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『ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 57: "ꜱᴜᴇÑᴏꜱ"』

ᴇʟ ᴅᴏʟᴏʀ ꜱᴇ ɪɴᴛᴇɴꜱɪꜰɪᴄᴀʙᴀ ᴄᴀᴅᴀ ᴠᴇᴢ ᴍÁꜱ ꜰᴜᴇʀᴛᴇ
ᴀᴠᴀɴᴢᴀʀÉ ᴜɴ ᴘᴏᴄᴏ ᴍÁꜱ ᴇɴ ᴅɪꜰᴇʀᴇɴᴛᴇꜱ ʟᴜɢᴀʀᴇꜱ
ᴅᴇᴊᴀɴᴅᴏ ᴀᴛʀÁꜱ
ᴛᴏᴅᴏꜱ ᴍɪꜱ ᴅÍᴀꜱ ᴅᴇ ʟʟᴀɴᴛᴏꜱ
ᴇʟ ᴛɪᴇᴍᴘᴏ Qᴜᴇ ᴘᴀꜱᴀᴍᴏꜱ ᴊᴜɴᴛᴏꜱ, ꜱɪᴇᴍᴘʀᴇ ʟᴏꜱ ʀᴇᴄᴏʀᴅᴀʀÉ
ʟᴏꜱ ᴍᴀɴᴛᴇɴᴅʀÉ ᴇɴ ᴇʟ ꜰᴏɴᴅᴏ ᴅᴇ ᴍɪ ᴄᴏʀᴀᴢÓɴ

-Given-

De la nada, tomó mi mano y depositó un suave beso en ella.

Él se quedó de pie, mientras alguien me separaba de él. Mis pasos comenzaron y me alejaban de su presencia, hasta que finalmente, lo único que nos unía en ese instante, se acabo. El último roce de su mano con la mía había terminado.

Aquí es donde nuestra historia terminaba.

Aquí en este lugar, donde escuché sus últimas palabras.

Dónde nuestro último beso en vida fue concluido.

Y lo único que quedó es un corazón roto y me di cuenta de que nuestro amor fue un juego perdido.

El despedirte para siempre de una persona, es un recuerdo que vivirá para siempre en tu cabeza y el dolor será permanente. No puedo expresar con palabras en estos momentos la angustia que tengo acumulada en mi pecho al saber que no podré verlo nunca más, de que tendré que seguir una vida sin su presencia cerca de mi. Ahora solo quedará presente su recuerdo y nada más.

Me alejaron bastante, perdiendo de vista al rubio que hace algunos instantes, me había despedido de él.

Todo eso pasó de golpe, que no era capaz de procesar nada de lo que se me decía. Todo a mi alrededor era nulo o más bien, la nada misma y ni siquiera me daba cuenta de todo lo que habíamos pasado hasta ahora.

—_________—una voz masculina, pronunciaba mi nombre. En mi cabeza sonaba como un eco.—____________—esa misma voz interrumpió mis pensamientos.

—Capitán, no parece responder—la misma voz se dirigió a otra persona que al parecer estaba también junto a mi.

Sentí que me tomaron del rostro con suavidad para mirar fijamente esos ojos azul grisáceo que me miraban con total angustia.

—¡Hey!, necesito que reacciones por favor—dijo preocupado. Limpió las lágrimas que aun caían por mis mejillas.—no podemos detenernos ahora, debemos seguir con esto. Ya sabes lo que tienes que hacer.

Abrí y cerré mis ojos en reiteradas ocasiones, notando el ruido que había, mientras que Floch y Levi estaban frente a mi, mirándome con total preocupación.

—No... No sé si pueda...—musité haciendo apenas audible. La voz apenas salía de mi garganta y solo quería regresar con él.

—Sé que esto es difícil para ti, sobre todo en estos momentos, pero no podemos quedarnos así. Hay que continuar con la estrategia.—Levi me tomó por los hombros, haciendo que lo mirara nuevamente.—___________, tienes que ir ahora. Te daré una señal cuando puedas subir al muro y atravesarlo para cuando el titan bestia deje de lanzar esas malditas rocas.

—Levi... —comenzaría a llorar nuevamente, pero el azabache comenzó a hablar.

—Oye, ¿recuerdas que dijiste que estarías con Eren aun pasara cualquier cosa?—dijo suavemente, acariciando mi cabello.

Y tenía razón. A pesar de todo lo que pasó hace unos instantes, Eren estaba en apuros y tenía que ayudarlo, así de igual forma tuviera que sacrificar mi vida.

—Si, lo recuerdo—relamió sus labios y prosiguió.

—Ese mocoso aún está arriba e inconsciente y tu misión ahora es esa. Ve ayudarlo antes de que sea demasiado tarde.—esas fueron sus palabras.

—De acuerdo—me dio una pequeña sonrisa y terminó de limpiar las lágrimas de mis ojos, para depositar un beso en mi frente.

—Quiero que te posiciones cerca del muro y que estés atenta a la señal que te daré—asentí mientras acomodaba mi equipo para iniciar todo esto.

Me sentía como si todo lo hiciera de forma automática. Era una sensación muy extraña, como si estuviera ahí, pero a la vez no.

Mire a Floch, ya que después de un rato me percaté de que aun se encontraba con nosotros. Según las palabras de Erwin, todos los soldados debían ir con él, es decir que el pelirrojo también debía sacrificar su vida.

Él me dio una pequeña sonrisa al verme quizá en mi estado, respondiéndole de la misma manera. Me sentía pésimos al saber todo eso.

—Gracias Floch... Gracias por ayudarme a venir y tener la disposición de hacerlo. Eres una buena persona—nuevamente estaba al borde de las lágrimas.

Esta vez lo abracé, sintiendo que después de unos segundos, me abrazo de igual forma.

Nos separamos y le dio una mirada rápida a Levi y dirigió su vista a mi.

—No agradezca... Perdón, no agradezcas, sabe que lo hice con todo gusto. Ten cuidado.

—Lo tendré—si seguía mirándolo, seguramente lloraría nuevamente.

El saber que morirían me dejaban muy mal, pero esto teníamos que acabarlo de una vez por todas.

Mire por ultima vez a Levi y me alejé de ellos para acercarme al muro.

Vimos cómo se alejaba de nosotros llegando a la posición que le solicité, para esperar la señal de partida.

Me dolía en lo más profundo del corazón verla de esa manera. Sus ojos estaban perdiendo ese brillo tan especial que lo caracterizaba.

El joven pelirrojo estaba a mi lado esperando instrucciones de mi parte.

No hubiese sido capaz de separa a Erwin y a _______ yo solo. No hubiera sido capaz de entrar y terminar con ese momento, en el cual se estaban despidiendo. Puedo comprender en cierto grado como se sienten.

Es por eso que, al saber que Floch la ayudo a venir, era lo adecuado que me tendiera la mano para que _______ lograra separarse de él y hacer lo que le pidió.

No quería hacerlo y no quería interrumpir, pero no había tiempo.

—Gracias por ayudarme con ________.—le extendí mi agradecimiento a Floch, mientras me daba la vuelta para marcharme.

—No se preocupe capitán, está bien.

—Gracias nuevamente, ahora vuelve con el grupo. El comandante dará las instrucciones.

Él asintió y volvió con los demás.

Volví dónde estaba Erwin. Él no se había movido del lugar, encontrándome con su mirada perdida, pero al verme llegar, me observó inmediatamente.

—Erwin, yo...—no sabía ni siquiera qué decirle.

Sus palabras nos habían dejado atónitos tanto a ________, como a mi. Sabía que si venía a esta misión, sería capaz de entregar su vida, pero el vivirlo en este momento, me hacía sentir muy mal, sobre todo el hecho de dejarlo partir de esta manera.

Había sido un gran compañero, y me arrepiento que hayamos llegado al punto de discutir, sobre todo por una mujer.

También el que ella haya venido y que a pesar de todo, el vínculo que los unía a los dos era tan fuerte que mi única opción en ese instante era dejarlos solos.

—No digas nada, está bien—dijo dándose la vuelta para tomar asiento al costado de una vivienda—creo que es lo más difícil que he tenido que hacer en toda mi vida.—dio una pequeña sonrisa ladeada—bueno, eso es por preferir a los titanes antes que al amor, ¿no?

Suspiró resignado. Me acerque a él quedando a un par de metros de su presencia, notando su tristeza y angustia.

Vi que de su sus ojos escaparon unas lágrimas pero las limpió rápidamente.

—¿Sabes? me quedaré tranquilo sabiendo que alguien cuidará de ella a pesar de todo. Además, lo prometiste y muchas veces me lo dijiste. Creo que eres el más indicado para estar junto a _________.

—Erwin, te conozco y espero que no se te cruce por la cabeza no que esto es lo que mereces.

—Ya no sé ni qué pensar. Otro de mis sueños se ha visto fracasado.

—¿Otro de tus sueños?

—En verdad quería ir a ese sótano. Todo lo que he hecho hasta ahora era para llegar a este momento, en el cual encontraría la respuesta a todas mis preguntas, a mis inquietudes, llegando a pesan en algún momento que esto era casi imposible y que la muerte era algo mucho más factible para quitar este peso que he cargado durante tantos años, pero ahora que las respuestas están casi en la palma de mi mano, no podré llegar a ello...—apretó su puño con rabia—Además, de todo lo que construí con ella, todo lo que alguna vez proyectamos y lo que queríamos seguir viviendo, lo arrojé a la basura. Todo para evitar este tipo de sufrimiento, pero como verás no salió como esperaba... Hange tenía razón, ella sería quien más sufriría, pero yo no quedo ajeno ante eso...—hizo una larga pausa y continuó sus palabras.—Levi, ¿eres capaz de verlos?

—¿A quienes?—pregunté, acercándome ya que había bajado la voz.

—A nuestros compañeros, a todos los caídos y a quienes hice que se sacrificaran para que llegáramos aquí. Ellos nos observan, esperando saber cual es el objetivo por el cual dieron sus vidas y entregaron sus corazones, ya que esta batalla aun no acaba.

El ruido de las rocas chocando sobre las casas, se hizo presente nuevamente.

—Esto es como un capricho infantil, ¿no es así?

Me acerqué en su totalidad a él, arrodillándome para mirarlo mejor, ya que su mirada, estaba pegada al suelo y mostrando a su vez, profundo respeto hacia él.

—Tu valentía y tu coraje nos han traído hasta este punto. No cualquiera hubiese hecho esto en tu lugar y es gracias a ti el por qué he llegado tan lejos. Erwin, de no ser por ti, posiblemente estaría en el subterráneo haciendo una infinidad de atrocidades y posiblemente estaría muerto. Quiero agradecer eso, pero esto debe continuar y si de esta manera se planeó, lo haremos de esta forma—levante mi vista, viéndolo a la cara directamente—abandona tus sueños y muere. Lleva a esos soldados al infierno y yo seré capaz de acabar con el titan bestia. Es una promesa Erwin.

—Gracias Levi.

Después de al menos 30 minutos, se comenzó a notar movimientos en el sector más alejado de donde estaba. Levi me había mandado la señal que esperaba y era mi oportunidad de subir el muro llegando a la cima.

Active mi equipo, junto con el gas logrando mi cometido. En unos 50 metros estaba Eren aún extendido sobre el muro, al parecer inconciente.

La imágen dentro del distrito era abrumadora y poco alentadora.

El titan colosal lanzaba casas en llamas por todos lados, haciendo que el fuego se siguiera extendiendo y había destruido gran parte del lugar.

No sabría si lograría soportar saber que nadie fue capaz de sobrevivir.

Corrí en dirección al titan de Eren, viendo al acercarme como alguien estaba sobre su cuello, a punto de enterrar una de las cuchillas del equipo tridimensional.

Al llegar ahí, vi que se trataba de Armin, pero no notó mi presencia hasta que grité su nombre.

—¡Armin!—el rubio detuvo su acción y giró su cabeza bruscamente al sentir mi voz.

Su rostro mostró obvia confusión, bajando la cuchilla del equipo de maniobras de su mano. Subí donde el estaba, abrazándolo rápidamente.

Gracias al cielo que está a salvo.

Las ganas de llorar se apoderaron de mi nuevamente, pero intenté soportarlo.

—¡Armin, ¿estás bien? ¿Estás herido?! —lo tomé del rostro viendo si tenía alguna herida, viendo aún confusión en sus ojos.

—__________.... ¿Cómo... Llegaste aquí?¿Estabas llorando? ¿Qué pasó?—soltó asustado. Algo así como si hubiera visto a un fantasma.

—No es importante ahora. No tenemos tiempo de hablar de eso... Dime, ¿Estás bien? ¿Qué pasó con Eren?

Lo solté, viendo como asentía a la primera pregunta.

—Yo estoy bien, pero Bertholdt pateó a Eren con mucha fuerza haciendo que cayera inconsciente, pero está vivo.

—¿Y Mikasa? ¿Los demás?

—Estan a salvo, por lo menos desde que me fui. Ellos de estan encargando de Reiner.

Un peso se fue de mi, al saber que aun estaban con vida.

—¿Y Hange? ¿Sabes algo?

—Hange-san... Ella, estaba cerca de la explosión cuando Bertholdt se convirtió en titan... Somos los únicos sobrevivientes de este sector.

Me dio una puntada en el corazón al saber que Hange había muerto. Cerré mis ojos un momento, procesando el dolor de todo lo que he pasado en tan poco tiempo.

—Armin, la instrucción que me dieron era irme de aquí con Eren, pero al ver que la mayoría de ustedes están bien, podemos acabar con estos dos traidores.

—Tengo un plan en mente y necesito que Eren despierte—Armin volvió a levantar su cuchilla enterrandola en el cuello del titan de Eren—Debemos hacer que despierte, o no podremos acabar con ellos.

—Armin, ¿cómo acabaremos con Bertholdt? ¿Qué plan tienes en mente?—no se me venía nada a la cabeza al tener una idea de como acabar con semejante gigante.

El pareció ignorar mi pregunta y fijo su vista en un punto del lugar.

—¿Por qué será que cuando pienso en el exterior, viene hacia mi una oleada de coraje que recorre todo mi cuerpo?—dijo en voz baja, omitiendo algún tipo de respuesta a mi pregunta.

—Armin...

—No te preocupes, no es nada... Ayudame con Eren. Si ambos le hablamos, despertará mucho más rápido.

—Está bien.

—¡Eren, despierta! ¡Vamos al mar!—no había respuestas.—Eren, mira quien está con nosotros...

Me acérquese al área donde Armin le había hablado y comencé a hacerlo, al igual que él.

—Eren, les prometí que estariamos juntos cuando esto acabara y así seguirá siendo. Por favor, despierta.

El castaño se comenzó a mover con dificultades, haciendo que Armin y yo nos acomodaramos a un costado de su hombro, viendo como Eren tomaba asiento, mientras se componía.

Vi su mirada hacia a mi, mostrando la misma confusión de Armin.

—Eren, ¿estás bien?—él sin más asintió.

Los tres mirábamos como Bertholdt destruía todo a su paso y sin piedad acababa con el distrito de Shiganshina, nuestro hogar.

—__________—Armin se dirigió hacia mi—me gustaría que por favor, ayudaras a los demás con Reiner.

—¿Pero por qué? Acá puedo ayudarles a acabar con Bertholdt.

—Reiner es mucho más veloz y sabes que se requieren de más soldados para acabar con él. En cambio el colosal es mucho más lento y el plan implica solo inmovilizarlo.

—Pero Armin....—me detuvo y siguió hablando.

—Tranquila, Eren esta conmigo. Lo lograremos.

Tenía una sensación extraña, no sé exactamente que era, pero Armin tenía razón, a pesar de que el titan colosal era enorme, era lento para atacar. De todas formas, confiaba en Armin y sus estrategias.

—Está bien... Armin, Eren—ambos me miraron—por favor, con cuidado. Y si las cosas se complican, salgan de aquí. No podemos permitir que mueran.

Armin asintió y bajé de su hombro. Me iba preparar para saltar del muro cuando escuché la voz de el rubio.

—___________, espera—me detuve girando sobre mi eje, ya que Armin me llamaba.

Apenas me di la vuelta, sentí que me abrazó con fuerza, escondiendo su rostro en mi cuello, así mismo como lo hacía cuando era pequeño y estaba triste o asustado. Lo cubrí con mis brazos, devolviendo el gesto, besando su cabeza.

—Gracias por todo y por estar aquí. Te quiero—dijo quedandome paralizada unos segundos.

Es como... si se despidiera de mi.

—Armin, ¿Qué planeas hacer? Si te estas despidiendo, no me iré de aquí hasta que... —me interrumpió.

No podía soportar el hecho de que todos se despidieran. Todos y cada una de las personas que eran importantes para mi se despedían y de alejaban de mi lado.

—No te angusties, solo necesitaba decirlo. No te preocupes, que lograremos acabar con Bertholdt. Ve con los demás.

Le volví a abrazar, recibiendo el mismo gesto de su parte.

—Nos vemos pronto.—dijo antes de separarse de mi.

—No dudes que así será.

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