『ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 72: "ᴅᴇʀ ᴀʙꜱᴄʜɪᴇᴅ"』
«La guerra nos lleva a la gloria, pero también nos conduce por la miseria y el dolor»
Sentí como mis muñecas eran liberadas después de al menos una hora en esa posición. No podía moverme, por mucho que quisiera hacerlo, no podía.
Me obligué a mi misma a incorporarme, hasta que con dificultad lo logré. No podía moverme de mi puesto y solo logré cubrirme con la sábana que estaba sobre la cama. Estas se estaban manchando con sangre que salían de mis muñecas lastimadas, pero aún así no lograba sentir absolutamente nada. Mi cuerpo temblaba mientras aún lo tenía en mi campo de visión.
Miré hacia el frente y aquel hombre que había entrado a nuestra casa, amenazando con matar a Abner si no le daba alguna información sobre Zeke, se había terminado de colocar su última prenda.
Él se dió la vuelta para verme y sentí mi cuerpo temblar aún más fuerte.
—¿Dónde está Zeke?—preguntó mientras dio un paso al frente.
Mi voz no salía y no podía articular palabra alguna.
—Responde—sonó amenazante.
—N-No lo sé...—fue lo único que respondí cuando sentí sus manos sobre mi cuello mientras presionaba fuertemente.
Mi respiración se estaba cortando y lo poco y nada de aire que quedaba en mis pulmones se estaba agotando.
—Maldita...—presionó aún más fuerte ya sintiendo que no resistía más.
De un momento a otro, fui liberada de esa presión sintiendo la necesidad de respirar desesperadamente ante la petición de mis pulmones para llenarse de aire. Tomé bocanadas de aire, pero tosía a la vez al sentir la completamente lastimada mi garganta.
Al tranquilizarme, sentía a alguien tomar mi hombro. Me zafé rápidamente, alejándome de ese agarre, pensando que tal vez ese hombre seguía ahí.
—¡No me toques!—alcé la voz lo que más pude al ver que con insistencia tomaba mis hombros, dando repetidos golpes a quien estaba frente a mi en ese instante.
—¡_________, tranquila, soy Dieter!—al escuchar su nombre, abrí mi ojos y efectivamente era él.
¿A caso ya estaba a salvo? ¿Qué pasó con ese hombre?
Me percaté de que no había movimiento. Levanté mi cabeza y al parecer, Dieter lo había tomado y comenzó a golpearlo repetidas veces, ya que este estaba en el suelo cubierto de sangre.
—¡______, ¿estás bien?!—yo solo miraba la escena, un poco shockeada.—¿puedes levantarte?
No podía ni siquiera responderle.
Dieter me ayudó a levantarme y me cubrió con su abrigo. Yo solo vi el cuerpo del sujeto tirado en el suelo.
—¿Está muerto?—pregunté al verlo sin moverse.
—No, solo lo dejé inconsciente... Vamos antes de que despierte—me tomó de los hombros y salimos de ahí lo más rápido posible.
Salimos de la casa y nos dirigimos a la suya, al entrar, vi a Abner en los brazos de Ada. Estaba bien, estaba a salvo. El alma volvió a mi cuerpo al verlo a salvo.
Lo primero que hice fue acercarme a Abner que todavía estaba derramando lágrimas. Al verme, soltó a Ada y se abalanzó sobre mi para abrazarme y siguió llorando. Yo lo abracé fuertemente evitando derramar lágrimas y mostrar debilidad frente a él.
—Perdón mi amor, perdón. Ya pasó todo, tranquilo.
Me sentía culpable de que él viera todo eso. Quería evitar a toda costa que viviera algo traumático en su vida, pero no le fallé. De Él se separó de mi y llevó su pequeña manito a mi mejilla.
—Mamá, ¿te duele mucho?—preguntó refiriéndose tal vez al golpe que tenía en la frente, mientras pequeños sollozos salían de él.
—No, ya no duele, voy a estar bien. No pasa nada.
Me volvió a abrazar, mientras que yo acariciaba su suave cabello rubio. Ada se acercó quedando a nuestra altura.
—_________, estás lastimada. Debemos curarte.
Abner no me soltaba y estaba aferrado a mi, así que lo levanté, siendo ayudada por Dieter y fuí directo donde Ada me iba guiando a lo que parecía ser su habitación.
Entramos y me hicieron sentarme en la cama.
—¿Cómo... cómo supieron que algo pasaba allá adentro?—pregunté al verlos frente a mi y yo con Abner en mis brazos sin querer soltarme.
—Abner llegó corriendo y llorando desconsoladamente y nos dijo que un hombre te estaba haciendo daño. Dieter llegó después y fue a buscarte. Me dijo que los rumores de que buscaban a Zeke se estaban esparciendo por todos lados y uniendo las piezas con lo que me dijiste antes de que todo pasara y lo que Abner nos dijo, Dieter fue a ver qué sucedía.
—No dude en ir a verte... Nos preocupamos mucho. Ada me contó que los fugitivos y por lo que se dicen ser aliados de Eren, te estaban buscando.
Yo solo asentí, ya estando un poco más tranquila, la adrenalina de mi cuerpo comenzó a disminuir, sintiendo dolor en casi todo el cuerpo, sobre todo el área de las muñecas.
—Voy a buscar mi botiquín, vuelvo en seguida.
Ada se fue por el pasillo. Miré a Abner y se había quedado dormido. Dieter me ayudó a acomodarlo en la cama para que descansara sin problemas. Lo mejor es que ahora duerma y descanse.
Ada llegó y le pidió a su esposo si podría salir unos momentos, ya que quería revisar que no tuviera nada más grave. Él sin cuestionar, salió de la habitación dejándonos solas.
—Tienes heridas en las muñecas y en los brazos, la mejilla inflamada y qué decir del golpe que tienes en la cabeza—ella comenzó a limpiar y analizar mis heridas.—¿Por qué tienes el abrigo de Dieter? ¿No me digas que...
Me percaté de que estaba con el abrigo de Dieter, recordando la escena de que el hombre me tomó a la fuerza. No lo soporté. Comencé a llorar desconsoladamente sintiendo el abrazo de Ada.
Al intentar calmarme me separé de ella.
—Ada, necesito darme un baño, por favor...
—C-Claro, por su puesto—se levantó para darme lo necesario ante mi petición—Espera, te daré algo para que estés más cómoda.
Entré al baño que estaba en su dormitorio y di la llave de la ducha. El agua corría fría pero no me importaba. Entré y como si eso fuera ayudarme a quitar la forma en la que ese hombre me tocó y abusó de mi. Pasé mis manos limpiando cada rincón de mi cuerpo, dejando de lado el dolor que sentía en mis heridas al contacto con el agua, esperando a que tal vez, todas estas sensaciones se marchen, mientras que las lágrimas de mis ojos se mezclaban con el agua de la ducha.
—________, ¿por qué no te recuestas y tratas de descansar? Lo necesitas.
Ada, gentilmente me ofreció quedarme en su habitación, pero no podía dormír después de lo que pasó. En eso, Dieter entró al cuarto.
—No voy a poder dormir, no después de esto.
—Aún así, recuestate un rato.—esta vez fue Dieter el que insistió, yo solo negué con mi cabeza.
—No, está bien.—respondí, sintiendo un nudo en mi garganta.
El silencio se hizo presente unos instantes. La situación era lamentable, pero ya no podía hacer nada al respecto... solo seguir y velar por la seguridad de Abner.
—________, perdón.—la voz entrecortada de Dieter llegó a mis oídos, levantando mi vista—debí haber llegado antes y tal vez no hubieses pasado por eso...perdón.
Vi como apretaba los puños de sus manos, mostrando la rabia ante lo sucedido.
—No tienes culpa Dieter, es más, te agradezco. De no ser por ti, yo tal ves en estos momentos estaría muerta.—limpié la lágrima que se asomó en mi ojo— Ahora en estos instantes yo soy lo de menos...Abner corre peligro si sigue conmigo.
—¿Por qué dices eso?—preguntó Ada asustada.
—El grupo de Jaegeristas que llegaron a casa, dijeron que a quien buscaban era a mi. En cuanto a la vida de Abner es lo que menos les importa. Me están buscando para conseguir a toda costa la localización de Zeke Jaeger.
—¿Y sabes donde está?—Dieter entró en la conversación.
Yo solo llevé mis manos a mi rostro, cubriéndolo con frustración.
—No, no lo sé. Levi nunca me dijo donde estarían. A ese hombre le dije que conocía la ubicación de Zeke solo para que dejara a Abner en paz y evitar que le hiciera algo...
Ahora no sabía que hacer y mi mente estaba en blanco, después de lo que pasó no podía pensar con claridad.
—Sabes que las puertas de esta casa están abiertas para que se queden aquí.—Ada interrumpió mis pensamientos al escuchar su voz.
—Lo sé y lo agradezco de corazón, pero no podemos quedarnos aquí. Estoy segura que volveran a buscar por el sector y tampoco quiero ponerlos en peligro a ustedes.
—¿Y a dónde irán? Deben estar patrullando por todos lados.—Dieter tenía razón, pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados.
A mi mente cayó un recuerdo de hace ya varios años atrás. El recuerdo de una persona que tiene absoluto poder sobre estas murallas.
«Sabes que siempre vas a contar conmigo, pase lo que pase. Si necesitas algo, no dudes en acudir a mi»
Historia.
Si Abner se quedaba con Historia, no pueden hacerle absolutamente nada. Era el lugar perfecto para mantener a Abner a salvo.
—Ya sé donde podemos ir...Dieter, ¿tienes un equipo de maniobras en casa?
—S-si, tengo uno, pero ¿para qué lo quieres?—respondió confundido.
—Solo puedo pensar en un lugar, pero...
—¡¿Donde quieres ir ________?!—preguntó sin entender todavía a donde nos queríamos ir.
—Donde la reina.—respondí.
—¿Y sabes dónde se resguarda?
—N-No, no lo sé—pasé mis manos por mi cabello frustrada.
El silencio reinó en la habitación, hasta que Dieter habló.
—Tengo unos amigos que son de la guardia real, tal vez ellos sepan la información.
—¿Son de confianza?—él asintió.
—Nos conocemos desde hace varios años, así que no hay problema con eso. De ellos podemos tener discreción.
—Puede que ellos no lo sepan, pero si me ayudas a llegar a ellos, podré llegar a la persona de la policía militar quien probablemente sepa del paradero de la Reina. Dieter, por favor, llévame con ellos.
—______ esto es muy arriesgado. Aún te están buscando en los alrededores, tú misma lo dijiste.—dijo con voz temblorosa.
—Por mi hijo soy capaz de lo que sea. No me voy a detener o estar sin hacer absolutamente nada si sé que corre peligro.
Dieter mostraba miedo en su mirar, pero aún así yo estaba decidida a salir adelante para proteger a Abner. Dieter soltó un suspiro y se dirigió a mi.
—Está bien, saldremos esta noche.
—Gracias.
Ya con todo hablado, le di una mirada a Abner quien estaba profundamente dormido. Me dí nuevamente la vuelta, dirigiéndome al matrimonio.
—Ada, ¿me haces un favor?
—Si, ¿que necesitas?
—¿Tienes pluma y papel?
Terminé de acomodar el equipo de maniobras que Dieter me facilitó, al igual que una capa larga con una capucha para evitar ser vistos.
Dieter fue a buscar el caballo que había dejado apartado de la casa, mientras que el de él estaba afuera.
Ya con todo listo, busqué a Abner que seguía durmiendo en la habitación.
—________, ¿estás segura de lo que vas a hacer?—me detuve al escuchar la voz de Ada a mi lado.
—Si, Abner necesita estar protegido y teniéndolo a mi lado, no tendrá esa seguridad.—me di la vuelta para verla y tomar sus manos—Ada, gracias por todo lo que has hecho por mi, sobre todo por Abner durante estos años.
—¿P-Por qué me lo dices como si te estuvieras despidiendo?—no lo pensé de esa manera, pero todo podía pasar en este recorrido.
—No lo digo en ese sentido, solo quería agradecerte—me acerqué a ella y la abracé—gracias Ada.
Ella me abrazó fuertemente.
—Estamos listos—Dieter llegó donde nos encontrábamos.
—Tengan cuidado.—Dijo Ada al ver que ya partíamos. Dieter se despidió de su esposa y se reunió con nosotros.
Él se ofreció llevar a Abner durante el recorrido, lo cual acepté. Él lo tomó en sus brazos y salimos de la casa. Ambos subimos a los caballos y ya estábamos listos para partir.
—Dieter, buscaremos a Nile Dok, seguramente él sabe donde está la reina. Iremos donde se desenvolvieron los hechos con respecto a Darius Zacky. Los lideres de las facciones deben estar reunidos, ya que lo más seguro es que Pixis tome el poder.
—Tiene sentido...—Miró a Ada para despedirse y partir—de acuerdo, entonces vamos.
El camino que tomamos fue más largo que lo habitual, ya que preferimos una ruta la cual no involucrara el pueblo o la ciudad en si. Esto nos haría tardar un par de horas más de lo normal.
Durante el trayecto, Dieter se detuvo bruscamente, acercándome a él con rapidez ya que sostenía a Abner en sus brazos. Preocupada me acerqué a su lado para ver qué pasaba.
—¿Qué pasa Dieter? ¿Estás bien?—pregunté con preocupación.
Con ambos caballos detenidos, él zme miró con cara de espanto y angustia.
—N-No lo sé. Sentí algo extraño...
—¿Qué cosa?—pregunté.
—Es como si... una corriente pasara por todo mi cuerpo... fue muy extraño.
Desconocíamos el por qué de los hechos. Dieter insistió que ya había pasado el malestar y seguimos el recorrido.
Después de unas horas, vimos como la gente se volvía a reunir. No podíamos aparecer de la nada en este lugar o por lo menos yo. Dieter tenía esa libertad para poder ayudarme a encontrar a Nile. Y lo más seguro es que él esté aquí, ya que antes de irme, él estaba en este lugar.
—_______ la gente se está comenzando a reunir nuevamente en este lugar.—dijo Dieter a un costado.
—A pesar de que Eren escapó, las personas siguen protestando. Lo malo de todo esto es que los Jaegeristas están incorporados casi en su totalidad por la legión de reconocimiento. Aún no sabemos si soldados de otras facciones están involucrados.
—Tienes razón. Quédate aquí con Abner. Buscaré a mis compañeros. Volveré en seguida.—yo asentí recibiendo a Abner quien empezó a abrir sus ojitos.
Dieter se alejó de nosotros para adentrarse en el lugar.
—Mamá, ¿donde estamos?—preguntó mientras se frotaba los ojos ya que había despertado.
—Vinimos a buscar algo importante...—me di la vuelta con él para enseñarle los caballos.—Mira Abner quienes nos acompañan.
Sus ojos azules brillaron al ver a los caballos que tenía en frente. Fascinado comenzó a acariciarlos, mientras sonreía.
Después de al menos media hora, vi que dos personas se acercaban a nosotros. Era Dieter con otro soldado que parecía ser de la policía militar. Sujeté muy bien a Abner al ver que ya estaban con nosotros.
—Buenas noticias—dijo Dieter emocionado—El comandante Nile Dok sigue aquí.
—Le dijimos que había una reunión de emergencia y que se dirigiera a una sala en específico. Ahora nos dirigiremos allí y pueden hablar con él.
—¿_________? ¿Qué haces aquí y con Abner? Te fuiste de la reunión sin decir nada...—Nile me comenzó a bombardear con preguntas pero no había tiempo de responderlas.
—Te pido las disculpas correspondientes si te hicieron venir con la excusa que había una reunión urgente, pero necesitaba hablar contigo. Necesito tu ayuda.
—¿Que sucede?—preguntó asustado.
—Nile, me están buscando y si me atrapan, querrán arrebatarle la vida a Abner.—bajé un poco la voz y atraje a Abner hacia mi para que no escuchara.
Él solo se sorprendió por mis palabras.
—¡¿Los de la facción Jaeger?!—yo asentí.
—Si. Fueron a nuestra casa y no atacaron. Logramos salir de ahí de milagro. Ellos dijeron que necesitaban saber a toda costa el paradero de Zeke para reunirse con Eren.
Nos estaban buscando ya que al vivir con Levi, creen que yo tengo la ubicación de Zeke...
—Pe-pero, ¿Ustedes están bien?
—Si, por suerte...—no quería entrar en detalles, mucho menos ahora que el tiempo era valioso.
—¿Por qué no te vas a casa con Marie? Allá nadie podrá encontrarlos. Me asegurare de su traslado y...—lo interrumpí.
—No Nile, agradezco el ofrecimiento, pero tampoco puedo permitir poner en peligro a tu familia, sobre todo a tus hijos.
—Entonces, ¿Dónde quieres ir?
—Necesito que me des la ubicación de la Historia.—él abrió los ojos impactado.
—¡¿De la reina?! _______, no puedo hacerlo...—lo interrumpí.
—Nile, por favor... es el único lugar en el cual mi hijo puede estar a salvo...
—Pero...
—¿Acaso tú no harías lo mismo por los tuyos? Yo soy capaz de cualquier cosa, además...—mi voz se comenzó a quebrar, sintiendo como una lágrima se deslizaba por mi mejilla—no quiero perder lo único que tengo de Erwin.
Nile clavo su mirada en nosotros analizando mis palabras. Después de eso, se dió la vuelta y comenzó a hacer algo sobre el escritorio. Ya cuando finalizó se giró nuevamente y me entregó un papel doblado por la mitad.
—Ten mucho cuidado.
Yo solo lo abracé, dándole las gracias, sintiendo su abrazo fuertemente hacia mi. Al separarme de él, acarició el cabello de Abner.
Hace varias horas comenzamos a cabalgar con Abner. Al tener ya la ubicación de Historia, dejé atrás a Dieter, despidiéndonos en aquel lugar. No podía dejar que siguiera conmigo, podía levantar sospechas si desaparece por tanto tiempo.
Abner simplemente estaba fascinado al poder montar a caballo, dejando tal vez todo lo que vivió atrás. Yo solo quería eso, que olvidara todo lo que vio y que por ahora, solo disfrutara de este momento.
Tras varias horas en el bosque, llegué a la ubicación que había escrito Nile en aquella hoja. Los árboles terminaban y se lograba ver un campo gigantezco con una pintoresca casa en medio de ella.
Seguí el andar del caballo, hasta llegar a aproximarme a la casa. Sin percatarme, varios hombres con armas de fuego habían salido al verme aproximarme a la casa.
Todos nos apuntaron, cubriendo a Abner con uno de mis brazos, deteniendo el andar del caballo bruscamente.
—¡Alto ahí! ¡No puedes seguir avanzando!—gritó uno de los soldados que había llegado junto a nosotros.
—¡Vengo a ver a la reina!—les grité a quienes teníamos en frente.
—¡Nadie puede ingresar a la propiedad. Ustedes son completos extraños!—respondieron en nuestra contra.
—¡No pienso marcharme hasta no ver a Historia!—exclamé ya perdiendo toda paciencia con estos hombres.
—Mamá...—Abner me abrazó con temor al ver como los soldados nos apuntaban con sus armas.
—Tranquilo amor, no pasa nada...—dije sobre su oído para intentar calmarlo.
—¡Retirense de este lugar! ¡No queremos lastimarlos, mucho menos si llevas contigo a un menor de edad!
Yo bajé del caballo, tomando a Abner conmigo. Ellos aún nos seguían apuntando con las armas.
—¡No te muevas!—gritó uno de ellos.
—¡Necesito ver a la reina!—insistí.
Ellos al ver que no me detendría en insistir. Se acercaron a mí. Y quisieron tomarme para alejarme. Di varios pasos atrás, pero me tenían rodeada.
—¡Detenganse!—la voz de un hombre interrumpió la escena.—¡¿Qué hacen?! ¡Trae a un niño, por las murallas!
Los soldados se abrieron paso y lo dejaron pasar, viendo como se acercaba a mi.
—¿Estás bien?—preguntó y asentí.
—¡Necesito ver a Historia! ¡Por favor!—dije rápidamente.
—Tranquila, ella me pidió que lo detuviera. Te vio a lo lejos.
—Gracias.—me tomó por los hombros para alejarme de los guardias.
Sujeté a Abner y comenzamos a caminar junto a él, sintiendo el murmullo de los soldados a nuestra espalda. Mientras nos acercamos a la casa, vi como Historia estaba sentada en una silla mecedora.
Su rostro era completamente distinto al que yo vi hace un tiempo atrás. No estaba para nada bien, notando ya su avanzado embarazo.
—________...
—Historia... ha pasado mucho.—dije ya estando frente a ella.
Aquel hombre se quedó a un costado junto a Historia.
—Estás muy lastimada...¿Qué sucedió?—dijo preocupada al verme así. Abner solo se aferró a mi.
El recordar aquel suceso y todo lo que pasamos hace ya varias horas atrás me hacía querer llorar desconsoladamente, pero lo evité a toda costa, sintiendo aún el nudo en mi garganta.
—Han pasado tantas cosas en estos días que simplemente no sé por donde empezar... Eren se escapó, los Jaegeristas andan sueltos, no sé nada de Levi y me muero de la angustia.—levanté mi vista para verla a los ojos—Historia, no soy quien para pedirte algo, sobre todo en la condición en la que estás, pero... Por favor, cuida a Abner. No puedo dejar que corra peligro si sigue conmigo. Pueden hacerle cualquier cosa.
Historia solo quedó pensativa por mis palabras.
—¿Por qué corre peligro si sigue contigo?—pregunto sorprendida.
—Me están buscando y si logran dar con mi paradero, son capaces de quitarle la vida a mi hijo, es por eso que te lo pido por favor...
Historia mostraba preocupación en su mirada, pero su vista se dirigió a Abner, levantándose de su silla, acercándose a nosotros.
—Hola Abner, soy Historia—saludó al pequeño, quedando frente a él.
Abner me miró, aún teniéndolo en mis brazos, esperando a que le dijera algo. Yo asentí para que devolviera aquel saludo.
—Hola Historia.—ella le sonrió.
—¿Qué edad tienes?
Abner miro los dedos de sus manos para contarlos y mostrarle los cuatro primeros de ellos.
—Tengo 4 años—respondió.
—¡Que lindo! ¡estás muy grande Abner!—vi sus mejillas rosadas y escondiéndose sobre mi cuello sintiendo vergüenza, causándome absoluta ternura.
Esta vez Historia se dirigió a mi.
—________, no te agobies. Personalmente me haré cargo de él.—un peso de encima se me quitó de la espalda, botando aquella respiración que mantenía retenida.
—Gracias Historia... gracias—ella me dio una pequeña sonrisa.
Ahora es cuando las ganas de llorar llegaron a mi. A pesar que sabría que estaría completamente seguro en este lugar, se me rompía el corazón en miles de pedazos al saber que tenía que alejarme de él y que posiblemente esta sería la última vez que lo vea. Mis ojos se comenzaron a llenar de lágrimas.
Podía pasar cualquier cosa y nuestro destino era incierto, pero quedaba en paz al saber que Historia velaría en estos momentos por él. Lo bajé y me arrodillé quedando a su altura.
—Abner, escuchame bien. Te quedarás aquí, mientras yo regreso, ¿si?
—¿A dónde vas mamá?—preguntó.
—Tengo que ir a otro lugar que es algo lejos y es por eso que te quedarás con Historia.
—¿Puedo ir contigo?—consultó esperanzado.
—No cielo, esta vez no puedes venir conmigo.
—Está bien.—dijo bajando su mirada al notar tristeza en sus ojos.
En eso la voz de aquel hombre se escucho dentro de nuestra conversación.
—Abner, ¿te gustan los caballos?—alzó su mirada y sus ojitos azules brillaron al escuchar aquella pregunta.
—¡Si! ¡Me encantan!—Respondió feliz.
—Tenemos muchos caballos y animales, ¿quieres verlos?
—¡Si, si quiero! ¡¿Mamá, puedo verlos?!—me preguntó con total emoción y tampoco podía negarle eso.
—Claro amor, pero dame un abrazo antes de que vayas.—Abner me abrazó fuertemente, sintiendo que en cualquier momento me derrumbaría.
—Te amo mucho mamá—se separó de mi y besó mi mejilla.
Se alejó y se fue junto al hombre que vivia junto con Historia, hasta que lo vi desaparecer.
Yo me quedé arrodillada en el suelo, queriendo llorar y gritar de la impotencia. Al no soportar solo dejé que unas lágrimas se escaparan de mis ojos pero las limpie rápidamente.
—__________...—sentí la voz de Historia llamar mi nombre.
Me levanté rápidamente del suelo ya que era hora de que me marchara.
—Gracias por permitir que se quede aquí... Te deberé mucho Historia.
—Nada de eso, sabes que siempre vas a contar conmigo.
Me limpié las lagrimas restantes de mis mejillas, para acercarme a Historia y abrazarla. Ella sin dudarlo aceptó aquel abrazo, sintiendo algo de fuerza al realizar tal gesto.
—Discúlpame por no estar contigo cuando más necesitas de las personas que te quieren—me alejé de ella y acaricié su abdomen, el cual ya estaba muy pronunciado por los meses de gestación, recordando cuando estaba embarazada de Abner—espero que tu bebé nazca sano y muy fuerte...
—Gracias ______—Historia tomó mis manos—por favor, ten mucho cuidado.
—La única salvación posible es la Eutanasia de Eldia.
La lluvia comenzó a caer sobre donde ellos se encontraban. El pelinegro moviendo aquella carreta en la cual se transportaban, llevando a Zeke lastimado y aprisionado.
Levi se dió la vielta al escucharlo hablar en voz baja. La lluvia los cubría con intensidad.
—¿Qué has dicho? ¿Algo sobre la eutanasia?
Esperó un poco para que respondiera a su pregunta, pero no fue así. Confundido comenzó a pensar que significarían aquellas palabras que salieron de su boca.
—Ya sé que acabarás muriendo dentro de una apestosa boca de algún titan mientras oyes como tu cuerpo se hace añicos, pero ¿no te parece una foma muy pacífica de morir? A comparación con tadas las vidas que arrebataste.
Dijo dolido al recordar como sus compañeros fallecieron por causa de Zeke... una vez más.
—Yo no le arrebaté nada a nadie...yo los salvé... salvé la vida de esos niños, de este mundo cruel, ¿No es así?—dijo a duras penas.
«¿Salvación? no es más que tal vez una estúpida conspiración o parte de su plan... ¿para qué? ¿Seguir arrebatándole la vida a las personas?» pensó Levi con total molestia.
—Al parecer el castigo que te di no fue suficiente—comenzó a sacar las cuchillas de su adjuntadas a su equipo de maniobras—te han comenzado a crecer las piernas...
—¡MÍRAME SR. XAVER! ¡YO PUEDO HACERLO!—fue lo que gritó antes de moverse bruscamente para activar aquella lanza relámpago que estaba sujeta a una cuerda a su cuello.
Todo pasaba en cámara lenta. La caída de las gotas de lluvia sobre ellos, los movimientos de Zeke y como aquel seguro de la lanza era suelto, generando una luz cegadora, sin dejarle tiempo a Levi para escapar.
Un ruido ensordecedor llegó a sus oídos, con aquella explosión que lo lanzó metros lejos de donde estaba, sufriendo miles heridas de gravedad.
Bruscamente cayó al suelo, soltando aquellas armas que tenía en sus manos, sintiendo un dolor en todo su cuerpo, siendo más fuerte en su mano derecha y su rostro. No podía moverse y el dolor no se lo permitía.
Como pudo abrió el ojo el cual estaba intacto viendo como la lluvia caía sobre él.
«¿Acaso...es aquí donde voy a morir? ¿Moriré antes de verla?» pensó mientras una lágrima caía por el costado de su ojo.
Aquel recuerdo llegó, ese día y esa noche en la cual estuvieron juntos y se amaron como nunca.
«—Levi, quiero que me prometas una cosa.
—Lo que quieras.—soltó sin dudar.
—Prométeme que tendrás mucho cuidado. A pesar de que estarás con más soldados, Zeke no deja de ser peligroso. Quiero que regreses a salvo.—él le regaló una hermosa sonrisa, acercándose a ella, para acariciar su cabello.
—Lo prometo y haré todo lo posible para regresar con ustedes lo más pronto que pueda. Quiero que me prometas que también vas a cuidar de ti y de Abner.
—Lo prometo y tampoco quiero que te preocupes. Abner y yo estaremos bien.»
«_______, perdón... no pude cumplir con aquella promesa...»
Fue lo último que pasó por su mente antes de cerrar los ojos y quedar completamente inconsciente.
—Historia, necesito que me hagas un último favor.—dije antes de marcharme.
—Claro, el que quieras.
Busqué lo que quería entregarle en mi bolsillo trasero del pantalón, sacándolo rápidamente.
Le extendí un pequeño sobre que estaba cerrado por completo y solamente había un par de palabras al reverso de él. Ella lo recibió confundida.
—¿Qué es esto?—preguntó al ver lo que le había entregado—sale el nombre de Abner.
Aguantando las lágrimas respondí.
—Si no regreso, por favor entregaselo a mi hijo. Ya que no sé si yo regrese con vida...
Historía abrió sus ojos impactada, tomándome del brazo.
—¡_______, no vayas a ninguna parte... quédate aquí! ¡No sabes lo que puede pasar y mucho menos lo que te pueden hacer...—me zafé suavemente de su agarre.
—No puedo... solo cuida a Abner y dile que lo amo mucho. Adiós Historia.
Me di la vuelta bajando los escalones de la entrada, sintiendo que Historia llamaba mi nombre en repetidas veces, pero no miré atrás.
Antes de llegar a mi caballo, miré al cielo el cual se había tornado gris, anunciando una próxima lluvia... era como si el cielo se hubiese conectado con mi dolor, queriendo derramar cientos de lágrimas.
Comencé a cabalgar lejos de aquel lugar, ya entrando en aquel bosque, sintiendo que la lluvia caía sobre mi, mientras los sollozos salían sin detenerse al igual que mis lágrimas, viendo borroso aquel camino.
Al no ver donde iba, una rama de gran tamaño se atravesó en mi camino, empujándome, cayendo del caballo.
Adolorida, no quise moverme de mi lugar y solo lloré.
Llore
Y lloré más fuerte.
Solo sintiendo como la lluvia caía sobre mi, así que al igual que yo no podíamos dejar de derramar lágrimas de absoluta tristeza.
Banda, duele mucho... ya no hay estabilidad emocional💔😭
Holi, ¿Cómo están? Espero hayan tenido una linda semana.
Me duele hacerle esto a mis personajes, pero es necesario para la trama u.u
Me duele ver que la rayis y Levi pensaron en lo mismo... ambos creyeron que rompieron su promesa💔 y él pensó en ella, y viceversa y ¡ayyy🤧! Ya lloro.
Espero les haya gustado y nos leemos muuy pronto💕
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