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—¡¿Sabes qué, Erwin?! ¡Haz lo que quieras!—Cerré la puerta de su oficina de golpe.
Estaba muy molesta, que no pude evitar dejarlo solo. No quería seguir escuchándolo.
Hace unos instantes había tenido una discusión con Erwin. Me colmaba la paciencia cuando sabía que él estaba en error, pero no quería reconocerlo y que tampoco venía al caso.
Ya estaba cayendo la noche y todo por aquí estaba tranquilo, si no fuese por la discusión, diría que fue un grato día.
Llegando al comedor solo me encontré a Hange y a Moblit, que al parecer estaban jugando cartas. Me acerqué a ellos para relajarme un poco.
—Disculpen si molesto—llegué frente a su mesa.
—¡Canija! Tú jamás molestas...pensé que estabas con Erwin.—me dio un espacio para que me sentara a su lado.
—De allá vengo, pero preferí salir de allá antes de que explotara.
—¿Pelearon?—Asentí.
—Te ves bastante molesta—Dijo Moblit.
—Créeme que estoy que me lleva el diablo.—golpeé la mesa haciendo que se asustara.
—¿Y qué pasó para que te enojaras tanto?—Hange preguntó mientras soltaba una pequeña risita.
—No quiero ni recordarlo, pero lo único que te diré es que yo no tuve la culpa—puse mis manos sobre mi rostro mostrando frustración.
—Ya veo, pero relájate... Lo más seguro es que se dará cuenta de que se equivocó.
—No sé, estaba tan enojado que parecía firme en lo que estaba diciendo. No cambiará su punto de vista.
—Erwin siempre es así... Dejemos que se calmen las cosas.—Hange dio palmaditas en mi espalda.
—Tengo una idea—Moblit se levantó de su lugar y partió quien sabe dónde.
—¿A dónde vas?—Hange le preguntó.
Después de al menos 2 minutos, vi llegar a Moblit con 3 vasos y dos botellas de licor y para rematar, uno de los más fuertes que se vendía dentro de las murallas.
Dejó las cosas sobre la mesa y se sentó en su lugar.
—¿Qué les parece si tomamos para olvidarnos de lo que nos preocupa?—Moblit nos acercó los vasos.
—Jalo—dijo Hange inmediatamente.—¿Y tú ________?
Lo dudé unos instantes. No solía tomar alcohol, solo lo hacía de vez en cuando y era lo mínimo, pero esta vez deseaba hacer algo diferente y esto podía ayudarme a alejar estos pensamientos de mi cabeza.
De igual forma, quería divertirme con los muchachos.
No sabía cuál era mi límite, pero lo descubriría hoy.
—Está bien.
—¡Eso!—la castaña celebró.
—Espero que resistan. Sería aburrido que se emborrachen tan rápido.—Moblit comenzó a abrir las botellas.
—Me subestimas Moblit. No sabes con quién estás hablando—Hange le acercó el vaso—Sólo sirve.
En eso sentimos unos pasos aproximándose a nosotros. Levi llegó con cara de pocos amigos a la mesa.
—¿Qué creen que hacen?—dijo con notable molestia al ver el alcohol sobre la mesa.
—Vamos a jugar a las escondidas—soltó irónicamente la de lentes.—Vamos a tomar, ¿Qué no ves?
—Si, ya me di cuenta—la miró molesto, volteando los ojos.
—¿No quieres unirte, enano?
Moblit vertió el alcohol en los vasos, tomé el mío y lo estaba acercando a mi boca, cuando alguien me lo arrebató de las manos.
Levi tenía mi vaso en sus manos.
—No deberías tomar. Mañana tenemos que hacer.
—Ay enano, ¿Por qué solo se lo dices a ella y a nosotros no? ¿Estamos pintados o que?—soltó Hange en tono de burla mientras se apoyaba sus codos en la mesa y su rostro en sus manos.
Las mejillas de Levi se comenzaron a tornar de un color rojo, dejando el vaso en la mesa, girando su cuerpo para irse.
—Hagan lo que quieran—y se fue.
—Bueno, un agua fiesta menos. ¡Sigamos!
Levi tenía razón, mañana había asuntos que atender, pero ya me había entusiasmado con esto, así que tomaría de todas formas.
Ya con todos nuestros vasos servidos, dimos los primeros sorbos. Sentía que mi garganta se quemaba, nunca había tomado un licor tan fuerte.
Hice una mueca de disgusto a lo que Hange y Moblit rieron.
—Que horrible—dije disgustada.
—Eres una nena—Hange se burló.
—En ningún momento dije que me detendría—le acerqué mi vaso a Moblit—más por favor.
—Muy valiente de tu parte–vertió mas alcohol en mi vaso.
No podía parar de reír y si no lo hacía me haría pis por culpa de Moblit. Ya era madrugada y las carcajadas inundaban el comedor.
—¡Moblit, Basta! ¡Me voy a morir de tanto reírme!—limpié las lágrimas que salían de mis ojos dado tanta risa.
—Tengo muchas historias así para contar.
—Hange se las está perdiendo todas.
Y así era. Hange estaba echada en la mesa, ya que no aguantó tomar más y se durmió sobre la mesa.
Sentía que todo lo que se movía me causaba risa, me sentía un poco más enérgica que de costumbre, además de que ya estaba algo mareada y con hipo.
Moblit estaba como si nada.
—Oye... —lo apunté con el dedo—tú no pareces borracho.
—Hange me vuelve loco, literal y creo que mi único escape ha sido el alcohol, pero no me hace efecto de tanto tomar.
—Yo no estoy borracha—hasta el tono de voz que tenía era de una alcoholizada y no lo admitía. Me reí ante lo que dije.
—Se te nota a kilómetros que lo estás. Si el comandante te ve así, me matará.
—No me nombres a ese infeliz... Oye, dame otro trago—le extendí el vaso, pero me lo quitó de las manos.
—Nada más ______. Te tomaste una botella tu sola. Estás roja y te apuesto a que mañana no querrás levantarte.
—¡Le hablaré a la Policía militar por que me estas difamando!—un audible "hip" salió de mi boca.
Moblit se levantó de su lugar.
—¡Oye! ¿A dónde vas?—él se acercó y tomó a Hange.
—Iré a dejarla a su cuarto, ya es tarde y mañana tenemos que hacer.
—¿Y yo qué? ¿Me vas a dejar aquí sola?—hice como si estuviese molesta. Pero no pude evitar reírme.
—Quédate aquí y vendré por ti, ¿si?
—¡Como usted diga Vice Capitán!—hice el saludo militar, soltando unas carcajadas a la vez.
Moblit y Hange desaparecieron dejándome sola, pero decidí que era mejor irme por mi cuenta.
Me levanté y con dificultades, chocando con todas las mesas, comenzando a caminar por los pasillos del cuartel. Veía doble y sentía como si caminaba por las nubes.
Ni siquiera sé que camino tomé, solo caminaba por inercia. Quería ir a mi cuarto, pero ya ni siquiera sabía por dónde estaba caminando.
Tomé la manilla de una puerta y la giré para adentrarme en ella. La luz estaba apagada y no veía bien
Me senté en uno de los sillones que estaban allí y me percaté de que era una oficina.
—¡Me cago en todo! ¡¿Qué hago en la oficina de Erwin?!—dije molesta, rascando mi cabeza.
Un ruido me distrajo de mi enojo. Detrás de la puerta interna, que dirigía a otro cuarto habían ruidos que notificaban que alguien más estaba allí.
Había terminando de darme una ducha. Ya era tarde, pero continuaría con el papeleo que tenía pendiente, aprovechando el insomnio que tenía en ese instante.
Me puse una camisa abierta y mi pantalón de pijama, ya que hacía mucho calor, además estaría solo y era más cómodo para mí.
Eran un poco pasadas las 3 A.M, así que trabajaría en absoluto silencio.
Esa cuatro ojos me tenía molesto con sus bromas.
Llevaba un vaso con agua para tomarlo mientras iba a mi oficina, pero cuando entré a esta, vi a alguien sentado en uno de los sillones que estaban cerca de la ventana.
—¿Quién es?—dije acercándome rápidamente, con el fin de darle una paliza.
Pero al ir acercándome más, no podía creer que era ella.
—¿_________?—dejé el vaso en el mueble y prendí unas velas para iluminar la oficina.
Mientras el lugar se iluminaba podía confirmar de que era ella, pero ¿Qué demonios hace a esta hora aquí?
–¡Oh! ¡Levi! ¡¿Qué coño haces en la oficina de Erwin?!—preguntó sorprendida. Su voz sonaba diferente.
—¿De qué hablas? Esta es mi oficina.—ante eso comenzó a mirar el lugar, como si no supiera bien donde estaba.—¿Qué haces aquí? ¿Sabes la hora que es?
—Yo quería ir a mi cuarto, pero entré aquí y pensé que era la oficina de Erwin, pero al final resultó ser la tuya. Que loco—soltaba risotadas mientras lo decía.
Me acerqué a ella y tenía las mejillas muy sonrojadas, a la vez tenía hipo que soltaba de vez en cuando.
A pesar de que le dije que no bebiera, lo hizo de todas formas. Que cabezota es.
Me miró de arriba a abajo unos instantes.
—Oye... Que exhibicionista eres, ¿Acaso intentas seducirme? Podría lavar mi ropa en tu abdomen.
Se me fue de la mente que tenía la camisa abierta. Acerco una de sus manos a mis abdominales, pasando sus dedos suavemente ellos.
Su tacto hizo estremecer mi piel, que se sentía muy bien. Antes de que pasara cualquier cosa, me aleje un par de pasos hacia atrás.
—¿Estás borracha?—le pregunté mientras abrochaba un par de botones de mi camisa. Ella alzó la ceja.
—¿Qué si estoy borracha? Puede ser que si... Puede ser que no...
—O sea que si lo estás.
—No.
—Lo estás, te dije que no lo hicieras—dije firme.
—Que fatidias... ¿Y qué si lo estoy?—dijo enojada. La verdad es como hubiese querido sonar, pero fue todo lo contrario.—¿No te quieres tomar una copita conmigo? ¿tienes alcohol por aquí?—Con una de sus manos simuló un vaso.
—No, no soy un borracho como tú. Además, si sigues así, serás igual que Pixis.
—Oye, cuidado como me hablas escoria—dijo imitándome. Solté una carcajada ante eso.
—¿De que te ríes? ¿Qué es tan chistoso?
—Nada—intente ponerme serio—Apuesto lo que quieras a que no puedes estar de pie.
—¿Lo que quiera?—sus ojos se iluminaron.
Yo asentí aguantándome la risa.
—Verás de lo que soy capaz Ackerman—dijo desafiándome.—me proveerás de carne un mes entero.
Me causó mucha gracia que me nombrara de esa forma, por lo que sonreí ante su comentario. La verdad era bastante gracioso verla así.
Se comenzó a levantar del sillón con dificultades, pero lo logro. Estiró los brazos para mantener el equilibrio que eventualmente no tenía y estaba seguro de que caería en cualquier momento.
—Me subestimaste... Te dije que si podía.
—Pues felicidades—di dos aplausos, como si celebrara su victoria.
—Pero mira esto.
Dio un paso al frente, pero perdió el equilibrio instantáneamente. Comenzó a irse hacia adelante. Al estar cerca de ella, la tome a tiempo antes de que cayera al suelo, pero mi pie me jugó una mala pasada, perdiendo el equilibrio, quedando en el sillón que estaba atrás, cayendo ella sobre mi.
Su rostro y su cuerpo quedaron pegados a mí, haciendo que nuestras miradas se juntaran y me llevaran a la profundidad de su alma.
El olor a alcohol que emanaba su boca, hacia que se viera mucho más sexy en ese momento.
La tenía tan cerca que si yo quisiera, podría besarla.
Mierda... Autocontrol.
No podía aprovecharme de ella en este momento, sería una desfachatez besarla cuando ella está así de vulnerable. Además si algún día llego a hacerlo, espero que también lo recuerde.
La alejé unos centímetros de mi y la tomé, dejándola sobre mi hombro, levantándola sin problemas. Ella dio un pequeño grito por mi acción.
—¿Qué haces?—preguntó confundida.
—Te llevaré con Erwin.
Comencé a caminar, saliendo de mi oficina con dirección a la del rubio. En eso, _______ no dejaba de quejarse e insultarme.
—¿Qué crees que soy? ¿Un saco de papas?
—Pesas más que uno—dije para molestarla.
Ante eso no paraba de hablar y mucho menos de insultarme.
Llegamos a la oficina y ni siquiera me di el lujo de golpear, solo entré. Erwin estaba en su escritorio, con unos documentos en sus manos. Al parecer también estaba con insomnio.
Apenas nos vio entrar se levantó de su lugar
—Levi, ¿Qué pasó? ¿______ está bien?—comenzó a preguntar preocupado apenas me vio entrar con ella de esa forma.
—Bájame pinche enano o te las verás conmigo—me daba golpes en la espalda con los puños.
—Está bien, pero está borracha a más no poder.—aclaré.
–Que no estoy borracha maldito duende, ¡Bájame!—soltó un hipo.
—Yo me encargo Levi, disculpa las molestias.—dijo Erwin. Bajé a ______ y Él la tomó.
—No te disculpes, está bien. Ya la quiero ver mañana que no soportará el dolor de cabeza...—me giré para irme.—Buenas noches.
—¡Recuerda la carne que me debes! —me gritó antes de que saliera.
Mientras volvía a mi oficina, sentía como el corazón lo tenía un tanto acelerado al tenerla de esa forma. Pude haberla besado si yo hubiera querido, pero preferí contenerme.
Su toque en mi piel me hizo estremecer, dejándome casi sin respiración.
Veremos mañana si logra acordarse de algo.
Levi salió de la oficina, dejándonos a _______ y a mi a solas. Yo la sostenía de los hombros mientras no paraba de insultar a la puerta, donde Levi se había retirado.
—Pinche enano de jardín...—acortó la frase con un hipo.
—___________—La nombré a lo que levantó su vista hacia mi.
—Tú... No me toques... —se zafó de mi agarre, cayendo de rodillas al suelo. Se comenzó a reír como desquiciada.
—¿Estás bien?—le pregunté agachándome, quedando a su altura.—Tú nunca bebes así.
—¿De quién crees que es la culpa? pero ahora no viene al caso. Yo... Estoy perfecto... ¿y tú? ¿Qué tal tu día?—dijo irónicamente y ya sabía a que se refería a nuestra discusión.
Después de unos segundos, Comenzó a hacer pucheros, llenando sus ojos de lágrimas.
—No quería molestarte hoy. Sabía que estabas enojada, así que hablaría contigo mañana, pero si, tenías razón, yo fui el culpable—ella me miró a los ojos.
—¿Ves que si tenías la culpa?—lo dijo con voz entrecortada, tan tierno de su parte que mi corazón se estrujó.
—Si, ¿me perdonas?—volvió a hacer un puchero, asintiendo y limpiando las lágrimas que tenía en sus ojos.
En verdad, en estos momentos parecía una niña. La abracé quedándonos unos momentos así.
—Erwin, a veces eres insoportable—di una pequeña risa ante eso. Me separé de ella y puse mis manos en su rostro para verla a los ojos.
—Y tú eres la mujer más dulce y hermosa que he conocido en toda mi vida.
Me acerqué a ella para darle un pequeño beso en los labios, a lo que ella lo comenzó a profundizar mucho más.
De un momento a otro, _________ me empujó, quedando acostado en el suelo. Ella, por su parte, se puso a horcajadas sobre mi, sentándose sobre lo que yo no tenía control alguno.
Lentamente se comenzó a acercar a mí, llegando a posar sus labios con los míos. Los comenzó a mover salvajemente, sintiendo el alcohol que tenía impregnado en su boca.
Sus besos comenzaron a bajar desde mi mandíbula, hasta mi cuello, llegando a pasar su lengua sobre este. Un jadeo salió de mis boca ante tal atrevimiento.
Maldición, no podía dejar que siguiera con esto. No estaba consciente de lo que hacía y sabía perfectamente que no de acordaría de nada, además eso sería aprovecharme de ella y no podía permitirlo.
—_________—dije con un poco de dificultad, ya que aún besaba mi cuello.
—Erwin—respondió con voz ronca, mientras comenzaba a desabrochar mi camisa.
Debía detenerla. Le tomé las muñecas haciendo que se detuviera al instante. Ella me miró extrañada.
—No podemos seguir.
—¿Me estas rechazado?... ¿No quieres hacerlo conmigo? ¿ya no te gusto?—soltó entre enojada y apenada. No lo negaré, era bastante divertido verla de esta forma.
—Debes dormir cariño, mañana tenemos mucho trabajo.—traté de sonar tranquilo.
—No me voy a dormir sin mi delicioso—comenzó a mover las caderas sobre mi, invitando a que el calor subiera en mi cuerpo.
Llevó sus manos al inicio de la prenda que usaba, comenzando a desabrocharla con lentitud. Solo logró su cometido en un botón, ya que la tomé, cambiando de posición, quedando yo sobre ella.
Solo quedé observando su rostro. Estaba con sus mejillas muy sonrojadas y se veía terriblemente sexy, sobre todo con el cabello despeinado que tenía en esos momentos. Me tenía vuelto loco y quería hacerlo, pero me contuve.
—Vamos a dormir—dije suavemente dándole un beso sobre su nariz.
Me levanté, quedando de pie junto a ella, mientras que solo me apuntó con su mano.
—Tú... Tú eres mi esposo y me debes cumplir—solté una carcajada ante eso.
Así que según ______ estamos desposados. De verdad estaba demasiado borracha.
Me agache para verla mejor y sus ojos se estaban cerrando.
—¿Así que estamos casados?—le pregunté.
—Si—respondió mientras se acomodaba para quedarse plenamente dormida en el suelo.
—¿Desde cuando?—estaba conteniendo la risa.
—No sé, en mi mente ya lo estamos, así que sí cuenta.—Sus ojos se cerraron por completo quedándose dormida profundamente.
Me agache, para tomarla entre mis brazos para dejarla en la cama de mi habitación. La deje suavemente sobre el colchón, cubriéndola con las sabanas.
Acaricie su cabello, corriendo los mechones que tenia sobre su rostro. Me acerqué, depositando un beso sobre su mejilla.
—Buenas noches, Sra Smith.
¡Hola a todos! ¡He vuelto! ¿Cómo están? espero hayan tenido una linda semana.
En primer lugar quería disculparme por estar desaparecida, pero lo académico ocupa casi todo mi tiempo :( gracias por la paciencia♡
Aquí les dejo la maratón que les mencioné y este capitulo especial, con momentos de nuestros personajes que no están incluidos en los otros capítulos... espero que sea de su agrado y se vienen muchos especiales más.
Gracias a @Nife1209 @Nath_Medina117 @AnnsiBee @meEncueroxtiDio @Kajem_hersa por apoyar esta historia (ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧
Gracias por el apoyo y nos leemos pronto♡
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