『ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 43: "ꜱᴇᴄᴜᴇꜱᴛʀᴏ" (ᴘᴛ. 3)』
Erwin se dio cuenta de que la situación dentro de las murallas está recorriendo un momento crítico y que el intento de la monarquía por secuestrar a Eren y a Historia ponen a toda la humanidad en un inmenso peligro. Esto en base a la información que Sannes nos dijo de que los Reiss eran la verdad familiar real.
Gracias a eso se formuló un plan que consistiría en el derrocamiento de este hombre y el posterior ascenso de Historia al trono. Ese era el plan actual, pero con Eren, Historia y ______ como rehenes no podíamos actuar.
—¡Vamos, esta vez la pelea la empezaremos nosotros!
Levi, ¿Dónde estás?
Me sentía egoísta pensar de esta manera, ya que obviamente era una trampa precisamente para él y para matarlo. Es algo obvio que nos buscará, pero nada garantiza que salga vivo de esta. Kenny es demasiado peligroso.
—Así que nuestra bella durmiente ya despertó—ese tono burlón era muy conocido.
Hablando del mismo diablo, apareció frente a mi, al parecer ese hombre fue a comunicarle que ya había despertado.
—¿Y quién crees que fue el idiota que me dejó así?—respondí con la fuerza que pude, pero amenazante.
—¡Uy! Amanecimos bravas—soltó un par de carcajadas.—No tienes muy buena cara, ¿te sientes bien?
No podía creer lo cínico que era.
—Siento náuseas con solo verte la cara—respondí. Él volvió a reír.
—Una cara tan bonita, con un carácter tan horrible.
No tenía tiempo ni las ganas para discutir con él, además necesitaba saber si Eren estaba bien.
—¿Dónde tienes a Eren?
—No puedo creer que no te hayas dado cuenta—con su mano apunto hacia el frente—mira hacia arriba.
Hice lo que me dijo y vi a Eren inconsciente, en la misma posición que yo, pero a diferencia de mi, él estaba con cadenas. Estaba en lo más alto del lugar, como si fuera una clase de sacrificio. ¿Qué planean hacer con él?
—Eren...—quería gritarle pero apenas me salía la voz.
—No te esfuerces, esta inconveniente por el momento.
—¿Qué van a hacerle?
—Lo sabrás muy pronto y créeme que tienes el mejor asiento para el espectáculo. Además de que algunos invitados llegarán pronto.
¿De qué está hablando?
—¡¿Qué van a hacerle?!—volví a insistir.
—Guarda silencio—Se agachó un poco para quedar a la altura de mi rostro—¿o quieres quedar igual que tus padres?
Esto rebasó todos los límites de mi paciencia. No podía moverme y lo único que pude hacer fue escupirle en la cara y hacer que se alejara de mi. Lo tenía muy cerca. Kenny, enojado se limpio la cara, lanzándome una mirada llena de odio.
Se volvió a acercar a mi, tomándome del pelo, para que mantuviera la mirada en él. Su respiración era pesada, notándose la rabia que tenia por lo que le hice.
—¿Quieres saber por que le quité la vida a tus padres?
Tenía miedo, la mirada de Kenny se volvió oscura, llenándome de terror. Además nunca supe el porqué hizo tal acto, pero el miedo de enterarme de algo malo estaba presente.
—Ese silencio lo tomaré como un si... La rata de alcantarilla de tu padre venía del subterráneo. Lo conocí allí. Él me pidió ayudarlo a salir de ese lugar dándole una cantidad de dinero, pero con la condición de que trabajara para mi y así lo hizo. Durante mucho tiempo fue de gran utilidad, siempre era eficiente a la hora de trabajar, pero él nunca se manchó las manos, lo cual me molestaba mucho. Después de un tiempo, me enteré de que él se había casado y que tenía una familia lejos de lo que era su vida y su trabajo. Un día me dijo que no quería seguir con esto y que me dejaría y se iría con su esposa y su mocosa a vivir tranquilamente, pero no se lo permití, ya que lo tenía amenazado con la vida de sus mujeres y la limitación de su dinero, haciendo que se le hiciera imposible llevar algo a su hogar, pero de igual manera me desafío diciendo que se iba y no volvería. Ahí es cuando descubrí en donde vivía, llegando esa tarde a su casa y el resto ya lo conoces.
No podía creerlo, o más bien, no quería creerlo. Mi padre era de la ciudad subterránea, en la cual, en su desesperación por una mejor calidad de vida, se endeudo con Kenny, permitiéndole vivir fuera de ese lugar y para darnos a mi madre y a mi una mejor vida.
Era desgracia tras desgracia y sentía que en cualquier momento mi mente colapsaría.
—Eres un infeliz—musite. Kenny me miro extrañado.
—¿Qué dijiste?—Él aun me tenía agarrada del pelo.
—Eres un infeliz—repetí—te odio.
Las lágrimas no tardaron en salir.
—De alguna forma me la tenía que pagar, ¿no?
—¿Arrebatando vidas? ¿A eso le llamas pagar?
—Si así lo ves, pues si
—¡Eres un desgraciado¡ ¡me arrebataste lo único que tenía, bastardo! ¡Estas hueco por dentro! ¡¿Acaso no tienes sentimientos?! ¡Nunca te debieron amar y por eso mismo no mereces el cariño de nadie...
Kenny me soltó, dando un paso hacia atrás, dándome una bofetada fuerte, haciendo que girara mi rostro. Sentí un sabor metálico en mi boca, botando un poco de sangre de ella. Me ardía y mucho, pero el dolor del corazón era mucho más fuerte.
Kenny me miraba nuevamente con odio y como si lo que le dije le hirió el orgullo.
—Solo... Cállate.
Se alejó dejándome sola y lastimada.
—¡¿Qué quieres de mi?!—gritó el hombre de la policía militar a quien habíamos apresado en el cruce atacado.
—Me responderás un par de preguntas.
—No lo haré—replicó. Lo seguí arrastrando de la ropa.
—No es una favor, es una orden.
Lo tiré a un árbol para que no se escapara, mientras. Los demás vigilaban. Se notaba que este sujeto era de un buen rango, por lo que debía saber bastante.
—Me imagino que conoces a Kenny, ¿no?—comencé el interrogatorio.
—Y si es así, ¿qué?—respondió desafiante.
—¿Crees que estoy aquí para jugar? Responde mi pregunta.—dije cerrando el puño haciendo que se asustara.
—Si, lo conozco.
—Bien, así que debes saber que hizo con Eren y Krista, además de una mujer que estaba con nosotros.
—No se que habrá hecho Kenny con el par de mocosos, menos con esa cualquiera...
Ni siquiera lo dejé terminar de hablar cuando le comencé a dar varios puñetazos en la cara. No iba a permitir que hablara así de ________ en frente de mi. Si seguía de esa forma, no vivirá para contarlo.
—Detente... —le di otra puñetazo, pero con dificultad me pedía que me detuviera.
—Si te escucho nuevamente dirigirte así de _______ conocerás el mismo infierno—me levanté alejándome de él—¿En donde tienen a Eren y a Krista?
No podíamos revelar el nombre de Historia, aun no era el momento, así que me límite a decir su nombre falso. Este hombre soltó una pequeña carcajada.
—Eres un enano valiente. Los que habían en ese cruce eran novatos y juras que lograste algo importante.
—Vaya, pobres miserables.
Esta vez le metí parte de mi pie a su boca, sacándole varios dientes. Todo por no responder y se hubiera ahorrado el sufrimiento.
—Ahora, tu boca también es miserable. Dime lo que quiero saber antes de que sea demasiado tarde—saqué mi pie de su boca para que responda—¿En donde están Eren y Krista?
—Es inútil. ¡Todo lo que pueden hacer es esconderse y entregarse a las autoridades para ser colgados! ¡Y el primero en morir será su comandante, el estúpido de Erwin Smith!
Esta vez me colmo la paciencia, por lo que lo tomé del brazo, dándolo vueltas, haciendo que este se saliera de su lugar. El hombre gritaba del dolor.
—Cállate, eso te pasa por no responder mi pregunta. ¿Dónde están Eren y Krista?
—¡No lo sé! ¡No tengo el rango para saberlo! ¡Kenny Ackerman es muy meticuloso!
—¿Ackerman? ¿Ese es el apellido de Kenny?
—Así es.
Era la primera vez en la vida que escuchaba su apellido y muchas interrogantes comenzaron a formarse en mi cabeza, además de algunos escenarios pasados, pero no tenía tiempo para eso, así que seguí con lo que estaba.
—Bueno, es cierto que ese sujeto no comparte la información importante, pero estoy seguro de que tu sabes algo y te ayudaré a recordar—tomé su brazo para presionarlo.
—¡Espera!—Chilló asustado.
—Tranquilo, tienes huesos de sobra.—se giró para verme.
—Estas completamente loco.
—Puede ser.
Dado el supuesto crimen que la legión había cometido fue la escusa perfecta para aprovechar y llevarme detenido como representante de la legión, pero esto iba mucho más allá.
Todos ellos sospechaban de lo que estábamos haciendo y se sintieron amenazados, llegando hasta el punto de interrogarme para sacarme información, dándome golpes en el rostro.
Ahora estaba en una celda, encarcelado y esposado.
El ruido de la reja se escucho haciendo un eco en el lugar, dando la señal de que alguien había entrado.
Nile se acercó quedando a mi altura.
—Erwin, tienes una audiencia con el Rey en el cual se decidirá tu sentencia y el desmantelamiento de la Legión de Reconocimiento.
—Nile, ¿Dónde queda tu hogar? ¿En Stohess?
—Marie y los niños viven bien en el este de la Muralla Rose. Hace bastante que no vuelvo a casa.
—Ya veo.
—¿A qué viene esa pregunta?
—Le pedí algo al comandante Pixis. Si llega el momento, yo solo me limitaré a observar. Serás tú quien decida y ellos también.
—¿De qué estas hablando?
—Nile, te darás cuenta que ellos están protegiendo los secretos de estas murallas, donde ellos creen que hay paz, pero están equivocados.
—Tal vez debí dejar que el gobierno se encargara... era lo mejor para la humanidad. Así como dijo el comandante Pixis, que fueron capaces de hacer que prevaleciéramos hasta hoy, aun que pereciera la mitad de la humanidad. Lo importante era que no nos aniquilen. Tal vez debí abandonar a Eren, a mis compañeros, a mi responsabilidad y a mi vida, eso seria valorar a la humanidad más que las vidas
—Tu misión es muy dura, Erwin. Morir hubiese sido mucho más fácil, entonces, ¿Por qué no lo hiciste?
La respuesta vino inmediatamente a mi mente.
—Tengo un sueño... Sueño con poder dejarle un mundo sin murallas, un lugar lleno de paz y sobre todo la libertad.
—¿Dejarle? ¿A quién te refieres?
—Al amor de mi vida.
—¡Capitán, unos pasos se acercan hacia acá!—Sasha nos notificó a lo que rápidamente nos ocultamos.
Cada vez se sentían varios pasos acercarse hacia nosotros.
—Ahora están arruinados—por más que lo golpee, este bastardo guardaba silencio.
—Cállate o si no quieres que te corte la lengua—lo amenace apretando el agarre de su brazo.
Estaba oscuro, lo cual me costó darme cuenta de que en realidad era Hange y Moblit, por lo que les dije a los mocosos que se calmaran.
—No hay problema, es Hange—Todos salieron de su escondite.—Jean, amarra a este imbécil.
—En seguida.
Hange se acercó en su totalidad a nosotros, esperando a que traiga una buena noticia.
—¿Y ese quien es?—preguntó.
—Un idiota de la policía militar. Lo tomamos para sacarle información pero apenas habló... pero, ¿Qué noticias nos traes?
—¿Quieres las buenas o las malas?
—Solo habla cuatro ojos—reclamé.
—Bueno, para contextualizar todo, y antes de reunirme con todos, a Erwin lo apresaron por el supuesto asesinato de Dimo Revess. Pero gracias a su hijo, pudimos librarnos de algunas cosas. Pero, yendo al grano—Hange me pasó un documento el cual lo tomé y comencé a leer.
—¿Qué es esto?
—El golpe de estado fue un éxito, gracias a la intervención de Pixis y el generalísimo Zackly, quién controla la capital y el distrito administrativo. La realeza no se reveló.
—¿Y Erwin?—pregunté.
—Fue absuelto de todo, así que está bien.
—¿Y el caso del señor Revess?—cuestionó Armin.
—Confesaron que nos inculparon y es por eso que liberaron a Erwin. En otras palabras: estamos libres de culpa y somos libres.
Después de eso, los mocosos comenzaron a saltar y a celebrar por la noticia. Había sido difícil, pero Erwin lo logró, una vez más.
—Fue una apuesta arriesgada—dije terminando de leer el papel.
—Si, pero no solo fue gracias a Erwin. Las decisiones de cada uno ayudaron en todo esto.
Tenía razón, pero vidas fueron sacrificadas y eso era lo que más pesaba. Me sentía culpable.
—Tres integrantes de tu escuadrón y que dejaste a mi cargo murieron. Lo siento.
Hange, con la mirada me dijo "No te angusties".
—Parte de la policía interior, Eren, Historia y _______ están en otra parte.
Hange saco un libro, el cual me acercó.
—Tengo una pista sobre eso. Pongamos fin a esta batalla aquí.
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