos tu familia y podríamos haberle encontrado solución a esto.
—¿Solución? Estás igual que Hange... ¿Crees que hay otra solución? Me gustaría escucharte.
—Podríamos haberla encontrado si tan solo te hubieras acercado a nosotros. ¿Qué pasa con Armin o con Mikasa? ¿Qué acaso ya no piensas en ellos?
Eren se zafó de mi agarre de forma rápida para tomar mi muñeca con fuerza, mostrando rabia en sus ojos. Ante tal acción, me quejé ya que estaba presionando muy fuerte.
¿Quién es este Eren que tengo en frente? El corazón se me rompía en miles de pedazos al poder comprobar que nada iba a cambiar.
—No tiene caso que metas a ellos en la discusión. Ya estoy harto de ustedes, solo son un estorbo—Eren me miraba con rabia. Me estaba lastimando mientras me sujetaba.
—Es necesario, sobre todo si se trata de ti. ¿Acaso te olvidaste la promesa que hicimos de permanecer siempre juntos a pesar de todo? (...) Eren, por favor, regresa con nosotros.—expresé en voz baja, esperando a que me escuchara.
—Eso ya no corre para mi. Seguiré adelante y peleare hasta el final. Solo te diré que tengas cuidado.—Eren me soltó sintiendo un dolor muy fuerte en el lugar.—ahora vete de aquí. ¡No quiero volver a verte!»
Aquel recuerdo llegó a mi mente, siendo la última vez que hablé con él. Jamás habría pensado llegar a esto. Después de todo, era el fin del retumbar, el fin para Eren, y ni siquiera logramos despedirnos de él.
Levi me observó y con la mirada me dijo todo. Pasó su mano por mi rostro, acariciando mi mejilla, llevándose aquella lágrima que salía de mis ojos.
Se acercó y depositó un beso sobre mis labios.
—Tranquila... ya todo terminará—susurró sobre ellos.
Después de unos instantes, Falco descendió, mientras todos bajábamos. Yo con cuidado, nos bajamos, quedando de rodillas sobre el suelo junto a Levi.
Al mirar al horizonte, notamos la impresionante cantidad de vapor saliendo donde estaba el gran titán de Eren.
—¿De verdad todo acabó?—dije mientras Levi miraba el paisaje igual que yo.
—Eso parece.—respondió.
—Entonces, ¿Eren sí está muerto?
—Es lo más seguro... los remordimientos seguirán existiendo, pero al menos logramos detener el retumbar.
—Tu derrotaste a Zeke...—Levi me miró.
—Se lo prometí _____ y después de muchos años, logré cumplir mi palabra...—vi como sus ojos se llenaron de lágrimas, acercándome a él, para abrazarlo.
—¡Reiner aún está batallando!—el grito de Gabi nos hizo mirarla inmediatamente.
Aquel "ciempiés" seguía con vida a pesar de aquella explosión. Si eso seguía, lo más seguro es que Eren no haya muerto y el retumbar siga su curso.
A lo lejos, notamos como Armin se asomaba acercándose, pero de la nada, a su espalda se ve una explosión de grandes magnitudes, como si alguien se haya transformado en titán.
Y aquella supoción era cierta.
Eren aún no era derrotado.
Eren, en un tamaño igual al titán colosal, se comenzó a acercar hacia Armin, mientras que aquella criatura, se movía, emanando de él grandes columnas humo, llegando hacia nosotros.
—¿Que es esto?—reclamó Jean al ver el humo sobre nosotros.
—Esto...—titubeó Connie—es lo mismo que pasó en Ragako.
Aún recuerdo cuando se logró descifrar lo que había ocurrido en aquel sitio en el cual Connie era originario. Aquel humo convertía en titán a cualquier humano al cual se sometiera a él.
—¡Mikasa, Pieck, suban a Falco!—gritó Levi dando instrucción.—Ackermans y cambiantes son inmunes a esto. ______, ven conmigo.
Levi, se levantó con dificultad, tomándome de los brazos, para subirme a Falco y no podía hacerlo.
—¡Levi, vete! ¡Tienes que dejarme aquí!—con dificultad me zafé de su agarre.
Nuevamente, esta era nuestra despedida y estaba más que claro lo que me pasaría. Esta vez, yo no volvería a casa.
Mikasa subió a la fuerza a Pieck mientras que Levi me tenía sujeta sin intención de soltarme.
—¡Levi, sube!
—¡No me voy a ir sin ti! ¡Entiende!
Me acerqué dándole un beso en sus labios y que en ese instante era el último para nosotros.
—Cuida a nuestro hijo...—dije sobre sus labios.
Aprovechando la poca fuerza que tenía él en estos momentos, lo empujé, pidiendo ayuda a Mikasa, subiendo por fin al titán de Falco, viendo como una parte de mi se alejaba hasta verlo desaparecer.
Sentí que mi rodillas tocaron el piso, bajando completamente la vista hacia el suelo esperando aquel momento.
Mientras esperaba, miles de recuerdos llegaron a mi mente, desde que era una simple niña, hasta lo más reciente. Desde mi niñez, mi entrada al ejercito, mi relación con Erwin, el nacimiento de Abner, mi vida junto a Levi, la guerra, la muerte de Hange, Eren y el retumbar...
A mi mente llegaron los momentos que logré compartir con Levi, desde el día en que lo conocí y estos 4 años en los cuales hemos compartido nuestra vida junto con Abner.
Cada gesto, cada caricia que ambos logramos compartir. Cada beso, cada expresión de cariño lo llevaba siempre en mi mente y mi corazón.
A pesar de todo, agradecía el poder haber compartido momentos felices con quienes atesoré y estuvieron a mi lado.
Desde el momento en que todo para mi fue oscuridad, sabría que me volvería a reencontrar con dos personas a quienes ame demasiado y que mi vida, habría acabado en ese instante...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro