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『ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 68: "Éʟ ʏ ʏᴏ"』

Abrí mis ojos y un poco desorientada, me incorporé y me di cuenta que estaba junto a Abner. Él aun seguía dormido. La habitación estaba en total oscuridad, exceptuando por la pequeña claridad que nos otorgaba la luna. Tal vez sea de madrugada.

Al intentar levantarme, me di cuenta que estaba cubierta por una manta. No recuerdo haberme cubierto durante este tiempo que dormí, tal vez Levi llegó a casa.

Arrope a Abner para cubrirlo del frío y salí de su habitación. Mis pasos se fueron al cuarto, donde creí que al entrar, Levi estaría ahí, pero al momento de abrir la puerta, esos pensamientos se esfumaron.

La cama estaba intacta, haciéndome entender que él no había vuelto.

Después del regreso, era obvio que las cosas se complicarían, aún más teniendo a Eren y sobre todo a Zeke aquí en la isla.

Solo me quedaba tener un poco de paciencia.

Durante la madrugada, solo di vueltas por la casa, fui a ver a Armin y a Mikasa a lo que ambos dormían profundamente.

El sueño no volvió a mi, con todo lo que tenía en la cabeza, no me daba tregua para descansar. Solo veía como los segundos, los minutos y las horas pasaban con total lentitud, observando como el sol ya comenzaba a salir y anunciar un nuevo día.

Las lágrimas eran los protagonistas de aquel momento e inundaba cada rostro de la familia de Sasha. El momento en el cual despides a un integrante de tu familia es uno de los más dolorosos que puedes vivir, y del dolor que te acompañara el resto de tu existencia.

Ya terminada aquella despedida, nos apartamos para darles espacio a su familia. Levi estaba junto con nosotros, pero no me dirigió la palabra y sabía que se quedó solo por Abner.

Quería hacer una cosa antes de irme, pero necesitaba ir sola. Es la primera vez que lo haría de esta manera, ya que siempre estaba acompañada por Levi, ya que era yo quien se lo pedía, pero esta vez sería diferente.

—Levi—lo nombre capturando su atención—¿Puedes quedarte con Abner un momento? Necesito hacer algo antes de irnos.

—Yo me quedo con él, no te preocupes.—Él solo me miró y desvío su mirada rápidamente.

Levi se tomó a Abner y yo me quedé de pie viendo como los dos se alejaban.

Yo solo me di la vuelta y comencé a caminar por el largo camino el cual me llevaría a mi destino.

Después de unos minutos estaba llegando a tal lugar, que se encontraba un poco más apartado de los demás. Nerviosa, atraje hacia mi, el pequeño ramo de flores que tenía en una de mis manos.

Me detuve quedando frente a mi objetivo y aún sin poder creer que estaría sola en un momento así. Sintiendo un nudo en mi garganta, retuve aquella emoción y me arrodillé dejando las flores en su lugar.

—Hola Erwin...

Sus restos descansaban aquí. Después de pasado un tiempo después de recuperar la muralla María, Levi se ofreció a buscar los restos de Erwin, para darle un lugar donde él realmente lograra descansar.

—Perdón por no haber venido después de tanto tiempo, creo que no era capaz de hacerlo yo sola...—hice una pausa—cuatro años fueron demasiado, perdóname.—mis manos pasaron por esa fría sensación que generaba al tocar su lápida

—Abner está muy bien, cada día se parece más a ti—solté una ligera sonrisa ante eso—Hange siempre me lo dice, es como tener una mini versión de ti.

Apoye mis manos sobre el césped que había alrededor, ya derrotada por todo lo que estaba pasando.

—Pensé que el día que lograra venir a verte traería solo buenas noticias, pero veo que no todo sale como planeamos. Siento que ahora es el único momento que tengo para desahogarme—me detuve, ya que sentí el nudo hacerse en mi garganta y mis ojos humedecer—... Erwin, no sé que hacer. Creo que no me preocupe como debía con Eren. Me siento tan mal el ver todo lo que hizo que hasta me hace sentir frustrada por no poder ayudar y recuperarlo. Recae en mi las esperanzas de Armin y Mikasa de lograr traerlo a casa y por eso mismo, discutí con Levi...

No pude seguir hablando y me quedé en silencio e intenté reprimir la angustia del momento, pero aun así no lo logré. Una lágrima salió de mi ojo izquierdo y sin intenciones de moverme, dejé que siguiera su recorrido hasta que la vi caer en mi mano.

Mi mente me llevo a un recuerdo, del cual también discutí con Erwin por ayudar a Eren cuando volvimos a Trost y descubrimos que él era un titan cambiante.

Con ambos discutí por circunstancias similares.

«Sé que Eren, está involucrado en todo esto. Aún no sé todo lo que ha sucedido, es por eso que no quiero que sigas te sigas exponiendo de esta manera...» fueron las palabras de Erwin en ese momento.

Y Levi, cuando regresábamos a la Isla, al querer golpear a Zeke por Eren, me regaño con estas palabras:

«¡¿En qué estabas pensando?!... ¡¿Porqué carajos no puedes ser más prudente?!»

A pesar de ser dos instancias diferentes, era exactamente el mismo motivo de discusión.

Salvar a Eren.

Una parte de mi me hace pensar que tal vez sacrifique mucho por Eren, aun así sin saber lo que nos llevaría hasta el día de hoy, pero a pesar de eso, me dolía pensar que por todo esto, tengamos que alejarnos de él.

—Me gustaría que todo esto acabara y despertar de toda esta pesadilla. Ahora me preocupa mucho que es lo que vaya a pasar de ahora en adelante... Solo no quiero perder a nadie más a quien atesoro.

Una delicada brisa corrió golpeando mi rostro y mi cabello. Era tan cálido y tan tranquilo. Era como si Erwin me hubiese respondido o dándome a entender que estaba conmigo.

"Gracias Erwin"

Fue lo que pasó por mi mente en en ese instante. Después de un rato me levanté de mi puesto ya que era hora de irme. Abner me estaba esperando.

—Adiós Erwin. Vendré muy pronto.

Al regresar, limpie las lágrimas que tenía en mi rostro antes de toparme con ellos. Abner al verme, corrió a mis brazos. Levi solo se acercó a nosotros.

—Tengo que irme. Hange me está esperando—mencionó apenas se acercó.

—De acuerdo—fue lo único que respondí.

—Papá, ¿A qué hora regresarás a casa?—Abner detuvo a Levi antes de que se marchara.

—Aun no lo sé, pero intentaré llegar lo antes posible—Abner se abalanzó a Levi y le dio un fuerte abrazo.

—¡Entonces te esperamos en casa!—soltó emocionado, mientras Levi se despidió de él para luego retirarse.

Detesto que sigamos de esta manera, sobre todo si es en frente de Abner, pero si no me dirigía la palabra, no podía hacer nada más.

Miré a Abner mientras caminábamos de regreso a casa. Él se mostraba tranquilo y al verlo, se me ocurrió una idea que estaba segura que le iba a encantar.

—Abner, ¿quieres que salgamos de paseo?—al nombrarlo me observo y la emoción se reflejó en su rostro.

—¡Si, si quiero!

A pesar de sentirme un poco cansada, quería que disfrutara de un poco de aire fresco, además hacía tiempo que no salíamos los dos solos.

—¿A donde quieres ir?—le pregunté y me observó con esos hermosos ojos azules.

—¡Quiero ir al prado mamá! ¡Quiero ver las flores, los insectos y los animales!—respondió emocionado.

—Entonces vamos—le sonreí y nos dirigimos a uno de sus lugares favoritos.

Después de un trayecto, llegamos a tan deseado lugar. Abner soltó mi mano y comenzó a correr por todos lados, mirando a su alrededor y descubriendo todo lo que llamara su atención. Estaba tan contento e irradiaba mucha alegría y eso me hacía sentir mucho mejor. El ver a mi pequeño feliz.

¿Cómo podía lograr darle un mundo libre a mi hijo si ni siquiera era capaz de hacer volver a Eren a casa? me dolía el pecho el no ver esa felicidad como la que muestra Abner, en todos los que conozco. La confusión y el miedo se estaba apoderando de nosotros a medida que el tiempo pasaba.

Abner se acercó a mi y tomó mi mano para acercarnos donde se lograban ver mejor los pocos animales del lugar. Ambos observamos la hermosa naturaleza que nos otorgaba este sitio, en el cual, por lo menos Abner puede disfrutar a gusto.

El sol ya se estaba poniendo, por lo que ya era hora de volver a casa. Abner tomó mi mano y nos dirigimos en dirección a ella.

—¿Te gustó venir?—pregunté al verlo dar mini saltos mientras caminábamos.

—¡Si! ¡Me gustó ver todo el lugar y los animales! es igual a lo que sale en el libro que tía Hange me dio—respondió feliz.

—Son muy bonitos, ¿cierto?

—¡Si, me encantan!

Después de haber llegado a casa y darle un baño y de comer a Abner. Veo que sus ojitos se comenzaron a cerrar mientras estaba sentado junto a mi.

Al verlo de esa forma, exhausto por pasar la tarde en su lugar favorito, lo tomé en mis brazos y me fui a su habitación.

Lo recosté en su cama para cubrirlo con las sábanas y cobijas.

Al mirar por su ventana, estaba completamente oscuro. Ni siquiera me había percatado como la hora pasaba tan rápido.

—Mamá—Abner me llamó, despertándome de mi transe.

—Dime cariño.—dije mientras me senté en su cama quedando frente a él.

—¿Papá a qué hora llegará?

Levi le dijo a Abner que intentaría llegar lo más pronto posible, pero aun no ha llegado a casa.

—No lo sé cielo, quizá más tarde.

—¿Cuándo llegan Mikasa y Armin? Quiero que Mikasa juegue conmigo y que Armin me lea cuentos—preguntó viendo como sus ojitos se iban cerrando de a poco.

—Tal vez mañana hijo.

—¿Y Eren? Lo extraño mucho. También quiero jugar con él y que me levante tan alto como lo hace siempre.

Sus palabras hicieron que nuevamente volviera a mi esa sensación de culpa.

—No sé cariño, yo también espero que regrese pronto...—al ver nuevamente a Abner ya tenía sus ojos cerrados, anunciando que ya se había dormido completamente.

No pude evitarlo y comencé a llorar ahí mismo. ¿Cómo le explicaría que Eren posiblemente no regresaría con nosotros?

La única luz y esperanza que teníamos al intentar hacerlo volver se estaba perdiendo y apagando a su vez. No pude hacer nada por él y me siento culpable por eso.

Cubrí mi boca para evitar que Abner despertara por mis sollozos.

—_________....

Una voz masculina me hizo detenerme y limpiar rápidamente mis lágrimas. Levi estaba en la puerta viendo y tal vez escuchando lo que hablaba con Abner.

—No te escuché llegar—intenté sonar lo más normal posible, mientras que todavía le daba la espalda, encontrándome sentada en la cama de Abner

—Acabo de regresar.

—Abner se quedó dormido al esperarte.—él solo suspiró.

—No regresé antes por que hubo algo que tuve que hacer. Fue urgente y por lo mismo, necesitamos hablar—me giré para verlo y mantenía un semblante muy serio. Me asustaba verlo así, ya que el tema parecía ser delicado.

Me levanté de mi puesto y cubrí bien a Abner, depositando un beso en su frente, saliendo de su habitación, cerrando la puerta.

Seguí a Levi hasta que llegamos a la sala, quedando los dos solos.

—¿Qué sucede? ¿Pasó algo con Eren?—pregunté preocupada.

—No, hasta el momento Eren se ha mantenido tranquilo, pero es otra cosa.

—¿De que se trata?

Guardó silencio unos segundos y continuó.

—Tendré que dejarlos un tiempo.

La forma tan seria en que lo dijo, me hizo quedarme congelada unos instantes.

—¿Qué significa eso? —hablé un poco sorprendida por sus palabras.

—Tendremos bajo supervisión a Zeke y lejos de Eren por ahora, además de ver que no cometa alguna locura y la única persona que puede hacer ese trabajo soy yo. Es por eso que tendré que irme de casa por un tiempo.

Rayos, voy a colapsar. Ahora Levi se tendría que ir de casa y volvería quién sabe cuando. Me dirigí al sillón y derrotada me senté allí y cubrí mi rostro con mis manos.

—¿Cuándo tienes que irte?—liberé mi rostro y lo observé.

—Mañana.

—Mañana...—dije repitiendo su respuesta—Supongo que no es algo que se les haya ocurrido de un día para otro. ¿Por qué no me lo dijiste antes? Esperaste un instante como este para poder decírmelo...Bueno, no sirve de nada que discutamos si ya esta hecho. ¿Cuánto tiempo será? ¿A dónde irán?

—No puedo decirte nada, es confidencial, y el tiempo que tardaré en regresar es incierto.

—Comprendo. De cierta manera, es mejor que sea así. Si tú estarás vigilando a Zeke, lo que sigue del plan será bajo una estricta supervisión.

—Es correcto, solo que me preocupa dejarlos solos por tanto tiempo.—Levi se sentó a mi lado, pero yo me levanté de mi lugar.

—No dejes que nosotros seamos un impedimento para que tú sigas con tu trabajo. Es lo que menos quiero... —me quedé de pie unos segundos y me iba a retirar de ahí, pero su mano tomó mi muñeca para que me detuviera.

—No te sigas castigando de esta manera.

—¿Cómo quieres que no lo haga? Si no logramos nada. Creí que podría hacer que él regresara. Armin y Mikasa confían en que podré ayudarlos, pero no creo que pueda hacerlo—me derrumbe y comencé a llorar frente a él—Ya no conozco a Eren. Solo insistí en ir a Marley por que creí que había esperanza, pero me equivoqué. Tenías razón.

Levi se levantó de su puesto y se acercó a mi para abrazarme. Yo solo pude llorar y desahogarme en sus brazos.

—No, yo me equivoqué. Discúlpame, fui un un insensible al hablarte de esa manera. No quería herir tus sentimientos.—dijo suavemente cerca de mi oído.—perdón por dejarte sola estos días—nos separamos y él mantuvo sus manos en mi espalda, para tenerme cerca.

—Levi, ¿Acaso hice algo mal? ¿No me preocupe lo suficiente por Eren? Tal vez debí haber insisto más y preguntarle... —Levi me interrumpió, poniendo su mano en mi mejilla, dirigiendo su pulgar a mis labios.

—Es increíble que pienses que has errado en cuidar a esos mocosos. Nunca les has fallado y no tienes culpa de que Eren sea lo que es ahora. Es suficiente de que pienses de esa manera.

—¿Cuándo va a ser suficiente? Ya estoy cansada Levi. Zeke burlándose de nosotros, Eren tan cambiado y ahora Sasha... ¿Qué sigue?

—No te sigas atormentando. Encontraremos una solución, ahora hay que ocuparse de eso—Levi me me abrazó nuevamente.—No llores, por favor. 

Una parte de mi volvía a sentirse tranquila al tener a Levi junto a mi, abrazándome de esta manera. Es la protección que necesitaba.

Levi acariciaba mi espalda y le depositaba besos en mi cabello, de vez en cuando.

—El ver que Zeke pudo haberte hecho algo me dejó la mente en blanco. Ese simio me saca de mis casillas. Discúlpame...

—Ya no te sigas disculpando. Solo quedémonos así.

Ahora que se que se tiene que marchar, me ponía nostálgica. Lo extrañaría mucho y se irá en el momento que más lo necesito. En ese instante, yo solo me aferré a él en nuestro abrazo.

Al separarse de mi, Levi con ambas manos en mis mejillas, se aproximó a mis labios y los besó con suavidad, pero a medida que los segundos pasaban, nuestro beso se iba profundizando aun más.

Dejamos de besarnos, ya que el aire nos faltaba, viendo como sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas y estaba segura que estaba de la misma forma.

Volvió a besarme y sus besos comenzaron a bajar, comenzando a rozar sus labios en mi cuello, sintiendo su caliente respiración en ella. Sin darme cuenta, había soltado un jadeo ante su atrevimiento.

—No sé si podré contenerme—soltó aún sobre mi cuello.

—Por favor, no te contengas más—está vez, me lancé a sus labios. Me tomó de la cintura atrayéndome más a él, sintiendo sus dedos presionarme fuertemente.

Levi, fácilmente me tomó en sus brazos, haciendo que rodeara mis piernas alrededor de su cadera, mientras que él afirmaba de ellas. Volvió a atacar mis labios, pero esta vez con más fuerza.

Lentamente comenzó a caminar, sintiendo que mi espalda tocaba la muralla del pasillo. Me apoyo ligeramente en ella y sus besos comenzaron a bajar a mi mentón, cuello y clavícula.

Levi continuó su camino, sujetándome a su vez de sus fornidos hombros.

Entramos a nuestro cuarto, cerrando la puerta inmediatamente. Levi me bajó, para aferrarse a mi cintura mientras me besaba con intensidad.

Mis manos se desviaron al pañuelo de su cuello, quitándolo rápidamente. Apenas me deshice de ese obstáculos mis manos se fueron al inicio de su prenda, desabrochando los botones de su camisa, dejando su torso descubierto. Pase mis manos por sus hombros, para a su vez quitar aquella prenda que en ese momento nos estorbaba.

Él nunca puso alguna clase de resistencia, todo lo contrario, dejaba que yo manejara este momento a mi manera.

Seguimos caminando, hasta que sentí que se detuvo al chocar con la orilla de la cama. Lo tomé de los hombros e hice que se sentara en ella, mientras que yo, quedé a a horcajadas de él.

Tímidamente me acerqué a él y roce mis labios sobre su cuello, hasta llegar a sus hombros, dejando suaves besos sintiendo como acariciaba mi espalda. A mis oídos, llegaba el excitante sonido de como respiraba fuertemente ante mis caricias.

Me separé de el unos instantes y de igual forma comencé a quitar los botones de mi blusa, sintiendo la mirada penetrante de Levi sobre mi rostro, como si evitara mirar de más.

La luz era casi nula en la habitación, solo entraba la que nos daba la luna y las brillantes estrellas.

Con lentitud, comencé a quitar la prenda quedando solamente con mi ropa interior.

Levi no se movía, solo me miraba y respiraba fuertemente, como si él hubiese deseado este momento tanto como yo.

Tome sus brazos y los posicione en mi cintura, dándole a entender que podía tocarme.

Ante eso, él atacó mis labios y me besó tiernamente, sintiendo como con más confianza movía sus manos desde mi cintura hacia mi espalda descubierta.

Se separó de mi y agitado, acuno mi rostro en sus manos. De su boca no salía absolutamente ninguna palabra y no hacía movimiento alguno.

—¿Qué pasa?—pregunté regularizando mi respiración.

—No, no pasa nada. Es solo que...—dejó la frase a la mitad y guardó silencio.

La vergüenza empezó a invadirme. Mirando hacia atrás, tal vez fui muy impulsiva y actué sin pensar. No decía nada, así que tome la blusa que había dejado sobre la cama, pero al intentar cubrirme, Levi agarró mi mano.

Tomó la prenda de mis manos y la dejó a un costado. Llevó mi mano a sus labios, dándole un delicado beso.

—He esperado este día como no tienes idea. No sabes lo afortunado que soy por tenerte así, justo frente a mi.

Ante la oscuridad de nuestro cuarto, no lográbamos ver con claridad nuestros rostros, pero estaba segura que estaría sonrojada ante sus palabras.

—Solo déjame amarte esta noche.

Rozó sus dedos desde mi hombro hasta llegar a la tira de mi ropa interior, mientras la bajaba, dejó un camino de besos desde mi cuello a mi hombro. Con algo de torpeza, sus manos se fueron al broche de mi ropa interior para intentar sacarlo de una vez. 

Dejé que batallara con aquella prenda, hasta sentirla suelta de mi cuerpo, deslizando los tirantes, para quedar expuesta ante él.

Me tomó de la cintura y me giró ,quedando bajo de él.

Sus besos comenzaron a bajar hasta llegar a mi abdomen, pasando su lengua por ella y daba suaves mordidas, sintiendo como sus manos subían y bajaban por mis piernas.

Yo en tanto pasaba mis dedos por su fino cabello mientras seguía con su trabajo. Se levantó ligeramente para tomar el borde de mi pantalón para deslizarlo por mis piernas, hasta sacarlo totalmente.

Pasó una de sus manos por cada parte de mi cuerpo, desde mis piernas, hasta llegar a mi cintura, sintiendo como mi piel se erizaba ante su toque tan delicado.

Al ir subiendo, él se fue acercando lentamente hacia mi, por lo que también me tomé la libertad de que mis manos disfrutaran el toque de su piel. Era increíble, su tacto era tan adictivo y no podía dejar de tocarlo.

Mis manos pasaban por sus brazos, su abdomen, llegando a su cuello para atraerlo a mis labios nuevamente.

Cada toque, cada caricia iba incremento la sensibilidad en ambos.

A pesar de ser un hombre tan fuerte, me trataba como si tocará lo más delicado que hay en este mundo. Su toque era delicado y tan suave que con cada gesto me demostraba lo mucho que me amaba, sintiendo que el calor comenzara aumentar y arder en mi cuerpo.

Mi respiración comenzó a acelerarse cuando Levi empezó a desprenderse de la poca ropa que iba quedando en su cuerpo. Expectante a su siguiente movimiento, vi como se quedó inmóvil en su lugar y observaba mi cuerpo detenidamente mientras presionaba sus labios. Al quedarse analizando mi cuerpo, las ansias y la desesperación empezaron a apoderarse de mi.

Levi acercó sus manos a mis piernas llegando al borde de la única prenda que quedaba sobre mi. Con la punta de sus dedos, la tomó y la fue deslizando lentamente, sintiendo unas pequeñas cosquillas en mi cuerpo.

Abrí mis piernas y con suavidad Levi se acomodó entre ellas.

—Levi, espera—lo llamé, viendo como se detuvo.

—¿Qué sucede?—respondió con suavidad.

Lo tomé de los costados de su rostro y lo besé. Movía mis labios con suavidad, sintiendo como Levi correspondió inmediatamente.

—Te amo—dije al alejarme de él.

Se quedó quieto en su lugar, pero después de unos segundos, volvió a besar mis labios dulcemente.

—También te amo y así será hasta el día en que yo muera—susurró rozando mis labios.

Sentí como lenta, pero intensamente comenzaba entrar en mi interior, sintiendo todo mi cuerpo estremecer.

Un gemido salió de mis labios, teniendo de soporte sus fuertes brazos.

Levi movió su cadera con lentitud y a un ritmo constante, generando una sensación exquisita en mi interior, envolviendo mis piernas en su cadera, pidiendo más de ese vaivén, a lo que el acercó su rostro al espacio de mi cuello, escuchando como gemía en mi oído.

Ante tales sensaciones, lleve mis manos a su espalda, clavando mis uñas en ella.

El poder escucharlo liberar jadeos y gemidos era el sonido más increíble que pude escuchar que quedaría grabado en mi memoria.

Vi como se aferraba a las sábanas de nuestra cama, cuando lo atraje a mi para besarlo, liberando un jadeo en sus labios. El beso comenzó a intensificarse mucho más, dejando el paso libre a que su lengua se aventurarse dentro de mí boca y jugara con la mía.

Sentí mover sus manos para tomar las mías mientras entrelazábamos nuestros dedos.

A pesar de convivir tantos años, esta era nuestra primera noche juntos y me sentía extrañamente nerviosa, pero los besos y caricias hicieron que esos nervios desaparecieran mientras pasaban los minutos en la habitación.

A pesar de querernos y amarnos, esto era completamente diferente, ya que ambos estábamos doblegados el uno con el otro, ya que el amor no solamente es carnal. Durante estos años, nuestro amor ha sido paciente, sin prisas y el tiempo nos ha ayudado a entendernos y demostrar lo mejor de nosotros. Éramos dos personas comunes y corrientes, ambos pasamos por tanto que por fin decidimos romper aquella barrera y expresar nuestros sentimientos de esta manera.

Ahora Levi era mi felicidad. El entregarnos el uno al otro era otro paso importante que dábamos en nuestra relación.

Estaba tan feliz de que un hombre tan bueno como Levi, me amara de esta manera, que me aceptara tal cual soy, que tomara todos mis defectos y los hiciera desaparecer simplemente por el hecho de estar con él.

Y del hecho que también haya querido asumir la paternidad de Abner ese fue el acto de amor más grande que pudo haber hecho por mí.

Estaba tan contenta de tenerlo conmigo. Sin él, no sé que sería de mi.

Levi comenzó a aumentar su velocidad y con ello aumentando el calor de mi cuerpo.

Yo ante todas las emociones que estaba sintiendo, una lágrima se escapó de mi ojo, con un ligero sollozo que no puede aguantar.

Levi, asustado se detuvo de golpe.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Te estoy lastimando?—Yo solo negué con mi cabeza.

—Es que... ahora me siento tan feliz y no quiero que esta sensación se vaya nunca.

Levi soltó una de mis manos y acarició mi mejilla, para luego besarla con dulzura, borrando aquella lágrima que se iba deslizando y dejó caer su frente con la mía.

Nuestros ojos se encontraron en la penumbra de aquel cuarto y sonreí levemente ante su gesto, dejando que mis dedos se deslizaran por su delgado cabello negro

Volví a envolver mis piernas y levanté mi cadera para poder sentirlo aun más profundo.

Él entendió mi movimiento y pasó su brazo por mi cintura, elevando aun más mi cadera.

Siguió con aquellos movimientos, haciendo que sintiera una corriente pasar por toda mi columna. Sentí mis piernas temblar y mi abdomen contraerse, soltando un gemido, acabando por completo.

Levi dio varias estocadas más, hasta que terminó y se apoyo unos segundos sobre mi.

Ambos agitados, intentando regular nuestras respiraciones, pasé mis manos por su rostro, apartando los cabellos que caían sobre su frente.

Levanté levemente mi cabeza acercándome a sus labios. Al terminar de besarlo, quedó solo a unos centímetros de ellos.

—No quiero que esta noche se termine—Levi no se apartó y solo rozaba cara rincón de mis labios.

—Deseo lo mismo...

Tomé a Levi de los hombros, dejándolo totalmente recostado sobre el colchón y yo sobre él. Me acerqué a su rostro y dejé un suave beso en su mejilla y al costado de sus labios, para finalmente acercarme a su oído.

—Aunque esta noche tiene que terminar, hagamos que las horas que nos quedan sean solo de nosotros

Él pasó sus manos por mis muslos, subiendo con lentitud, hasta llegar a mi cadera.

Me levanté, quedando apoyada sobre su abdomen, moviéndome lentamente, llenándome nuevamente de esa sensación tan increíble.

Y así, ambos seguimos ambos seguimos expresando nuestras emociones y sentimientos. Esa noche en la cual solo fuimos él y yo

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Sentía que alguien le daba suaves caricias a mi rostro, pero estaba tan cómoda y aún tenía sueño, por lo que con dificultad abrí mis ojos lentamente.

La luz que entraba en la habitación llegaba directamente a su rostro, viendo directamente sus orbes grises. Me regaló una sonrisa al ver que ya estaba despierta.

—Buenos días—dijo con voz ronca, ya que al parecer había despertado un poco antes que yo.

Le dio suaves besos a mis hombros, subiendo con delicadeza hasta mi cuello, llegando finalmente a mis labios.

—Buenos días—respondí con una pequeña sonrisa.—¿Qué hora es?—dije aun somnolienta.

—Aún es temprano...¿Dormiste bien?

—Si, muy bien—dije mientras apartaba los mechones de cabello que caían sobre su frente.—¿y tú cómo dormiste?

—Cuando estoy contigo siempre duermo perfectamente.—yo me mantuve acariciando su cabello, viendo como cerraba sus ojos ante mis caricias.—y estoy más relajado.

—Yo también duermo profundamente cuando estoy contigo.—él solo depósito un suave beso en mi nariz.—me alegra poder haber ayudado a calmar tus pesadillas y es un logro que duermas un poco más de 3 horas.

—Todo gracias a ti...

En ese momento solo pasaba mis manos por sus brazos, hasta llegar a sus hombros y parte de su pecho. Ahora que el sol entraba por la ventana, podía verlo claramente.

Tenía unas marcas que reflejaban la magnitud de lo que hicimos anoche. Yo solo sentí mi rostro arder y la mirada de Levi confundido.

—¿Qué sucede? Tus mejillas estan rojas—eso hizo avergonzarme aun más.

—No es nada—respondí en voz baja, viendo nuevamente su mirada confusa, alzando una ceja.—¿A qué hora tienes que irte?

—En un par de horas. Me tengo que encargar personalmente del traslado.

—Aún así, me preocupa el hecho de que Zeke a pesar de todo puede ser una amenaza.

—No estaré solo con él, irán conmigo varios de los mejores soldados de la legión y estará bajo supervisión las 24 horas del día, así que no quiero que te preocupes.

—Levi, quiero que me prometas una cosa.

—Lo que quieras.—soltó sin dudar.

—Prométeme que tendrás mucho cuidado. A pesar de que estarás con más soldados, Zeke no deja de ser peligroso. Quiero que regreses a salvo.—él me dio una hermosa sonrisa, acercándose a mi, para acariciar mi cabello.

—Lo prometo y haré todo lo posible para regresar con ustedes lo más pronto que pueda. Quiero que me prometas que también vas a cuidar de ti y de Abner.

—Lo prometo y tampoco quiero que te preocupes. Abner y yo estaremos bien.

Nos quedamos mirándonos a los ojos por un largo tiempo, inundándome en el brillo que emitían sus hermosos orbes en ese instante.

—Te voy a extrañar—dijo rompiendo el silencio entre los dos.

—Yo también. Solo quiero quedarme para siempre así, contigo.

El beso que nos dimos, fue subiendo en su intensidad, liberando nuestra única barrera que eran las sábanas, volviendo a sentir el calor que irradiaba su cuerpo contra el mío.

Solo quería que ese momento no se acabara y que ese pequeño instante de felicidad no se terminara, pero no sabíamos que lo que vendría después, sería el inicio de una pesadilla que no tendría fin.

AAAAHHHH HASTA QUE ECHAMOS PASIÓN CON NUESTRO VIEJO SABROSO 😳❤️ Como siempre, alta envidia a la rayita😂 jajaja

Bueno, ustedes saben que lo que pasa más adelante, sobre todo con nuestro husbando. ¿Qué creen que pase con Rayis y el pequeñito de Abner?

Se viene lo malo banda💔primer aviso :(

Gracias por leer y por la paciencia.


 Nos leemos pronto (ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧





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