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『ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 60: "ᴛᴇᴀʀꜱ ᴀɴᴅ ɢᴏᴏᴅʙʏᴇ"』

ᴘᴇɴꜱᴀʀ Qᴜᴇ ʏᴏ ᴇꜱᴛᴀʙᴀ ᴇQᴜɪᴠᴏᴄᴀᴅᴀ

ꜱᴜᴘᴏɴɢᴏ Qᴜᴇ ɴᴏ ꜱᴀʙᴇꜱ ʟᴏ Qᴜᴇ ᴛɪᴇɴᴇꜱ

ʜᴀꜱᴛᴀ Qᴜᴇ ꜱᴇ ᴠᴀ

ᴇʟ ᴅᴏʟᴏʀ ᴇꜱ ꜱᴏʟᴏ ᴜɴᴀ ᴄᴏɴꜱᴇᴄᴜᴇɴᴄɪᴀ ᴅᴇʟ ᴀᴍᴏʀ

ᴇꜱᴛᴏʏ ᴅɪᴄɪᴇɴᴅᴏ ʟᴏ ꜱɪᴇɴᴛᴏ ᴘᴏʀ ᴇʟ ʙɪᴇɴ ᴅᴇ ɴᴏꜱᴏᴛʀᴏꜱ

Éʟ ɴᴏ ꜰᴜᴇ ᴍɪ ᴛᴏᴅᴏ ʜᴀꜱᴛᴀ Qᴜᴇ ꜰᴜɪᴍᴏꜱ ɴᴀᴅᴀ

ʏ ᴍᴇ ᴇꜱᴛÁ ᴛᴏᴍᴀɴᴅᴏ ᴍᴜᴄʜᴏ ᴅᴇᴄɪʀʟᴏ

ᴘᴇʀᴏ ᴀʜᴏʀᴀ Qᴜᴇ Éʟ ꜱᴇ ʜᴀ ɪᴅᴏ, ᴇɴ ᴍɪ ᴄᴏʀᴀᴢÓɴ ꜰᴀʟᴛᴀ ᴀʟɢᴏ

ᴀꜱÍ Qᴜᴇ ᴇꜱ ʜᴏʀᴀ ᴅᴇ ᴀᴘᴀʀᴛᴀʀ ᴍɪ ᴏʀɢᴜʟʟᴏ

ꜱé Qᴜᴇ ɴᴏ ᴇꜱᴛáꜱ ʟᴇᴊᴏꜱ

ᴘᴇʀᴏ ꜱɪɢᴏ ꜱɪɴ ᴘᴏᴅᴇʀ ᴍᴀɴᴇᴊᴀʀ ᴛᴏᴅᴀ ʟᴀ ᴅɪꜱᴛᴀɴᴄɪᴀ

ᴇꜱᴛÁꜱ ᴠɪᴀᴊᴀɴᴅᴏ ᴄᴏɴ ᴍɪ ᴄᴏʀᴀᴢÓɴ

ᴇꜱᴘᴇʀᴏ Qᴜᴇ ꜱᴇᴀ ᴜɴ ꜱᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏ ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀʟ

-Ariana Grande, My Everything-

Los dos quedamos petrificados. No sabíamos que hacer o que decir. Un amargo sabor a nostalgia logramos sentir Levi y yo ante sus palabras.

—Erwin, lo siento mucho—Levi dijo en voz baja, pero logrando escucharlo.

Levi se levantó dejándome a sola con él, mientras tomaba a Bertholdt y se acercaba a Armin.

Volví a mirar a Erwin, tomando su brazo con delicadeza, para bajarlo nuevamente y acerqué mis manos acunando su rostro en ellos.

—Erwin, perdóname... pero es hora de que descanses.

—Capitán, ¿Por qué usted...

Tenía mi mano acariciando el rostro de aquel hombre que había pasado por tanto, aquel hombre al cual había entregado mi corazón durante muchos años.

No hay palabras exactas para describir el dolor que siento en estos momentos.

Armin fue el elegido y había vuelto a la vida. Todos fueron a ver su estado después de salir del titan. Sabía que él estaría bien y que los demás estarían allí para recibirlo, por lo que preferí quedarme con Erwin en sus últimos momentos.

Hange y Floch llegaron minutos después, quedándose con nosotros.

—Esta decisión fue personal. No tenemos más opción que la de convertirnos en algo que no queremos y fuimos capaz de permitirnos desear eso para él—Levi daba su argumento a Floch.—justo cuando se había liberado de estar en este infierno, nuestro deseo era traerlo a la vida, pero como dijo ________... ya es suficiente, debemos dejarlo descansar.

Podía sentir y escuchar los últimos alientos de Erwin, al tenerlo tan cerca. Sus últimos suspiros de vida estaban llegando a su fin.

Estaba sufriendo mucho, ya que la herida era muy grave. Que desesperación el querer hacer algo para que, aun así se vaya sin dolor alguno.

—Erwin te prometí que derrotaría al titan bestia, pero creo que me tomará más tiempo.

Hange abrió con suavidad sus ojos, para después tomar su pulso.

—Falleció.

La palabra que tenía terror oír algún día, fue emitida por los labios de Hange, confirmando una de mis peores pesadillas.

Erwin había muerto.

Apoyé mi rostro en su pecho, liberando mi tristeza en él. Ya se había ido, se fue para siempre de mi vida.

Las lágrimas caían, empapando parte de su ropa, mis manos las apretaba más, las cuales tambien llevé a su pecho.

Solo se escuchaba mi llanto y mis audibles sollozos mientras soltaba toda mi pena sobre él. Él ya no volvería.

Nadie decía nada, solo eran mis sollozos los que estaban presentes.

Aquí su vida había terminado, su misión como comandante había sido finalizada, pero ¿cuál fue el costo de todo esto? El sufrimiento de sus más cercanos.

—Debemos sacarlo de aquí y llevarlo a un lugar más tranquilo—dijo Levi mientras se ponía de pie.—Floch, ayúdame con él.

Sentí que alguien había puesto sus manos suavemente en mi hombro, acariciándolo a la vez. Levanté mi rostro y vi que Hange estaba atrás de mi.

—Vamos ________—la castaña me ayudó a levantarme alejándome de Erwin, mientras que Floch y Levi lo sacaban de ahí.

Bajamos y decidieron entrar a la misma vivienda sobre la cual estábamos. El silencio era parte del ambiente, siendo la peor de las molestias para mi.

Subimos los escalones de la casa, llegando a los cuartos principales entrando a uno al azar. En él, había una cama intacta junto a una ventana en la cual caían directamente los rayos del sol.

Floch y Levi dejaron a Erwin en aquella cama, dejándolo lo más cómodo posible.

Me acerqué quedando junto a él nuevamente. Alguien había tocado mi hombro, girando mi cabeza para ver de quien se trataba.

—Tómate tu tiempo. Estaremos afuera—Hange fue la que se dirigió a mi, para después apartarse por completo.

Sentí a mi espalda como los pasos se alejaban de donde estaba, escuchando el ruido de la puerta al momento de cerrar.

Levi, Hange y Floch nos habían dejado solos.

Mis piernas temblaban, todo mi cuerpo lo hacía. El verlo muerto ante mis ojos era la peor imagen que recordaría y es parecido a ese sueño que tuve una vez. Erwin rodeado de sangre y de flores del mismo color.

Entonces, ¿ese era su significado?

Me acerqué sentándome al borde de la cama en la que se encontraba, tomando ya su fría mano, llevándola a mi mejilla. Ya no era esa mano cálida la cual me reconfortaba en los momentos que más lo necesite. Bajé su mano para entrelazar sus dedos con los míos, haciendo que nuevamente las lágrimas cayeran de mis ojos.

—Erwin, perdóname... Yo solo no quería que siguieras con esto. Supongo que... estas son las palabras que no logré sacar cuando estabas con vida.

Acerqué mi mano a su rostro para acariciar suavemente sus mejillas, para finalmente pasar por su delicado cabello rubio que reposaba en su frente.

—Gracias por entregarme tu amor, tu comprensión y tu apoyo... perdóname por haberte dejado ir, pero prefiero esto mil veces a verte seguir como estabas. "Gracias a ti, logré vivir una hermosa eternidad en nuestros días contados"** que recordaré toda la vida. En cualquier lugar que estés en este momento, te llevaré siempre en mi corazón...y este fue el precio que el amor tuvo que pagar para nosotros.

A pesar de no poder sentir, me acerqué a él, poniendo mis manos sobre su rostro, depositando un suave beso en su frente.

Nuestro último beso, pero esta vez él no sentiría absolutamente nada.

Decidí acercarme a Erwin para darle un último abrazo, apoyando mi cabeza en su pecho, pero lamentablemente los latidos de su corazón estaban completamente ausentes. Las lágrimas caían mientras pasaban los minutos al estar así junto a él, rompiendo mi alma en cientos de pedazos.

Rendida, me levanté de mi puesto, observándolo por última vez. Vi el colgante que traía alrededor de su cuello, recordado como siempre lo lucía en su uniforme.

Decidí sacarlo de su cuello y quedarme con él. Quería tener algo para poder recordarlo siempre.

Observé con dolor aquel objeto que tenía en mis manos y lo guardé en uno de los bolsillos de mi chaqueta. No quería perderlo por nada del mundo, ya que eso sería lo único que tendría de él.

Me alejé de Erwin y comencé a quitarme la capa, para comenzar a cubrirlo por completo.

Viéndolo por última vez, comencé a cubrirlo lentamente hasta llegar a su rostro, dandole el adiós.

«¿Ahora comprendes mis motivos para protegerte?»

«Sabía que vendrías aunque eso te costara tu propia vida, pero no dejaré que la tuya acabe aquí»

«Si el destino nos ha llevado hasta este instante, la única opción es que yo muera y tu sobrevivas»

«Perdóname, pero no puedo anteponer mi corazón y mis sentimientos por esta misión»

Me di la vuelta y rápidamente salí de esa habitación. El dolor en el pecho cada vez se hacía más fuerte, que me costaba respirar, a la vez que las lágrimas se deslizaban y caían a montones por mi rostro.

No podía soportarlo más, por lo que salir de esa casa era mi única salvación por ese momento.

Bajé lo más rápido que pude, llegando a la salida. Ya afuera, me detuve en un costado de la vivienda, apoyándome en la pared.

Los recuerdos pasaban por mi cabeza siendo aun más tormentoso cada segundo que pasaba.

Mis piernas se comenzaron a debilitar, cayendo totalmente derrotada al suelo. Me sentía mareada y también algo de devolvía por mi garganta. Intenté cubrir mi boca para evitar soltarlo, pero esta vez me fue imposible.

Vomitaba lo poco y nada que tenía en el estómago, generando solo arcadas.

Me detuve, intentando recobrar el alimento.

Me intenté poner de pie, pero me fue algo imposible, todo a mi alrededor se estaba volviendo borroso, hasta que llegó el punto que todo se volvió oscuro, perdiendo la conciencia y la noción de todo lo que había ocurrido durante esa mañana.

—¿Cree que sea bueno que esté sola adentro? No se veía nada bien—Floch interrumpió mis pensamientos.

Él, Hange y yo salimos de la habitación, dejándolos solos por última vez. Es lo mínimo que podíamos hacer por Erwin. Después de todo, la amaba demasiado.

Hubo en momento en aquel tejado que no podía decidir o no sabía que hacer exactamente. Mi elección a pesar de todo sería Erwin, pero el hecho de que esos mocosos me hayan enfrentado fue el detonante para dudar de mi elección.

Hasta el último momento iba derecho al rubio, pero las palabras que una vez escuché de Armin, siendo las mismas palabras que escuché de _________ me hicieron cambiar mi decisión.

—Capitán, ¿usted sabe qué es el mar? Es un lago gigantesco que a pesar de mirar por el horizonte no desaparece...—Eren había tomado mi tobillo en ese instante para detenerme.

Estaba decidido, la inyección y el suero serían para Erwin y estos mocosos me lo estaban impidiendo a toda costa.

—Eren, basta—Floch lo tomó para que lograra soltarme.

—Es una promesa que hicimos con Armin. Algún día iríamos a verlo juntos, pero hace ya mucho tiempo que me olvidé de ese sueño.... Vengar la muerte de mi madre, matar a los titanes... Mi cabeza esta llena de odio, pero Armin es diferente, ¡Él tenía sueños!

Y ahí fue donde ese momento, el día antes del evento en Trost llegó a mi cabeza.

«—Levi, ¿sabes lo que es el mar?—preguntó de golpe. Jamás había escuchado esa palabra.

—¿El mar?.—pregunté—Nunca había escuchado de él. ¿Es una persona?

—No, pensé exactamente lo mismo cuando me hablaron de eso.—aclaró

—¿Y entonces qué es?

—Es una extensión de agua salada que cubre gran parte de la tierra. Se dice que por más que mires el horizonte, no tiene fin.—no sé de dónde sacó eso, era muy extraño escuchar algo así, ya que lo más grande que conocemos son los lagos o los ríos. La miré con una ceja levantada y con cara de duda.

—Estas loca.—solté ya que no sabía que responder. Ella solo me miraba divertida.

—Puede ser, pero creo que eso existe y me gustaría conocerlo.—podía ver algo de esperanza y emoción en sus ojos.

—Tsk, ¿Y por qué crees que eso existe?

—Armin me lo dijo y se que él no es capaz de mentir. Sus ojos brillaban al contármelo.—dijo de forma tierna. Supongo que era uno de los mocosos que cuidaba.

—Ya veo...—guardé silencio.—espero que algún día descubramos si eso de verdad es real.—tenía mi vista puesta al frente cuando me sentí observado. _____ me estaba mirando con una gran sonrisa. Una hermosa sonrisa. Solo la mire algo confundido. No sabía que la hacía tan feliz en ese momento. 

—¿Q-que pasa?—pregunte.

—Ves que también eres curioso.—¿Curioso? ¿Yo?

—No te confundas. Nunca pregunté por él.—aclaré

—Pero al contarte sobre el mar, te lo imaginaste y  deseas saber como es o ¿me equivoco?—si, no lo voy a negar. Me surgió mucha duda con respecto a eso, pero lo negué.

—Te equivocas.—respondí serio. Ella solo se rió

—Está bien señor furia, está vez te creó.—le dije en tono de burla.

—¿Señor Furia? Pareces una niña.

—Vamos Levi, no seas amargado...»

Quedé en ni lugar por unos instantes recordando aquel momento, pero no podía detenerme, esto era algo que no podía dudar, sobre todo sabiendo que Erwin podía morir en cualquier momento.

Pero todo eso resonaba fuertemente en mi cabeza. Armin tenía un sueño al igual que Erwin, pero había una clara diferencia entre ellos, pero aun así... debía seguir adelante.

—¡¡Todos salgan de aquí!! ¡¡Le inyectaré el suero a Erwin y que se coma a Bertholdt!!

Todos comenzaron a irse, ya resignados a que el elegido sería nuestro comandante. Iba a hacerlo, pero la voz quebrada de _______ me detuvo.

—Levi, dale el suero a Armin.

Me detuve al escucharla pronunciar aquellas palabras. Vi que se levantó y le costó hacerlo, acercándose al cuerpo de Erwin, quedando a un costado de él.

—Pero, ¿Por qué?—no lograba entender su decisión.

—¿No crees que ya es suficiente para él? Erwin uno de los hombres más valerosos que la vida ha puesto en mi camino y en esta misión entregó absolutamente todo, pero no quiero que acabe de esta manera. No quiero que siga manchando su vida con sangre ajena... Dejemos que esta responsabilidad llegue hasta aquí, por favor.

Tenía razón. Hemos abusado de Erwin a niveles que jamás imaginamos y tal como una vez me dijo:"me he convertido en un monstruo"

Eso debía acabar.

Con el dolor de mi alma y logrando comprender que esto era lo que estaba destinado a pasar, acepté esa voluntad.

Este era el adiós a nuestro comandante.

—Si, hay que dejarlos solos—le respondí al pelirrojo.

—Todavía no puedo creer lo que pasó. Siento que todo fue tan rápido y a la vez como si pasara lentamente.—Hange se sentó en una de las sillas que había a un costado.

—Nadie esperaba nada de esto.—respondí.

—¿Se puede saber cómo demonios llego _________ a este lugar?—Hange nos miró a ambos para recibir una respuesta.

Pero yo miré al peligro, viendo como se ponía nervioso, juntando sus manos y jugando con sus dedos.

—Ehh... Yo...

—Ya no tienes que ocultar nada. Habla.—solté amenazante, lo cual me arrepentí.

Hange me miró enojada por como lo traté.

—Dinos, no haremos nada contra ti—Hange intervino de forma más tranquila, dándole confianza a Floch para que hablara.

—Bueno, en resumen, el día que hablamos me preguntó en qué posición estaría dentro de la estrategia y me pidió que me reuniera con ella al día siguiente con el equipo de maniobras y otros instrumentos. Ella jamás me mencionó el por qué vendría y tampoco tenía conocimiento de que no asistiría a la misión, además que me solicitó ser muy sigiloso con todo lo que habíamos hablado.

—Es increíble que lo haya planeado solo en una noche.—la castaña puso una mano sobre su boca, impactada por la declaración de Floch.

—Me disculpo si hice algo que no debía. Por lo visto, pase a llevar las ordenes de mis superiores.—hizo una leve reverencia ante nosotros en forma de disculpas.

—No te agobies. No tenias como saberlo... Por cierto, gracias por traer a Erwin.

—No me agradezca, creí que era lo correcto.

—Fue lo correcto, por lo menos ahora, puede descansar en un lugar relativamente tranquilo... —Giré mi vista a Floch para darle instrucciones.—Floch, ve afuera y diles a los demás que suban a la cima del muro y que descansen. Ve el estado en el que está Armin y me lo notificas. Más tarde haremos una búsqueda si alguien más logró sobrevivir.

—Si señor—dio la vuelta y se retiró rápidamente.

—Levi, ¿Qué haremos ahora sin Erwin?

—Seguir adelante, cumplir con nuestros objetivos y acabar con esto una vez por todas.

Erwin, te juro que acabaré con el titan bestia. Esto es por ti.

Hange y yo quedamos en absoluto silencio, esperando algun movimiento en la habitación.

Después de unos minutos, vimos que _______ salía con brusquedad de aquella habitación, poniéndonos  ambos de pie.

—¡____________!—Hange la llamó pero la ignoró—¡_______________!

—Dejala unos minutos Hange, para ella no es facil.

Decidimos que ya era hora de entrar a ver a Erwin y despedirnos de él. Al entrar, vimos que estaba cubierto por una capa y que parecía ser de _______.

Lo vimos por última vez, dándole el adiós. Un par de lágrimas cayeron de los ojos de Hange, y a su vez, le daba pequeñas palmadas en su hombro para tranquilizarla.

Ella se retiró dejándome a solas con él. Pasaron un par de minutos cuando dije mis últimas palabras hacia él:

—Erwin, cumpliré mis dos promesas. Acabaré con el titan bestia y cuidaré de __________. Te lo juro.

Ya había acabado. Su vida llegó hasta acá.

Me quedé unos minutos más, hasta que decidí que ya era hora de salir de la habitación.

Salí del cuarto, bajando con calma de las escaleras, cuando escuché un grito de Hange proveniente del exterior de la vivienda.

—¡¡Levi!! ¡¡Levi!!

Después de esos gritos, bajé rápidamente, saliendo de la casa en la que nos encontramos.

Giré, llegando al costado de la casa, encontrándome a Hange arrodillada en el suelo, junto con ____________ en sus brazos.

Me acerqué a su lado para encontrarme con ella, que tenía sus ojos cerrados.

—¿Qué le sucedió?

—No sé, la encontré desmayada cuando salí.

—Llevémosla con los demás. Esto fue demasiado para ella.

Me arrodillé para tomarla delicadamente en mis brazos y sacarla de aquí.

Ya era suficiente.

Bueno, tal vez se preguntarán por qué Erwin o Rayita nunca se dijeron "Te amo" en sus últimos momentos juntos.

Erwin no se lo dijo cuando hablaron por última vez, ya que él no quería que rayis lo recordara de una manera tan dolorosa, sino que Erwin quería que atesorara esas palabras cuando estaban juntos y no cuando él estuviera a punto de sacrificar su vida.

Para rayis fue igual, no fue capaz de decirle lo que sentía y tampoco hubiera soportado haberlo dicho en los momentos que el ya estaba moribundo. Ese recuerdo sería un verdadero tormento para ella.

**esta frase es sacada de un libro que se hizo muy famoso hace años atrás y ya lo deben conocer. "Bajo la misma estrella" es un clásico y pasó por mi cabeza cuando escribí este capítulo.

¿Recuerdan el sueño de rayita?... Pues esto es parte de ese sueño :(

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