Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

『ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 51: "ᴘʟᴀɴᴇꜱ"』

—Lo único que me separa de la muerte es el tiempo. Después de todo lo que he hecho hasta ahora, es lo mínimo que merezco. Solo sé que si debo sacrificar mi vida, lo voy a hacer. Una persona como yo, que se ha convertido en un monstruo, tomando la vida de los demás como si fuesen insignificantes, es lo menos que puedo hacer.—Él estaba completamente seguro de que iba a morir.—No puedes ocultar que durante este tiempo has desarrollado sentimientos hacia _______ y eso me deja más tranquilo. Después de haberlos visto besándose, algo dentro de mi, me hizo querer buscarla una vez más, aun que ella no quería nada conmigo, pero me bastó haber estado un segundo en su presencia para seguir adelante con lo que tengo que hacer....así que solo te pediré una cosa, quiero que cuides de ella.

No sabía qué responderle. Sus palabras me quedaron grabadas en la mente y todo esto que hizo y que hará será un sacrificio. Me duele el pecho pensar que el puede morir y que nos deje así nada más. Si, debíamos jugarnos con todo en esta misión, pero sin él, quien es la esperanza de la humanidad, nos iríamos a pique.

Pero no podía hacer nada más, era su decisión después de todo.

—Entiendo—me acerqué a la puerta, tomando la manilla de esta. Giré mí cabeza para verlo sobre los hombros—Erwin confío en tu criterio y si esa es tu elección, no tengo por qué interferir en ella, pero confía en que cuidaré de _______. Para mi también es lo más importante y valioso que tengo.

« •HORAS ANTES DEL RETORNO A SHIGANSHINA »

Era la noche anterior antes de partir al muro María, los nervios se sentían, la tensión estaba presente, pero ya no había vuelta atrás. El actuar de la legión para seguir avanzando era ahora o nunca. Solo las horas nos separaban de ese destino que era incierto para todos nosotros.  

Después de todo lo que pasó, decidí no permitir que mi cabeza dejara de darle vueltas a lo de ayer, la impresión me dejo algo inestable y no podía dejar pensar en  lo que habíamos hablado, así que me dediqué a dedicar mi tiempo en algunos detalles que debía resolver. Terminé de acomodar algunas cosas de mi habitación, cuando escuché que alguien llamaba a mi puerta. Fui rápidamente y era Hange quién insistía en la entrada.

—Hola _______ , ¿Qué tal?—me puse a un lado para dejarla pasar. La mire arrugando mi entrecejo, ya que casi nunca me llama por mi nombre y cuando era así, es por que compartiría un tema serio.

—Hola, aquí estoy, preparando unos detalles para mañana.—Cerré la puerta y me acerqué a ella, tomando asiento en la silla junto a mí cama, mientras que Hange estaba sentada sobre esta, mientras jugaba con sus dedos.

—Ya veo... ¿Cómo te has sentido?

—Hoy me he sentido muy bien, no he tenido malestar.

—Me alegra escuchar que estés mejor.—la castaña se acomodó en su puesto para seguir hablando—¿Irás a la cena que harán con toda la legión?

—Si, iré. Me reuniré con Eren y los demás, ya que quieren que comamos todos juntos.

—Me parece bien, es algo que debemos aprovechar, pero no vine a eso, vine a decirte algo importante.—lo sabía, la conocía muy bien para saberlo con solo su tono de voz—Y lamento que no haya sido antes.

—¿Qué sucede? ¿Pasó algo?

—Nada grave, no te preocupes. Solo vengo a decirte que vengo en representación de Erwin, ya que la orden viene directamente de él.—sentí la tensión recorrer mi cuerpo al escuchar esa oración.

¿Una orden? ¿Qué es lo que pasa?

Me comencé a preocupar, poniéndome de pie y sentí que los nervios empezaron aumentar.

—Hange, ¿Qué pasa? Me estas asustando... ¿es algo que tiene que ver con Eren?—Hange se puso de pie, tomándome de los hombros para relajarme.

—No, no es por Eren. Pero no quiero que te alteres—tomó aire y prosiguió—por petición de Erwin, quiere que permanezcas aquí y que no asistas a la misión de mañana. 

No reaccioné al instante, pero aquella oración resonaba muchas veces en mi cabeza. Mire a Hange confundida, esperando alguna que otra explicación.

—¿Qué? Esto es una broma de mal gusto, ¿verdad?—mi mente quedó en blanco unos instantes, impidiéndome procesar todo lo anterior.

—No lo es.—respondió.

—¿Por qué? ¿Cuál es el motivo? ¿Por qué tomó esa decisión?—estaba molesta. No entendía el por qué de este fallo.

—Solo te diré que Levi y yo estamos de acuerdo en que no asistas.

O sea que han hablado de mi inasistencia a esta misión, quizá desde cuando. No podía creerlo, en esta misión nos jugábamos la vida y era necesario la ida de cada uno de los soldados, además no podía abandonar a Eren ni a los demás en esto que era tan peligroso.

Me aparté de Hange y salí de mi habitación para encontrar respuestas en la persona que necesitaba. Caminé por los pasillos tardándome un par de minutos en llegar dónde quería. Llegué a mi destino y ni siquiera me digne a tocar la puerta. Entré haciendo que la puerta al chocar, hiciera un ruido fuerte. Era la primera vez en bastante tiempo que lo enfrentaba de esta forma, pero no me importaba en absoluto.

Vi que estaba sentado en su escritorio, pero inmediatamente levantó la vista al verme entrar. Su rostro reflejó asombro y confusión. Ni siquiera me percaté de que Levi estaba junto a él. Ambos me miraron sorprendidos.

Me acerqué a él, haciendo que solamente el escritorio nos separara. Puse mis manos con fuerza sobre la mesa, lista para enfrentarlo.

—¡Se puede saber por qué demonios decides por mí!—estaba bastante enojada, esto había pasado los límites, pero esta vez sería yo quien haría algo al respecto.

—Veo que Hange ya habló contigo—se limitó a decir. Levi se levantó poniéndose a mi lado.

—Si, y ya sabes perfectamente cual es mi respuesta—expresé desafiante.—Iré a esa misión te guste o no.

—No vamos a permitir que vayas—Levi soltó de la nada. Giré mi cabeza para matarlo con la mirada y el guardó silencio. Volví mi vista a Erwin esperando solución.

—Sabía exactamente que vendrías a reclamarme esto, pero la decisión está tomada. No irás.—dijo firme.

—¿Ni siquiera te dignaras de darme una explicación creíble para esto?—respondí al instante.

—Ves cómo has estado estos últimos meses. Tu salud no es la mejor y no podemos permitir que a pesar de tu insistencia, vayas en esas condiciones.—Levi fue el que hablo esta vez. Sabía que esto podía suceder, pero me negaba a admitirlo. 

—O sea que seré un estorbo para ustedes, ¿eso quieres decir?—sentía que en cualquier momento mi voz se quebraría y comenzaría a llorar.

—No pongas palabras en mi boca que yo no he pronunciado.—Levi respondió molesto.

—¿Y cómo quieres que interprete eso? Eren confía en que estaré con él en todo momento, no puedo abandonarlo así como así.

No, no podía dejarlo solo en esto. Se lo prometí y él confía en que estaremos juntos en esto.

Hoy fue un arduo día, a pesar de que faltaban varios días, los entrenamientos eran un poco más intensos que los habituales y eso me hacía estar mucho más cansada de lo habitual. Con Eren nos quedamos unos instantes en el patio del cuartel, observando nuestro alrededor mientras pasábamos un tiempo juntos.

—El entrenamiento de hoy estuvo más intenso—Eren se masajeaba los hombros.

Últimamente Eren ha tenido que entrenar y pasar mucho más tiempo con Hange para perfeccionar el endurecimiento.

—Lo creo, estoy muy cansada.—bostecé.

—Pero si es por recuperar la muralla María, estoy dispuesto a continuar hasta el punto de que mi cuerpo ya no resista.

—No te sobre exijas Eren. Debes guardar todas las energías posibles para el día que vayamos.

—Tienes razón.

Nos quedamos así unos minutos, cuando decidimos sentarnos debajo de un árbol apoyando nuestras espaldas en el tronco de este. La brisa fresca golpeaba nuestros rostros, haciendo mucho más relajante nuestra estancia ahí. Eren me abrazó por los hombros, acercándome a él, aceptando gustosa su abrazo apoyando mi cabeza en su hombro.

—¿Estás preocupado por algo?—le pregunté.

—Siempre descubres cuando me pasa cualquier cosa—lo sentí reír.—Mikasa también es así.

—Eren, te conozco prácticamente de que eras muy pequeño, además Mikasa te quiere mucho y se preocupa por mucho por ti—le di una mirada rápida y sus mejillas estaban algo sonrojadas. Sonreí ante eso—Cuéntame, ¿Qué te preocupa?

—Estoy un poco asustado

—¿Es por la operación?

—En parte. Me da mucho miedo defraudar a todos no logrando lo que por tanto tiempo hemos trabajado. Además de que nuestras vidas estarán en riesgo.

—Nuestras vidas han estado en riesgo desde que decidimos entrar a la Legión. Esto es parte de una misión como cualquier otra, pero con una salvedad: la verdad de los titanes.

—Si, pero me asusta un poco.

—Tranquilo, estaremos ahí para apoyarte.—lo miré y me dio una pequeña sonrisa y acarició mi hombro.

—Lo sé y no quiero que se aparten de mi lado. Los necesito más que nunca.—reafirmó nuestro abrazo, dándole un beso a mi cabeza.

Nos quedamos así hasta que Armin y Mikasa se nos unieron. Ambos se notaban muy agotados.

—¿Cómo están chicos?—pregunté al verlos llegar.

—Bien, pero un poco cansados—respondió Armin.

—Ya queda poco para la misión, es por eso que los entrenamientos han sido un poco más intensos.

—Eren, deberías estar descansando—Mikasa se dirigió a Eren.

—Mikasa, no eres mi mamá—dijo algo molesto.

Armin y yo nos reímos ya que realmente Mikasa parecía su madre, dado la forma en que lo cuidaba.

—¿Por qué no vamos a descansar? El día fue muy pesado.—dijo Armin mientras daba un largo bostezo.

—Tienes razón. Lo mejor es ya vayamos a dormir—me puse de pie para entrar de una vez por todas al cuartel.

Me encantaba pasar momentos con mis niños. Aunque no fuera por tanto tiempo y el cansancio nos ganara, era lo mejor del día.

—Eren tendrá más de una centenar de soldados que le brindarán apoyo para la misión de mañana, de eso no tienes por qué preocuparte.—Erwin hablo, poniéndose de pie.

—Sabes que no es lo mismo... Eren me necesita, además yo crecí allá y necesito volver y estar con ellos cuando esto acabe.—lo último lo dije en voz baja.

—Sé cuales son tus motivos para asistir, pero queda denegada tu petición.

Esta vez me quedé en silencio, además no sacaba nada con seguir discutiendo. Le di una ultima mirada y me aleje totalmente del escritorio.

Esta vez, las cosas serían diferentes.


Me quedé unos momentos a solas. Necesitaba pensar en todo lo que pasó y como arreglaría este asunto. Estaba totalmente decepcionada por esto, todo pasó tan rápido que no podía creerlo.

—¿__________?—sentí la voz de Armin llamar mi nombre. Giré mi cabeza para ver a los tres cerca de mi.

—Chicos...—se acercaron, quedando los tres frente a mi, mirándome preocupados.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?—quizá que cara y qué expresión tenía en estos momentos.

—Si, estoy bien—respondí. Eren me miró incrédulo.

—_________ di la verdad, ¿Qué pasa?—Eren volvió a preguntar. A ellos no podía ocultarles nada y lo más conveniente es que lo sepan ahora. 

—Yo... acabo de venir de hablar con Erwin...—Mikasa abrió los ojos asombrada, tomándome las manos, ni siquiera dejándome terminar.

—¿Qué te hizo el comandante? ¿Te dijo algo hiriente?—cuestionó preocupada. Sonreí ante eventual preocupación, pero no podía decirles lo que hablamos ayer, solo mencionarles lo de mi inasistencia a Shiganshina.

Puse mi mano sobre la mejilla de la azabache, mostrando agradecimiento por su preocupación—No, tranquila... debo decirles algo y no saben lo que me duele no poder hacer esto y cumplir mi promesa—mi voz se comenzó a quebrar sintiendo un nudo en la garganta.

—¿Por qué dices eso?—Armin acarició mi hombro, dándome más ganas de llorar.

—Se me negó la ida a la misión—los tres quedaron tan sorprendidos, que sus bocas formaron una "o".—No podré estar con ustedes.

—¿Y cual es el motivo de peso para que el comandante tomara esa decisión?—esta vez fue Eren quien preguntó.

—Mi salud—respondí rápidamente.

—Es cierto, últimamente no has estado muy bien—Armin le dio un rápido análisis al asunto.

—A pesar de eso, quiero acompañarlos, estar con ustedes...

—Si lo mejor para ti es que te quedes, no te preocupes por nosotros—Mikasa expresó comprensiva.

—Como no preocuparme, después de todo lo que hemos pasado... Volveríamos a nuestro hogar, todos juntos—comencé a derramar lágrimas y las iba limpiando mientras caían.

—Mikasa tiene razón, tu bienestar es muy importante.

Armin continuó—No llores ________, queremos que estés bien. No hay problema en que te quedes... Entendemos perfectamente la causa y vamos a estar bien. ¡Lograremos cumplir con en esta misión y recuperaremos nuestro hogar! Después de que pase esta tribulación, podremos ir al mar, ¡todos juntos!

Todos asintieron ante el entusiasmo de Armin.

No podía dejar de llorar y a veces no podía creer que ya no eran unos niños y que han madurado en tan poco tiempo. Los amaba mucho y me daba miedo perderlos. Estiré mis brazos y ellos entendieron la señal. Se acercaron a mi y nos abrazamos los cuatro, mientras aún mis lágrimas caían sobre mi rostro. Me reconfortaba tenerlos conmigo en todo momento y el miedo seguía latente en que algo les pasara, pero sé que puedo confiar en ellos. Son muy fuertes y valientes. 

Sé que regresaran a salvo.

Me separé de ellos y vi que Levi estaba a unos pasos de nosotros, viendo toda la escena. Limpie mis lágrimas velozmente para mantener mi postura frente a él. Comenzó a caminar quedando cerca.

—Quiero hablar con _________—pidió sin rodeos. Los muchachos me miraron esperando mi aprobación.

—Adelántense, yo iré en seguida... Los demás los deben estar esperando—los tres asintieron y se alejaron dejándonos absolutamente solos.

Bajé la mirada, todavía con notable molestia. Estaba consternada por todo esto. Hange y él también estaban de acuerdo en mi inasistencia a esta misión, sin siquiera haberme preguntado o haberme dicho algo con algo de anticipación.

—¿Qué quieres?—dije cortante. Sentí que dio un paso hacia adelante acercándose más a mi.

—¿Por qué eres tan terca? Entiende que no estas bien y el que vayas será mucho más peligroso para ti.—me di la vuelta para no mirarlo.

—No puedo creer que estuvieras de acuerdo en que no participaría de esto. Sabes todo el tiempo que nos preparamos para regresar, y todo mi esfuerzo se irá a la basura.—dije en un hilo de voz, queriendo llorar nuevamente.

—No digas eso.

—¿Cómo no? Saben más que nada que no puedo dejar solos a Eren, Armin y a Mikasa. Les prometí que no los dejaría solos jamás y que estaría siempre con ellos.

—Me encargaré personalmente de cuidar a esos mocosos, pero por favor, lo mejor es que te quedes aquí.—insistió.

—No puedo hacer eso, yo debo seguir adelante y si no lo hago, el cargo de consciencia será grande. Si debo entregar mi vida por ayudar, lo haré sin duda.—sentí que Levi se acerco en su totalidad y tomó mis hombros, mientras que yo aún le daba la espalda.

—No pude evitar a que Erwin se quedara, pero esta vez no dejaré que eso pase contigo.—esta vez, lo miré sobre mi hombro.

—¿Y qué sacas con que no vaya? ¿Crees que las cosas se solucionarán así nada más?

—No, pero si puedo asegurarme de que puedo mantenerte a salvo, aunque sea a la fuerza, lo haré.

Levi pasó sus brazos alrededor de mi cintura, pegando su torso en mi espalda, sintiendo como apoyaba su cabeza en mi hombro, escondiendo su rostro en el espacio que quedaba en mi cuello.

Me apretó más hacia él, sintiendo su caliente respiración en mi cuello.

—Por favor, no insistas... quédate. No quiero perder lo más valioso que tengo.—me susurró en el oído.

En este momento, solo podía sentirme aprisionada, incapaz de tomar mis propias decisiones, pero cada palabra que Levi emitió, haciéndome sentir vulnerables ante su petición me hizo rendirme ante eventual orden.

Pero a pesar de eso, haría algo al respecto, no me quedaría con los brazos cruzados. No esta vez.

—Esta bien, me quedaré.

Después de un rato, Levi y yo ya no estábamos juntos, le pedí que me dejara sola y accedió, esperándome en el gran comedor donde habría un gran festín antes de partir a la misión.

En mi mente rondaba el cómo podría ir sin ser descubierta, al punto en que no habría forma de volver, en el caso de ser vista. Mi posición dentro de la estrategia estaba clara, estaríamos cerca de Eren ante un eventual ataque por parte del enemigo, que por cierto, era lo más seguro. Las demás posiciones eran relativas según los soldados, pero no podía tomar mi posición hasta que llegáramos a Shiganshina.

De tanto pensar en alguna forma ser participe de esto, al doblar en una esquina, choqué con alguien. Al ir a una velocidad moderada, hizo que cayera al suelo, dejándome algo aturdida por aquel incidente. Toqué mi frente, ya que mi principal área afectada fue esa.

Aquel sujeto de acercó a mí para ayudarme a levantarme.

—¡Oh, lo siento! ¡Lo siento mucho, de verdad! ¡¿Está bien?! ¡¿Se lastimó!?—Expresó con preocupación.

Levanté la vista y vi a un chico delgado, de cabello corto, pelirrojo y algo despeinado. Es relativamente alto y parecía tener una edad muy similar a la de Eren y los demás.

—N-No, estoy bien, no te preocupes. No me fije por donde caminaba—me extendió la mano, la cual acepté para ponerme de pie.

—Soy yo el que debería pedir las disculpas, no me di cuenta por donde iba y tampoco la vi pasar.—insistió en disculparse.—estaba buscando el comedor.

—De acuerdo, no hay ningún problema, así que tranquilo—vi como relajaba su cuerpo al escucharme pronunciar aquellas palabras.

—Gracias...—quedó con la frase a medias—perdón, pero ¿cuál es su nombre?

No sé, algo me decía que ya lo había visto antes, pero no recuerdo bien de dónde exactamente.

—__________ Sella.—respondí. El me miró sorprendido ante mi respuesta.

—Oh, así que usted es la famosa soldado Sella.—soltó mientras su rostro reflejaba algo así como si hubiera unido las piezas de un rompecabezas.

—¿Famosa? ¿A qué te refieres?—pregunté ante tal declaración.

—Hay muchos rumores de que usted tuvo una relación amorosa con el comandante, pero no se les ha visto más juntos.—quedé un tanto anonadada ante su respuesta. Era algo obvio que después de años de relación, de igual manera se enteraran, pero llega al punto de que esto parece algún libro de drama que es compartido y leído por todo el mundo.

—Vaya, creo que las personas son más eficientes entregando chismes que haciendo su trabajo.—me cruce de brazos esperando su contestación.

—Eso es lo que se habla entre cadetes, pero no es solo eso—no podía creerlo, así que hay más—Se dice que después de esa relación, está emparejada con el capitán Ackerman.—vaya fama que he conseguido.

No tenía tiempo, ni ánimo para seguir escuchando esto, además sentía que se estaba riendo de mi en cierta forma.

—¿Algo más? Veo que no tienes pelos en la lengua. Además no estamos discutiendo mi vida privada—solté irritada.

—N-No, solo eso es lo que se dice de ustedes. No era mi intención hacer que se ofenda o algo parecido, todo lo contrario. Le tengo un gran respeto, al igual que todos los veteranos de la Legión.—sonó nervioso y asustado, así que preferí dejar el tema como pasado.

—¿Cuál es tu nombre soldado?

—Floch Forster.

—Creo haberte visto durante este último tiempo.

—Bueno, anteriormente era de las tropas de guarnición, pero fui transferido a la Legión después de la coronación de la reina.

Creo que en este momento no se me había ocurrido algo más brillante que esto. Ya sabía perfectamente qué podría hacer para resolver mi problema y él podría ayudarme en esto, así que lo puse a prueba.

—¿Cuál fue tu motivación a querer ser parte de la legión?

—Admiro la valentía del comandante Erwin, creo que es una fuente importante de inspiración y estoy seguro de que él ayudara a salvar a la humanidad.—dijo con admiración poniendo su mano en su corazón. Este sujeto si que es intenso.

—No cualquiera se cambia de facción por algo así, eres muy valiente.

—¿Usted cree?—soltó tímidamente.—me siento honrado al ser elogiado por alguien que ya lleva tantos años en esto.

—Por algo te lo digo... Necesito hacerte una pregunta más, ¿Sabes cual será tu posición para la misión?

—Si, estaré a cargo de los caballos junto a otros compañeros.—esto es perfecto, es justo lo que necesitaba.

—Genial, necesito que me ayudes con algo el día de mañana, pero esto queda entre nosotros.

—Siento que después de haberla empujado y botado, es lo mínimo que puedo hacer. Lo que usted me diga, yo lo haré. Puede confiar en mi.—respondió confiado.

—Espero creer en eso.

—No la defraudaré.—no quería que fuera de esta forma conmigo, así que le di la libertad de que me tuteara.

—No me trates de usted, solo dime ________.

—Me costará trabajo, pero lo intentaré—se sonrojó unos instantes.

—Muy bien Floch, esto es lo que tienes que hacer...

Hola a todos, ¿Cómo están? Espero hayan tenido una maravillosa semana٩(◕‿◕。)۶

Ya queda tan poco para volver a Shiganshina, pero ¿Creen que la rayis logre ir sin ser vista?

Gracias por todo su apoyo y nos leemos muy pronto!(ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧ 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro