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『ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 73: "ᴘʟᴀɴᴇꜱ ᴀ ʟᴀ ʟᴜᴢ"』

«Uno puede encontrar tantos dolores cuando la lluvia está cayendo»
-John Steinbeck-

Abrí los ojos lentamente, encontrándome en un lugar sumamente oscuro. No había nada a mi alrededor. Mi respiración se comenzó a acelerar al ver que el vacío era lo que me rodeaba y la ausencia de luz era lo que me acompañaba.

Al mirar a todas las direcciones posibles, bajé mi vista al sentir mis manos completamente húmedas. Al alzarlas las vi cubiertas de aquel líquido rojo carmesí.

Aterrada me levanté de mi puesto intentando limpiar mis manos, pero era imposible. Sangre a mi alrededor se acumulaba dejándome aprisionada.

«¡¿Qué es esto?!» pensé con desesperación al ver la sangre sobre mis manos.

Al mirar el camino por donde aquel líquido venía, me di la vuelta, viendo la causante de todo, sintiendo mis piernas flaquear ante tal impacto.

Un cuerpo sobre el suelo bajo un charco de sangre... vestía el uniforme de la Legión y se notaba aquel cabello negro que lo caracterizaba, siendo observado por un pequeño niño rubio, con lágrimas en los ojos y sangre en todo su cuerpo.

«¡Papá! ¡Papá!» gritaba Abner sobre el cuerpo moribundo de Levi.

Asustada por aquella escena, comencé a correr a su dirección. ¡¿Por qué Abner está aquí?! ¡Levi está lastimado!

Por más que corría no lograba acercarme a ellos, me era imposible. Ante tal desesperación comencé a llorar al no alcanzarlos y ayudarlos. Quería gritar, pero la voz tampoco salía.

≫───•◦ ❈◦•───≪

—¡¡Abner!! ¡¡Levi!!—grité al despertar.

Unos brazos me sujetaron de los hombros, mientras me miraban con preocupación.
Los ojos de Armin y Mikasa estaban sobre mi al haber despertado.

—¡Levi!... ¡Abner! ¡Tengo que regresar con ellos y...!—sentí las manos de Armin tomar mi rostro para mirarlo a los ojos.

—________, calma...—Armin acariciaba mis mejillas y limpiando mis lágrimas—solo fue una pesadilla...

Agitada, me quedé observando a mi alrededor intentando orientarme un poco.

Estábamos en una especie de celda iluminada por una suave luz del fuego. Al mirar a mi alrededor, me di cuenta que no estábamos solos. Había una familia que recuerdo haberla visto antes.

Era la familia de Sasha. Jean y Connie también me observaban con preocupación.

—¿Ya estás más tranquila?—sentí la suave voz de Mikasa a mi lado.

—Fue tan real...—me incorporé sentándome en mi lugar.

—¿Estás bien? ¿Por qué estás tan lastimada? ¿Y Abner?—preguntó Armin mientras me ayudaba y analizaba las heridas que traía.

—Abner...—mi labio comenzó a temblar, recordando cuando me despedí de él, sintiendo una lágrima descender por mi mejilla.

Mikasa y Armin me miraron aterrados.

—¡________, ¿dónde está Abner?!—preguntó Mikasa.

—Él esta a salvo... está con Historia...—limpié la lágrima que caía de mi ojo rápidamente.

—¿Con Historia? Pero, ¿por qué?

—Me estaban buscando para localizar a Zeke. Pensaron que yo también tenía esa información, nos buscaron en casa y...— las imágenes comenzaron a pasar por mi mente cerrando mis ojos. No quería hablar de eso, no ahora y no quería preocuparlos, mucho menos a los dos—...preferí dejar a Abner en un lugar seguro.

—Que alegría que esté bien, pero te hicieron mucho daño...—Armin se acercó a ver mis heridas pero me zafé de su agarre. No quería que viera más.

—No es nada, pero ¿Cómo llegué a este lugar? ¿ustedes por qué están aquí?

—Unos Jaegeristas te trajeron inconsciente. Dijeron que te encontraron en un bosque...—respondió Armin.

No recordaba absolutamente nada desde que caí del caballo... solo que no podía dejar de llorar. Tal vez de tanto que pasé, me desmayé.

—Los Jaegeristas han tomado el poder de todo. Es por eso que estamos aquí. Nos oponemos rotundamente a ellos—respondió Jean que estaba a un costado.

—¿Y ahora qué? ¿Nos quedaremos aquí sin hacer nada? Armin, ¿no puedes usar el poder del titan colosal para sacarnos de aquí?—preguntó Connie al no ver soluciones.

—No, aplastaría toda la ciudad si me transformo. El titan colosal no puede ejercer un ejercicio de tanta destreza, no como Eren.—Armin miró a Mikasa quien mantenía el semblante serio.

—Entonces, ¿por qué fuiste golpeado por Eren? ¿No crees que es hora de que hablemos de esto?—dijo Jean.

—Jean, ¿qué quieres decir?—miré al rubio que estaba a mi lado—Armin, ¿qué están hablando?

—_______, vimos a Eren—habló. Abrí mis ojos al escucharlo. Mikasa solo bajó la mirada.

—¿Lo vieron? Pero ¿cómo? ¿Cómo lo encontraron?—pregunté.

—Él nos encontró a nosotros.

—¿Qué pasó?

—Le dijo cosas hirientes a Mikasa y comencé a pelear con él y... fui derrotado.—Miré a Mikasa que se mantenía seria.

—Mikasa, ¿Qué fue lo que te dijo?—preocupada tomé sus manos. Sabía que Eren era capaz de decirle atrocidades a Mikasa, no tenía duda. Si lo hizo conmigo, no tendría piedad ni con Armin, ni con ella.

—Le dijo...—Armin iba a responder, pero Mikasa lo detuvo.

—Basta...ya no importa—dijo cabizbaja.

—Claro que importa. Yo quiero saber que fue lo que te dijo.—Jean debatió con Mikasa.

Yo también quería saber que fue lo que le dijo. Es increíble que Eren les dijera algo para simplemente alejarnos de él.

—Tenías razón ______, ni siquiera nosotros pudimos con él—dijo la pelinegra manteniendo su postura.

—Esto comprueba que se ha convertido en un pedazo de mierda. Ir tan lejos lastimando a tres personas que supuestamente, son sus más cercanos sin motivo alguno... Eren se perdió así mismo.—dijo Connie a un costado de la celda.

—Suponiendo que aún sigue cuerdo, no creo que lo haya hecho sin motivo alguno. Sus verdaderas intenciones deben estar en alguna parte de si, pero no podemos estar seguros de esto.

—Jean... todo esto es tan difícil. A estas alturas del partido ya no sé si confiar o no. Eren es un verdadero misterio y ha hecho cosas que jamás creí que en su vida haría. Puedo aceptar que me lastime a mi, ya sea directa o indirectamente—presioné mis puños sobre mis piernas—, pero me duele pensar que lastimo a Armin y a Mikasa. ¿Cómo sabremos sus verdaderas intenciones? ¿Cómo?...Ahora no sabemos qué pasará, no sabemos donde está Hange y si Levi está bien...

Jean solo me miró pensando mis palabras. No me respondió.

—Dijiste que los Jaegeristas fueron a buscarlos a ti y a Abner... ¿Eren habrá ordenado a que te buscaran?—preguntó Armin preocupado.

—Estamos hablando de la facción que sigue a Eren y si él dio la orden o no, ya no va al caso Armin... ve como está ________—exclamó Connie al ver mis heridas—ni siquiera por ser ella o por el pequeño Abner se detuvieron. La responsabilidad recae en Eren de todas maneras.

Esas palabras dolían en lo más profundo, pero después de todo, ya no sabía en qué creer.

Un ruido hizo que todos los que estábamos ahí nos diéramos la vuelta. Pisadas resonaron por todo el lugar hasta que se hicieron más intensas.

Aquella mujer muy alta de cabello corto y rubio se detuvo frente a la celda acompañada por dos personas más.

Yelena.

—Hace tiempo no nos vemos, héroes de Shiganshina. Realmente es un dolor para mi tener que verlos a través de estas barras de hierro.

Quienes acompañaban a esa mujer, es una de las personas que Hange fue a ver cuando la acompañe para hablar con uno de los soldados antimarleyenses para averiguar sobre todo lo que había pasado con Eren. Onyankopon... era aquella persona con quien vi a Hange por última vez.

Me acerqué a los barrotes y los sujeté con mis manos dirigiéndome a él.

—¡Tú... tú sabías que iban a hacer todo esto! ¡¿donde está Hange?!—dije alzando la voz lo más que pude.

—No lo sé...—fue lo único que respondió.

—¡Oye! ¡Bastardo! ¡Así que también formas parte de ellos! ¡Sácanos de una maldita vez de este lugar!—reclamó Connie a mi lado tomando los barrotes al igual que yo.

—¿No será mucho pedir cuando me tenían bajo arresto domiciliario y arrastrado por todos lados? Hasta que Eren y Zeke se encuentren, permanezcan aquí y manténganse en silencio.

—¡¿No crees que fueron lo bastante generosos con ustedes? ¿Por qué hacen esto?!—respondí esperando alguna respuesta, pero no fue así.

—Estoy contento—intervino Jean detrás de nosotros—Yelena, debes estar disfrutando como nunca ahora que todo está saliendo todo muy bien para ustedes. Lograr que Eren se uniera a Zeke usándote como intermediario, hacerlo atacar Marley y obtener apoyo de los ciudadanos de Eldia y tener control total sobre las fuerzas militares gracias al vino adulterado con el fluido espinal de Zeke...

—¡¿Qué?! ¡¿Es eso cierto Jean?!—me di la vuelta para mirarlo.

Eso podía convertir con un solo grito de Zeke en titanes... como en el pueblo donde Connie vivía.

Dieter me dijo que había sentido una corriente eléctrica pasar por todo su cuerpo, pero no teníamos idea a qué se debía. Él posiblemente lo bebió.

Frustrada me alejé de las barras de hierro, sentándome al borde del asiento junto a Mikasa.

—Demonios, esto me va a matar de la angustia—dije en voz baja, apoyando mis codos en mis piernas y cubriendo mi rostro.

Solo sentí que Mikasa acariciaba mi espalda.

—Poner tus manos sobre la nación de Eldia y sobre el poder del titan fundador y vengar tu tierra natal derrotando a Marley... esa fue la verdadera razón del por qué los voluntarios vinieron, ¿no es así?—Jean concluyó.

—Hicimos que este país prosperara. Esta isla estaba cientos de años atrasada...—respondió el moreno.

—¡¿Qué dices?!—exclamó Connie ante las palabras de Onyankopon.

—Eso hicieron, solo para vivir una buena vida. Ustedes quienes se convertirían en los líderes de esta isla, ¿no es cierto?—el joven de cabellos claros que estaba junto a la familia de Sasha ingresó a la conversación.

—Los que se dejaron engañar perdieron...eso es todo lo que hay...—dijo el otro sujeto acompañado de Yelena.

—Grior, parece que tu rango subió a ser el lame botas de Yelena, después de habernos vendido maldito soplón.

—¿Acaso eres idiota? El que se dejó engañar por estos apestosos demonios fuiste tú.

—¿Qué estás...?—el otro prosiguió.

—Incluso babeabas por esa apestosa chica papa descendiente de los demonios...

—¡¡Maldito, te mataré!!—se quiso acercar, pero Jean lo detuvo.

—¡Basta Nicolo!—Jean intentó sujetarlo de los brazos.

—Tuve que soportar tus divagaciones sobre ella todas las noches. Fue estúpido pensar que entrarías en razón después de que esa puta estirara la pata.

—¡¡Bastardo, ¿qué fue lo que dijiste?!!

—Te lo repetiré de una manera que puedas entender. Esa puta no era más que una descendiente de los demo-

Ni siquiera logro terminar cuando el ruido de un disparo se escucho por todo el lugar, viendo como la escena se llenaba de sangre y gritos de quienes estaban detrás de nosotros. Yelena le había disparado en la cabeza.

—¡¿Ye-Yelena?!—tartamudeo perplejo quien acompañaba a la rubia.

—Me disculpo por su mal comportamiento.—hizo una reverencia a modo de disculpa—Compañeros que los llamen demonios ya no son necesitados en esta isla. Por favor, créanme cuando les digo que nuestro objetivo es algo tan insignificante como la venganza contra Marley. Romper el ciclo del odio del mundo, para que incluso Marley y Eldia pueda salvarse... esa es nuestra verdadera meta en estos momentos. Sin ocultar nada, les explicaré todo. La medida secreta de Zeke para salvar el mundo. El plan de la Eutanasia en su totalidad.

No podía creer lo que escuchaba. Al igual que yo, todos estaban sorprendidos al ver que Yelena había finalizado aquel relato.

—¿Los niños... dejarán de nacer?—preguntó Armin con asombro, al igual que todos los que estábamos ahí.

—Es correcto. El objetivo es liberar al mundo del poder de los titanes. Lenta y pacíficamente.

—No, espera, ¿cómo es eso pacífico? Si los descendientes de Ymir desaparecen, la población disminuirá y en los próximos años la única población que quedará serán ancianos débiles, ¿cómo seremos capaces de proteger al país en esa situación? ¿Acaso crees que los demás países nos dejarán en paz?—Jean tenía razón. Con el paso de los años, ese sería el panorama, dejando con las defensas de este país extremadamente bajas.

—En cuanto a eso, será exactamente como ha sido hasta ahora. Podemos usar el retumbar para disuadir. Será esencial mantener la sucesión del fundador y la familia real. Afortunadamente, la reina ha sido bendecida con un sucesor. Si ese niño vive el resto de su vida. Varios descendientes de Ymir heredarán el poder del fundador.

—Entonces, todo sería perfecto bajo los ojos de ustedes, ¿no es cierto?—Preguntó Jean.

—Perfección, totalidad... son cosas que ningún país tiene. Cada país carga con sus propios problemas. Como sea, la realidad es una... la amenaza que provocan los titanes, la historia de sangre y lágrimas, las personas que pueden ponerle fin a esto, existen...Zeke y Eren. Dos hermanos que serán recordados como símbolos, al igual que los dioses de la antigüedad...

Armin empezó a sollozar, cubriendo sus ojos. Lo miré extrañada al ver lo que hacía.

—¿Qué pasa?—preguntó la rubia del otro lado de la celda.

—Es que... este acto es tan noble... me conmovió.

—Armin...—le susurré mientras lograba ver el rostro de felicidad de Yelena.

—Me alegra. Estoy feliz de que comprendieras todo.

Unos pasos se sintieron llegar, siendo un par de personas que se mostraban agitadas y que al parecer venían corriendo a dar noticias.

—¡Yelena! ¡Intrusos!

La rubia se levantó y volvió a dar una reverencia.

—Me disculpo, debo retirarme... espero pronto podamos vernos las caras.

Dijo para marcharse rápidamente, dejándonos solos nuevamente.

—Armin, te conozco, pero esta vez te pasaste—pregunté molesta al ver como había reaccionado ante los dichos de Yelena.

—No me agrada hacer esto, pero debemos hacerle creer que estamos de su lado.—respondió limpiando aquellas lagrimas que tenía en sus ojos.

—¿Y ahora qué? No nos van a sacar de aquí.

—Yo...no puedo creer lo que escuche. Esto de querer esterilizar a toda la población. ¿Por qué? ¿Qué clase de solución es esta? No me puedo convencer de que Eren haya aceptado tal cosa.

—No creo que sea tan simple... creo que Eren trama algo—respondió Armin.

—¿Qué cosa?—pregunté.

—Tal vez lo descubramos pronto...

El silencio reinó el lugar, pero casi instantáneamente el suelo comenzó a moverse y un ruido muy fuerte se escuchaba por todos lados. El edificio se sacudía, quedando completamente confundidos ante lo que estuviese pasando.

—¿Qué es lo que pasa?

—Ya comenzó... Tal vez los titanes... se están moviendo...

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